Basuras al precio del oro.

Albero Ruiz-Gallardón afronta el mayor rechazo ciudadano a su gestión por el aumento de tasas. Y su imagen sufre un deterioro importante de cara a los votantes madrileños. Ni la controversia sobre los parquímetros, ni las extendidas obras o la fallida candidatura olímpica han despertado una movilización de rechazo tan amplia como ésta. La iniciativa parte de varias asociaciones y colectivos vecinales. Entre sus propuestas, destaca su llamamiento a retrasar seis meses el abono del tributo como medida de protesta, para asfixiar, un poco más, las cuentas de Gallardón. El aplazamiento es legal y se puede solicitar al Ayuntamiento, aduciendo problemas económicos. Estas plataformas también han convocado una marcha contra “el despilfarro municipal”.
Gallardón justifica esta medida que responde al criterio de la Unión Europea de “quien contamina paga”, y porque el IBI, que casi se ha triplicado en los últimos 6 años, no cubre la retirada de residuos urbanos. El PSOE madrileño también ha puesto en marcha una campaña bajo el lema “Gallardón limpia tu bolsillo con la basura” . David Lucas, portavoz socialista en el Ayuntamiento, asegura que “en Madrid, con la implantación de esta tasa se está pagando dos veces la recogida de basuras y eso es lo que no se puede permitir en esta ciudad” en la que “la situación del Ayuntamiento es caótica: se reducen los servicios mínimos esenciales, se aumentan los impuestos y se mantiene el despilfarro permanente”.
Los vecinos acusan a Gallardón de recuperar el tributo con un único fin recaudatorio de paliar su mala gestión al frente del consistorio. Y de seguir despilfarrando. Se gastan 440 millones en el Palacio de La Cibeles, se pagan 1.300 cargos de confianza, se invierten ingentes cantidades en propaganda y publicidad para mejorar la imagen. Pero la deuda del Ayuntamiento madrileño superará los 8.000 millones al término de 2009, lo que supone el 154% de sus ingresos corrientes, muy por encima del 110% que permite la Ley de Haciendas Locales.
2 comentarios:
Las basuras siempre dieron para mucho. Mi abuelo me contó en una ocasión que allá por los años 40 quienes retiraban la basura, por navidades te regalaban un cordero o un pavo, como una atención por haberles permitido que te recogieran lo que se tiraba. Esta situación ha variado por completo a dia de hoy. No sólo hay que pagar el impuesto correspondiente, sino que además hay que reciclar. Y esto de reciclar supone un trabajo, no sólo, no retribuido ni compensado con respecto del precio de la tasa, sino que además quien no lo hiciere podría ser sancionado por incumplimiento de sus obligaciones como ciudadano, en función de la normativa que así lo contempla. Por otro lado, la defraudación al libro de estilo y las actuales consignas de urbanidad, -similares a las de la extinta seccion femenina del antiguo régimen- (unicamente se diferencian en la forma propagandistica) supondría además el descrédito y el ostracismo entre el vecindario. En cambio, quien recicla lo hace con un cierto arrobamiento. Se muestra orgulloso de la concienciacion urbanicola y planetaria que posee, de su cultura, civismo y de su ejemplo. Tal como quien confiesa, comulga y dice amén. En otro orden de cosas hay que decir que todo podria ser peor, si miramos a Suecia, por ejemplo, donde la bolsa de basura del hogar debe ser precintada con una cinta que cuesta 1,15 euros para poder depositarla en el contenedor. Gallardon tiene margen hacía la modernidad europea respecto de la basura. Los sindicatos protestan. No se atreven con otros motivos. Prevarican. Yo pago y reciclo, pero no veo la salvación y me ronda el mosqueo y la sospecha.
chiflos.
Preciosa la historia que cuentas de tu abuelo, Chiflos. Lo que pone en evidencia que muchos vivían de lo que otros tiraban. Ahora, en cambio, malviven unos y otros. Los primeros, con unas tasas por las nubes, y los segundos, con unos salarios de pena. Dices que pagas y reciclas pero no ves la salvación. El mismo sondeo y sospecha ronda a todo ciudadano que deposita cada noche la basura al contenedor.
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