jueves, 1 de octubre de 2009

Putas y toros en el Congreso y en la prensa.


La semana pasada, en el Congreso de diputados, PSOE y PP rechazaron una propuesta de ERC que pretendía regular la prostitución y prohibir los anuncios de “relax” en los más importantes diarios españoles. La formación republicana pedía al Gobierno que presentara en el plazo de seis meses un plan integral de prostitución para que se protegieran las libertades y derechos de las personas que ejercen esta actividad de forma voluntaria, “con el fin de erradicar su situación de vulnerabilidad y exclusión social”. En concreto, planteaba que se creara una regulación específica para las prostitutas “dentro del régimen de trabajadoras autónomos o de empleadas del hogar de la Seguridad Social”.

Durante su intervención en el Pleno, el diputado Joan Tardà reconoció que “nadie opta categóricamente por ejercer la prostitución con absoluta libertad”, pero la regulación era, a su juicio, “un mal menor”. Asimismo, acusaba a las administraciones públicas de eludir su responsabilidad y de no tomar ninguna medida sobre esta realidad, “mientras el problema, nunca mejor dicho, sigue en la calle”. Además, vaticinaba que los socialistas no tomarían medidas para suprimir los anuncios de contacto en la prensa porque “se achantarían” ante los grandes medios de comunicación. Todos los grupos rechazaron la moción de ERC excepto los 5 votos de este partido y de 6 abstenciones.

En 2007, el PSOE encargó al Parlamento que analizara el negocio de los anuncios de prostitución en la prensa. Y, tras meses de escuchar a expertos y debatir entre ellos, sus señorías recomendaron al Gobierno que sondeara a los medios de comunicación para ver si podrían barajar la posibilidad de estudiar fórmulas que permitieran prescindir de esos anuncios. Pero, comenzado por El País, el supuestamente más serio de los periódicos nacionales, ninguno de ellos retiró esa publicidad, cada vez más boyante en tiempos de crisis y tabla de salvación de no pocos tabloides. El ERC trató de regular la prostitución, incluidos, evidentemente, sus anuncios en prensa. Pero la máquina parlamentaria abortó el intento. Bravo por los señores diputados. Tanto los del PSOE como los del PP, bravo por los señores diputados. Todos ellos se lo montan de puta madre, sobre todo cuando se trata del sexo.


En la misma semana, en el Senado, Entesa Catalana de Progrés (donde también se agrupa el PSC) planteó pedir al Gobierno que no promocionase las fiestas donde se maltrata a un animal. Pero más que escuchar estas quejas, PSOE y PP rechazaron que se penalizaran las fiestas, con la pretensión de que animaladas como el Toro de la Vega siga siendo de “Interés Turístico Nacional”, calificación que ayuda a conseguir subvenciones. Josep Maria Esquerda, senador de ERC, aclaró en su moción que sólo pretendía evitar que este tipo de fiestas tengan una calificación de excelencia turística. Y defendió su moción mostrando en la tribuna la portada de El País del pasado día 16 en la que un toro era lanceado hasta la muerte en Tordesillas. Josep Maldonado, senador catalán vino a decir que al Senado debía caérsele la cara de vergüenza si rechazaba la iniciativa. Pero la mayoría del Senado, pasó de todas las críticas se quedó tan ancho, rechazando la moción sin la menor vergüenza, aunque algún senador socialista se negara a votar.

“Putas, toros y curas –titula Qaesar en su blog El Ventano–. Son los temas en los que el PSOE y el PP están totalmente de acuerdo, como han demostrado esta misma semana. Las prostitutas seguirán jodidas por todos los lados, los animales seguirán siendo apaleados hasta la muerte, y los curas seguirán metiendo mano donde les dé la gana...”

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