viernes, 30 de octubre de 2009

Jama y libertad para Pánfilo.



El pasado mes de julio, un cubano de 48 años llamado Juan Carlos González Marcos –Pánfilo para sus amigos– irrumpía, en evidente estado de embriaguez, en un video que hablaba sobre música urbana en Cuba, gritando que lo que él tenía era hambre. “Aquí hay tremenda hambre –clamaba Pánfilo, interrumpiendo el documental–, lo que hace falta es jama (comida, en el argot cubano)”. Su intervención hubiera pasado inadvertida de no ser porque alguien colgó las imágenes en Youtube, y recibieron más de medio millón de visitas. A partir de ahí, se crearon grupos de apoyo a 'Pánfilo', uno de ellos en Miami, identificado como “Jama y libertad”.

Poco después, Pánfilo se retractaba, supuestamente por la presión recibida. Y, mientras era detenido e internado en un lugar desconocido, su imagen siguió expuesta en Internet. Pero, al finalizar el verano, las agencias de prensa informaban que Pánfilo había sido transferido en un hospital psiquiátrico donde recibió un tratamiento por alcoholismo durante 21 días, al término del cual quedó libre. “Es muy probable –se comentó en septiembre en la prensa española– que el gobierno cubano haya tomado en cuenta la repercusión de este caso en vísperas del Concierto por la Paz que tendrá lugar en La Habana el próximo domingo, 20 de septiembre. Sin la solidaridad masiva, sin la bulla y el apoyo de muchísimas personas del mundo entero, este caso no hubiera tenido ninguna repercusión”.

En los días previos al concierto de Juanes en la Habana, la carta “Libertad de Pánfilo” recorrió todos los webs. “Nuestra intención no es protestar ni reclamar nada de los músicos que han tomado la decisión de promover la paz en Cuba –decía ésta–, sino recordarles, en términos civilizados y cordiales, por qué no la hay”. Se recogieron más de 3.000 firmas del escrito que siguió circulando y aumentando. En el programa estelar de la televisión de Miami, “A Mano Limpia”, el artista cubano, Amaury Pérez Vidal, dijo al periodista Oscar Haza que conocía muy bien el caso de Pánfilo y que había visto los tres videos al respecto. Agregó que la decisión de condenar a prisión al conocido compatriota le parecía “un error, una metedura de pata”. Y afirmó que quería un flujo libre de información para todos los cubanos.

El 18 de septiembre, en una entrevista exclusiva concedida a José Luis Ramos, reportero de Radio Martí, Pánfilo explicaba las condiciones de su excarcelación y agradecía el respaldo y la solidaridad recibida de la comunidad internacional y de activistas de derechos humanos. Había sido arrestado y sentenciado a dos años de cárcel bajo el cargo de peligrosidad social predelictiva, pero había sido excarcelado e internado en la Sala especial “Enrique Cabrera”, para Enfermos Alcohólicos del Hospital Psiquiátrico de La Habana, en donde recibió tratamiento médico. Pánfilo agradecía el respaldo brindado a él y a su familia por los cubanos de la isla, por el exilio cubano, así como por los activistas de los derechos humanos. La noticia había recorrido el mundo con su airada y franca queja sobre la situación en Cuba. El encarcelamiento y el pretendido “juicio por peligrosidad predelictiva” de un inofensivo borrachín de barrio había sido una metedura de pata de las autoridades.

La condena a 'Pánfilo' en apelación causó considerable revuelo, al menos en los medios de información, “y ha sido la opinión pública internacional la que logró rescatarlo de este gulag tropical”, dijo Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión Cubana de los Derechos Humanos y la Reconciliación Nacional. “Pero esta ‘buena noticia’ –insistió–, no debe ocultar el drama de los miles de presos por ‘peligrosidad social predelictiva’, cifrados entre tres y cinco mil personas, técnicamente inocentes porque no han cometido delitos”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La Ley de vagos y maleantes, fue una ley del código penal español de 4 de agosto de 1933, referente al tratamiento de vagabundos, nómadas, proxenetas y cualquier otro elemento considerado antisocial y que posteriormente fue modificada para reprimir también a los homosexuales.

También conocida popularmente como la Gandula, la ley fue aprobada por consenso de todos los grupos políticos de la segunda república para el control de mendigos, rufianes sin oficio conocido y proxenetas.

Por ser una ley que no sancionaba delitos sino que intentaba evitar la comisión futura de los mismos no incluía penas, sino medidas de alejamiento, control y retención de los individuos supuestamente peligrosos hasta que se determinara que se había acabado su peligrosidad. Quedando así establecida podía ser utilizada arbitrariamente para la represión de las personas sin recursos.

Nota: Inserción de texto procedente de Wikipedia, que adjunto por la similitud que presenta esta antigua ley española, vigente hasta las postrimerias del franquismo, con la actual "peligrosidad social predelictiva " cubana. Viva Pánfilo.
chiflos.

Santiago Miró dijo...

Efectivamente, el parecido es asombroso.