(Y II) Una guerra por un Museo.

Museo de Es Baluard.

El Rey con Pedro Serra en una exposición el el Museo Modernista de Can Prunera (Sóller)

Antonio Alemany, director y propietario de Libertad Balear.com, está convencido de que Pedro Serra entonaría loores a Aína Calvo si dejara de inmiscuirse en el Museo Es Baluard. Y advierte que toda la culpa no es de Serra. “Hay unos cooperadores necesarios y suficientes para que tengamos que soportar este grano: sus periodistas y los políticos. Las redacciones de ‘Ultima Hora’ y del ‘Baleares’ tienen metabolizado que sus plumas están al servicio de los designios personales de Serra, en los ataques y en los silencios. No todos, obviamente, que, sin embargo y en el mejor de los casos, asumen que hay temas y personas tabú… Peor es el caso de los políticos. Serra es una creación de los políticos que, con las excepciones aquí reseñadas, son los que han volcado miles de millones de pesetas por conceptos varios en las arcas del editor durante los últimos treinta años. Sin su complicidad, Serra no existiría, ni él como editor, ni sus medios como instrumentos de presión. Pero Serra es un producto artificial, fruto del pánico de unos políticos que, cuando entran en su rueda, ya no pueden salir. Y esto vale para los políticos de derechas y de izquierdas. Serra, en definitiva, es un reflejo de una sociedad política enferma como explicitaba ayer Joan Font en un artículo. Y mientras este ominoso tema no se resuelva, no tendremos ni democracia digna de este nombre ni una vida política transparente y limpia”.

El periódico digital va un paso más allá: “Estamos asistiendo al linchamiento de la alcaldesa de Palma por el mismo motivo que Serra emprendió la persecución vergonzosa de Ramón Aguiló: no han satisfecho sus pretensiones económicas, han abortado pelotazos o han intervenidos en espacios que Serra considera de su propiedad. A Calvo no le perdona la intromisión –era su deber –en el museo Es Baluard, considerado un feudo del editor. No pasa día en que la prensa serrana la martirice a conciencia”. Otro artículo, publicado por José María Garrido en “El Plural.com”, habla sobre el acoso y derribo de la alcaldesa de Palma. “Pedro Serra ha iniciado una operación de acoso y derribo contra Aina Calvo, alcaldesa socialista de Palma por no satisfacer sus intereses económicos. Incluso, el polémico editor no ha tenido reparos a la hora de afirmar en público que quiere “cargarse” a la dirigente del PSOE”.

Según “El Mundo”, a diferencia de Jaume Matas, Catalina Cirer u otros dirigentes del PP, Calvo se negó a plegarse a las exigencias de Serra. Así, tras las elecciones municipales de 2007, la dirigente socialista asumió la presidencia del Museo, por primera vez en manos de una institución pública. Tras perder el liderazgo, Serra intentó colocar en la dirección del museo a personas de su confianza que, en su mayoría, estaban ligadas al PP. Pero Calvo también resistió y consiguió, a duras penas, que Serra y su familia dejaran de interferir en el día a día del Museo. Desde entonces, los ataques a Calvo desde todos los medios del Grupo Serra no han dejado de producirse de forma sistemática.” Mientras tanto, Calvo prefiere permanecer en silencio. Quien sí ha hablado es Ramón Aguiló, la primera víctima política de Serra. El ex alcalde socialista le desea a Calvo “que le sea leve”. Asimismo, pronostica que desde ahora, “día sí y otro también, la imagen y la gestión de la alcaldesa se verá socavada, de forma más directa o más solapada, por los medios de comunicación del grupo Serra”. Pese a todo, son muchos los que creen que Calvo seguirá empecinada en salvaguardar la autonomía de la política frente al polémico editor.

Para terminar, suscribo lo que decía un anónimo al leer la noticia: “A los alcaldes los votamos los ciudadanos, y, si el señor Serra se jacta de ponerlos y quitarlos, se está burlando de la ciudadanía y pasándose por el forro la democracia. Es hora de plantarle cara, como hace Aina Calvo, como deberían hacer los políticos, periodistas, empresarios y ciudadanos honrados. Acabemos con los métodos mafiosos y no dejemos que nos pisen la dignidad”.