viernes, 2 de octubre de 2009

¿Leche para regar el campo?

Hace unas semanas, una noticia fotográfica aparecida en un periódico me dejó meditabundo. Se trataba de la protesta protagonizada por ganaderos belgas por los bajos precios de la leche que no les permitía cubrir los costes de producción. Sus campos eran regados por tres millones de litros de leche como señal de protesta… “La rebelión no se puede parar más –decía la noticia–. La hartura de los ganaderos productores de leche ha provocado que lo que era una huelga espontánea en Francia se extendiera por otros países europeos en donde los ganaderos dejaron de suministrar el producto. Los agricultores han decidido no vender más leche a bajo precio a los distribuidores”. Antes que malvenderla, algunos habían decidido regar los campos con ella. El paro, que comenzó en Francia el pasado 10 de septiembre, se extendió a Alemania, Bélgica, Holanda, Suiza, Austria, Italia, Luxemburgo...

La protesta de más de 130.000 ganaderos en 14 países se convirtió, al mismo tiempo, en una nueva forma de paliar las sequías, regar los campos con leche. Aunque dudo que la leche sea tan eficaz como el agua. En todo caso, pienso que es un despilfarro incomprensible. Sobre todo, cuando hay tanta gente que muere de hambre y sed. Y digo yo: ¿No se podría aprovechar la protesta para regalársela a quienes de verdad la necesitan y no disponen de dinero para comprarla? Y quien habla de leche, habla de patatas, fruta, pan, etcétera. De esta manera, la huelga correspondiente serviría para algo muy concreto y útil. Para alimentar a los que padecen hambre y sed. La medida no solucionaría las demandas de los productores agrícolas pero ayudaría a paliar la situación de hambruna en varios países.

Por lo visto, la misma idea se le ocurrió a Charles Michel, ministro belga de Cooperación, quien propuso que los millones de litros de leche que los ganaderos de la UE vertían fueran transformados en leche en polvo y enviados a aquellos países que sufren hambre. Michel presentó esta idea a las Naciones Unidas. Asimismo, anunció que contactaría con las organizaciones agrícolas y con la presidencia sueca de la Unión Europea (UE), con el fin de materializar su proyecto. “Comprendo la angustia de los ganaderos –señaló–, pero lamento que millones de litros sean vertidos en el campo, mientras que en un niño muere de hambre en el mundo cada cinco segundos”. El ministro reconoció que su propuesta no solucionaba los problemas de los productores de leche, pero permitía evitar su desperdicio y ayudaba a paliar la situación de hambruna que atraviesan varios países, como Somalia o Kenia.


Ganaderos, derramando leche sobre un campo en Ciney (Bélgica)

Una pala porta la escultura de una vaca durante una manifestación de ganaderos en Wittorf, Alemania. Protestan por las bajas retribuciones que reciben de los productos lácteos

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