El “hijoputismo” de Espe y otros gazapos políticos.

Entrada de El Jueves publicada el pasado miércoles.

Un micrófono cercano a Esperanza Aguirre jugó, a finales de enero, una mala pasada a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Creyendo que estaba cerrado, ésta comentó a su vicepresidente: “Yo creo que hemos tenido una inmensa suerte de poder darle un puesto a IU, quitándoselo al hijo de puta”. La frase se escuchó perfectamente, mientras la lideresa charlaba sobre la Caja con su vicepresidente, Ignacio González. El diálogo con él duró casi cinco minutos. Y todos pudieron oír aquellas palabras salidas del corazón que hacían referencia al “hijoputa” ese”. Lo que demostró una vez más que sólo en sueños, o cuando creen que el micrófono está apagado, los mandamases suelen decir lo que realmente piensan y son capaces de sincerarse del todo. En este caso, se evidenciaba la pugna tácita mantenida, desde hace meses, por la presidenta de la Comunidad y el Alcalde, Ruiz Gallardón. Horas después, la presidenta Aguirre reconocía la pifia y matizaba que no se refería a Gallardón, sino a un consejero cuyo nombre no se acordaba, en alusión a Fernando Serrano. Y restaba importancia a la conversación “porque se desarrolló en un contexto privado”.

El primero de febrero, María Dolores De Cospedal aseguraba que la presidenta de la Comunidad de Madrid ya había “pedido perdón” por sus palabras captadas por un micrófono abierto. La secretaria general del PP precisaba que esa conversación había sido grabada “más allá del ámbito de la intimidad”. De Cospedal eludía precisar si se abriría un expediente informativo a la presidenta madrileña. Por su parte, Mariano Rajoy, presidente del Partido Popular y el principal líder de la oposición, declaraba que “lo esencial” en la batalla por la presidencia de Caja Madrid era que Rodrigo Rato ya era su responsable. “Lo demás son las pequeñas cosas de la vida”. Fue el único comentario que el líder de los conservadores hizo en relación al término proferido por la presidenta, Esperanza Aguirre. En una entrevista en Onda Cero, Rajoy eludía cualquier conflicto. Y, a la pregunta de si él también decía palabras malsonantes en privado, respondía: “Hay gente que nunca se equivoca, que no tiene nada de lo que arrepentirse, que no ha pecado en su vida y que es la quinta esencia de todas las virtudes. Hay muchos. Yo, no”.

Fernando Serrano, ex presidente de la Comisión de Control de Caja Madrid, víctima de la venganza de Aguirre.

Una semana después de su lapsus, Aguirre, remite una carta al Defensor del Contribuyente de la capital, Fernando Serrano, en la que se disculpa por sus palabras. Aguirre pide perdón a Fernando Serrano, director de la Oficina principal del Defensor del Contribuyente y representante del Ayuntamiento de la capital en Caja Madrid, persona con la que no tiene ningún trato personal. Pero, el desencuentro de Serrano con las autoridades autonómicas se remonta a hace más de un año, cuando el alcalde de Madrid conseguía que fuera elegido presidente de la Comisión de Control, desbancando así al “aguirrista” Pablo Abejas. En julio, la dirección nacional del PP consensuaba una lista única para la entidad financiera. “Gallardonistas” y “aguirristas”, pactaban el número de representantes de PP, PSOE e IU en los diferentes órganos, así como de los sindicatos. Hasta que, a principios de este año, Serrano, con la decisiva decisión de Aguirre de no votarlo para la Caja, se quedaba fuera de la comisión de control y, en su lugar, repetía Rubén Cruz, representante de IU. De esta forma, Aguirre, dispuesta a hacerse un abrigo con las pieles de los cachorros de contrincante en el partido, se vengaba de Gallardón.

Mariano Rajoy, más paciente que Job.

Cristóbal Montoso, portavoz de economía del PP, explicaba a su manera que los políticos también hablan como la “gente normal”. Y Mariano Rajoy, quien, hace justo tres meses, declaraba ante el Comité Ejecutivo Nacional de su partido, con una contundencia que pretendía marcar autoridad y aplacar los líos internos: “No habrá una próxima vez”, volvía a recaer. Su promesa se quedana así estancada en papel mojado. Ni sanciona a Aguirre por haber insultado a un compañero de filas, llamándole “hijoputa”, ni le da la mínima importancia al suceso. Y demuestra que puede haber más de un santo Job en la historia.

El "Manda huevos" de Trillo.

El caso de los micrófonos abiertos ya ha jugado muy malas pasadas a varios políticos, tanto de derechas como de otros grupos. El 18 de abril de 1997, el entonces presidente del Congreso, Federico Trillo, tras leer la compleja redacción de una enmienda parlamentaria que se disponía a votar la Cámara, exclama para sí, aún con el micro abierto: “¡Manda huevos!”. El 20 de marzo de 2002, el entonces presidente del Gobierno y de turno de la UE, José María Aznar, tras concluir una pormenorizada enumeración de un amplio calendario de reformas aprobadas en la UE, comenta “¡Vaya coñazo que he soltao!”. En el debate de presupuestos de 2003, otro micro abierto permite escuchar al entonces responsable de economía del PSOE, Jordi Sevilla, evaluar a su jefe, José Luis Rodríguez Zapatero, que acaba de defender la alternativa de su grupo: “Se te nota todavía inseguro. Has cometido un par de errores (...) pero son chorradas”. Sevilla considera que con “dos tardes” el secretario general del PSOE tendrá suficiente para aprender “lo que necesita”.

José Bono y sus “hijos de puta”.

En enero de 2004, siendo José Bono presidente de Castilla-La Mancha, un micrófono capta un comentario privado en el que se le escucha calificar de “gilipollas” al entonces primer ministro británico, Tony Blair. ”Nuestro compañero Blair –dice textualmente– es un gilipollas integral”. En 2005, durante la Cumbre Euro-mediterránea de 2005, el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, apunta a un asesor que el acuerdo sobre terrorismo que estaba en discusión entre sus participantes debía ser cerrado “como sea”. El 11 de octubre del 2008, en vísperas del día de la Fiesta Nacional, un micrófono abierto en la clausura de un acto del PP, permite escuchar las quejas de su presidente, Mariano Rajoy, por tener que acudir al día siguiente al “coñazo” del desfile militar. No es la primera vez que a Rajoy se le ocurre algo así. En 2002, durante una rueda de prensa en La Moncloa se le oyó decir a propósito de un periodista: “Este tío es tonto del culo”. Y, en octubre de 2008, José Bono, entonces presidente del Congreso, en una conversación distendida con diputados, captada por las televisiones en los pasillos de la cámara, dice que “hay mucha santa y algún malo (...) y los del partido propio que son unos hijos de puta”.

El edil de IU en Torrejón, José Fernández, insultado.

El insulto de “hijo de puta” se repite especialmente entre los populares madrileños. La última vez que se oyó fue el pasado lunes, en boca de un concejal popular –la oposición señala al popular, Valeriano Díaz, como autor del improperio–, en el pleno celebrado en Torrejón de Ardoz. La víctima fue el portavoz de IU, José Fernández Benito. Otros gritos por parte de los vecinos al mismo concejal fueron: “Sinvergüenza, ladrón, impresentable…”

Y de los insultos en los plenos pasamos a los dibujos de esta semana. Empezamos con Territorio Vergara (Hijo de puta y Mosqueo sindical)

Continuamos con Manel Fontdevila (Tempestad y Excusas)


Seguimos con Kap (El Gobierno, tocando las pensiones y Volar con Air Comet)

Con Amorim ( Tráfico, Crisis bancaria, Polución y Comida rápida)




Y terminamos con Pep Roig (Cualquier tiempo pasado… y Reforma de la voluntad laboral, Temporal y A cada cual lo suyo)

Por cierto, Pep Roig está de enhorabuena. Encontró al fin el local para exponer su Museo “chupano” del Humor. La Sociedad Protectora de l’Humor, constituida legalmente el 11 de julio de 2008, fue concebida con la finalidad, no exclusiva, de crear el Museu de l’Humor en Mallorca, cuya principal función es investigar, reunir, estudiar, preservar y divulgar todo aquello que pueda tener relación con la cultura humorística de les Illes Balears y, también, de todo el mundo, en los diferentes ámbitos: espectáculo, cultura popular, humor gráfico, leyendas, música, etcétera. El pasado 21 de enero, se concretó el acuerdo de colaboración entre la Sociedad Protectora de l’Humor y Can Gazà (Institut Contra l’Exclusió Social), para la ubicación provisional de la sede del “Museo” en el porche de la Casa Larga, sita en la carretera de Valldemossa, kilómetro 4, junto al hospital de Son Espases, en Palma. En el mencionado espacio se expondrá el fondo museístico disponible: dibujos, objetos, libros, carteles, fotografía, pintura, escultura y otras; patrimonio que aumentará a medida que la búsqueda de material, especialmente a las Islas, dé sus frutos.

Museo Museu “Chupano” de l’Humor, en Can Gazà.

Está previsto que este nuevo espacio dedicado al humor pueda abrirse al público en dos o tres meses. Quien quiera colaborar con una obra (o más), objetos, fotografías, libros y otros elementos de humor, será recibido con los brazos abiertos. Más adelante, e programarán exposiciones de autores locales, nacionales e internacionales, siempre según las posibilidades que, como todo lo que se relaciona con el humor, son escasas.

Jaume Santandreu y Pep Roig, con la simbólica primera piedra del Museo.

Como siempre, terminamos esta página con una serie de vídeos. En el primero de ellos, grabado hace un año, el presidente del Gobierno, Jose Luis Rodriguez Zapatero, se confunde y dice “follar” en vez de “apoyar” durante una rueda de prensa.

La Murga de Madrid es el fruto del empeño y el esfuerzo de un grupo de madrileños, muchos de ellos vecinos del barrio de la Latina, para volver a darle vida a esas típicas murgas carnavalescas que como su propio nombre indica, daban la murga a todos esos poderes fácticos, principalmente al gobierno municipal, con sus parodias, coplas y mojigangas de carácter satíricas, burlescas, chufleteras y picaronas.

El alcalde de Madrid, Alberto Ruíz Gallardón le canta a la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre.

El corto de animación “La Dama y la muerte” (The Lady and the reaper), de la productora andaluza Kandor Graphics, ha sido seleccionada para los Oscar. A lo largo de siete minutos, cuenta las tribulaciones de una anciana que espera la llegada de la muerte para poder reencontrarse con su difunto marido. Una noche recibe la visita de la Muerte para invitarla al viaje final, pero aparece un doctor que no está dispuesto a que la abuelita se vaya de este mundo así como así.