El “vicio” o la “virtud” de expresarse en la sociedad de consumo.
¿Es arte que un oso se dé cabezazos contra una pared, que unos perros se disputen una silla o que un carrito de la compra se vuelque sobre una lata? Todo depende de los ojos que lo miran. Por supuesto, el “vicio” o la “virtud” de coleccionar estas y otras “obras de arte”, se promociona en Arco, la feria de Arte Contemporáneo que se expone por estas fechas en Ifema (Madrid), desde hace casi seis lustros. Estos y otros actos estrambóticos quebrantan, periódicamente, normas y costumbres y, en ocasiones, tocan lo intocable. En Arco, se exponen dibujos abstractos de Joan Miró, fotografías que se confunden con la pintura y nuevas tecnologías e instalaciones que, año tras año, se renuevan, independientemente del consumo creciente o de la crisis galopante. Botero, Bacon, Picasso, Miró, Kapoor, Morrison, Warhol y Fontana son algunos de los autores más cotizados. The Beach”, del inconfundible Fernando Botero se vendía por 946.000 euros. ¿Cómo irán las ventas este año? El miércoles pasado nadie se atrevió a hacer un vaticinio.
Fernando Botero posa frente a su obra The Beach (La playa).
La tercera feria de arte contemporáneo más importante del mundo, abrió sus puertas tras semanas de continuos enfrentamientos verbales entre galeristas y la organización ARCO. Participan en ella un total de 218 galerías, procedentes de 25 países, y unos 3.000 artistas plásticos consolidados y emergentes (nuevos). Pintura, escultura, instalaciones, fotografía, vídeo, new media, dibujo y grabado, y Los Ángeles, como ciudad invitada, fueron los principales atractivos de esta feria. El público se acercó a las últimas tendencias de creación artística de una de las grandes urbes estadounidenses. No obstante, hubo 18 galerías menos que el año pasado. Son los efectos negativos de la crisis, así como de la habitual protesta de cientos de galerías que cada año quedan fuera y que denuncian favoritismo y discriminación. A todo ello hay que añadir la escasa presencia latinoamericana.
Como cada año, la polémica se monta sobre alguna figura. Esta vez le tocó a la de Eugenio Merino quien compuso los tres creyentes rezando, uno encima del otro. En la base de esta escultura titulada “Stairway to heaven” (Escalera hacia el cielo), su autor colocó a un musulmán tendido en el suelo; sobre él, un sacerdote católico arrodillado y, en la cumbre, un religioso judío, de pie, sobre los otros dos. Nada más abrir la feria, se anunció que la pieza ya había sido vendida por 45.000 euros a una coleccionista. La obra irá a parar a la Fundación Shimon Peres, “una fundación internacional infantil que promueve la tolerancia y la no-violencia”. El mismo día de la inauguración oficial los Príncipes de Asturias pudieron contemplar la “Escalera hacia el cielo”.
Los Príncipes de Asturias, en la inauguración oficial, el jueves pasado.
La Embajada de Israel en España enseguida elevó su queja, al calificar la obra de “ofensiva”. “Sus obras –explica Susana Gochia, de ADN, la galería en donde Merino expone– son irónicas y juegan con las contradicciones. No quiere denunciar algo, sino dejar claro que podría haber un diálogo entre las tres religiones monoteístas principales. El hecho de que el personaje judío esté de pie y arriba es porque Eugenio ha respetado el modo de rezar de cada uno”. El joven autor justifica su obra: “Yo soy muy ingenuo. Y nunca creo que mis obras vayan a molestar. Quería unir dos elementos israelíes. Todas estas polémicas me parecen estériles”.
Para Miguel Ángel Sánchez, director de la galería ADN, esta obra sólo pretende mostrar “el diálogo de civilizaciones” y está “ejecutada al azar” sin tener en cuenta qué figura está debajo o encima, sin olvidar que “el rezo en estas religiones se produce de esta manera. Además, la obra se empeña en hacer hincapié en la posibilidad de un encuentro futuro entre las tres religiones”. Pero la embajada israelí considera que las obras de Merino tienen “elementos ofensivos para judíos, israelíes y seguramente para otros. Valores como la libertad de expresión o la libertad artística –asegura la nota de la embajada– sirven en ocasiones de simple disfraz de prejuicios, de estereotipos o de la mera provocación por la provocación”. Otra obra del mismo autor muestra una metralleta Uzi, de fabricación israelí, que sirve de base a un candelabro hebreo de siete brazas, la que tampoco hizo gracia alguna a la embajada de Israel.
En Arco, unas obras provocan admiración y sorpresa; otras, desazón y desacuerdo; ninguna, indiferencia y rutina. Un curioso conjunto de cuadros (del mismo Merino), reúne al Che Guevara, Cristiano Ronaldo y un billete de 100 dólares en una única pared. Más directo es el estilo de Juan Pérez Agirregoikoa que, con su colorida obra satírica, apunta claramente el Papa, la religión y el mundo político. El austriaco Viktor Bucher retrata en una misma composición al presidente de EEUU Barack Obama y a la controvertida Paris Hilton. Obama aparece también en los cuadros de la galería Bejin Space, al lado de Lady Diana y el príncipe Guillermo.
Un Ghandi de color rojo, más moderno que nunca, escucha su iPod; mientras, al otro lado del pasillo, observamos dos manos que salen de la pared y rezan con un billete de 50 dólares entre ellas.
Con este enorme balón (en venta por 120.000 euros), Romuald Hazoumé, un artista beninés (de África occidental) protesta contra la inversión del Gobierno sudafricano en la organización de la próxima Copa de Fútbol del Mundo 2010. Con esta escultura, de 218 centímetros de diámetro, construida con trozos de botellas que habían sido utilizadas por los traficantes ilegales de petróleo en la frontera entre Nigeria y Benin construida, Hazoumé ha querido llamar la atención sobre la inversión gubernamental en ese evento, en un país con una gran tasa de pobreza. “Este balón gigante de la próxima Copa del Mundo (de Sudáfrica), es nuestro planeta”, indica la galería en una nota. Y habla sobre “el mundo, sus esperanzas, la solidaridad del pueblo, pero también del exceso de población, de la perversidad política y de los problemas locales y a nivel planetario”. El balón está expuesto en la galería belga AliceDay.
Pese a estos rasgos de humor, la diversión parece haber desaparecido en Arco. “Espectáculo no, supervivencia sí”, resume el galerista Iñigo Navarro. El director de la galería Leandro Navarro, se muestra muy optimista porque “las crisis son necesarias para ordenar”. En su caseta se pueden ver las pocas piezas históricas de vanguardia moderna. Ahí están los Mirós, que piensa podrá vender. El crítico Simón Marchán Fiz comentaba hace unos días que los nombres notables habían desaparecido hace años y que no había ventas importantes. Pero Navarro confía en que sus coleccionistas seguirán invirtiendo. Algunos dicen que peor fue la crisis de la Guerra del Golfo y que esto no es más que una burbuja que estallará y pasará rápido. “No hay dinero para chistes –escribe Peio H Riaño–, ni espacio para la fiesta. Sólo cabe lo que se vaya a vender. Hay piezas que no se liquidaron el año pasado, en las mismas galerías. Arco se ha vuelto muy gris, a pesar de alguna que otra excepción. La diversión no es rentable y el arte emergente, el único capaz de hacer que la ironía corra por las galerías sin tapujos, tampoco”. La feria de Arco –dos días para los profesionales y entre el viernes y el domingo para el público, a 32 euros la entrada– sigue siendo prohibitiva para la gente en paro.
Con más visitantes que coleccionistas, las preguntas, a menudo sin respuesta, surgen en cada mostrador. “Realmente –se pregunta otro galerista, reconociendo que, desde diciembre, las ventas han mejorado pero que tienen que hacer más descuentos, dar más plazos de venta a sus clientes y atar como sea el pronto pago– ¿necesita Arco que vengan todas esas galerías importantes si ya lo han enseñado en otra feria antes?”. “¿Crisis? ¡Qué va! –interviene un tercero–. Necesitábamos depurar muchas cosas que sobraban”. Pero, los galeristas se quejan de la falta de pasta. Los coleccionistas dicen lo mismo de ellos y a los artistas no les terminan de llegar los pagos de las ventas.
Únicamente los “Solo Projects” mantienen el ánimo rebelde de la feria. “Este año tiene que ser bueno a la fuerza –cuenta el galerista Damián Casado–, porque nadie ha gastado nada durante 2009”. En sus palabras hay más fe que esperanza. Lamenta que los coleccionistas importantes no lleguen a Arco. La conversación entre él y uno de sus artistas deriva hacia la necesidad de dotar a la feria de una personalidad propia que les atraiga, para evitar repetir las fórmulas que no consiguen hacer de ésta algo extraordinario.
Arco 2010 abrió sus puertas en una edición a la que acudió Los Ángeles como ciudad invitada, con la participación de 218 galerías de unos 30 países. Y Madrid se convirtió, por unos días, en capital del arte con las últimas tendencias del panorama internacional.
La Anunciación, según Fernando Bayona.
Pero hay otras transgresiones artísticas que no tienen el margen tolerante de la feria de Arco. Me refiero a “Circus Christi” la exposición fotográfica de Fernando Bayona, inaugurada la semana pasada en Granada, donde los sectores más puritanos se escandalizaron al ver a un Jesucristo gay, tras acostarse con María Magdalena, a una Virgen que ofrece sus encantos en un burdel y a un José, su esposo, que es un camello. Abierta en la Universidad de Granada, la exposición no duró ni unas horas, siendo cerrada ante la presión de los grupos más retrógrados de la ciudad. El autor de la misma, un joven de 29 años de Linares (Jaén), licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Granada, la justifica como interpretación personal. Señala que, para realizar la serie, ha hecho una interpretación personal de la vida de Cristo, con una serie de imágenes mordaces, irreverentes y subversivas. Y confiesa haber recibido diversas amenazas de muerte a través de E-Mails en los que escribieron: “Lo vas a lamentar. Mira a un lado y a otro cuando vayas por la calle porque te vamos a reventar la cabeza”.
El beso de Judas, segun Bayona.
Varios colectivos de gays, lesbianas y transexuales exigen a la Universidad que reabra “Circus Christi”. Mar Cambrollé, presidenta de la coordinadora Girasol, dice, escandalizada: “No entendemos cómo una institución como la Universidad ha cedido a la presión de grupos que no respetan la libertad de expresión y que se saltan, por tanto, las reglas del juego democrático; es como si el Estado cede a los chantajes de grupos terroristas como ETA”. Y recuerda el calendario transgresor contra la Iglesia Católica que ellos mismos elaboraron las pasadas navidades en Sevilla. “Mira que la ciudad es muy costumbrista y muy católica, pero nosotros no tuvimos ningún problema”. Tampoco “Colegas”, federación andaluza, entiende el boicot. “Nos parece fatal que retiren una exposición cuando la libertad de expresión es lo primero. Si vetamos el arte, la expresión artística, estamos volviendo atrás, no evolucionamos. ¿Qué hubiera pasado si hubieran vetado al Greco o Goya? –se pregunta, indignado, Antonio Ferre, presidente de dicha federación– La Universidad tiene que dar cabida a la libertad de opiniones. Ése es el verdadero espíritu universitario. Si no, ¿cómo va a educar, a crear? Además, no es obligatoria, a quien le moleste que no vaya a verla. A mí también hay cosas que me ofenden y no voy por ahí amenazando a nadie”.
Jesús yacente.
Sin embargo, tras esta férrea censura de la Universidad de Granada, al artista, Fernando Bayona, le han llovido las ofertas y ha mostrado su agradecimiento. “Si no es en Granada, será en Sevilla, pero Circus Christi volverá a ser expuesta”, dice la Asociación de Transexuales de Andalucía (ATA), que ha puesto su sede, en pleno centro de Sevilla, a disposición de Bayona. “La muestra no puede estar clausurada por el chantaje de unos integristas”, explica Mar Cambrollé, presidenta de ATA.
El pasado jueves, José María Aznar perdió por completo los papeles. El ex presidente del Gobierno hizo una peineta a un grupo de jóvenes que le increpaba al grito de “terrorista y asesino”. Se había desplazado a la Facultad de Económicas de la Universidad de Oviedo, invitado por Nuevas Generaciones del PP en Asturias, para impartir una conferencia. Durante su intervención, arremetió contra José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno. Dijo que un “pirómano” como él “no podía ser el jefe de los bomberos y España necesita un gran equipo de bomberos”. A su juicio, al jefe del Ejecutivo le faltan “convicciones y autoridad moral”. Pero todo su discurso quedó devaluado por un solo gesto. El de su dedo corazón en alto. Lo que revelaba, según todos los expertos, su “prepotencia”, “chulería”, “soberbia” y “autoritarismo”. Fue su respuesta a los abucheos y descalificaciones recibidos desde su llegada al acto. Fue el expresivo “fuck you!” (“¡que te jodan!”) con que los anglosajones replican mil y una veces a través de la tele y las películas, “pero absolutamente inusual en un cargo público”, según reconoce Guido Indij, autor de Sin palabras=Speechless. Gestiario argentino= A dictionary of Argentine Gestures (La Marca, Buenos Aires, 2008). Luego, el presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) se detuvo a realizar un análisis: “Hay algunos que parecen empeñados en demostrar que no pueden vivir sin mí”.
Miguel Ángel Rodríguez comenta en un artículo que lo primero que hay que analizar es que los jóvenes manifestantes eran “un grupo organizado de gente que suelta lindezas del tipo asesino, terrorista y cabrón”. Por eso justifica la reacción de Aznar: “Lo que priva –dice el ex secretario de Estado de Comunicación y portavoz del Gobierno de Aznar de 1996 a 1998– es mandarles a tomar por el culo. Pues, sí. Muy educadito no queda, pero libera”. Rodríguez también recuerda “que el Rey ya hizo un gesto similar a unos abertzales que le increparon ofensivamente durante una visita al País Vasco hace unos años”. Y, por último, reprocha la actitud de obsesionarse con todo lo que hace en público el ex presidente: “Mucho mejor criticar el dedito de Aznar que la lengua dicharachera de quienes se chivaron a los de ETA para que no les detuvieran. Dónde va a parar”.
NetoRatón nos recuerda el legado fotográfico de Aznar. Y resume así las cuatro fotos que marcan su trayectoria política: primero, el Aznar disfrazado de “El Cid”, en su etapa de presidente de Castilla y León.
Le sigue la de su imagen al lado de Bush, con los pies encima de la mesa y un puro entre dientes, preparando la guerra de Irak.
Continúa con Bush y Blair, declarando una guerra que ya lleva en su cuenta un millón de muertos.
Y termina con esta que nos muestra a Aznar, haciendo la peineta a un grupo de estudiantes en Oviedo.
Pero hay otras formas de expresarse mucho menos chulescas y mucho más sutiles y, a la vez, efectivas. Es la que utilizan los dibujantes de humor de los que cada fin de semana nos hacemos eco. Vean, sino, y que cada cual los interprete a su modo. Comenzando por Manel Fontdevila (La peineta, El viejo trujo, De premio, Exigimos y Plan maestro).
Continuando con Territorio Vergara (Hoy nos dirá su receta, Otra vez por la tangente, Hedge Founds y Hombres de Estado)
Siguiendo con Kap
Y finalizando con Pep Roig (Inexperto, Caos en el Parlamento Balear, Responsabilidad compartida, Niunoniotro, Estrategia y Soledad)
O con Aznar, el incendiario.
Aznar demuestra sus habilidades con el dedo en la Universidad de Oviedo, ante miles de estudiantes con pancartas.
1 comentario:
Racionalizar y reinterpretar la iconografía y conceptualidad mistérica de lo religioso puede resultar trágico para quien lo haga. Un cientifico, un autor teatral, un creador, un artista plástico, o incluso un músico, podrían ser victimas de los fundamentalistas católicos. Así las cosas en siglo XXI. Y del Islam mejor ni hablar. En cuanto funcione la máquina del tiempo de H.G. Wells me subo a ella.
chiflos.
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