Sobre la imputación de la infanta Cristina.
La documentación que el juez José Castro,
instructor del caso Nóos, está consiguiendo sobre Cristina de Borbón, confirman
que la infanta Cristina es diferente del resto de los mortales. Nos enteramos
de que la hija de los reyes, al contrario del resto de los españoles, la
mayoría de los cuales sufren las nefastas consecuencias del paro, no sólo se
mantiene al pie de la La Caixa como
directora del Área Social de la
Fundación , sino que su sueldo es uno de los pocos que no ha
bajado. Su remuneración ha crecido sin parar en un 200% durante estos años, en plena crisis
económica y de recortes salariales. En efecto, el salario de 83.000 euros
brutos anuales que la hija menor del rey cobraba en 2004, se ha convertido en
238.000 euros por el trabajo que ahora desempeña en Suiza. La Agencia Tributaria
remitió la documentación reclamada por el juez el pasado mes de agosto sobre
los cobros y pagos que doña Cristina realizó con terceras personas, para
comprobar si el origen y destino de esas operaciones fue la mercantil Aizoon
S.L., propiedad al 50% de la
Infanta y de su esposo, Iñaki Urdangarin. Y está
reuniendo nuevas pruebas antes de decidir si imputa de nuevo a la duquesa de Palma
por fraude fiscal y blanqueo de capitales.
Un portavoz oficial de La Caixa aseguró al diario
digital El Confidencial que, desde 2010, todos los cargos directivos de la
entidad tienen congelado el sueldo, aunque la Infanta ha tenido un
incremento salarial del 0,4% en los últimos tres años. El mismo portavoz
desmintió rotundamente, como han apuntado diversos medios, que La Caixa vaya a sufragar los
gastos del alquiler de la vivienda que Doña Cristina ocupa en Ginebra y de la escolarización de sus
cuatro hijos, que ascienden a unos 200.000 euros anuales. Todos
ellos ya han comenzado el curso en el prestigioso centro escolar Ecolint de
Ginebra, cuyo coste global se eleva a 120.000 euros anuales. A esas cantidades,
que supuestamente serán pagadas por la Infanta y su esposo, hay que sumar los 60.000 euros anuales
del alquiler de un ático en el exclusivo barrio de Florissant.
Otros 300.000 euros, con cargo a las arcas del Estado, serán destinados a
sufragar el dispositivo de seguridad de la familia Urdangarin-Borbón en la
ciudad suiza. O sea, que el “capricho” de la infanta nos costará a todos un ojo
de la cara
Bien es cierto que la Audiencia de Baleares
suspendió el pasado mes de mayo la imputación de la infanta, pero dejó la
puerta abierta a una nueva imputación por un presunto delito fiscal y otro de
blanqueo. La resolución de la
Audiencia advertía que la hija del Rey “debería saber o
conocer que Aizoon era una sociedad pantalla y que su marido la utilizaba para
defraudar a Hacienda”. Y concluía que doña Cristina “pudo haber convocado junta
de la sociedad y revocado poderes a su marido o pedido que se regularizase
la situación tributaria, pero no lo hizo”.
El año pasado, Diego Torres, quien, en otro tiempo fue socio de Iñaki Urdangarin, advertía que tenía en su poder “200 correos electrónicos comprometedores” con los que podía “cargarse
La infanta Cristina firmó de su
puño y letra el contrato ficticio de
alquiler de su palacete de Pedralbes a su sociedad instrumental
Aizoon, según publicaba este martes el periódico El Mundo. La Agencia tributaria aportaba
al Juzgado de Instrucción número 3 de Palma de Mallorca esta nueva prueba que confirma,
según Diariocrítico, “su implicación indirecta en la gestión de la trama, al
tiempo de situarla en el epicentro del fraude fiscal y del blanqueo de
capitales”. Este mismo diario titulada: “La infanta, al borde de la imputación,
al alquilarse a sí misma el palacete”, detallando que “se pagaba a sí misma
12.000 euros del dinero público que recibía de Nóos”, además de que “generaba,
al mismo tiempo, gastos falsos”. Hace una semana, el periódico El Mundo publicaba
una nueva entrega sobre los gastos que la infanta Cristina y su familia acometían con dinero que
procedía de Aizoon, la sociedad creada por Urdangarín. La
Policía asegura, según este periódico, que, “en 2005, doña
Cristina se gastó 148.000 euros de origen público en muebles y cortinas” para
el palacete de Pedralbes. El rotativo considera que “se trata de un indicio más
del presunto blanqueo de capitales llevado a cabo en la reforma de la casa de
Pedralbes y que podría acabar con su imputación”. Y El Mundo recordaba otros
abultados gastos de la pareja: “En 2009, ya con el país en crisis, abonaron a
Air France 20.000 euros por diversos viajes; en 2010, un total de 9.000 a Delta Airlines; 7.200 a Lufthansa en dos
meses, en 2007; y un largo etcétera en el que se incluyen Spanair y otras
aerolíneas españolas”.
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