lunes, 22 de mayo de 2017

Pedro Sánchez logra resucitar en el PSOE.

      (Repaso hoy el acontecimiento registrado en el seno del PSOE que un fallo detectado en mi blog impidió que publicara durante el domingo y parte del lunes.)     


       La victoria de Sánchez fue más contundente de la esperada. Al 99,23% de los votos escrutados, había logrado el 50,21% de los sufragios y  74.223 votos. Díaz, se quedó en el 39,94 % y con menos votos que los avales que presentó el 4 de mayo. Por su parte, Patxi consiguió 9,85 votos, apostando por él 14.571 militantes. Sánchez ganó en todas las comunidades autónomas, excepto en Andalucía, superando en votos a Díaz en comunidades como Aragón, donde la dirigente andaluza le había doblado en número de avales. La victoria de Sánchez y su contundencia supone toda una convulsión en la estructura del aparato del partido y de sus cargos orgánicos, muchos de ellos abiertamente enfrentados con quien volverá a ser ahora su secretario general. La candidata y presidenta andaluza no pudo disimular en su rostro, en sus gestos y en sus palabras la inquina que siente contra Sánchez, ni la sorpresa de una derrota que no contemplaba ni en sus peores pesadillas. Nada más conocerla, mostró constantes gestos de frialdad hacia Pedro Sánchez. La primera felicitación la hizo por teléfono cuando ambos estaban en la misma planta del edificio, separados por unos metros de distancia. Hubo un intento de la candidatura de Sánchez de comparecer los tres juntos, pero también Díaz se negó. Finalmente, salieron los candidatos uno por uno, y la presidenta andaluza accedió sólo a posar brevemente ante las cámaras en la misma sala de prensa de Ferraz y no con su mejor cara. En su intervención ni siquiera felicitó públicamente a Pedro Sánchez ni se puso a disposición directamente del nuevo secretario general, como sí hizo Patxi López, previamente. Se limitó a decir que ella seguía “a disposición del partido” cuando se la necesitara. Y abandonó Ferraz por el garaje, como hiciera Sánchez aquel 1 de octubre. 

  Un debate con más espinas que rosas.

       El objetivo del debate de hace una semana no fue tanto de ganar como aguantar. “La campaña de primarias –escribió Nacho Cardero en El Confidencial– no pasará a los anaqueles de la ciencia política por su sofisticación. Si por algo se está caracterizando este proceso, acaso uno de los momentos más críticos del PSOE en sus 140 años de historia, clave para la supervivencia de la formación y para el devenir del país, es por su falta de fineza. Mientras los candidatos se ciñen al discurso oficialista delante de las cámaras, envían tras bambalinas a sus subalternos para que se den de navajazos en la calle, a plena luz del día, como en un episodio de 'Narcos'. A determinados enemigos solo se les puede vencer si te mimetizas con ellos, si participas de sus engaños y tácticas. Tal vez por ello, a los tres candidatos se les está quedando cara de Pablo Escobar según transcurren los días. ‘Gane Sánchez o se imponga Susana, el PSOE se va a meter después en un ajuste de cuentas que bloqueará cualquier entendimiento con el Gobierno’, analizaron desde el PP al PSOE del post-congreso federal… Existe la convicción de que el número de votos en las primarias no diferirá mucho del de firmas registradas hace 10 días. Más que luchar por nuevos votos, Susana Díaz intentará agarrar los que ya tiene. Aguantar. No cometer ningún traspié. Evitar caer en el barro y las confrontaciones personales. Muy al contrario, Sánchez está obligado a sorprender, a arriesgar. Dan por hecho que sacará un conejo de la chistera. Otro más y ya van…”

El debate a tres, en Ferraz.
     
       Existe la percepción –insistía Cardero hace una semana– que Sánchez tiene un problema serio con la verdad. No es, sin embargo, el único culpable. Tanta o más responsabilidad hay que atribuírsela al conjunto del aparato y, concretamente, a los barones socialistas afines a la presidenta, que han mostrado una actitud complaciente y a quienes, por un quítame allá estas pajas, les han terminado robando la merienda en sus respectivos territorios. El álter ego de Susana Díaz en el Congreso, Eduardo Madina, apenas logró arrancar 96 avales en el País Vasco… La imagen de ‘sobrado’ que Sánchez proyecta le ha restado puntos en las últimas horas y le obligará a combatir cuerpo a cuerpo contra Susana Díaz. Aunque quiera, no podrá evitarlo. No olvidemos que en esto de las primarias hay poco de política y mucho de condición humana, de sentimientos personales, de venganza por las relaciones truncadas. En las casas de apuestas socialistas, Sánchez parte como favorito sobre Susana Díaz porque tiene menos que perder y más horas de vuelo en debates públicos (aunque haya perdido). Y será el tercer candidato, Patxi López, del que menos se habla y al que sus compañeros se refieren como esa ‘criatura’ o ‘socialista comparsa’, el que saldrá victorioso de esta pugna por el control de Ferraz. En el debate irá de casco azul de la ONU, esto es, de hombre de diálogo y unidad, lo cual siempre da sus réditos ante la opinión pública. En el proceso de primarias aguantará hasta el final para tratar de ser decisivo y que, gane quien gane, le nominen como portavoz parlamentario en el Congreso. Es la comidilla de todas las reuniones, la pregunta que te hacen tengas o no idea de lo que sucede en los cenáculos políticos: ¿quién va a ser el próximo secretario general del PSOE? Detrás de esta cuestión subyace el temor a que la aparente situación de estabilidad que vive el país salte por los aires. Ni crisis de deuda, ni Corea del Norte. Lo que, en verdad, preocupa hoy a los españoles es el futuro del PSOE y, por ende, el de España. Casi nada”.

Margarita Robles: “En el debate fueron claramente a por Pedro Sánchez”

       Algunas personalidades como Margarita Robles, diputada socialista, número dos por Madrid en la lista del PSOE que encabezaba Pedro Sánchez, reconocía en Cuartopoder: “En el debate, fueron claramente a por Pedro Sánchez. En mi opinión, no resulta aceptable una descalificación personal como la que se hizo, diciendo que Pedro Sánchez era el problema. Creo que descalificaciones así no deben tener cabida en el ámbito del Partido Socialista. No se puede decir que Pedro es el problema cuando, en el año 2011, se perdieron 4 millones de votos. De la misma manera no se debe hablar de vaivenes de Pedro cuando, en Andalucía, se ha gobernado sin solución de continuidad en una legislatura con el apoyo parlamentario de Izquierda Unida y en la siguiente, la actual, con el apoyo de Ciudadanos, que ciertamente son opciones muy diferentes”. Margarita se refirió a la coherencia de Pedro Sánchez, capaz de dimitir de su acta de diputado, irse al paro, con tal de defender aquello con lo que se había comprometido en su programa electoral: votar ‘no’ a Mariano Rajoy. “Pedro Sánchez lleva diciendo, desde el momento en el que anunció su candidatura, que él quiere un PSOE que sea autónomo, que llegue a recuperar otra vez el Gobierno de la nación y que sea la principal fuerza de la izquierda. Ahora bien, es evidente que la situación en este momento ha cambiado porque ya no estamos en un marco de bipartidismo. Nos vamos a tener que acostumbrar a hacer política con cuatro partidos fundamentales a nivel estatal”. Y Robles defendía  que la campaña de Sánchez no fue nada personalista. “Ha hecho muchísimos actos, más de 150 por toda España, en los que no ha intervenido él, sino diputados o personas que le apoyan.  Todo el mundo tiene que tener muy claro que este país no va a funcionar si no hay un partido socialista fuerte, unido, que llegue al Gobierno y que sea capaz de transformar España. Eso no se va a hacer sin un PSOE unido”.

 Iceta y otros dirigentes siguieron el debate desde la sede del PSC.

       El secretario de Organización del PSC, Salvador Illa, llamó el pasado lunes a los candidatos a las primarias del PSOE a ofrecer un “enfoque claramente de futuro y no tanto de mirar por el retrovisor del pasado”. Justo antes del debate de los tres candidatos  –Susana Díaz, Pedro Sánchez, Patxi López–, los socialistas catalanes dirigentes del partido, encabezados por el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, avanzaron la reunión semanal de su ejecutiva para poder ver el debate, esperando que los candidatos confrontasen sus propuestas con respeto y buen tono para convencer a los militantes de que su candidatura era la mejor. El PSC deseaba que los tres hicieran propuestas “para cohesionar al partido y ofrecer una alternativa al gobierno del PP”. Illa insistió en que el PSC mantendría su neutralidad institucional sin fisuras  –al margen de lo que puedan hacer a nivel individual sus cuadros y dirigentes–, porque es “un partido diferente que está eligiendo el secretario general de un partido hermano”. Entre los candidatos del partido estuvieron, Miguel Iceta, Salvador Illa, Ángel Ros, presidente del partido y alcalde de Lleida, Assumnpta Escarp, secretaria de Acción Electoral y Mercè Perea, la diputada en el Congreso.


     Juanma Romero presentó en El Confidencial algunas de las claves de un debate que pasará a la historia del PSOE. El papel sobresaliente del exlendakari, los mensajes de Díaz y Sánchez, el lenguaje no verbal de los aspirantes, incluso el posdebate. Una lectura fértil que corre a cargo de los cuatro especialistas consultados: Pablo Simón, profesor de Ciencia Política de la Carlos III de Madrid; el también politólogo Lluís Orriols, del máster de Análisis Político y Electoral de la misma universidad; Máriam Martínez-Bascuñán, docente de Ciencia Política de la Autónoma de Madrid, e Imma Aguilar, periodista, asesora de Comunicación Política y directora de Perfil Público. El exlendakari fue percibido como el más claro vencedor del debate en Ferraz. Todos ellos destacan que ha sabido sortear el peligro cierto de haber sido ninguneado. Su momento memorable fue ese 'Vamos a ver, Pedro, ¿tú sabes lo que es una nación?', que provocó tres segundos de silencio en Sánchez y le generó nerviosismo. Demostró tener trienios, estar curtido frente a un discurso cambiante como el de Pedro. Los politólogos remarcan que el exlendakari logró salir del marco de sus rivales y evitó ser engullido por ellos, haciendo visible su propuesta
    
    Los analistas entienden que Díaz fue más “eficaz” a la hora de “acorralar” a su más directo competidor. No tiró tanto de argumentos “sofisticados”, sino más simples pero directos. Buscó instalar un puñado de mensajes en la audiencia: un Sánchez que ha acumulado derrotas electorales, que no ha logrado cohesionar al partido, que ha espantado a los que estaban con él. La presidenta fue más “eficaz” a la hora de “acorralar” a su enemigo con mensajes más simples, aunque para otros fue más “errática”. “No ha estado brillante, pero sí más contundente y ha sabido mantener la calma –aprecia Aguilar–, mientras que Pedro ha perdido los nervios. Hasta ese 'no mientas, cariño' sonó condescendiente”. Para la asesora de Comunicación Política, Díaz logró encontrar un cierto equilibrio, consciente de que su peligro era parecer “sobrada” ante las cámaras, como de hecho le ocurrió en el segundo debate con los cabezas de lista del PP y de IU de las autonómicas de marzo de 2015. No obstante, Aguilar cree que no se esmeró demasiado en los argumentos, pues, por ejemplo, todo lo que dijo para descalificar al PP, y que repitió hasta la extenuación, era un eslogan simple, un partido “tóxico, infame y corrupto”. Y Simón recalca que, en esta ocasión, la gestión de las expectativas le benefició a Díaz. Ella venía, recuerda, de una campaña que había sufrido el rejonazo de la victoria moral de Sánchez en los avales –la ventaja de ella fue menor de lo esperado, de apenas 6.539 firmas–, y “lo hizo mejor de lo esperado”. El exlíder, en cambio, traía “un relato más atrayente, pero le faltó 'punch'”. Orriols discrepa de estas lecturas. Vio a Díaz “más errática en sus mensajes” y sin poner énfasis en algo que, a priori, es su ventaja competitiva: su fortaleza, a ojos de los que la respaldan, como “mejor organizadora interna”. “En cambio, lo enturbió con su reiteración de que es mejor candidata electoral y que él ha cosechado los peores resultados de la historia del PSOE”.
     
   
        Pero si Díaz fue la más efectiva a la hora de pintar a Pedro como el caos, sin embargo, Sánchez fue quien salió “ mejor parado” de este envite, toda vez que lograba reforzar un mensaje para él clave en su campaña: el héroe “contra las élites, contra la nomenclatura del PSOE, contra la abstención”. No opinan lo mismo el resto de expertos, que creen que el balance fue más negativo para el político madrileño. Como dice Simón, “jugó mal sus cartas y no logró marcar el terreno de juego, perdió la ocasión de encajonar a Susana, fue una oportunidad perdida”. Coincide con Aguilar en que la insistencia de Sánchez en intentar marcar las contradicciones de Díaz en un tema tan mollar como el de la nación “no era creíble” porque “si en algo es clara” la presidenta andaluza es en su idea de España. “El problema del ex secretario general, abunda Aguilar, son las contradicciones en su 'storytelling', y muy recientes, por lo que se le puede refutar todo”. “No veo claramente superior a Susana, pero sí creo que Pedro no ha salido fortalecido del debate. Todo lo contrario, lo veo más debilitado. Si alguien ha salido perdedor, quizá sea él, igual que Patxi es el que más ha sorprendido”, opina por su parte Martínez-Bascuñán. Para la profesora de la UAM, el duelo en Ferraz refrescó las imágenes de los debates electorales en las dos últimas contiendas electorales: “Pedro no es un político brillante, no tiene tablas intelectuales. Sí es cierto que ha sabido recoger muy bien la ola de indignación, los eslóganes que van con el signo de los tiempos, pero no se le vio rápido ni brillante”.

 
       “No hay imágenes –sostiene Juanma Romero– de los candidatos, reaccionando a las intervenciones de sus rivales. Se buscó una realización de la señal conservadora, pródiga en planos medios y más tacaña en generales. Pero, al menos, sí sirvieron para hacerse una idea de lo que ocurría dentro de la Ramón Rubial. A López, rubrican los expertos, se le vio ‘más apasionado’, expansivo, ‘empático’, gesticulando más. A Sánchez y Díaz, ‘correctos’, en opinión de Simón, o si acaso más ‘hierático, frío, inexpresivo’, pero también más nervioso, según Martínez-Bascuñán. Los aspirantes apenas se mirasen a los ojos. Los aspirantes apenas se miraron. Cada uno lanzaba un mensaje con su ropa: el rojo y blanco de ella; la 'blazer' negra de López, la 'chupa' de Sánchez. Sí que fueron más ilustrativas las llegadas y el posado con el presidente de la gestora. Javier Fernández y Pedro Sánchez se intercambiaron un saludo gélido y protocolario. El presidente asturiano y Susana Díaz se regalaron abrazos y sonrisas. Y buen rollo pero prisas por acabar se percibió en la bienvenida del último en aterrizar (fue así por sorteo), Patxi López. Sus ropas también decían mucho. Lo resume Aguilar: “Susana iba vestida del PSOE: blusa roja con el mismo Pantone que el rojo corporativo del partido, pantalón blanco como las siglas. Ella quería decir que es el PSOE, como lo grita a diario en su campaña. Pedro hacía honor a ese lema de candidato de la militancia, con chupa de cuero, vaqueros, camisa remangada y con coderas. Y Patxi vestía el uniforme del candidato de izquierdas convencional, con 'blazer' negra y camisa blanca y sin corbata”. 
  
     
     Susana Sumelzo, uno de los rostros más visibles de la actual guerra en el PSOE, diputada por Zaragoza que fuera secretaria de Administraciones Públicas de la Ejecutiva de Pedro Sánchez, no entendía que López no se uniera, sabiendo que era muy complicado que fuera secretario general y que su proyecto estaba más cerca de esta candidatura que de la de Susana Díaz. En una entrevista en Eldiario.es con Óscar F. Civieta, aseguró que ellos tratarían de reparar la fractura interna del partido, pero no se fíaba de que sea así, si la victoria caía del lado contrario. Para ella, el debate fue un ejercicio de transparencia de cara a los ciudadanos. “Bajo mi prisma quedó claro que Susana Díaz no tiene ningún proyecto que explicar y que su única táctica es atacar. Hizo ataques y acusaciones que no venían a cuento. En estos debates lo que hay que hacer es debatir sobre proyectos, contrastar modelos, y no entrar en cuestiones personales. Susana Díaz está usando la misma táctica que el PP en las elecciones generales, la del miedo. O yo o el caos. Es el mismo discurso que el PP. Frente a eso está la libertad, el voto libre y secreto y el respeto a la diferencia”. Sumelzo cree que la militancia ha demostrado que está muy distanciada de la gestora y la gestora y los aparatos están muy cercanos a la candidatura de Díaz. “Nosotros queremos mirar al futuro, pero echando la vista atrás, vemos por qué estamos donde estamos. Susana Díaz, y gran parte de los secretarios generales que la apoyan, incluido Lambán, son los que nos llevaron a la abstención para que hoy gobierne el PP. No contemplo otra opción para el futuro que no pase por Pedro Sánchez como secretario general. Respecto a la unidad, el PSOE de la gestora ha sido sectario con los que no están con él. Es otra de las cosas que queremos evitar y zanjar en este PSOE: el que obligatoriamente estés conmigo o frente a mí. Nuestro mensaje es el de la izquierda que une, no el del miedo”.

Pedro Sánchez: “El 21M se elige entre el modelo de Díaz, que tiene dos candidaturas, y el modelo de la militancia que lidero yo”.

         El PSOE tiene que ser el partido de los militantes y no de los notables, y vertebrar el cambio con otras fuerzas de izquierdas”, dijo Pedro Sánchez a Manuel Sánchez en ‘Público’, en la primera entrevista que concedió tras el debate de las primarias socialistas. Pedro Sánchez aseguró que le costó tomar la decisión y a punto estuvo de dejar la política, pero tuvo un motivo fundamental: “Soy una persona profundamente de izquierdas”. Creyó entonces que tenía que volver a intentarlo para que el PSOE recuperase esa senda que considera que ha abandonado desde el 1 de octubre. Confesó que, a nivel personal, los tres años que ha pasado al frente del partido fueron muy duros, pero aseguró que, si gana, apostará por la integración porque está plenamente convencido de que el voto de la militancia volverá a unir al partido. Del debate sacó una conclusión clara: Patxi López no sólo no se va a integrar en su candidatura, sino que juega en el otro equipo. “Todo el ámbito político, periodístico e intelectual de este país ha dicho siempre que las organizaciones políticas teníamos que ser más democráticas, que teníamos que apostar por las consultas y por los debates, y el PSOE ha dado un ejemplo de democracia interna. Los debates o diálogos entre compañeros son muy necesarios para esclarecer las posiciones de cada modelo. Lo que se vio, independientemente de que hubiera rifirrafes, que son lógicos, es que dimos un ejemplo de transparencia y de democracia interna. Yo creo que la abstención nos cambió a todos. La percepción que la ciudadanía y la militancia tenían de mí o de Susana Díaz o de Patxi López. El propio Patxi reconoció, en un medio de comunicación, que había tomado la decisión de presentarse a liderar el PSOE antes de esa abstención, aunque luego reconoció que había sido un error dicha postura. Si hubiera sido así, para aspirar a liderar el PSOE tenía que haber hecho lo que yo hice, renunciar al acta de diputado e intentar liderar al PSOE guardando y preservando esa coherencia. A Díaz le ocurrió algo muy contradictorio: pasar de liderar el “no” a Rajoy incluso después del 26 de junio a luego dar un volantazo y liderar la abstención al PP, con esa imposición a las bravas que se hizo en el Comité Federal. Y, en mi caso, creo que durante los últimos tres años he vivido en primera persona el cambio tan radical e intenso que se ha producido en el sistema político español. He aprendido que la socialdemocracia no tiene un problema con el pluripartidismo; el desafío que tiene es encontrar su espacio en el pluripartidismo”.

         La alcaldesa de París, Anne Hidalgo,  y  Pedro Sánchez.
  
       A orillas del Guadalquivir se reunieron el pasado viernes en Sevilla miles de socialistas, con 34 grados al sol, viviendo con intensidad un mitin. Unos estaban con Susana Díaz; otros, con Pedro Sánchez. En el acto de Susana Díaz en el muelle de Las Delicias más gente que en el que Pedro Sánchez montó a apenas dos kilómetros de distancia. En el recinto ‘susanista’, con gradas, todas las perspectivas de las fotos mostraban muchísimo público, abarrotado. Unas 5.000 personas, según cifras de la organización. Los de Sánchez eran menos pero gritaban más, bailaban, aplaudían por casi todo y eran más jaleosos. Entre ellos, no hubo la llamada al orden, a cerrar filas, a salvar el partido de metros más abajo. Los organizadores hablan de 3.000 personas. Los seguidores de Pedro Sánchez eran menos, pero chillaron más, bailaron y aplaudieron por casi todo. A los dos mítines vinieron autobuses. Alfonso Guerra acompañaba a Susana Díaz; la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, a Pedro Sánchez. Díaz entró con el himno del PSOE, Sánchez usó una sinfonía wagneriana, heroica, tipo Gladiator. En ambos mítines se vieron banderas rojas, logos socialistas, banderas andaluzas y alguna republicana…
    Jordi Évole

       “De entrada, felicidades al guionista de las primarias del PSOE. Pocos daban un duro por esta serie, que sus gestores querían resolver rápidamente. Pero llega a final de temporada más viva que nunca: nadie se atreve a hacer un spoiler (lo que antes se llamaba decir el desenlace). Lo que detecto es preocupación en casi todas las cúpulas (políticas y empresariales) en caso de una victoria de Sánchez. El establishment está inquieto. Con lo tranquilito que se había quedado tras la investidura. Si el que les inquietaba hace un año era Pablo Iglesias, ahora es Pedro Sánchez”. Así se expresaba Jordi Évole sobre un Pedro Sánchez que inquietaba. “Inquieta a grandes empresarios que ya influyeron para que el pacto entre PSOE y Podemos no llegase a buen puerto. Inquieta al PP, que con la docilidad exhibida por el PSOE en su investidura se veía gobernando con más comodidad de la esperada, a pesar de la nueva ola de corrupción que le carcome. Inquieta a Podemos, que ve cómo un candidato como Sánchez puede robarle el voto prestado que le llegó del socialismo tradicional. A veces tengo la sensación de que no hay nadie más interesado que Podemos en que gane Susana Díaz, porque eso es lo que le puede convertir en ‘la fuerza hegemónica de la izquierda’. Da la sensación de que ni en Podemos ni en el PSOE se han dado cuenta de que o relajan su relación y acercan posiciones, o será muy difícil que la izquierda recupere el Gobierno en España a corto o a medio plazo”.

   
      Sánchez sigue atrayendo a las bases, mientras que su intención de promover un gobierno a la portuguesa, con una alianza de fuerzas progresistas y de izquierdas, asusta al sistema político y empresarial de este país. El País, diario que dirige Antonio Caño, dedicaba el pasado martes más líneas a despreciar las intervenciones de Pedro Sánchez que a analizar el contenido del debate. De ser referente del periodismo serio durante los últimos 25 años, El País se ha convertido en un panfleto. Sólo encontró fallos o inconsistencias en todo lo que dijo el candidato. Todo lo contrario que Díaz y López, a los que El País presentaba como los únicos que podrían pactar sus candidaturas ya que quieren “mirar hacia delante”. No como Sánchez, señala el texto, centrado en solucionar sus “traumas”. Una frase que recuerda a aquel editorial cargado de insultos y descalificaciones del mismo periódico contra el exlíder socialista. Pedro Sánchez evidenció en el  debate de las primarias del PSOE “la fragilidad de la mayoría de sus argumentos”, “la debilidad” o “la inconsistencia” de algunas de sus tesis. Mostró su “soledad” y demostró que aspira “a saldar cuentas con un pasado y sus traumas que a mirar al futuro”. Así se expresaba El País en su editorial sobre el encuentro del exsecretario general socialista con Patxi López y Susana Díaz. Entre los traspiés de Sánchez destacados por  El País, su proyecto no es “más auténticamente de izquierdas que el de los otros dos contendientes”,  que solo quiere “embarcarse en una política de confluencia con otras fuerzas”, como Podemos, y su fracaso en erigirse como “candidato de la militancia” tras el rechazo de Patxi López a unirse a él. Así lo explica en Publico Jorge Bezares en “La rebelión de los pegacarteles”: “La campaña de portadas y editoriales contra Pedro Sánchez durante las primarias se estudiará, cuando se acabe esta especie de locura colectiva que afecta a casa Cebrián, en la Escuela de Periodismo de El País como un severo episodio de antiperiodismo…. En fin, esperamos que el día después nos devuelvan El País, que nos lo robaron como a Manolo Escobar le birlaron su carro, con nocturnidad, alevosía, prepotencia y chulería”. Tras el descalabro de Susana Díaz,  el 'El País' compara la victoria de Sánchez con la de Donald Trump y califica su victoria como el 'brexit' del PSOE. 
      Susana Díaz, por Luis Grañena.   

       Susana Díaz lo tiene claro –escribe Cristina Fallarás en Público–, y el resto nos hemos enterado gracias a que la periodista Miriam Ruiz Castro ha colgado en las redes un discurso que la líder socialista ofreció a sus correligionarios el pasado mes de enero. En su arenga, tras enumerar lo bien que se vivía con Felipe González y con José Luis Rodríguez Zapatero, la andaluza afirma que el problema no es que la población esté muy empobrecida –bajar ‘10 escalones’, lo llama—, sino que sus expectativas eran tan altas, que habiendo ‘bajado uno’ solamente, se ‘cabrean’. Acto seguido, para ilustrar tal afirmación, asegura que creyeron que ‘iban a poder tener su casita en la playa’, y de ahí su cabreo. ‘Cabrear’ es el verbo que ella utiliza, y cabreo es lo que han sentido aquellos a los que se refiere, los ‘indignados’, a tenor de los miles de comentarios que han circulado por las redes.  El párrafo que más ha irritado es el siguiente, y tiene más fondo del que aparenta: ‘Porque muchos de los que se cabrearon con nosotros no habían perdido 10 escalones en su calidad de vida. Habían bajado uno, pero es que pensaban que iban a subir 10. Es que pensaban que iban a poder tener su casita en la playa, que iban a poder salir no una vez al mes, sino una vez a la semana; que iban a conseguir que sus chavales fueran a la Universidad, y que, además, tuvieran un máster; que iban a conseguir ver a sus nietos con mucha más calidad de vida que la que tuvieron ellos; y, cuando eso no fue posible, se cabrearon, se indignaron, y ahí le hicimos el juego a la derecha… y a los otros, de Podemos. A la derecha, que quería que la gente se resignara, y a los que querían galopar sobre la indignación de los ciudadanos’. El asunto de la escalera a la que hace alusión Susana Díaz se refiere a los tiempos en los que los ciudadanos aspiraban a ‘trepar’” en los estratos que se suponía tenía la sociedad hasta conseguir vivir en una situación económica más desahogada. Eso era posible gracias a empleo, formación y salarios. Algo así como: tu abuelo era campesino, tu padre estudió hasta secundaria y fue administrativo, y tú, que has ido a la Universidad –Felipe González diría que gracias a él, y quizás Díaz lo piense–, llegarás a médico. Algunos todavía se acordarán de ese tipo de cosas. Sin embargo, nombrarlas hoy evidencia vivir fuera de la realidad, o fuera de este país’.  Más allá de este desfase temporal de la líder socialista –a cuya clase obrera quizás hay que cambiarle el nombre, vista la reforma laboral–, vamos a los escalones: De 2006 a 2012, España pasó de tener 1.819.000 desempleados a 6.021.000. O sea, que en seis años –cinco de ellos gobernados por el PSOE–, España se cobró más de 4.200.000 empleos. Los pocos que han regresado a un salario más o menos habitual han visto cómo en los últimos 10 años se han perdido 35.000 millones en salarios, los contratos son temporales y la precariedad nos sitúa a la cola de Europa.”

Carteles de Cifuentes y de Rajoy con la llamada: hay quue echarles.


¿De qué se ríe, señor ministro?

@ Angel Pedrosa‏  #Rajoy declarará por #plasma para ahorrar dinero al contribuyente. Made in China         

   Nunca lo erótico y lo político han ido tan agarrados de la mano. Esta semana, el salón erótico de Madrid ha buscado una manera publicitarse, su objetivo. Imágenes de nuestros políticos, a los que vemos día a día en la prensa y la televisión, aparecen en los carteles del salón con cierto tono sugerente, bajo la frase “te vamos a f@llar”. Mariano Rajoy, Susana Díaz, Pablo Iglesias y Albert Rivera son los protagonistas. “Debe ser –dice un internauta en una publicación– la única campaña publicitaria que mires como la mires, dice la verdad”.



El humor en la prensa de esta semana: Puebla, Forges, El Roto, Peridis, Vergara, J. R. Mora, Manel F., Malagón, Pat, Atxe…




















  


   Pep Roig publica, desde Mallorca: Mada de nada, El infante plasmado, el arte de no saber, Exigencias, Pandemia y Renovación necesaria. 







Debate PSOE. Resumen del debate entre Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López El Confidencial

 
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