domingo, 5 de mayo de 2019

Pulso entre el PSOE y Podemos por el futuro gobierno.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

Tras el resultado satisfactorio para los dirigentes socialistas, éstos insisten en gobernar en solitario mientras que Unidas Podemos exige formar un gobierno de coalición y amaga con no apoyar una investidura si esto no se cumple. Iglesias cree que el PSOE puede pactar con Cs y no se verá con Sánchez hasta que la formación valore “los resultados” de las reuniones con Casado y Rivera. Así lo ve Beatriz Asuar Gallego, en Público del pasado día 1. “Altos cargos socialistas han dejado claro que la intención de Pedro Sánchez es gobernar en solitario, aunque abren las puertas a independientes. Unidas Podemos asegura que no marca ‘líneas rojas’, pero sí insiste en que no le darán el apoyo gratis y que deben tener presencia en el Gobierno. Un pulso por la fórmula del futuro Ejecutivo que se alargará hasta junio; ambos equipos quieren aguantar lo máximo posible sin moverse de estas posiciones iniciales. Sin embargo, la tensión entre ambas crece con el paso de los días. Pedro Sánchez ha citado a los tres principales políticos para la semana que viene e Iglesias es el último. En Podemos no ha sentado muy bien que Sánchez se reúna con ‘las derechas’ antes que con ellos y fuentes de la dirección del partido morado confirman que Iglesias no se verá con Sánchez hasta ‘evaluar los resultados’ de las reuniones con Casado y Rivera. Así, previsiblemente, se retrasará este encuentro ya que Sánchez y Rivera se reúnen el martes a las 11.00 horas y la cita con Iglesias está programada para este mismo día a las 17.00. Este malestar también lo mostró Iglesias ante la prensa durante la manifestación del 1 de mayo. Además, volvió a insistir en que, desde su formación, sólo se plantean formar una coalición con el PSOE y que tienen la mano tendida para negociar ‘un programa de gobierno progresista’. La intención de la coalición es formar un equipo mixto en el que sus dirigentes tengan representación en todas las áreas del Ejecutivo. El líder de Podemos también considera que este gobierno de coalición es necesario para garantizar ‘estabilidad’. Si no hay gobierno de coalición no hay gobierno estable porque el PSOE tiene menos diputados que las tres derechas. Sólo si nos ponemos de acuerdo podremos formar una mayoría parlamentaria”.

       Pablo Iglesias y Pedro Sánchez en el debate de Atresmedia.

Por ahora nadie de Unidas Podemos pide determinados ministerios o pone nombres definitivos sobre la mesa. La negociación será sin líneas rojas, pero desde el partido quieren garantizar que tienen control en el Ejecutivo para que no ocurra como con el pacto presupuestario en el que Sánchez e Iglesias firmaron muchas medidas que después el Gobierno socialista no cumplió. Para José Luis Ábalos, secretario de Organización del PSOE, el objetivo de Sánchez es gobernar en solitario, llegando a acuerdos “con diferentes actores en cada caso”. Sí reconoce a Unidas Podemos como la primera opción para alcanzar “acuerdos programáticos” debido a la experiencia pasada de colaboración y a que ambos partidos comparten “una sensibilidad respecto a la superación de desigualdades”. Más lejana ven la posibilidad de entenderse con Ciudadanos, pero aseguran que esto no significa que vayan a descartar las conversaciones o formar el gobierno de coalición que pide Unidas Podemos. El PSOE apela a la “geometría variable” para explicar sus intenciones de llegar a pactos distintos con varias fuerzas políticas para que salga adelante la investidura, como explican que han hecho desde la moción de censura. Aunque esta experiencia ya demostró la inestabilidad política que suponía cuando el Congreso rechazó los Presupuestos de 2019 después de que fracasaran las negociaciones con los partidos catalanes. Y, aunque los socialistas tienen esta experiencia en su contra, mantienen la baza de Ciudadanos con los poderes económicos, pidiéndoles que elijan esta opción. Podemos tendría muy difícil explicar a su electorado que no apoya la investidura de Sánchez, si no llegan a un acuerdo de gobierno, y el líder socialista puede recurrir a Ciudadanos para conseguir apoyos como única fórmula para sacar adelante la legislatura. Las negociaciones no tomarán forma hasta que pasen las elecciones municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo. Antes sí se tendrá que pasar por la negociación para formar la Mesa del Congreso que, según el PSOE, ya darán “algo de orientación” sobre cómo puede discurrir después el diálogo.

Pedro Sánchez, el candidato a la presidencia del Gobierno por el PSOE.

La tendencia política del próximo Gobierno tendrá que demostrarse en la agenda de reformas que decida llevar a cabo. La lista de temas pendientes es larga... y complicada. “Un ejemplo paradigmático —escribe Alejandro Torrús en Público— es la posición del PSOE respecto a los privilegios fiscales y económicos que sigue manteniendo la Iglesia católica en el país. Las ventajas, las exenciones fiscales o el lucro con la educación de la Iglesia ha sido detallada recientemente por el periodista Ángel Munárriz en la obra Iglesia S.A. ‘Si la tomamos como una empresa una forma parcial pero interesante de verla—, la Iglesia es una empresa en rescate permanente. Sus ingresos están privatizados; sus gastos, socializados’, escribe el periodista. Un punto de vista compartido, al menos en parte, por el equipo del presidente Pedro Sánchez durante su tiempo en la oposición. Los socialistas participaron en febrero de 2018 en la aprobación de una Proposición No de Ley que instaba al Ejecutivo de Rajoy a derogar los acuerdos con la Santa Sede, a sacar la asignatura de Religión del currículo y del ámbito escolar. Apenas unos meses después y semanas antes de la moción de censura, en el mes de mayo, el socialista José Manuel Rodríguez Uribes aseguró que, en caso de gobernar, el Ejecutivo denunciaría ‘las dimensiones de los Acuerdos con la Santa Sede que no sean compatibles con la Constitución’. El mismo programa del PSOE de las elecciones generales de 2016 mostraba que la apuesta por la laicidad del Estado era un asunto muy destacado para los socialistas, ocupando un capítulo entero de su programa electoral e incluyendo numerosas medidas para convertir a España en un Estado laico, que era el objetivo que proponían los socialistas. Sin embargo, tal y como señaló el periodista Manuel Sánchez, en el programa para estas elecciones del 28-A, este asunto pasaba a despacharse en seis párrafos (dos de una sola línea), desapareciendo así del proyecto político de Sánchez. Si el futuro Ejecutivo retoma el asunto de la laicidad del Estado y la denuncia de los Acuerdos con la Santa Sede dependerá en gran medida de la presión que las fuerzas situadas a la izquierda del PSOE puedan ejercer sobre el futuro Ejecutivo. Pero no es el único caso”.

Las promesas socialistas de Pedro Sánchez.

Torrús recuerda en su reportaje que los siete años de gobiernos ininterrumpidos de derechas, con Mariano Rajoy como presidente, dejaron una legislación escorada hacia la derecha en multitud de temas. “El Gobierno de Sánchez de los últimos 10 meses no derogó gran parte de esta legislación. Pero ahora, con una mayoría más holgada y con cuatro años por delante, no parece que exista un argumento que justifique el mantenimiento de la misma. Son solo una pequeña fotografía de lo que podría ser una agenda reformista de izquierdas asumible por un presidente del Gobierno que, durante su estancia en la oposición, prometió que su primera medida el Gobierno sería la derogación de la reforma laboral de Rajoy ‘para recuperar los derechos de los trabajadores’. Pero no solo. También se solidarizó con el rapero Josep Miquel Arenas Beltrán, Valtonyc, condenado por la Justicia a tres años y medio de prisión por el contenido de sus letras. ‘La libertad en la expresión artística es un derecho que también nos ampara colectivamente’, escribió en la red social Twitter. La lista de reformas podría extenderse mucho más allá. La Ley de Memoria Histórica, por ejemplo, continúa sin ser reformada. Miles de cunetas continúan esparcidas por todo el Estado, mientras que los expolicías acusados de torturas durante el tardofranquismo, como Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, siguen disfrutando de medallas pensionadas. Las condenas de los tribunales franquistas, como la que sufrió Miguel Hernández, continúan sin ser derogadas y las madres e hijos que han denunciado el robo de bebés no han obtenido aún un apoyo decidido y sólido del Estado. De estas y otras muchas medidas, como desandar el camino recorrido en la gestión privada de hospitales públicos; el aumento de la escuela concertada; o la lucha contra la burbuja del alquiler en vivienda depende que el próximo Ejecutivo pueda considerarse de izquierdas o, simplemente, de ausencia de derechas”.

     Gloria Elizo cuenta con toda la confianza y el apoyo de Pablo Iglesias.

Pablo Iglesias confía en llegar a un acuerdo satisfactorio con Pedro Sánchez. Reconoce que “agita el miedo a un pacto oculto con Albert Rivera, pero en realidad sabe que, entre el PSOE y Ciudadanos, al menos de momento, han saltado todos los puentes. Aun así, tiene prisa”. El líder de Podemos quiere “que Sánchez confirme públicamente lo que hablaron durante la campaña electoral. Eso de avanzar hacia un gobierno de coalición a lo valenciano, con altos cargos de Podemos en todos los departamentos para que los ministerios tengan una guía compartida, Sánchez, sin embargo, gana tiempo”. Lo adelantó Luca Constatini, en Vozpópuli. “El resultado electoral del PSOE ha sido mejor de lo esperado y el socialista sabe que una promesa en campaña electoral tiene un valor relativo. No quiere desvelar sus cartas. Al menos hasta el próximo 26 de mayo, fecha de las elecciones europeas y autonómicas. Quiere revalidar su victoria y erigirse como político más admirado por la socialdemocracia europea (nunca se sabe si esa áurea sirve para reciclarse en Bruselas en el futuro), y sobre todo empujar el PP hacia el barranco. En el medio del periplo queda un escollo: la formación de la mesa del Congreso. Un asunto para nada baladí, y en el que Podemos dará la batalla para que Sánchez conceda algo e hipoteque así el nuevo acuerdo de las izquierdas. Iglesias quiere sacarle a Sánchez la presidencia del Congreso o al menos dos miembros de la mesa. La presidencia es un cargo muy importante. Permite manejar ‘mucho dinero’, que sería bienvenido dado que Podemos perderá 700.000 euros en subvenciones por el mal resultado del 28-A, y otorga honorabilidad al partido que la gestiona. Fuentes internas de la formación morada afirman que Iglesias maneja incluso algunos nombres, entre los cuales se encuentra Gloria Elizo, letrada española, política de Podemos y vicepresidenta cuarta del Congreso de los Diputados durante la gestión de Ana Pastor.​ El presidente del Congreso aparece como el árbitro de las contiendas dialécticas en el hemiciclo y la mesa resuelve muchos aspectos técnicos, pero esenciales en la vida parlamentaria. En Podemos recuerdan que un reparto de ese tipo es habitual en caso de gobiernos de coalición en Europa. Algo que es cierto”.

Pablo Iglesias e Irene Montero, llegando al cuartel electoral de Podemos el 28 de abril.

“Elizo adelanta Luca Constatini en Vozpópuli es además una fiel pablista, un elemento clave en tiempos en los que Iglesias está muy temeroso por nuevas ‘traiciones’ después del golpe de Íñigo Errejón y defecciones como la de Ramón Espinar. El pasado viernes acompañó al líder morado en el cierre de campaña. En ese mitin también estuvo la jueza Victoria Rosell, que comparte con Elizo un perfil ‘técnico’ y que, en Podemos, consideran que puede encajar como cargo institucional. Sin embargo, a menos de veinte días para que se resuelva el asunto de la mesa del Congreso, el PSOE no tiene intención de adelantar decisiones. Día tras días se limita a poner un pequeño ladrillo a lo que podría convertirse en la casa de las izquierdas. Pero hasta la fecha mantiene un veto: el de incluir a Iglesias como miembro del Consejo de Ministros. Iglesias presiona, pero Sánchez no le ha asegurado nada al respecto.  Así que Podemos ya avanza en su tercer frente: la cuestión programática. Sabe que redactar unas propuestas de fuerte impacto social (aumento del salario mínimo, pensiones o banca pública) puede forzar un acercamiento de Sánchez. Es una jugada arriesgada, que debe ser bien medida para que no se convierta en un bumerán, pero que está sobre la mesa de la cúpula de Podemos. Las tres actuaciones (obtener la presidencia del Congreso, nombrar altos cargos en el nuevo Ejecutivo y redactar medidas programáticas que presionen al PSOE) forman parte de la misma estrategia: hacer que Iglesias alcance el poder después de cuatro candidaturas al mando de Podemos. Se trata de un planteamiento que, desde luego, tiene una lectura política: la de ‘impedir al PSOE que les tiemblen las piernas y avance en políticas progresistas’. Pero que, en realidad, esconde una intención primordial del secretario general y su núcleo duro, que consiste en blindar el control interno del partido desde el gobierno. Solo así podrá asegurar el relevo controlado de la secretaría general a Irene Montero. La jugada es clásica y parte de la reflexión del político italiano Giulio Andreotti, quien sostenía que ‘el poder desgasta sólo al que no lo tiene’. Aunque la lectura de Iglesias es en clave interna. Pero Iglesias no es el único actor: ‘Todos juegan y el BOE es mucho BOE’, alertan las voces más expertas de Podemos sobre la tentación de Sánchez de gobernar en minoría. La cúpula morada sin embargo insiste. ‘El ciclo político ha cambiado’ y, ‘para la investidura, se necesita a Podemos’. El líder de Podemos está dispuesto a jugar al doble o nada, una vez más. Va de su futuro y del de Montero. Sánchez queda avisado”.

      Iglesias no asegura la investidura de Sánchez si no hay un gobierno de coalición.

Por su parte, Pedro Sánchez está dando largas a la pretensión de Pablo Iglesias de empezar a negociar ya un gobierno de coalición PSOE-Podemos porque no quiere al líder morado sentado a la mesa del Consejo de Ministros, aseguran a Vozpópuli fuentes socialistas. En la formación morada presionan para que los socialistas aclaren cuanto antes su intención de avanzar hacia un gobierno de coalición, y aspiran a tener altos cargos en varios ministerios. “El presidente del Gobierno en funciones  —escriben Gabriel Sanz y Luca Constantini admite la entrada en el gabinete, y también en segundos niveles, de personas próximas a la coalición de izquierdas, pero cree que la foto de familia con Iglesias automáticamente le enajenaría el apoyo del votante socialista más a la derecha del PSOE; con el peligro de que acabe yéndose a Ciudadanos, ahora que la formación de Albert Rivera ha ensanchado notablemente su apoyo hasta reclamarse como la alternativa al ejecutivo de izquierdas. No hay que olvidar que Sánchez se ha pasado toda la campaña electoral pidiendo manos libres para confeccionar un gobierno ‘en solitario’; en la dirección socialista estiman que el solo hecho de que PSOE y Podemos sumen más diputados (165) que el bloque de oposición PP, Ciudadanos y Vox (143) da ‘garantías’ de que no hay mayoría alternativa, por mucho que Iglesias y la portavoz del grupo, Irene Montero, insistan en el pulso. A pesar de estas palabras, los socialistas sostienen que habrá pulso por entrar en el Ejecutivo y que acabará como acabe dentro de unos meses, pero no creen que los morados acaben votando no a la investidura. ‘Nadie quiere asumir la culpa de una hipotética repetición de elecciones por bloqueo’ como en 2015/2016, sostiene una de las fuentes consultadas por este periódico. De hecho, la consigna tanto en Ferraz como en La Moncloa es relativizar el choque y ‘no descartar’ el gobierno de coalición este martes volvió a repetirlo la ministra portavoz, Isabel Celaá—, dejando claro que esa no es la prioridad sino mantener el modelo de colaboración con Podemos durante los últimos diez meses de la pasada legislatura”. Podemos insistió el 1 de mayo en entrar en el Gobierno y avisó al líder del PSOE de actuar con “autoritarismo” o “arrogancia”. “Si no nos ponemos de acuerdo, no habrá mayoría en el Parlamento” y la condición para ese acuerdo es formar un gobierno de coalición. Pablo Iglesias, anunciaba La Vanguardia, desconfía de Pedro Sánchez y ni siquiera da por sentado un apoyo para su investidura si el ganador de las elecciones no se aviene a facilitar un gobierno bicolor con la inclusión del tinte podemita. Molesto por el hecho de haberse enterado por los medios de las reuniones programadas por el presidente en funciones con Casado, Rivera y con él mismo para la semana que viene, Iglesias afeó al presidente en funciones que su primera decisión fuera responder así a las “presiones” de la CEOE y el Banco Santander.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en una reunión celebrada en la Moncloa.

Pese a la extremada prudencia del PSOE en adelantar acontecimientos, en Podemos se empieza a hablar de nombres para los altos cargos del futuro gobierno. “Sobre todo   apuntan Gabriel Sanz y Luca Constantini secretarios de Estado y directores generales en un plan de responsabilidades compartidas entre socialistas y dirigentes de Podemos de varios ministerios que esté inspirado en el pacto valenciano del Botánic. El partido morado tiene ya sobre la mesa los nombres de algunos posibles ministros ‘técnicos’ que podrían obtener el visto bueno de Sánchez. Aun así, no renuncian incluir a políticos. Entre ellos se encuentran, además de Iglesias, figuras como Rafa Mayoral, Yolanda Díaz o Pablo Echenique. ‘Hemos conseguido frenar a la derecha y España dice que hay que ponerse de acuerdo y que haya gobiernos de coalición’, sentencian desde la dirección del partido morado, a la vez que comienzan a redactar propuestas concretas para un programa compartido de gobierno. Para Podemos, la cuestión de incluir a los suyos, y, concretamente, Iglesias, en el nuevo ejecutivo no es baladí. La estrategia de los morados consiste en alcanzar el poder para acallar las críticas internas. Y desde esa posición de fuerza trabajar para una transición interna controlada hacia la nueva secretaría general de Montero. Todo pasa, no obstante, por la aceptación de Sánchez de incluir a Iglesias en el Consejo de ministros o en algún cargo de alta responsabilidad. Una solución que, por el momento, es difícil de lograr”.

La izquierdita cobarde de Sánchez.

¿Tiene Pedro Sánchez miedo a gobernar en solitario?  ¿En qué madriguera ocultarse para no montar un gobierno de izquierdas? Aníbal Malvar, periodista y escritor, titula en Público “La izquierdita cobarde de Sánchez”, e insinúa que no se va a atrever a abordar el asunto de la educación concertada en España, esa que permite a la Iglesia cobrar 15.000 euros anuales por aula más que las públicas. “Mientras la izquierdita cobarde de Sánchez sigue en estos misacantanos silencios socialistas españoles, el ministro de educación de Portugal, gobierno de socialistas y comunistas, nos explica que el abandono escolar en España en el año 2000 estaba en el 29,1% y ahora en el 17,9%, mientras que en Portugal ha pasado del 44% al 12,6% en el mismo periodo. El ministro Tiago Brandao, gobierno valiente, antimerkel, y más efectivo que nosotros en todos los marcos macroeconómicos, nos fabula en una entrevista en El País esta entretenida anécdota: ‘Había 79 colegios concertados [en Portugal] que consumían 140 millones al año, y la ley dice que deben existir donde la escuela pública no cumple su función. Hemos quitado la subvención para el próximo curso a 49 de ellos y gastaremos 45 millones. En Santa María de Feira, a 30 kilómetros de Oporto, había un centro privado que recibía casi seis millones de euros y al lado cuatro escuelas públicas casi desiertas. No tenemos un afán excluyente, solo cumplimos con la ley’. Nuestra izquierdita cobarde no se atrevería jamás a decir ni hacer algo así”.

    Con Rivera no’, gritaban en Ferraz los militantes.

“Como pregunta Pablo Iglesias —insiste A. Malvar— ¿a vosotros la banca alguna vez os ha perdonado un descubierto o una hipoteca mal pagada? El descubierto de la banca con los ciudadanos españoles es de 60.000 millones de euros, según nuestras cifras más amables. Y el PSOE no está dispuesto a cobrarlos. En estos días primaverales y obreros, Begoña P. Ramírez inicia en InfoLibre una serie de reportajes, documentados con la liquidación anual del impuesto de sociedades (modelo 220) que presentan Santander, Popular, Bankia y BMN ante Hacienda. Entre 2015 y 2016, tres de ellos no pagaron ni un solo euro y el Popular abonó 24 millones en 2015. ¿Sabéis cuánto se gastan estos bancos en silenciar a los periódicos grandes para que esto no se publique, y sabéis el esfuerzo que supone a un periódico pequeño conseguir y sostener esa información?  La izquierdita cobarde sí lo sabe, y actúa en consecuencia. No veremos a Pedro Sánchez hablar de esto. Como tampoco habla de las cloacas del Estado, de la red de información falsa montada por el gobierno del PP con Villarejo para difamar a Podemos con la financiación de Irán, Venzuela, y con que Errejón era hijo de Irene Montero, si nos ponemos a inventar. Pero la gente se lo cree. Mis amigos se lo creen. Universitarios. Profesores. Doctores se lo creen. Pena de informadores. Pena de informados. Así como la derechita cobarde es fácil de definir, como aquella que defiende a los curas pederastas, a los bancos esquilmadores, a los privatizadores de la sanidad y de la educación, y a los mamporreros togados que meten a políticos, poetas y raperos en la cárcel, la izquierdita cobarde también es sencilla de analizar: es la progresía que por diversas razones se dedica a hacer exactamente lo mismo. El PSOE no ha derogado la ley mordaza, no ha revertido la reforma laboral ni ha roto el concordato fascista con la iglesia. Por no hablar de un referéndum república/monarquía. Como dijo Adolfo Suárez, jefe del Movimiento, al llegar la democracia no se hizo porque Juan Carlos I iba a perder la votación. Para los de izquierdas, la única ventaja que tiene esta izquierdita cobarde es que ni siquiera es de izquierdas. Es un hilo musical en el que ‘La internacional’ suena sin letra. Un hilo musical de un ascensor que ni sube ni baja. Solo espera a saber qué ordena el jefe del centro comercial. ‘Con Rivera no’, gritaban en Ferraz los militantes. Hasta que Botín te pegue una patada. Fútbol es fútbol, y financiación es financiación”.

PSOE y Podemos juegan al gato y el ratón.

A partir de junio, España dispondrá prácticamente de cuatro años sin elecciones de carácter general en el horizonte. Mientras tanto, todo es campaña. Enric Juliana presenta en La Vanguardia esta situación inédita: “El PSOE dice que quiere gobernar solo, con las manos libres. No hay prisa, dicen en la Moncloa. No hay prisa, repiten en Ferraz. Los socialistas quieren hablar muy poco de la investidura, para no ver comprometida su campaña del 26 de mayo. El PSOE necesita seguir atrayendo electores que hace cuatro años se interesaron por Podemos, sin desdeñar el centro; ese centro que ahora vuelve a tener muchos pretendientes…. Sánchez abrió la puerta a un posible gobierno de coalición con Podemos. Necesitaba recolectar más ‘voto útil’. Con el 30% consolidado y con 123 diputados en el zurrón, ahora las cosas se ven de otra manera. El PSOE necesita tiempo y ambigüedad, disciplina que siempre ha cultivado con esmero. No le interesa dar un fuerte portazo a Podemos, pero tampoco entregar a la derecha una campaña municipal basada en la movilización contra un inminente Frente Popular. El Partido Socialista afrontará las próximas semanas con la bandera del europeísmo y el discurso de la centralidad. A Podemos, en cambio, sí le interesa hablar de la investidura y lo está haciendo a diario. La exigencia de un gobierno de izquierdas será el vector de su campaña del 26 de mayo. Participación en el gobierno central. Participación en los gobiernos de las autonomías en las que la izquierda sea mayoritaria, en vez de quedar voluntariamente al margen, como ocurrió hace cuatro años en Aragón, Baleares, Asturias, Navarra, Extremadura y la Comunidad Valenciana, con la única excepción de Castilla-La Mancha. Pablo Iglesias anunció en un artículo en el diario El País que su exigencia de gobierno de coalición será firme, una “roca”. Ese anuncio expresa una posición de fondo, pero también forma parte de la campaña municipal. Iglesias necesita mantener alto el tono vital de su partido ante unas elecciones locales que se le presentan difíciles en Madrid como consecuencia del distanciamiento de la alcaldesa, Manuela Carmena, y la escisión de Íñigo Errejón. Carmena y Errejón concurren al margen de Unidas Podemos en una candidatura municipal y autonómica titulada Más Madrid. Después de haber salvado a Podemos del desastre, Iglesias no puede relajarse y ha decidido sentarse encima de una roca”.

Final de la manifestación y lectura del manifiesto en la Plaza de Sol.

Hace cuatro días, la formación del futuro Gobierno protagonizaba un Primero de Mayo muy reivindicativo, marcado por la reciente convocatoria electoral del pasado domingo. Los sindicatos clamaron por un Ejecutivo de izquierdas que distribuya mejor la riqueza, mostrando su apoyo al pueblo venezolano y al expresidente brasileño, Lula da Silva. Cientos de miles de personas salieron a las calles en las más de 75 manifestaciones convocadas por CCOO y UGT en todo del Estado. Bajo el lema “Primero las personas. Más derechos, más igualdad y más cohesión”, unas 30.000 personas desfilaron en Madrid. Los líderes sindicales pidieron un gobierno progresista de izquierdas en su discurso en la Puerta del Sol. “Con Rivera no, con Casado no y con Vox ni a tomar una cerveza” indicó el líder de UGT, Pepe Álvarez. “Necesitamos un gobierno de izquierdas”. En un país con 9 millones y medio de parados y con uno de cada tres con un salario en torno al mínimo, las reformas pedidas por CCOO y UGT fueron de urgencia. Sus exigencias pasaron por la derogación de “la o las reformas laborales”, un cambio de modelo productivo con “la nacionalización de Bankia o una eléctrica pública” o la “limpieza de unas cloacas de mierda”. Y exigieron la derogación de la reforma de las pensiones de 2013 “impuesta por el PP” y que rompió todos los consensos. “Hay que recomponer el Pacto de Toledo”, indicó el secretario general de CCOO, Unai Sordo, en referencia a la necesidad de garantizar el futuro de unas pensiones dignas y suficientes para todos.

Fotomontajes e imágenes sorprendentes de esta última semana:


Esta semana, con ocasión del festivo del Día del Trabajador, el uno de mayo, El Jueves adelantó un día su distribución. En su primera página, Aznar daba una patada a Casado, bajo el título: “¡¡¡Gracias, FraCasado!!! El trifachito a la puta mierda”. Pero había otra portada que tenían preparada y que el autor de la misma, el humorista gráfico, Raúl Salazar, publicaba el miércoles. En ella aparecía la caricatura de Felipe VI sentado en un sofá, rascándose los testículos, bajo el título “Día del Trabajo”.


Dani Mateo,  colaborador de Intermedio, aplaudió y agradeció “al jefe de Protocolo quien decidía dónde se sentaban las autoridades en la celebración del 2 de mayo en la Comunidad de Madrid”.  “Usó el mismo criterio que mi madre en la cena de Navidad, poner juntas a las personas que peor se llevan”. De hecho, en esa celebración, se pudo ver a Esperanza Aguirre (PP) junto a Ángel Garrido (último fichaje de Ciudadanos), pero este reencuentro quedó en poca cosa comparado con el de Íñigo Errejón (Más Madrid) y Rocío Monasterio (Vox).




Pa casa...


El Ratón Colorado.

Francia, chalecos amarillos. Marianne y Marijaune, por Pedripol.


Viñeta retirada de 'The New York Times'.

El periódico The New York Times se ha disculpado por la publicación, el pasado 25 de abril, de una caricatura del presidente de EEUU, Donald Trump, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, después de las exigencias del presidente estadounidense. En la misma, Trump aparece como un ciego guiado por un perro con la cara de Netanyahu. En su cuenta oficial en Twitter, Trump señalaba: “The New York Times se ha disculpado por esta terrible caricatura antisemita, pero no se han disculpado conmigo por esto ni por todas las noticias falsas y corruptas que imprimen a diario. Han llegado al nivel más bajo de 'periodismo' y al nivel más bajo de la historia de The New York Times”. La caricatura, fue retirada por el periódico por considerarla “antisemita”. “La edición impresa internacional del pasado jueves -explicó el rotativo-  incluye un chiste antisemita (...). La imagen es ofensiva y publicarla fue un error de criterio”.


El humor de esta semana en la prensa: El Roto, Peridis, B. Vergara, Pat, Manel F., J. R. Mora, Javirroyo…









 Cambio de estrategia.

 El golpe.

 Cero diputados.

 Lo fácil es pedir la dimisión de los otros 

Poco creíble.

 Cupido.
 Titánic







Pep Roig, desde Mallorca: Calentando pasiones, Con la camisa nueva, Tiempo variable, La culpa es del otro, Los que mandan, Qual piuma al vento… y A lo suyo.









Los vídeos de esta semana:

Los asistentes a la sede del PSOE en Ferraz, en Madrid, corearon “con Rivera no” cuando Pedro Sánchez salió a celebrar los resultados de las elecciones generales, donde los socialistas ganaron con clara ventaja al PP y podrán gobernar con otros partidos. Los asistentes a Ferraz gritan "con Rivera no" #EleccionesGenerales28A.
   
Garzón e Iglesias piden gobernar en coalición para defender al trabajador.

 
Discurso de Unai Sordo en la manifestación del 1 de mayo, en Madrid. 

 
La formación del futuro Gobierno protagonizó un Primero de Mayo muy reivindicativo en el que los sindicatos clamaron por un Ejecutivo de izquierdas que distribuya mejor la riqueza y en el que también hubo muestras de apoyo al pueblo venezolano y al expresidente brasileño Lula da Silva. Polònia 02/05/2019

No hay comentarios: