Pulso entre el PSOE y Podemos por el futuro gobierno.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
Tras el resultado
satisfactorio para los dirigentes socialistas, éstos insisten en gobernar en
solitario mientras que Unidas Podemos exige formar un gobierno de coalición y
amaga con no apoyar una investidura si esto no se cumple. Iglesias cree que el
PSOE puede pactar con Cs y no se verá con Sánchez hasta que la formación valore
“los resultados” de las reuniones con Casado y Rivera. Así lo ve Beatriz Asuar
Gallego, en Público del pasado día 1. “Altos cargos socialistas han dejado
claro que la intención de Pedro Sánchez es gobernar en solitario, aunque abren
las puertas a independientes. Unidas Podemos asegura que no marca ‘líneas rojas’,
pero sí insiste en que no le darán el apoyo gratis y que deben tener presencia
en el Gobierno. Un pulso por la fórmula del futuro Ejecutivo que se alargará
hasta junio; ambos equipos quieren aguantar lo máximo posible sin moverse de
estas posiciones iniciales. Sin embargo, la tensión entre ambas crece con el
paso de los días. Pedro Sánchez ha citado a los tres principales políticos para
la semana que viene e Iglesias es el último. En Podemos no ha sentado muy bien
que Sánchez se reúna con ‘las derechas’ antes que con ellos y fuentes de la
dirección del partido morado confirman que Iglesias no se verá con Sánchez
hasta ‘evaluar los resultados’ de las reuniones con Casado y Rivera. Así,
previsiblemente, se retrasará este encuentro ya que Sánchez y Rivera se reúnen
el martes a las 11.00 horas y la cita con Iglesias está programada para este
mismo día a las 17.00. Este malestar también lo mostró Iglesias ante la prensa
durante la manifestación del 1 de mayo. Además, volvió a insistir en que, desde
su formación, sólo se plantean formar una coalición con el PSOE y que tienen la
mano tendida para negociar ‘un programa de gobierno progresista’. La intención
de la coalición es formar un equipo mixto en el que sus dirigentes tengan
representación en todas las áreas del Ejecutivo. El líder de Podemos también
considera que este gobierno de coalición es necesario para garantizar ‘estabilidad’.
Si no hay gobierno de coalición no hay gobierno estable porque el PSOE tiene
menos diputados que las tres derechas. Sólo si nos ponemos de acuerdo podremos
formar una mayoría parlamentaria”.
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez en el
debate de Atresmedia.
Por ahora nadie de Unidas
Podemos pide determinados ministerios o pone nombres definitivos sobre la mesa.
La negociación será sin líneas rojas, pero desde el partido quieren garantizar
que tienen control en el Ejecutivo para que no ocurra como con el pacto presupuestario
en el que Sánchez e Iglesias firmaron muchas medidas que después el Gobierno
socialista no cumplió. Para José Luis Ábalos, secretario de Organización del
PSOE, el objetivo de Sánchez es gobernar en solitario, llegando a acuerdos “con
diferentes actores en cada caso”. Sí reconoce a Unidas Podemos como la primera
opción para alcanzar “acuerdos programáticos” debido a la experiencia pasada de
colaboración y a que ambos partidos comparten “una sensibilidad respecto a la
superación de desigualdades”. Más lejana ven la posibilidad de entenderse con
Ciudadanos, pero aseguran que esto no significa que vayan a descartar las
conversaciones o formar el gobierno de coalición que pide Unidas Podemos. El
PSOE apela a la “geometría variable” para explicar sus intenciones de llegar a
pactos distintos con varias fuerzas políticas para que salga adelante la
investidura, como explican que han hecho desde la moción de censura. Aunque
esta experiencia ya demostró la inestabilidad política que suponía cuando el
Congreso rechazó los Presupuestos de 2019 después de que fracasaran las
negociaciones con los partidos catalanes. Y, aunque los socialistas tienen esta
experiencia en su contra, mantienen la baza de Ciudadanos con los poderes
económicos, pidiéndoles que elijan esta opción. Podemos tendría muy difícil
explicar a su electorado que no apoya la investidura de Sánchez, si no llegan a
un acuerdo de gobierno, y el líder socialista puede recurrir a Ciudadanos para
conseguir apoyos como única fórmula para sacar adelante la legislatura. Las
negociaciones no tomarán forma hasta que pasen las elecciones municipales,
autonómicas y europeas del 26 de mayo. Antes sí se tendrá que pasar por la
negociación para formar la Mesa del Congreso que, según el PSOE, ya darán “algo
de orientación” sobre cómo puede discurrir después el diálogo.
Pedro Sánchez, el candidato a la presidencia del Gobierno por el PSOE.
La tendencia política del
próximo Gobierno tendrá que demostrarse en la agenda de reformas que decida
llevar a cabo. La lista de temas pendientes es larga... y complicada. “Un
ejemplo paradigmático —escribe Alejandro Torrús en Público— es la posición del
PSOE respecto a los privilegios fiscales y económicos que sigue manteniendo la
Iglesia católica en el país. Las ventajas, las exenciones fiscales o el lucro
con la educación de la Iglesia ha sido detallada recientemente por el
periodista Ángel Munárriz en la obra Iglesia S.A. ‘Si la tomamos como una
empresa —una forma parcial pero interesante de
verla—, la Iglesia es una empresa en rescate permanente. Sus ingresos están
privatizados; sus gastos, socializados’, escribe el periodista. Un punto de
vista compartido, al menos en parte, por el equipo del presidente Pedro Sánchez
durante su tiempo en la oposición. Los socialistas participaron en febrero de
2018 en la aprobación de una Proposición No de Ley que instaba al Ejecutivo de
Rajoy a derogar los acuerdos con la Santa Sede, a sacar la asignatura de
Religión del currículo y del ámbito escolar. Apenas unos meses después y
semanas antes de la moción de censura, en el mes de mayo, el socialista José
Manuel Rodríguez Uribes aseguró que, en caso de gobernar, el Ejecutivo denunciaría
‘las dimensiones de los Acuerdos con la Santa Sede que no sean compatibles con
la Constitución’. El mismo programa del PSOE de las elecciones generales de
2016 mostraba que la apuesta por la laicidad del Estado era un asunto muy
destacado para los socialistas, ocupando un capítulo entero de su programa
electoral e incluyendo numerosas medidas para convertir a España en un Estado
laico, que era el objetivo que proponían los socialistas. Sin embargo, tal y
como señaló el periodista Manuel Sánchez, en el programa para estas elecciones
del 28-A, este asunto pasaba a despacharse en seis párrafos (dos de una sola
línea), desapareciendo así del proyecto político de Sánchez. Si el futuro
Ejecutivo retoma el asunto de la laicidad del Estado y la denuncia de los
Acuerdos con la Santa Sede dependerá en gran medida de la presión que las
fuerzas situadas a la izquierda del PSOE puedan ejercer sobre el futuro
Ejecutivo. Pero no es el único caso”.
Las promesas socialistas de Pedro Sánchez.
Torrús recuerda en su
reportaje que los siete años de gobiernos ininterrumpidos de derechas, con
Mariano Rajoy como presidente, dejaron una legislación escorada hacia la
derecha en multitud de temas. “El Gobierno de Sánchez de los últimos 10 meses
no derogó gran parte de esta legislación. Pero ahora, con una mayoría más
holgada y con cuatro años por delante, no parece que exista un argumento que
justifique el mantenimiento de la misma. Son solo una pequeña fotografía de lo
que podría ser una agenda reformista de izquierdas asumible por un presidente
del Gobierno que, durante su estancia en la oposición, prometió que su primera
medida el Gobierno sería la derogación de la reforma laboral de Rajoy ‘para
recuperar los derechos de los trabajadores’. Pero no solo. También se
solidarizó con el rapero Josep Miquel Arenas Beltrán, Valtonyc, condenado por
la Justicia a tres años y medio de prisión por el contenido de sus letras. ‘La
libertad en la expresión artística es un derecho que también nos ampara colectivamente’,
escribió en la red social Twitter. La lista de reformas podría extenderse mucho
más allá. La Ley de Memoria Histórica, por ejemplo, continúa sin ser reformada.
Miles de cunetas continúan esparcidas por todo el Estado, mientras que los
expolicías acusados de torturas durante el tardofranquismo, como Antonio
González Pacheco, alias Billy el Niño, siguen disfrutando de medallas
pensionadas. Las condenas de los tribunales franquistas, como la que sufrió
Miguel Hernández, continúan sin ser derogadas y las madres e hijos que han
denunciado el robo de bebés no han obtenido aún un apoyo decidido y sólido del
Estado. De estas y otras muchas medidas, como desandar el camino recorrido en
la gestión privada de hospitales públicos; el aumento de la escuela concertada;
o la lucha contra la burbuja del alquiler en vivienda depende que el próximo
Ejecutivo pueda considerarse de izquierdas o, simplemente, de ausencia de
derechas”.
Gloria Elizo cuenta con toda la confianza
y el apoyo de Pablo Iglesias.
Pablo Iglesias confía en
llegar a un acuerdo satisfactorio con Pedro Sánchez. Reconoce que “agita el
miedo a un pacto oculto con Albert Rivera, pero en realidad sabe que, entre el
PSOE y Ciudadanos, al menos de momento, han saltado todos los puentes. Aun así,
tiene prisa”. El líder de Podemos quiere “que Sánchez confirme públicamente lo
que hablaron durante la campaña electoral. Eso de avanzar hacia un gobierno de
coalición a lo valenciano, con altos cargos de Podemos en todos los
departamentos para que los ministerios tengan una guía compartida, Sánchez, sin
embargo, gana tiempo”. Lo adelantó Luca Constatini,
en Vozpópuli. “El resultado electoral del PSOE ha sido mejor de lo esperado y
el socialista sabe que una promesa en campaña electoral tiene un valor
relativo. No quiere desvelar sus cartas. Al menos hasta el próximo 26 de mayo,
fecha de las elecciones europeas y autonómicas. Quiere revalidar su victoria y
erigirse como político más admirado por la socialdemocracia europea (nunca se
sabe si esa áurea sirve para reciclarse en Bruselas en el futuro), y sobre todo
empujar el PP hacia el barranco. En el medio del periplo queda un escollo: la
formación de la mesa del Congreso. Un asunto para nada baladí, y en el que
Podemos dará la batalla para que Sánchez conceda algo e hipoteque así el nuevo
acuerdo de las izquierdas. Iglesias quiere sacarle a Sánchez la presidencia del
Congreso o al menos dos miembros de la mesa. La presidencia es un cargo muy
importante. Permite manejar ‘mucho dinero’, que sería bienvenido dado que
Podemos perderá 700.000 euros en subvenciones por el mal resultado del 28-A, y
otorga honorabilidad al partido que la gestiona. Fuentes internas de la
formación morada afirman que Iglesias maneja incluso algunos nombres, entre los
cuales se encuentra Gloria Elizo, letrada española, política de Podemos y
vicepresidenta cuarta del Congreso de los Diputados durante
la gestión de Ana Pastor. El presidente del Congreso aparece como el árbitro
de las contiendas dialécticas en el hemiciclo y la mesa resuelve muchos
aspectos técnicos, pero esenciales en la vida parlamentaria. En Podemos
recuerdan que un reparto de ese tipo es habitual en caso de gobiernos de
coalición en Europa. Algo que es cierto”.
Pablo Iglesias e Irene Montero, llegando al cuartel electoral de Podemos
el 28 de abril.
“Elizo —adelanta Luca Constatini en Vozpópuli— es además una fiel pablista, un elemento clave en
tiempos en los que Iglesias está muy temeroso por nuevas ‘traiciones’ después
del golpe de Íñigo Errejón y defecciones como la de Ramón Espinar. El pasado
viernes acompañó al líder morado en el cierre de campaña. En ese mitin también
estuvo la jueza Victoria Rosell, que comparte con Elizo un perfil ‘técnico’ y
que, en Podemos, consideran que puede encajar como cargo institucional. Sin
embargo, a menos de veinte días para que se resuelva el asunto de la mesa del
Congreso, el PSOE no tiene intención de adelantar decisiones. Día tras días se
limita a poner un pequeño ladrillo a lo que podría convertirse en la casa de
las izquierdas. Pero hasta la fecha mantiene un veto: el de incluir a Iglesias
como miembro del Consejo de Ministros. Iglesias presiona, pero Sánchez no le ha
asegurado nada al respecto. Así que
Podemos ya avanza en su tercer frente: la cuestión programática. Sabe que
redactar unas propuestas de fuerte impacto social (aumento del salario mínimo,
pensiones o banca pública) puede forzar un acercamiento de Sánchez. Es una
jugada arriesgada, que debe ser bien medida para que no se convierta en un
bumerán, pero que está sobre la mesa de la cúpula de Podemos. Las tres
actuaciones (obtener la presidencia del Congreso, nombrar altos cargos en el
nuevo Ejecutivo y redactar medidas programáticas que presionen al PSOE) forman
parte de la misma estrategia: hacer que Iglesias alcance el poder después de
cuatro candidaturas al mando de Podemos. Se trata de un planteamiento que,
desde luego, tiene una lectura política: la de ‘impedir al PSOE que les
tiemblen las piernas y avance en políticas progresistas’. Pero que, en realidad,
esconde una intención primordial del secretario general y su núcleo duro, que
consiste en blindar el control interno del partido desde el gobierno. Solo así
podrá asegurar el relevo controlado de la secretaría general a Irene Montero.
La jugada es clásica y parte de la reflexión del político italiano Giulio
Andreotti, quien sostenía que ‘el poder desgasta sólo al que no lo tiene’.
Aunque la lectura de Iglesias es en clave interna. Pero Iglesias no es el único
actor: ‘Todos juegan y el BOE es mucho BOE’, alertan las voces más expertas de
Podemos sobre la tentación de Sánchez de gobernar en minoría. La cúpula morada
sin embargo insiste. ‘El ciclo político ha cambiado’ y, ‘para la investidura,
se necesita a Podemos’. El líder de Podemos está dispuesto a jugar al doble o
nada, una vez más. Va de su futuro y del de Montero. Sánchez queda avisado”.
Iglesias no asegura la investidura de
Sánchez si no hay un gobierno de coalición.
Por su parte, Pedro
Sánchez está dando largas a la pretensión de Pablo Iglesias de empezar a
negociar ya un gobierno de coalición PSOE-Podemos porque no quiere al líder
morado sentado a la mesa del Consejo de Ministros, aseguran a Vozpópuli fuentes
socialistas. En la formación morada presionan para que los socialistas aclaren
cuanto antes su intención de avanzar hacia un gobierno de coalición, y aspiran
a tener altos cargos en varios ministerios. “El presidente del Gobierno en
funciones —escriben Gabriel Sanz y Luca Constantini—
admite la entrada en el gabinete, y también en segundos niveles, de personas
próximas a la coalición de izquierdas, pero cree que la foto de familia con
Iglesias automáticamente le enajenaría el apoyo del votante socialista más a la
derecha del PSOE; con el peligro de que acabe yéndose a Ciudadanos, ahora que
la formación de Albert Rivera ha ensanchado notablemente su apoyo hasta
reclamarse como la alternativa al ejecutivo de izquierdas. No hay que olvidar
que Sánchez se ha pasado toda la campaña electoral pidiendo manos libres para
confeccionar un gobierno ‘en solitario’; en la dirección socialista estiman que
el solo hecho de que PSOE y Podemos sumen más diputados (165) que el bloque de
oposición PP, Ciudadanos y Vox (143) da ‘garantías’ de que no hay mayoría
alternativa, por mucho que Iglesias y la portavoz del grupo, Irene Montero,
insistan en el pulso. A pesar de estas palabras, los socialistas sostienen que
habrá pulso por entrar en el Ejecutivo y que acabará como acabe dentro de unos
meses, pero no creen que los morados acaben votando no a la investidura. ‘Nadie
quiere asumir la culpa de una hipotética repetición de elecciones por bloqueo’
como en 2015/2016, sostiene una de las fuentes consultadas por este periódico. De
hecho, la consigna tanto en Ferraz como en La Moncloa es relativizar el choque
y ‘no descartar’ el gobierno de coalición —este
martes volvió a repetirlo la ministra portavoz, Isabel Celaá—, dejando claro
que esa no es la prioridad sino mantener el modelo de colaboración con Podemos
durante los últimos diez meses de la pasada legislatura”. Podemos insistió el 1
de mayo en entrar en el Gobierno y avisó al líder del PSOE de actuar con
“autoritarismo” o “arrogancia”. “Si no nos ponemos de acuerdo, no habrá mayoría
en el Parlamento” y la condición para ese acuerdo es formar un gobierno de
coalición. Pablo Iglesias, anunciaba La Vanguardia, desconfía de Pedro Sánchez
y ni siquiera da por sentado un apoyo para su investidura si el ganador de las
elecciones no se aviene a facilitar un gobierno bicolor con la inclusión del
tinte podemita. Molesto por el hecho de haberse enterado por los medios de las
reuniones programadas por el presidente en funciones con Casado, Rivera y con
él mismo para la semana que viene, Iglesias afeó al presidente en funciones que
su primera decisión fuera responder así a las “presiones” de la CEOE y el Banco
Santander.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en una reunión celebrada en la Moncloa.
Pese a la extremada
prudencia del PSOE en adelantar acontecimientos, en Podemos se empieza a hablar
de nombres para los altos cargos del futuro gobierno. “Sobre todo —apuntan Gabriel Sanz y Luca Constantini— secretarios de Estado y directores generales en un
plan de responsabilidades compartidas entre socialistas y dirigentes de Podemos
de varios ministerios que esté inspirado en el pacto valenciano del Botánic. El
partido morado tiene ya sobre la mesa los nombres de algunos posibles ministros
‘técnicos’ que podrían obtener el visto bueno de Sánchez. Aun así, no renuncian
incluir a políticos. Entre ellos se encuentran, además de Iglesias, figuras
como Rafa Mayoral, Yolanda Díaz o Pablo Echenique. ‘Hemos conseguido frenar a
la derecha y España dice que hay que ponerse de acuerdo y que haya gobiernos de
coalición’, sentencian desde la dirección del partido morado, a la vez que
comienzan a redactar propuestas concretas para un programa compartido de
gobierno. Para Podemos, la cuestión de incluir a los suyos, y, concretamente,
Iglesias, en el nuevo ejecutivo no es baladí. La estrategia de los morados
consiste en alcanzar el poder para acallar las críticas internas. Y desde esa
posición de fuerza trabajar para una transición interna controlada hacia la
nueva secretaría general de Montero. Todo pasa, no obstante, por la aceptación
de Sánchez de incluir a Iglesias en el Consejo de ministros o en algún cargo de
alta responsabilidad. Una solución que, por el momento, es difícil de lograr”.
La izquierdita cobarde de Sánchez.
¿Tiene Pedro Sánchez miedo
a gobernar en solitario? ¿En qué
madriguera ocultarse para no montar un gobierno de izquierdas? Aníbal Malvar,
periodista y escritor, titula en Público “La izquierdita cobarde de Sánchez”, e
insinúa que no se va a atrever a abordar el asunto de la educación concertada
en España, esa que permite a la Iglesia cobrar 15.000 euros anuales por aula
más que las públicas. “Mientras la izquierdita cobarde de Sánchez sigue en
estos misacantanos silencios socialistas españoles, el ministro de educación de
Portugal, gobierno de socialistas y comunistas, nos explica que el abandono
escolar en España en el año 2000 estaba en el 29,1% y ahora en el 17,9%,
mientras que en Portugal ha pasado del 44% al 12,6% en el mismo periodo. El
ministro Tiago Brandao, gobierno valiente, antimerkel, y más efectivo que
nosotros en todos los marcos macroeconómicos, nos fabula en una entrevista en
El País esta entretenida anécdota: ‘Había 79 colegios concertados [en Portugal]
que consumían 140 millones al año, y la ley dice que deben existir donde la
escuela pública no cumple su función. Hemos quitado la subvención para el
próximo curso a 49 de ellos y gastaremos 45 millones. En Santa María de Feira,
a 30 kilómetros de Oporto, había un centro privado que recibía casi seis
millones de euros y al lado cuatro escuelas públicas casi desiertas. No tenemos
un afán excluyente, solo cumplimos con la ley’. Nuestra izquierdita cobarde no
se atrevería jamás a decir ni hacer algo así”.
‘Con
Rivera no’, gritaban en Ferraz los militantes.
“Como pregunta Pablo
Iglesias —insiste A. Malvar— ¿a vosotros la banca alguna vez os ha perdonado un
descubierto o una hipoteca mal pagada? El descubierto de la banca con los
ciudadanos españoles es de 60.000 millones de euros, según nuestras cifras más
amables. Y el PSOE no está dispuesto a cobrarlos. En estos días primaverales y
obreros, Begoña P. Ramírez inicia en InfoLibre una serie de reportajes,
documentados con la liquidación anual del impuesto de sociedades (modelo 220)
que presentan Santander, Popular, Bankia y BMN ante Hacienda. Entre 2015 y
2016, tres de ellos no pagaron ni un solo euro y el Popular abonó 24 millones
en 2015. ¿Sabéis cuánto se gastan estos bancos en silenciar a los periódicos
grandes para que esto no se publique, y sabéis el esfuerzo que supone a un
periódico pequeño conseguir y sostener esa información? La izquierdita cobarde sí lo sabe, y actúa en
consecuencia. No veremos a Pedro Sánchez hablar de esto. Como tampoco habla de
las cloacas del Estado, de la red de información falsa montada por el gobierno
del PP con Villarejo para difamar a Podemos con la financiación de Irán,
Venzuela, y con que Errejón era hijo de Irene Montero, si nos ponemos a
inventar. Pero la gente se lo cree. Mis amigos se lo creen. Universitarios.
Profesores. Doctores se lo creen. Pena de informadores. Pena de informados. Así
como la derechita cobarde es fácil de definir, como aquella que defiende a los
curas pederastas, a los bancos esquilmadores, a los privatizadores de la
sanidad y de la educación, y a los mamporreros togados que meten a políticos,
poetas y raperos en la cárcel, la izquierdita cobarde también es sencilla de
analizar: es la progresía que por diversas razones se dedica a hacer exactamente
lo mismo. El PSOE no ha derogado la ley mordaza, no ha revertido la reforma
laboral ni ha roto el concordato fascista con la iglesia. Por no hablar de un
referéndum república/monarquía. Como dijo Adolfo Suárez, jefe del Movimiento,
al llegar la democracia no se hizo porque Juan Carlos I iba a perder la
votación. Para los de izquierdas, la única ventaja que tiene esta izquierdita
cobarde es que ni siquiera es de izquierdas. Es un hilo musical en el que ‘La
internacional’ suena sin letra. Un hilo musical de un ascensor que ni sube ni
baja. Solo espera a saber qué ordena el jefe del centro comercial. ‘Con Rivera no’, gritaban en Ferraz los militantes. Hasta
que Botín te pegue una patada. Fútbol es fútbol, y financiación es financiación”.
PSOE y Podemos juegan al gato y el ratón.
A
partir de junio, España dispondrá prácticamente de cuatro años sin elecciones
de carácter general en el horizonte. Mientras tanto, todo es campaña. Enric
Juliana presenta en La Vanguardia esta situación inédita: “El PSOE dice que
quiere gobernar solo, con las manos libres. No hay prisa, dicen en la Moncloa.
No hay prisa, repiten en Ferraz. Los socialistas quieren hablar muy poco de la
investidura, para no ver comprometida su campaña del 26 de mayo. El PSOE
necesita seguir atrayendo electores que hace cuatro años se interesaron por
Podemos, sin desdeñar el centro; ese centro que ahora vuelve a tener muchos
pretendientes…. Sánchez abrió la puerta a un posible gobierno de coalición con
Podemos. Necesitaba recolectar más ‘voto útil’. Con el 30% consolidado y con
123 diputados en el zurrón, ahora las cosas se ven de otra manera. El PSOE
necesita tiempo y ambigüedad, disciplina que siempre ha cultivado con esmero.
No le interesa dar un fuerte portazo a Podemos, pero tampoco entregar a la
derecha una campaña municipal basada en la movilización contra un inminente
Frente Popular. El Partido Socialista afrontará las próximas semanas con la
bandera del europeísmo y el discurso de la centralidad. A Podemos, en cambio,
sí le interesa hablar de la investidura y lo está haciendo a diario. La
exigencia de un gobierno de izquierdas será el vector de su campaña del 26 de
mayo. Participación en el gobierno central. Participación en los gobiernos de
las autonomías en las que la izquierda sea mayoritaria, en vez de quedar
voluntariamente al margen, como ocurrió hace cuatro años en Aragón, Baleares,
Asturias, Navarra, Extremadura y la Comunidad Valenciana, con la única
excepción de Castilla-La Mancha. Pablo Iglesias anunció en un artículo en el
diario El País que su exigencia de gobierno de coalición será firme, una
“roca”. Ese anuncio expresa una posición de fondo, pero también forma parte de
la campaña municipal. Iglesias necesita mantener alto el tono vital de su
partido ante unas elecciones locales que se le presentan difíciles en Madrid
como consecuencia del distanciamiento de la alcaldesa, Manuela Carmena, y la
escisión de Íñigo Errejón. Carmena y Errejón concurren al margen de Unidas
Podemos en una candidatura municipal y autonómica titulada Más Madrid. Después
de haber salvado a Podemos del desastre, Iglesias no puede relajarse y ha
decidido sentarse encima de una roca”.
Final
de la manifestación y lectura del manifiesto en la Plaza de Sol.
Hace cuatro días, la
formación del futuro Gobierno protagonizaba un Primero de Mayo muy
reivindicativo, marcado por la reciente convocatoria electoral del pasado domingo.
Los sindicatos clamaron por un Ejecutivo de izquierdas que distribuya mejor la
riqueza, mostrando su apoyo al pueblo venezolano y al expresidente brasileño,
Lula da Silva. Cientos de miles de personas salieron a las calles en las más de
75 manifestaciones convocadas por CCOO y UGT en todo del Estado. Bajo el lema “Primero
las personas. Más derechos, más igualdad y más cohesión”, unas 30.000 personas
desfilaron en Madrid. Los líderes sindicales pidieron un gobierno progresista
de izquierdas en su discurso en la Puerta del Sol. “Con Rivera no, con Casado
no y con Vox ni a tomar una cerveza” indicó el líder de UGT, Pepe Álvarez. “Necesitamos
un gobierno de izquierdas”. En un país con 9 millones y medio de parados y con uno
de cada tres con un salario en torno al mínimo, las reformas pedidas por CCOO y
UGT fueron de urgencia. Sus exigencias pasaron por la derogación de “la o las
reformas laborales”, un cambio de modelo productivo con “la nacionalización de
Bankia o una eléctrica pública” o la “limpieza de unas cloacas de mierda”. Y
exigieron la derogación de la reforma de las pensiones de 2013 “impuesta por el
PP” y que rompió todos los consensos. “Hay que recomponer el Pacto de Toledo”,
indicó el secretario general de CCOO, Unai Sordo, en referencia a la necesidad
de garantizar el futuro de unas pensiones dignas y suficientes para todos.
Fotomontajes e imágenes
sorprendentes de esta última semana:
Esta semana, con ocasión
del festivo del Día del Trabajador, el uno de mayo, El Jueves adelantó un día
su distribución. En su primera página, Aznar daba una patada a Casado, bajo el
título: “¡¡¡Gracias, FraCasado!!! El trifachito a la puta mierda”. Pero había
otra portada que tenían preparada y que el autor de la misma, el humorista gráfico,
Raúl Salazar, publicaba el miércoles. En ella aparecía la caricatura de Felipe
VI sentado en un sofá, rascándose los testículos, bajo el título “Día del
Trabajo”.
Dani Mateo, colaborador de Intermedio, aplaudió y
agradeció “al jefe de Protocolo quien decidía dónde se sentaban las autoridades
en la celebración del 2 de mayo en la Comunidad de Madrid”. “Usó el mismo criterio que mi madre en la
cena de Navidad, poner juntas a las personas que peor se llevan”. De hecho, en
esa celebración, se pudo ver a Esperanza Aguirre (PP) junto a Ángel Garrido
(último fichaje de Ciudadanos), pero este reencuentro quedó en poca cosa
comparado con el de Íñigo Errejón (Más Madrid) y Rocío Monasterio (Vox).
Pa casa...
El Ratón Colorado.
Francia,
chalecos amarillos. Marianne y Marijaune, por Pedripol.
Viñeta retirada de 'The New York Times'.
El periódico The New York
Times se ha disculpado por la publicación, el pasado 25 de abril, de una
caricatura del presidente de EEUU, Donald Trump, y el primer ministro israelí,
Benjamin Netanyahu, después de las exigencias del presidente estadounidense. En
la misma, Trump aparece como un ciego guiado por un perro con la cara de
Netanyahu. En su cuenta oficial en Twitter, Trump señalaba: “The New York Times
se ha disculpado por esta terrible caricatura antisemita, pero no se han
disculpado conmigo por esto ni por todas las noticias falsas y corruptas que
imprimen a diario. Han llegado al nivel más bajo de 'periodismo' y al nivel más
bajo de la historia de The New York Times”. La caricatura, fue retirada por el
periódico por considerarla “antisemita”. “La edición impresa internacional del
pasado jueves -explicó el rotativo- incluye un chiste antisemita (...). La imagen
es ofensiva y publicarla fue un error de criterio”.
El humor de esta semana
en la prensa: El Roto, Peridis, B. Vergara, Pat, Manel F., J. R. Mora,
Javirroyo…
Cambio de estrategia.
El golpe.
Cero diputados.
Lo fácil es pedir la dimisión de los otros
Poco creíble.
Cupido.
Titánic
Pep Roig, desde Mallorca:
Calentando pasiones, Con la camisa nueva, Tiempo variable, La culpa es del
otro, Los que mandan, Qual piuma al vento… y A lo suyo.
Los asistentes a la sede del PSOE en Ferraz, en Madrid, corearon “con Rivera no” cuando Pedro Sánchez salió a celebrar los resultados de las elecciones generales, donde los socialistas ganaron con clara ventaja al PP y podrán gobernar con otros partidos.
Los asistentes a Ferraz gritan "con Rivera no" #EleccionesGenerales28A.
Garzón e Iglesias piden gobernar en coalición para defender al trabajador.
Discurso de Unai Sordo en la manifestación del 1 de mayo, en Madrid.
La formación del futuro Gobierno protagonizó un Primero de Mayo muy reivindicativo en el que los sindicatos clamaron por un Ejecutivo de izquierdas que distribuya mejor la riqueza y en el que también hubo muestras de apoyo al pueblo venezolano y al expresidente brasileño Lula da Silva.
Polònia 02/05/2019
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