Un futbolista, víctima del racismo, síntoma de todo lo que queda por hacer.
Mussa Marega, del Oporto.
Nueva escena de racismo
en un campo de fútbol. El pasado domingo, el delantero franco-maliense, Moussa
Marega, decidió abandonar el terreno de juego después de sufrir gritos e
insultos racistas desde la grada. Marega fue víctima de insultos racistas en el
partido de la liga portuguesa disputado entre su equipo El Oporto y el Vitória
de Guimarães, en el campo de este último conjunto. En
el momento en que, harto de los insultos, decidió marcharse, varios jugadores,
tanto del Oporto como del Vitoria, trataron de convencerle insistentemente de
que se quedara, sujetándole en múltiples ocasiones, pero Marega siguió adelante
y, muy enfadado, se retiró a los vestuarios, acompañado de miembros del cuerpo
técnico de su club. Luego, tras el partido, subió una foto a Instagram haciendo
unas ‘peinetas’ a la afición del Vitória Guimarães, arremetiendo tanto contra
los que le insultaban como contra el colegiado del partido, Luis Godinho: “Me
gustaría decir a todos esos idiotas que van a los estadios a lanzar gritos
racistas… ¡que os jodan! Y agradezco a los árbitros por no defenderme y por
sacarme una tarjeta amarilla por defender el color de mi piel. Espero no volver
a encontrármelos sobre un terreno de juego. ¡¡Sois una vergüenza!!”.
Muchos tuiteros criticaron
la reacción de los compañeros de Marega, del resto de jugadores por no
solidarizarse con él y la del árbitro, por no suspender el partido: “Así no va
a cambiar nada”. Después del partido, el técnico del Oporto lamentó: “Estamos
completamente indignados por lo que ha pasado. Sabemos que la pasión que hay
con el Vitoria y creo que la mayor parte de los aficionados no se reconocen en
la actitud de ciertas personas que insultaron a Moussa desde el calentamiento”.
Y añadió: “Somos una familia, independientemente de la nacionalidad, del color
de piel o de cabello. Todos somos humanos y merecemos respeto. Lo que ha pasado
es lamentable”. El entrenador también publicó una foto en las redes sociales
con el mensaje “Todos somos Moussa”.
En España se han repetido
estas escenas en múltiples ocasiones, aunque jamás se haya suspendido un
partido por esta causa. Algo que contrasta con la decisión de la Liga
Profesional de Fútbol el pasado diciembre que sí suspendió el partido del Rayo
Vallecano contra el Albacete, después de que parte del estadio llamase “nazi”
al jugador Zozulia, con un pasado vinculado a grupos paramilitares
filofascistas de Ucrania.
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