miércoles, 7 de octubre de 2020

Ian Gibson denuncia el “ultraje miserable e ignorante” del Ayuntamiento madrileño a Indalecio Prieto y Largo Caballero.

 


El historiador, Ian Gibson, asegura que “España es un país que no se ha reconciliado porque las derechas no quieren. El odio de sus diputados en el hemiciclo está a la vista”. Desde el barrio de Lavapiés, mi pueblo y capital del mundo”, declara a los cuatro vientos que la decisión del Ayuntamiento de eliminar calles, placas y estatuas de Indalecio Prieto y Largo Caballero supone “un ultraje miserable e ignorante”. El movimiento contra estos dos personajes en el seno del Ayuntamiento madrileño cuenta con el beneplácito del alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida y al que la periodista de la Cadena SER Nieves Concostrina se refiere con una contundente frase: “Acosador de demócratas, colega de nazis, del Opus y manejable”.

En una entrevista en ElPlural.com, mantenida en pasado domingo con Juan Luis Valenzuela, Ian Gibson precisa: “Esta actuación municipal me parece un ultraje miserable e ignorante, sobre todo por la participación de Ciudadanos, esta gente desnortada. Prieto, entre otras cosas positivas, hizo mucho por Madrid, empezando con los Nuevos Ministerios. Fue un hombre práctico y afable, muy admirado incluso por sus adversarios políticos. Si el ex presidente del PSOE y ex ministro de la República, Indalecio Prieto, en julio de 1936, hubiera sido presidente del Gobierno, como quería Azaña, en vez del indeciso Casares Quiroga, otro gallo habría cantado. Y ello porque, además de carismático adalid político, era hombre de prensa, propietario de El Liberal de Bilbao, conocía a todo dios en España y, a diferencia de Casares, tomaba muy en serio los rumores de un golpe militar inminente, cuyas alas habría cortado a tiempo…. En cuando a Francisco Largo Caballero, era, desde luego, mucho más radical. La división en el seno del PSOE entre los de Prieto y los de Caballero fue nefasto para el Partido Socialista y para el país”.

Ian Gibson recuerda que los cuarenta años del régimen de Franco fueron un absoluto desastre. “Cada día convivimos con las secuelas. La preconstitucional Ley de Amnistía de 1977 ha actuado como de casi punto final. España, decía el otro día Cees Nootebaum en una entrevista con Juan Cruz, ‘es un país que en lo esencial no se ha reconciliado’. Tiene razón, no se ha reconciliado porque las derechas no quieren. El odio que segregan sus diputados en el hemiciclo está a la vista de todos, semana tras semana. No perdonan la exhumación de Franco, en el caso de los populares no asumen su propia corrupción a lo largo de años y ni ellos, ni Vox ni Ciudadanos aguantan que haya una Gobierno de coalición progresista en el poder”.

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