Las “mentiras” y bulos del juez del caso Juana siembran dudas sobre su sentencia.
A Juana Rivas se la
condenó a dos años y medio por retener a sus dos hijos para que no volvieran
con su padre, condenado en 2009 por maltratarla. El Gobierno la indultó
parcialmente, con el respaldo de la Fiscalía y el visto bueno del Tribunal
Supremo, reduciendo su pena a la mitad. Se daba por hecho que Juana Rivas saldría
de la cárcel, a menos de dos años de prisión. Pero el juez del caso ha dicho
que no, que Juana Rivas se queda en la cárcel porque “podría representar un
grave peligro para sus hijos” y cita como argumento que su hijo menor sufrió
presuntamente abusos sexuales en 2017, mientras estaba bajo el cuidado de
Rivas. Hubo sospechas en unos exámenes médicos al niño, pero, tras una
investigación médica, judicial y policial fueron archivadas. El juez, sin
embargo, se aferra a esos presuntos abusos como algo probado y, además, culpa
de los mismos a la madre.
El indulto del Gobierno rebajó
a la mitad la pena de prisión. Pero la fórmula elegida deja en manos del juez la
decisión sobre si Juana Rivas puede o no salir ya de prisión. Un juez que,
desde hace años, ha manifestado tanto dentro como fuera de los tribunales
posiciones claramente misóginas y negacionistas en materia de violencia de
género. Dicho juez tiene un largo historial de sentencias y declaraciones
polémicas y machistas, como aquella de 1999 en la que rebajó la indemnización a
una mujer por un accidente de moto porque, vino a decir, la cicatriz que le
había quedado le daba morbo y eso no podía ser malo. Además, en sus redes
sociales, el juez asegura que “el feminismo está cada vez más metido en la
estupidez” y ha llamado aliado de ETA a Pedro Sánchez, “embajador de Kabul” a
Gabriel Rufián y “miserable” a Irene Montero. La defensa ya ha anunciado que
interpondrá una querella criminal contra el magistrado por prevaricación
judicial y calumnias
El magistrado justificó
su sentencia porque, entre otras cosas, la “plena libertad (...) podría
representar un grave peligro para sus hijos”, a pesar del indulto parcial
concedido por el Gobierno el pasado mes de noviembre que rebaja su pena a la
mitad. Sin embargo, la defensa apunta a que el auto de julio de 2018 está
plagado de falsedades y consideraciones personales contra ella, como acusarla
de “explotar el argumento del maltrato” o de no denunciar antes. Unas polémicas
que, tres años más tarde, siembran dudas sobre la sentencia condenatoria. Los
abogados hablan de “tres mentiras”. El juez indica que no existe
arrepentimiento y que “en varias ocasiones ha manifestado que lo volvería a
hacer”, algo que no es verdad ya que Rivas aseguró en una entrevista en El
Objetivo que cometió “un error”. En segundo lugar, Piñar indica que la
condenada intentó sustraer a los niños de nuevo en Italia. “Fiel a ese
propósito, repitió la misma conducta, tras ser condenada en esta causa”,
asegura. Pero la defensa niega que Rivas tenga algún procedimiento abierto en
dicho país. El magistrado apunta también que uno de los hijos ha mostrado
indicios de haber sufrido “abusos sexuales”' cuando estaban bajo su custodia,
algo que ella no denunció “como es de esperar en una madre normal”. Sin
embargo, en la investigación, un informe de la Guardia Civil desestimó esta
posibilidad.
Con este revés judicial,
la situación procesal de Juana Rivas vuelve a complicarse. A pesar de que su
libertad parecía cuestión de tiempo, la decisión del magistrado Piñar hace que
la mujer tenga que seguir en prisión hasta la próxima primavera, con el mismo
régimen de salidas actual. Para entonces ya habrá cumplido las tres cuartas
partes de su condena y podrá disfrutar de libertad condicional hasta que se
cumplan los 15 meses de cárcel a los que fue condenada.
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