miércoles, 15 de diciembre de 2021

Las “mentiras” y bulos del juez del caso Juana siembran dudas sobre su sentencia.

 

Juana Rivas, a las puertas del Juzgado para recoger su sentencia en 2018.

A Juana Rivas se la condenó a dos años y medio por retener a sus dos hijos para que no volvieran con su padre, condenado en 2009 por maltratarla. El Gobierno la indultó parcialmente, con el respaldo de la Fiscalía y el visto bueno del Tribunal Supremo, reduciendo su pena a la mitad. Se daba por hecho que Juana Rivas saldría de la cárcel, a menos de dos años de prisión. Pero el juez del caso ha dicho que no, que Juana Rivas se queda en la cárcel porque “podría representar un grave peligro para sus hijos” y cita como argumento que su hijo menor sufrió presuntamente abusos sexuales en 2017, mientras estaba bajo el cuidado de Rivas. Hubo sospechas en unos exámenes médicos al niño, pero, tras una investigación médica, judicial y policial fueron archivadas. El juez, sin embargo, se aferra a esos presuntos abusos como algo probado y, además, culpa de los mismos a la madre.

El indulto del Gobierno rebajó a la mitad la pena de prisión. Pero la fórmula elegida deja en manos del juez la decisión sobre si Juana Rivas puede o no salir ya de prisión. Un juez que, desde hace años, ha manifestado tanto dentro como fuera de los tribunales posiciones claramente misóginas y negacionistas en materia de violencia de género. Dicho juez tiene un largo historial de sentencias y declaraciones polémicas y machistas, como aquella de 1999 en la que rebajó la indemnización a una mujer por un accidente de moto porque, vino a decir, la cicatriz que le había quedado le daba morbo y eso no podía ser malo. Además, en sus redes sociales, el juez asegura que “el feminismo está cada vez más metido en la estupidez” y ha llamado aliado de ETA a Pedro Sánchez, “embajador de Kabul” a Gabriel Rufián y “miserable” a Irene Montero. La defensa ya ha anunciado que interpondrá una querella criminal contra el magistrado por prevaricación judicial y calumnias

El magistrado justificó su sentencia porque, entre otras cosas, la “plena libertad (...) podría representar un grave peligro para sus hijos”, a pesar del indulto parcial concedido por el Gobierno el pasado mes de noviembre que rebaja su pena a la mitad. Sin embargo, la defensa apunta a que el auto de julio de 2018 está plagado de falsedades y consideraciones personales contra ella, como acusarla de “explotar el argumento del maltrato” o de no denunciar antes. Unas polémicas que, tres años más tarde, siembran dudas sobre la sentencia condenatoria. Los abogados hablan de “tres mentiras”. El juez indica que no existe arrepentimiento y que “en varias ocasiones ha manifestado que lo volvería a hacer”, algo que no es verdad ya que Rivas aseguró en una entrevista en El Objetivo que cometió “un error”. En segundo lugar, Piñar indica que la condenada intentó sustraer a los niños de nuevo en Italia. “Fiel a ese propósito, repitió la misma conducta, tras ser condenada en esta causa”, asegura. Pero la defensa niega que Rivas tenga algún procedimiento abierto en dicho país. El magistrado apunta también que uno de los hijos ha mostrado indicios de haber sufrido “abusos sexuales”' cuando estaban bajo su custodia, algo que ella no denunció “como es de esperar en una madre normal”. Sin embargo, en la investigación, un informe de la Guardia Civil desestimó esta posibilidad.

Con este revés judicial, la situación procesal de Juana Rivas vuelve a complicarse. A pesar de que su libertad parecía cuestión de tiempo, la decisión del magistrado Piñar hace que la mujer tenga que seguir en prisión hasta la próxima primavera, con el mismo régimen de salidas actual. Para entonces ya habrá cumplido las tres cuartas partes de su condena y podrá disfrutar de libertad condicional hasta que se cumplan los 15 meses de cárcel a los que fue condenada.

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