Verónica Forqué, la actriz que triunfó en la pantalla y fracasó en MasterChef.
El pasado lunes, los servicios de emergencia del Summa 112 se encontraron muerta en su domicilio de Madrid a la actriz española Verónica Forqué. España entera lamentó su pérdida, tras verla participar en Masterchef Celebrity, el talent de cocina de TVE. Iñigo Errejón fue una de las primeras figuras pública en reaccionar: “Qué triste noticia —señaló—. Con el corazón helado”. Máximo Huerta, exministro de Cultura, compartió en su cuenta de Twitter varias imágenes de una entrevista en Televisión Española: “Te recuerdo, Verónica. Así”. “Fue una de las actrices más de reconocidas del cine español”, señaló Toni Cantó. Hugo Silva, el actor de Los “Hombres de Paco”, escribió, estupefacto: “No me lo puedo creer”. Forqué se vio obligada a abandonar el programa Master Chef, tras revelar que, en numerosas ocasiones, había pasado por profundas depresiones, que incluso le obligaron a cerrar su participación en el concurso del ente público. “Mi cuerpo dijo basta”, señaló al abandonar el reality de cocina. “No tengo buenas noticias. No me encuentro bien, estoy agotada”. Días después, fallecía en su casa, tras haber sucumbido al suicidio. Ante los comentarios que traspasaron la frontera del acoso reaccionó Ana Milán, quien resaltó la necesidad de “hablar cuando te duele el alma”, en referencia a la importancia de la salud mental. La actriz censuró los comentarios hechos en el perfil oficial de Instagram. “No se puede hablar así de una persona”, tanto si padece una depresión como si no. “Si está deprimida, es una crueldad pura”, continuó Milán, quien subraya la responsabilidad social que “tenemos”. “Me muero de la pena”, zanjó.
La productora del programa Shine Iberia emitió un comunicado en el que dio el pésame por la muerte de Forqué, recordando que era “una de las grandes actrices de nuestra cinematografía y, para nosotros, una excelente persona con la que tuvimos la suerte de coincidir”. Después, entra en materia para explicar que Forqué se encontraba bien durante la grabación. Recuerda que el programa la recibió como invitada especial en algunos de sus concursos, tales como 'MasterChef Junior' o 'Maestros de la Costura', y que aún estaban pendientes de emisión, por lo que consideraba que su relación con la actriz era buena. La productora reveló que se encontraba en periodo de preproducción y desarrollo de una serie de la propia Forqué: “Un nuevo proyecto personal que nos ilusionaba a todos por igual”. Finalmente, rechazaba las acusaciones de haber influido en el malestar personal de la actriz: “En MasterChef Celebrity —comentó— el bienestar, la seguridad y el respeto por la privacidad de los concursantes es nuestra prioridad absoluta. Verónica decidió tanto comenzar como finalizar su participación en el programa cuando y como lo consideró, contando con nuestro continuo apoyo”. Pedía respeto para ella y para su familia. Y concluyó: “Te echaremos mucho de menos, Verónica. Descansa en paz”.
Sin embargo, otros mensajes aparecidos durante toda la semana difirieron en la versión ofrecida. “Tiene narices que una persona que nos hizo reír tanto como actriz haya terminado de manera tan abrupta: suicidándose”. Con estas palabras arrancaba el periodista Carles Francino su despedida a la actriz Verónica Forqué. “Alguien que hizo del humor su señal de identidad debía estar muy harta de su vida como para tomar esa decisión”, concluyó el conductor del programa de la Cadena Ser “La Ventana”. Francino recordó que la intérprete convivía desde hace tiempo con episodios depresivos y nunca los ocultó. Repasó el paso de la actriz por el programa de televisión Masterchef Celebrity, del que se despidió explicando el complicado momento que estaba atravesando y finalizó su reflexión, dando paso a uno de los últimos trabajos de Forqué: su participación en el Cuento de Navidad de la emisora. (Tremending) Guillermo Toledo escribió: “En ese pozo inmundo, conducido por fundamentalistas católicos y herederas del franquismo llamado Master Chef, no solo no tuvieron problema alguno en hacer caja con los obvios problemas de su concursante, sino que la pusieron más en la picota haciéndola protagonista absoluta de su inmundicia… Ella ya arrastraba los problemas que arrastraba desde hace años, pero lo que han hecho con Verónica los medios y el público ávido de objetivos humanos a los que despellejar en las redes para sentirse algo menos miserables de lo que saben que son, tal vez haya sido el detonante definitivo que la ha llevado a hacer lo que parece que ha hecho”.
Lucía Etxebarría publicaba el pasado martes en Vozpópuli el artículo “Yo no pude resistir la presión de un reality y Verónica Forqué tampoco”, en el que decía: “Hace un mes publiqué en otro medio un artículo a propósito de Verónica Forqué. En dicho artículo decía que si Verónica fuera mi amiga le recomendaría que visitara un neuropsicólogo, y que dejara el programa 'Masterchef Celebrity'. Argumentaba que una cosa es la audiencia y otra la responsabilidad social. Que es difícil que vayan de la mano, y que no todo vale por la audiencia. Lo que todos pudimos ver en directo era una persona que, evidentemente, estaba pasando por un mal momento, una persona que mostraba todos los síntomas de estar atravesando una crisis. Una persona que mostraba ecolalias, frenesí de ideas, locuacidad inusual, desorganización cognitiva y una enorme agitación. Creo que todos los espectadores nos dábamos cuenta de que Verónica no estaba en su estado normal. Y, finalmente, el propio programa cayó también en la cuenta y decidió hablar con ella y aconsejarle que se fuera a su casa… En mi caso, los espectadores vieron cómo una chica amenazaba con que iba a quemar mi casa al salir. Vieron cómo varias personas pegaban patadas a una cabaña en la que yo me había desmayado. No se vio el ataque epiléptico que sufrí y tampoco se vio que nadie, nadie, ninguna persona de entre los responsables del programa, avisó a un médico. No se vio que, en privado, alguien me pegó, no se vieron los insultos y las amenazas. Tampoco se vio cómo un chico se masturbó delante de mí, entre las risas de los compañeros de cabaña. Algo que finalmente puedo contar porque existe una cinta en mi poder en la que se reconoce que pasó, así que dudo que la cadena se atreva a negarlo o demandarme porque saben que me puedo acoger a la ‘exceptio veritatis’. Al final salí de allí, fui a un psiquiatra, acudí a una abogada, demandé y gané a la cadena (…) Tengo la impresión de que Verónica no fue acosada ni maltratada en 'Masterchef'. Pero sí que llegó enferma, y debemos recordar que lo que vemos condensado en una hora de programa en realidad es la edición de muchas imágenes, el escueto resumen de una jornada maratoniana de rodaje que supone muchísimo estrés y presión, algo que no pueden aguantar las personas enfermas. Se nos ofreció en directo, como si fuera un espectáculo divertido, convenientemente montado y editado, el episodio de crisis de una mujer que no se encontraba bien. La turba de Internet vio campo abierto para reírse de ella e insultarla. Todos los que ahora se rasgan las vestiduras cuando descubren que Verónica Forqué se ha suicidado, deberían recordar cómo Internet, Twitter, Facebook, Instagram y la red entera se llenó de insultos: loca, bruja, vieja”…
La actriz Itziar Castro escribió bajo el titular “Verónica Forqué, Superwoman, y la salud emocional”: “Aún en shock por la muerte de la gran Verónica Forqué, no dejo de pensar en unas palabras que dijo hace poco públicamente: ‘Estoy cansada’, y no puedo dejar de empatizar con ella. Así llevo yo todo el año, pero no físicamente, agotada emocionalmente, y por desgracia, es algo que he comentado hace poco con varias compañeras en los Premios Forqué, que se celebraron hace unos días y en los que inevitablemente me acordé de Verónica. Muchas estamos cansadas, agotadas, y es algo que se repite, es una constante en esta bella y dura profesión nuestra. Hace unos años, al recoger el premio honorífico de la revista Fotogramas, Carmen Maura dijo: “Lo más complejo de esta profesión es estar cuerda. Un día eres la más deseada y al día siguiente no te llama nadie”. Esas palabras retumbaron tanto en mi interior que hoy, al escuchar lo de la muerte de Verónica, me vuelven a doler. Y duelen, no solo por la inestabilidad económica o porque tengamos que hacer malabares, o porque Murphy existe y de golpe tienes varios proyectos a la vez y no puedes hacerlos todos, o pasa el tiempo y te tiras meses o incluso años sin trabajar, y sin ingresar. No es solo eso, es la instabilidad emocional, eso es lo peor de esta profesión que adoramos y que nos engancha como una droga… Y, si encima, eres alguien risueño como era Verónica, o fuerte como yo, todo el mundo piensa que te va genial, que no paras, que has conseguido sueños, que tienes una carrera con proyectos por los que más de una mataría. Y sí, todo eso es cierto, incluso yo mataría por proyectos en los que he participado. Pero detrás hay mucho esfuerzo, mucha lucha, mucho sufrimiento a veces, y no siempre estás fuerte, no siempre puedes con todo, y te sientes ‘cansada’, como decía ella, o como el genial Robin Williams; personas que hacían reír al espectador y que a muchos les ayudaban a no pensar en sus malos momentos, pero con una terrible carga de agotamiento emocional detrás de cámara. Por eso mi reflexión es la siguiente: cuidémonos, no solo físicamente sino también emocionalmente; desestigmaticemos hablar de salud mental, pidamos ayuda y hablemos de ello en público, porque incluso Superwoman tenía debilidades y no pasa nada por mostrarlas. Esta profesión nuestra es maravillosa, y nos llena muchísimo en tantos aspectos, pero también tiene unas contrapartidas muy complejas y peligrosas si no estás fuerte emocionalmente. Y se incrementan con la fama y con la exposición mediática y en redes. Para acabar este humilde artículo, me quedo con la grandeza de Verónica Forqué. Es historia de España, sus personajes son maravillosos como lo era ella, como dicen todos los compañeros que han compartido proyectos y momentos”.
Telecinco, con Sálvame, dedicó buena parte de sus dos primeras horas de emisión al trágico suceso, contando con la intervención telefónica de compañeras de profesión de la actriz. Entre otras celebridades, el programa contó con Concha Velasco, quien pidió respeto a su finada compañera de profesión, ante los rumores aún no confirmados sobre lo ocurrido que comenzó a circular en los medios. “Lo que haya pasado está en manos de su familia, y no me gustaría que hablarais mal de ella estando yo presente”, pedía a Carlota Corredera nada más comenzar su intervención. Notablemente afectada, dejaba claro desde el primer momento: “No es momento de llorar sino de ensalzar la gran actriz y la gran persona que fue”. Velasco aludió a la situación personal de Forqué, que padecía desde hacía años depresión: “¿Si estaba pasando un mal momento? Pues todos los pasamos, pero se merece que se la recuerde como lo que era, una de las grandes actrices de este país”, recalcó. Velasco, quien cumplió recientemente 82 años, insistió y reconoció que “la vió en MasterChef y notó que no tenía fuerzas. Pero yo tampoco las tengo”, dijo “No sabemos lo que le ha pasado y yo entro para ensalzar su figura, porque estoy viendo que últimamente hay una necesidad de hablar mal de las personas”. De hecho, Velasco sacó a relucir el reciente especial de “Lazos de sangre” dedicado a Lina Morgan, por cuyo contenido se sintió molesta, remarcando que se debe dejar “la vida personal aparte”. Corredera intervino con afán conciliador y manifestó que “la trayectoria de Verónica Forqué está por encima de lo que haya podido pasar esta mañana”. Colegas de profesión y amistades de Forqué como Anabel Alonso o Tito Valverde también recordaron a la artista en directo. “Es un toque de atención para que todos cojamos el toro por los cuernos”, dijo, emocionada, la primera, calificando a su compañera en proyectos como una mujer “valiente” y “maravillosa”.
“No
sabemos por qué Verónica Forqué decidió suicidarse —escribe
Javier Gallego en ElDiario.es (“La jauría humana”)—. Sabemos que padecía depresiones, que se
despidió de la televisión diciendo ‘no puedo más’. Desconocemos las razones
profundas y complejas de su sufrimiento, pero conocemos que viene de antes de su
paso por MasterChef. Culpar de su suicidio al programa por cebarse en su
inestabilidad o a las redes sociales por el linchamiento de unos miserables, es
trivializar y simplificar su vida y su dolor. Pero sí sabemos algo: su muerte
revela que somos una sociedad enferma de odio que no cuida de sus enfermos
mentales. Verónica Forqué es un espejo de dos caras que refleja un doble
problema de salud pública, la falta de civismo y la falta de cuidado, que
vienen a ser lo mismo: una falta de amor. Faltan empatía y respeto. Pero si
hasta la televisión pública emite un concurso que humilla a sus concursantes
para divertimento del personal. Somos una sociedad que disfruta viendo cómo
despellejan al vecino en la tele y despellejándolo en las redes, al mismo
tiempo que abandona a las víctimas que tan desquiciada agresividad. Una
sociedad que le grita ‘loca’ a Verónica Forqué, en Twitter, pero no tiene
medios públicos suficientes para atender las enfermedades de la cabeza (…) La
sed de mal de la audiencia, de las masas, no es una novedad, la historia es un
recuento de la sangre vertida por manadas virulentas. Pero hoy cuenta con un
aliado poderosísimo que está poniendo en riesgo la convivencia y la democracia:
el maldito algoritmo. Los algoritmos del odio que favorecen la polarización y
la perversidad. También hay que pedirles cuentas a estas plataformas. Sus
estrategias para ganar dinero han provocado incluso matanzas. Sacan lo peor del
ser humano. ¿Qué son los Trump y compañía si no excrecencias de ese sistema?
¿Qué es el asalto al Capitolio sino el paso de la jauría humana de la red a la
calle? Nos hemos convertido en una sociedad de gente enferma que hace terapia
en la red, enfermando la vida de otros. Comunidades disgregadas y alienadas,
competitivas y asustadas, vierten su miedo y su asco. La pandemia ha empeorado
aún más las cosas. Se han disparado la angustia y la ansiedad, las enfermedades
mentales y los suicidios. La mayor pandemia después del virus está siendo la
pandemia psicológica, advierten los psiquiatras, que están superados ante la
falta de apoyo institucional. Si eres pobre, estás jodido. Además de tener más
posibilidades de estar mal, tienes menos de que te ayuden”.
Sergio C. Fanjul escribe
en Facebook: “Muchos telespectadores han opinado en las redes sociales que el
programa Masterchef explotó televisivamente los problemas mentales de Verónica
Forqué para ganar audiencia y que eso influyó de alguna manera en la trágica y
prematura muerte de la actriz. Es difícil de decir, pero hay otros problemas
más profundos que tienen que ver con la propia estructura de estos programas,
basados en la presencia inquisitorial de unos jurados cuyo cometido es juzgar y
amonestar continuamente a los participantes. Es un reflejo de la sociedad que
hay, de la que se pretende. Los jurados de la tele (‘Tú sí que vales’, ‘Maestros
de la Costura’, ‘La Voz’, ‘Got Talent’, ‘Factor X’…) pendulan entre estas
posturas inquisitoriales y otras más parecidas a la del profe enrollado, la
madre comprensiva o el curita de pueblo, pero el mensaje siempre es el mismo:
una mezcla de coaching, emotividad y pensamiento neoliberal. Hay que darlo
todo, competir, triunfar a cualquier precio. Todo depende de tu esfuerzo. Estas
nominado. Solo puede quedar uno. (…) Masterchef no generó los problemas de
salud mental de Verónica Forqué, que ya los traía puestos, pero hay quien
opina, tampoco lo sabemos, que la presión del programa y de la consiguiente
exposición en redes sociales pudo precipitar su final. Lo que si es cierto es
que, bien mirado, en aquel plató Forqué se convirtió en una precisa metáfora de
los ciudadanos atrapados en el capitalismo asalvajado: empujados a la
competición, a la persecución de nuestros sueños, al esfuerzo sin descanso,
cayendo finalmente en la ansiedad, la depresión, el desánimo, la apatía.
Algunos desean abandonar. Forqué dejó Masterchef diciendo ‘no me encuentro
bien, estoy agotada, no puedo más’. No todo el mundo se atreve a dejar la vida
como se deja un programa de la tele, pero algunos sí”.
“El suicidio de Verónica Forqué —escribe David Bollero, bajo el título ‘Hablemos de suicidio, ¿para qué?’, aparecido en Público el pasado miércoles— ha desatado una nueva oleada de artículos, comentarios, tertulias, tuits... abordando de alguna manera —unas especialmente desafortunadas y superficiales— este asunto. En los dos últimos años, hemos pasado de ignorar esa realidad, de considerarla un tema tabú a, prácticamente, encontrarla todas las semanas en los medios de comunicación. Vale, hemos roto esa barrera, hablamos de suicidio, pero ¿para qué? Hace justo dos años, escribí en ‘Posos de Anarquía’ un artículo titulado ‘Hablemos de suicidio’. En aquel artículo ofrecía toda suerte de estadísticas que ya se manejaban y criticaba que España no contara con un plan estatal integral para reducir el número de suicidios. Desde aquel artículo hasta ahora, se ha hablado mucho de salud mental y suicidio, pero continuamos sin ese plan integral y, todavía peor, seguimos a la cola de psicólogos de Europa: ni siquiera llegamos a 10 por cada 100.000 habitantes, cuando la media europea es de 38. Hoy en día, se habla y mucho de salud mental y suicidio; toca averiguar ahora para qué, con qué propósito, porque a veces da la sensación de que lo hacemos para etiquetar, para manejar nuevas estadísticas que normalizan, deshumanizan y entierran los hechos en hojas de cálculo. ¿Cuál es la finalidad de abordar abiertamente el tema y qué frutos está dando esa conversación?”
“Ya no es solo —continúa David Bollero— que en el mismo Congreso la derecha se burle de la salud mental gritando ‘¡vete al médico!’; si bajamos a ras de suelo, resta tanto camino por recorrer... Después del suicidio de Forqué, se han cargado las tintas contra el programa Masterchef, del que otros colegas como David Torres o Pedro Luis Angosto ya habían advertido tiempo atrás —aunque siempre haya personas que tiren balones fuera diciendo que no se había advertido de esta suerte de telebasura—. Se han vertido críticas por las formas y el fondo del programa, por el hecho, además, de emitirse en la televisión pública, que el día de la triste noticia no tardó en poner tierra de por medio a esa polémica improvisando un programa/homenaje. La burla a la persona distinta, a la vulnerable, a la que se sale de la media... alimenta audiencias porque toda esa mofa es reflejo de lo que se cuece en la sociedad. ¿Cuántas de las personas que estos días se indignan con Masterchef se rieron de Forqué y sus enojos, cuántas la convirtieron en trending topic semana tras semana a costa de eso? No basta con informar y dialogar sobre salud mental y suicidio; hay que hacerlo con criterio, sin banalizar, sin caer en ese sensacionalismo que termina disfrazando de moda acudir a un terapeuta o un psicólogo —que son cosas bien distintas—. La distancia entre esas personas famosas que publicitan la ayuda psicológica que reciben para tratar de romper el tabú y aquellas que lo utilizan como un instrumento más de marketing es muy pequeña, tanto como quienes lo hicieron antes con su inclinación sexual. Las cifras de suicidios diarios; del impacto de la pandemia en la salud mental de jóvenes, de personas mayores o que viven solas; de cómo la depresión y la ansiedad está ya a la cabeza de bajas laborales —y no laborales—... han de ir más allá, ahondando en el origen, ampliando las miras hacia el entorno no sólo como factor causal sino como extensión del mismo trastorno que, de un modo u otro, contagia, altera la conducta de quienes rodean, arropan, ignoran o ayudan a quien sufre depresión. Abordar esta cuestión desde la superficialidad, hacerlo únicamente con historias de triste final y no de superación o estancarse en las cifras sin ver todo el dibujo no contribuirá a cambiar una realidad que avanzaba silenciosamente —ya no tanto— y, hasta ahora, inexorablemente”.
Pedro Luis Angosto escribió en NuevaTribuna.es y bajo el título “Forqué y las flores del mal”: “Verónica Forqué era la sonrisa permanente, la dulzura, la inocencia y una actriz inmensa que llenó de disfrute la vida de muchos españoles con sus interpretaciones magistrales. Desde su aparición en el cine de la mano de Jaime de Armiñan en ‘Mi querida señorita’ hasta ‘Espejo’, pasando por ‘Kika’, ‘Las truchas’, ‘¿Qué he hecho yo para merecer esto?’, ‘El año de las luces’, ‘La vida alegre’ o ‘Bajarse al moro’, Forqué no hizo otra cosa que hacer reír y acompañarnos con su mirada limpia y profunda (…) Dicen que llevaba tiempo enferma. No lo sabía, como ignoro casi todo de su vida personal, no por nada, sino porque creo que no es cosa de mi incumbencia saber de su vida íntima. Quienes sí sabían del sufrimiento de Verónica Forqué fueron quienes la seleccionaron para concursar en Master Chef Celebrity, programa tan español que ni una sola de las palabras del título forman parte de ninguna de las lenguas oficiales de España. Productores, guionistas, presentadores,directores y no sé hasta qué punto el resto de los concursantes, aunque éstos no son responsables de nada, sabían que no estaba bien. En todos los programas basura, y éste lo es, se busca el morbo, un protagonista o varios sobre los que cargar las expectativas de audiencia del programa. Es seguro que ninguno de los hacedores del concurso tuviese acceso al expediente clínico confidencial de la actriz, pero no cabe duda de que se percataron durante el rodaje de que sus reacciones eran desproporcionadas y nada consecuentes con la imagen que todos teníamos de Verónica. Aun así, porfiaron y emitieron todos los programas grabados, esperando obtener los resultados televisivos esperados. Y en efecto, Forqué se convirtió en la máxima estrella del programa hasta que no pudo más. Risas, chascarrillos, estupefacción, hasta yo mismo pensé que era una persona odiosa y tiránica que nos había engañado durante décadas. Y no, era una persona enferma en un momento crítico de la enfermedad y lo que hizo la televisión fue transmitir su dolor, lo mismo que si hubiesen televisado el infarto o un ataque por cálculo renal de otro concursante. Simplemente, vergonzoso, indignante, nauseabundo. En el mundo mediático dominado por anéticos en el que vivimos, pedir respeto, racionalidad y humanidad a quienes han hecho de la basura un medio de vida es como escupir al cielo. Como cuando el Imperio Romano entró en decadencia, pero con muchísimos más medios, todo vale en esa trituradora de mierda que son la televisión y las redes sociales. El espectáculo necesita sangre, cada vez más sangre, el público pide tripas, cada vez más pestilentes, y el sistema decadente y fagocitador, ignorancia, toda la ignorancia del mundo, de todo el mundo. Esas son las claves del miedo, la indolencia, la crueldad, la insatisfacción que nos estragan como individuos y como sociedad. Frente a todo ello, frente a todos ellos, siempre nos quedará la eterna sonrisa de Verónica”.
El féretro con sus restos mortales llegó el miércoles al Teatro Español y se colocó sobre un escenario rodeado por ocho coronas de flores y acompañado por la proyección de imágenes de sus trabajos. Numerosos actores y actrices, el cineasta Pedro Almodóvar, el ministro de Cultura, Miquel Iceta, presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso o la delegada del Área de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, Andrea Levy, y diversas personalidades se acercaron a darle el último adiós. “La alegría es uno de los dones más bonitos que se puede tener y ella lo tenía”, dijo Paco León. “Se nos ha ido un ángel”, proclamó su compañera, María Barranco quien añadió: “Espero que donde esté, sea muy feliz y que descanse”. Pedro Almodóvar resaltó que, además de una actriz “extraordinaria”, era “una persona buenísima, una especie de ángel. Siempre estaba preocupada por todos nosotros, muy amiga de todos, siempre aportando soluciones y con una vida espiritual resuelta, con una fe muy sólida y absoluta en el budismo. Es la última persona que me hubiera imaginado con un final como el que ha tenido”, señaló. “Lo que ha ocurrido —agregó— es absolutamente misterioso y tiene que ver con nuestra naturaleza, con el paso del tiempo y las heridas que va dejando: no estaba con su marido y su hermano, al que adoraba, murió hace pocos años. El tiempo no la ha tratado bien”. El ministro de Cultura, Miquel Iceta, lamentó la pérdida, recordando que ella estará “para siempre, como testimonio del buen hacer y de toda una época”. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, declaró que fue “una gran pérdida como actriz y como persona, trataba a los demás con una enorme humildad, sinceridad, simpatía y un gran cariño”. Y Andrea Levy: “Era una actriz única, con la que era fácil empatizar por el cariño, y esa sonrisa tan simpática, tan entrañable que trasladaba a través de la pantalla... y con la que conquistó a millones de españoles”. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, anunció que su consistorio estudia un homenaje a la actriz, a la que llamó “madrileña de pro” que deja “un recuerdo inmejorable”. También acudieron compañeros del programa MasterChef Celebrity, en cuya última edición participó la actriz, como el chef Pepe Rodríguez, quien declaró a los medios congregados que la gente del programa “la amaba, la quería y la cuidaba”. Y el cocinero se mostró muy apenado por no haberla llamado más.
El consejo de
administración de RTVE aprobaba el jueves la puesta en marcha de una auditoría
interna del programa MasterChef. En concreto, según publicó El País, se
pretende conocer con detalle los procesos de contratación y los costes de las
distintas versiones del espacio televisivo que se emite desde 2013 con un
presupuesto de unos 550.000 euros por capítulo. La pretensión es “hacer una
radiografía del programa y de un formato que a veces fuerza las situaciones
para obtener un punto más de audiencia, y eso genera tensiones de guion y crea
problemas a TVE”, según explicaron fuentes del organismo de control. El consejo
de administración subrayó que la luz verde a la realización de este estudio no
guarda relación con el fallecimiento de la actriz y concursante del programa
Verónica Forqué. Pero lo cierto es que, según Público, varios vocales del
consejo trataron de plantear el debate sobre el grado de responsabilidad del
programa a la hora de detectar “pistas” sobre la salud mental de la actriz
durante la grabación de los capítulos de la última edición, que se ejecutó
durante la pasada primavera. “Sin embargo, el factor que sí ha pesado a la hora
de aprobar la realización de la auditoría es la multa de 219.000 euros que la
Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia impuso a RTVE por la emisión
de publicidad encubierta durante el programa de cocina”.
Otras imágenes,
fotomontajes y fotos sorprendentes:
La diputada del partido
ultraderechista Vox, Macarena Olana, se dirigió en el Congreso a la
vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo poniendo en duda sus
políticas a favor de los trabajadores y la respuesta que recibió fue una tromba
como las que ya acostumbra a recibir Teodoro García Egea. En su respuesta, Díaz
desmontó el falso obrerismo de Vox por la vía más sencilla y efectiva: recordar
los aspectos fundamentales de su programa en materia de derechos de los
trabajadores.
El
galeón Andalucía (España) es un navío emblemático que dejó una profunda huella
en la historia del mar.
El humor, en la prensa de esta semana: Forges, El Roto, Peridis, Eneko, Enrique, Vergara, Manel F, Malagón, Asier y Javier, Miliki y Duarte…
Repuestas.
Pep Roig, desde Mallorca:
Los videos de esta
semana:
¡¡CUNDE EL PÁNICO!!
Verónica quiere abrir la olla exprés antes de tiempo | MasterChef Celebrity 6.
(16 nov 2021)
VERÓNICA SE DESPIDE y
abandona el programa: "No puedo más" | MasterChef Celebrity 6 (22 de
noviembre 2021).
VERÓNICA FORQUÉ se habría
suicidado, según las primeras investigaciones de la policía I RTVE
Hallada muerta la actriz
Verónica Forqué en su domicilio
Verónica Forqué recibe un
multitudinario y emocionante homenaje en el Teatro Español
El rei mag – Polònia
2753 visualizaciones16
dic 2021
Assessor de burrades – Polònia
LATE MOTIV - Monólogo. Lo
más buscado.
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