miércoles, 12 de abril de 2023

Catalunya recupera siete especies de animales en peligro de extinción o vulnerables.

 

Oso pardo de los Pirineos.

Águila perdicera.

En Catalunya hay diversas especies de animales que se encuentran protegidas o amenazadas. En el primero de los casos, hablamos de especies que gozan de un grado de protección pasiva, mientras las amenazadas, en peligro de extinción o vulnerables, requieren una gestión activa. Algunas han estado a punto de desaparecer a nivel global. Sin embargo, gracias al trabajo de los expertos, algunas se han recuperado en las últimas décadas. A veces, la culpa recae en el papel del ser humano. Aleix Camprubí y Pont repasa en Público hasta siete, utilizando los datos que ofrece el portal del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat de Catalunya, y antiguamente por el Departamento de Medio Ambiente y Sostenibilidad.

Uno de los casos más paradigmáticos de recuperación es el oso pardo de los Pirineos, a un paso de desaparecer y del que se observaron hasta setenta ejemplares distintos durante el año 2021. Es un caso reseñable, puesto que en el 2010 tan sólo se calculaba que había 19. Unos 36 pasan parte o todo su ciclo anual en Catalunya. Se distribuye básicamente en las comarcas catalanas de Val d'Aran y el Pallars Sobirà, pero también en el Pallars Jussà y la Alta Ribagorça. La regresión y extinción del oso pardo en Catalunya -y en otros lugares- ha sido durante muchos años la persecución humana, sea con armas de fuego, con trampas o venenos. La muerte por causas antrópicas es, pues, muy reseñable. Se realiza un seguimiento demográfico y geográfico anual de la población y su evolución, así como seguimiento y análisis genéticos, entre otras medidas.

A principios de los años ochenta, la población de quebrantahuesos era sólo de unas cinco o seis parejas distribuidas por las comarcas de la Alta Ribagorça, el Pallars Jussà y el Pallars Sobirà. Gracias a la recuperación de esta especie en peligro de extinción, se llegó a los 97 adultos en 2018, distribuidos en 48 territorios seguros de más comarcas de alrededor.  Los trabajos de gestión de la especie se han centrado en diversos aspectos: mejora del conocimiento de la biología de las especies, monitorización anual de las parejas y territorios en el conjunto de Catalunya, estudio de la reproducción, conservación y mejora del hábitat y gestión de los problemas, entre otros.  La utilización de venenos en temas cinegéticos, la caza directa y el expolio de los nidos por coleccionistas son los principales motivos que propiciaron la regresión inicial. Más recientemente, hay otros factores como la intoxicación por la ingesta de plomo de la munición de los restos de piezas de caza, o las molestias y fracasos reproductores causados por la escalada y otras actividades deportivas, entre otros.

Hasta 328 ejemplares de tritón del Montseny fueron liberados en su hábitat natural, procedentes de centros de cría, en verano de 2021, con el objetivo de garantizar el futuro de la especie. Se trata del único vertebrado endémico de Catalunya y es el anfibio más amenazado de Europa, catalogado en peligro crítico de extinción. La diferenciación genética respecto al tritón pirenaico se constató a causa del aislamiento geográfico. Sus poblaciones, estimadas en solamente unos 1.500 ejemplares, se concentran en unos tramos muy reducidos de rieras dentro del macizo del Montseny. Su distribución natural está restringida a esta cuenca geográfica y dentro de un área natural protegida: el Parque Natural y Reserva de la Biosfera del Montseny.

La gaviota de Audouin también se encuentra en peligro de extinción. Se distribuye principalmente por la vertiente occidental del Mediterráneo, con las principales colonias en el Estado centradas en la Comunitat Valenciana y en Catalunya, entre otros lugares. Las amenazas y factores que limitan en el ámbito global para la supervivencia de esta especie se elaboraron y se recogieron en el Plan de acción internacional por la gaviota de Audouin.

En Catalunya, el águila perdicera la encontramos en las cordilleras litorales y prelitorales, desde el Empordà hasta las Terres de l'Ebre. Y en las estribaciones exteriores del Prepirineo leridano.  Esta especie amenazada pasó de 85-90 parejas estimadas en los años 1970 a 64-65 en 2000 en Catalunya. En 2020, la población censada fue de 80-84 parejas. Sin embargo, el departamento señala que los parámetros reproductores han disminuido bastante durante los últimos quince años. El Ayuntamiento de Vandellòs y L'Hospitalet de l'Infant han realizado a lo largo del último año diversas actuaciones para seguir mejorando el hábitat para su recuperación.  La mortalidad adulta del águila perdicera en Catalunya es superior a la esperada por diversos motivos, como los accidentes con líneas eléctricas y la persecución, además de la incidencia de ahogamientos en balsas artificiales, entre otros.

La colonia de buitre negro se ha consolidado en los Pirineos, y lo ha hecho doscientos años después de desaparecer. El punto neurálgico de la recolonización de la especie es la Reserva Nacional de caza de Boumort, en la que los técnicos han contabilizado una población de 65 ejemplares. Estos han formado 18 parejas y en el último año han nacido once pollos, nueve de los cuales han sobrevivido. España acoge el 86% del total de la población europea de buitre negro, pero está catalogada como vulnerable.

Por último, el chorlitejo patinegro, una especie de ave en peligro que, en mayo del 2022, nidificó en la desembocadura de la Tordera, lo hizo por primera vez desde 1996. La Asociación Naturalistas del Montnegre y la Tordera celebró los hitos, asegurando que son “consecuencia directa” de la regulación de acceso a la desembocadura desde el año 2020 y la gestión para la recuperación ecológica del espacio. La masificación del espacio provocó años atrás un grave impacto en la biodiversidad de la zona, aplaudiendo su regeneración en sólo dos años de protección.  También empezó a recuperar su presencia en el Delta del Llobregat gracias a las medidas de protección que se establecieron en torno a este pájaro, que pone los huevos entre primavera y verano. El año pasado aumentó ligeramente la población reproductora, pasando de diez parejas en 2021 a las catorce. Este año, el dato es de un total de 74 parejas, lo que representa el mejor dato desde que se hace seguimiento en el parque natural de esta especie amenazada. En cuestión de ocho años, la población se ha triplicado.

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