Catalunya recupera siete especies de animales en peligro de extinción o vulnerables.
En Catalunya hay diversas
especies de animales que se encuentran protegidas o amenazadas. En el primero
de los casos, hablamos de especies que gozan de un grado de protección pasiva,
mientras las amenazadas, en peligro de extinción o vulnerables, requieren una
gestión activa. Algunas han estado a punto de desaparecer a nivel global. Sin
embargo, gracias al trabajo de los expertos, algunas se han recuperado en las
últimas décadas. A veces, la culpa recae en el papel del ser humano. Aleix
Camprubí y Pont repasa en Público hasta siete, utilizando los datos que ofrece
el portal del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de
la Generalitat de Catalunya, y antiguamente por el Departamento de Medio
Ambiente y Sostenibilidad.
Uno de los casos más
paradigmáticos de recuperación es el oso pardo de los Pirineos, a un paso de
desaparecer y del que se observaron hasta setenta ejemplares distintos durante
el año 2021. Es un caso reseñable, puesto que en el 2010 tan sólo se calculaba
que había 19. Unos 36 pasan parte o todo su ciclo anual en Catalunya. Se
distribuye básicamente en las comarcas catalanas de Val d'Aran y el Pallars
Sobirà, pero también en el Pallars Jussà y la Alta Ribagorça. La regresión y
extinción del oso pardo en Catalunya -y en otros lugares- ha sido durante
muchos años la persecución humana, sea con armas de fuego, con trampas o
venenos. La muerte por causas antrópicas es, pues, muy reseñable. Se realiza un
seguimiento demográfico y geográfico anual de la población y su evolución, así
como seguimiento y análisis genéticos, entre otras medidas.
A principios de los años
ochenta, la población de quebrantahuesos era sólo de unas cinco o seis parejas
distribuidas por las comarcas de la Alta Ribagorça, el Pallars Jussà y el
Pallars Sobirà. Gracias a la recuperación de esta especie en peligro de
extinción, se llegó a los 97 adultos en 2018, distribuidos en 48 territorios
seguros de más comarcas de alrededor. Los
trabajos de gestión de la especie se han centrado en diversos aspectos: mejora
del conocimiento de la biología de las especies, monitorización anual de las
parejas y territorios en el conjunto de Catalunya, estudio de la reproducción,
conservación y mejora del hábitat y gestión de los problemas, entre otros. La utilización de venenos en temas
cinegéticos, la caza directa y el expolio de los nidos por coleccionistas son
los principales motivos que propiciaron la regresión inicial. Más recientemente,
hay otros factores como la intoxicación por la ingesta de plomo de la munición
de los restos de piezas de caza, o las molestias y fracasos reproductores
causados por la escalada y otras actividades deportivas, entre otros.
Hasta 328 ejemplares de
tritón del Montseny fueron liberados en su hábitat natural, procedentes de
centros de cría, en verano de 2021, con el objetivo de garantizar el futuro de
la especie. Se trata del único vertebrado endémico de Catalunya y es el anfibio
más amenazado de Europa, catalogado en peligro crítico de extinción. La
diferenciación genética respecto al tritón pirenaico se constató a causa del
aislamiento geográfico. Sus poblaciones, estimadas en solamente unos 1.500
ejemplares, se concentran en unos tramos muy reducidos de rieras dentro del
macizo del Montseny. Su distribución natural está restringida a esta cuenca
geográfica y dentro de un área natural protegida: el Parque Natural y Reserva
de la Biosfera del Montseny.
La gaviota de Audouin
también se encuentra en peligro de extinción. Se distribuye principalmente por
la vertiente occidental del Mediterráneo, con las principales colonias en el
Estado centradas en la Comunitat Valenciana y en Catalunya, entre otros
lugares. Las amenazas y factores que limitan en el ámbito global para la
supervivencia de esta especie se elaboraron y se recogieron en el Plan de
acción internacional por la gaviota de Audouin.
En Catalunya, el águila
perdicera la encontramos en las cordilleras litorales y prelitorales, desde el
Empordà hasta las Terres de l'Ebre. Y en las estribaciones exteriores del
Prepirineo leridano. Esta especie
amenazada pasó de 85-90 parejas estimadas en los años 1970 a 64-65 en 2000 en
Catalunya. En 2020, la población censada fue de 80-84 parejas. Sin embargo, el departamento
señala que los parámetros reproductores han disminuido bastante durante los
últimos quince años. El Ayuntamiento de Vandellòs y L'Hospitalet de l'Infant
han realizado a lo largo del último año diversas actuaciones para seguir
mejorando el hábitat para su recuperación. La mortalidad adulta del águila perdicera en
Catalunya es superior a la esperada por diversos motivos, como los accidentes
con líneas eléctricas y la persecución, además de la incidencia de ahogamientos
en balsas artificiales, entre otros.
La colonia de buitre
negro se ha consolidado en los Pirineos, y lo ha hecho doscientos años después
de desaparecer. El punto neurálgico de la recolonización de la especie es la
Reserva Nacional de caza de Boumort, en la que los técnicos han contabilizado
una población de 65 ejemplares. Estos han formado 18 parejas y en el último año
han nacido once pollos, nueve de los cuales han sobrevivido. España acoge el
86% del total de la población europea de buitre negro, pero está catalogada
como vulnerable.
Por último, el chorlitejo
patinegro, una especie de ave en peligro que, en mayo del 2022, nidificó en la
desembocadura de la Tordera, lo hizo por primera vez desde 1996. La Asociación
Naturalistas del Montnegre y la Tordera celebró los hitos, asegurando que son “consecuencia
directa” de la regulación de acceso a la desembocadura desde el año 2020 y la
gestión para la recuperación ecológica del espacio. La masificación del espacio
provocó años atrás un grave impacto en la biodiversidad de la zona, aplaudiendo
su regeneración en sólo dos años de protección. También empezó a recuperar su presencia en el
Delta del Llobregat gracias a las medidas de protección que se establecieron en
torno a este pájaro, que pone los huevos entre primavera y verano. El año
pasado aumentó ligeramente la población reproductora, pasando de diez parejas
en 2021 a las catorce. Este año, el dato es de un total de 74 parejas, lo que
representa el mejor dato desde que se hace seguimiento en el parque natural de
esta especie amenazada. En cuestión de ocho años, la población se ha
triplicado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario