El silencio no es opción
Juanlu Sánchez daba ayer
en el clavo. “Lo que ha ido ganando relevancia política -escribió en Al Día-,
es la problemática presencia de Israel en una fiesta europea musical de la que
han sido vetados otros países como Rusia. No es solo pasividad: la organización
del festival (la UER) se ha convertido en cómplice de la buena imagen de
Israel, imponiendo una ley del silencio entre los artistas, censurando la
crítica en directo y hasta amenazando a TVE por mencionar la masacre de Gaza en
las retransmisiones. La respuesta de TVE la vimos todos (en directo o como
viral inmediato en Internet), un rótulo antes de empezar el Festival: A pesar de todo esto, Israel quedó segunda.
Casi gana. Y además ganó el voto del público desde España, por primera vez.
Israel, 12 puntos. Obviamente, el troleo y la organización de la ultraderecha
(que ahora es sionista) lo están distorsionando todo. TVE ha pedido darle una
vuelta al sistema. Si no eres fan de Eurovisión o decidiste no verlo, no le
quites demasiada importancia al efecto sobre la opinión pública: más de 7
millones de personas lo vieron. Y, durante el Festival de Eurovisión, Israel
bombardeó Palestina”.
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