miércoles, 20 de febrero de 2008

20 de febrero. La censura del Metro londinense.


En los muros del Metro de Londres se ha censurado la imagen de un desnudo de un maestro renacentista para “no ofender a nadie”. Pienso que lo que realmente hubiera podido ofender al londinense es un desnudo cualquiera, no reconocido por nadie y sin mérito alguno. Pero uno pintado por Lucas Cranach, el Viejo (1472-1553), lo mismo que el de Botticelli, el de Velázquez, el de Venus de Milo o los desnudos de tantos famosos del mundo del arte, no debieran ser motivo de escándalo sino de admiración. Además ¿por qué es tan natural que unos desnudos en un museo de arte despierten el reconocimiento y la admiración y una copia de los mismos expuestos en el Metro sólo provoquen escándalo? ¿A qué es debido que la sensibilidad de los ingleses pueda variar según donde esté expuesto el desnudo? ¿No será que a los patrocinadores de arte no les interesa que “sus” obras salgan a la calle y bajen al subsuelo en donde pueden ser admiradas, y gratuitamente, por todos?

El cuadro representa a una Venus de astuta sonrisa, que lleva sólo una gargantilla, mientras sujeta en sus manos una gasa transparente que, más que ocultar, hacer resaltar las partes púdicas. "Millones de personas viajan diariamente en Metro y no tienen más remedio que ver la publicidad allí colocada –justifica la empresa Transport for London en un comunicado–. La publicidad en esos medios no debe ofrecer una representación sexualmente explícita de hombres, mujeres o niños ni exhibir figuras desnudas o semidesnudas. Debemos tener en cuenta a todos los viajeros y procurar no ofender a nadie". Con estos sutiles argumentos las autoridades del London Underground System se niegan a aceptar publicidad "tan impúdica", alegando que su reglamento se lo prohíbe. En efecto el reglamento del famoso "Tube" impide que fotografías de hombres, mujeres o niños desnudos sean mostradas en los sitios destinados a la publicidad comercial del sistema de transporte. Pero las reacciones no se han hecho esperar. “Esta decisión es una gran torpeza –manifiesta, airado, el Presidente de Cultura de la Cámara de los Comunes–. Porque no es posible que un cuadro pintado hace casi quinientos años pueda molestar a nadie. Le pido a London Underground que reflexione y permita que la Royal Academy utilice su publicidad en el sistema de transporte”.

Otra solución para los censores de turno hubiera sido la de vestir a dicha Venus. Lo cual hubiera sido destruir la obra de Cranach, jefe de una familia de artistas, pintor, ilustrador de libros, impresor y versátil figura del renacimiento germano, defensor de la Reforma y gran amigo de Lutero, quien jamás se opuso a su Venus. Algunas de las obras de Cranach, de tema religioso, fueron incluso utilizadas como propaganda de la causa protestante. Pero, cuatro siglos y medios después de su muerte, su desnudo femenino es considerado por los jerarcas del Metro londinense como de un refinado erotismo frente al viajante-espectador del inicio del milenio. Y consideran esta obra como un símbolo subversivo, con un fuerte poder ofensivo. Como si esta obra de arte tuviera que ocultarse. O como si volviéramos a los años de la inquisición, sucumbiendo al chantaje cultural y despreciáramos la libertad que tanto costó conquistar. Pero, el portavoz de la galería insiste. "No tenemos una versión B, con ella (la Venus) vestida. Solo esperamos que cambien de opinión y la acepten”.

La exposición contará con 70 trabajos del artista y podrá verse del 8 de marzo al 8 de junio. Esta es la segunda vez que el Metro londinense utiliza la censura. En la primera fue el "Retrato de Diana Kirke, una obra de Countess of Oxford", en la que el apunte de un pecho fue considerado ofensivo por las mismas autoridades, lo cual llevó el cambio de la obra escogida.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Son coletazos del conservadurismo integrista que ha inspirado esa aberración de lo "políticamente correcto". Este principio censor es el que da lugar a que, por ejemplo, un negro de Estados Unidos sea llamado "afroamericano", un homosexual "gay", una la matanza de civiles "daño colateral", la tortura, "exceso", etc. No hace mucho en Francia, en un cartel de una muestra sobre Sartre, a éste le quitaron de su foto el cigarrillo que fumaba,y en Gran Bretaña pretendieron editar una Biblia expurgada de términos y situaciones "políticamente incorrectas".

Anónimo dijo...

A estos tipos Serrat les ubica como "los macarras de la moral." No hay más remedio que combatirlos y con-vencerles, procurando -eso si- que no dejen de parpadear.
chiflos.

Daniel Hermosel Murcia dijo...

Me recuerda a un capítulo de los Simpson en los que el pueblo intenta prohibir que se muestre el David de Miguelángel. La realidad supera a la ficción. ¡Qué mundo!