8 de febrero. Caso Lamela: "Ni rectificar ni pedir perdón"
Lamela, hablando del Severo Ochoa, tras la decisión judicial de archivar el caso (Foto de Susana Hidalgo)
El tribunal no sólo exculpa a estos profesionales sino que no aporta ninguna referencia a la presunta mala praxis médica. "Nos han machacado –se queja uno de los médicos afectados contra los medios de comunicación que hablaron ligeramente de los ‘400 homicidios’ denunciados por Lamela, entonces consejero de Sanidad promovidos por “El Mundo”– Se hicieron acusaciones irresponsables que consiguieron crear la mayor agresión a la sanidad pública y la consiguiente pérdida de confianza de los usuarios sobre la sedación de enfermos terminales". Señalan los médicos que "es el tiempo de la reparación” y piden que, "igual que se hizo una campaña de acoso, tiene que haber otra para rehabilitar el nombre del hospital".
Los tribunales les han dado la razón, pero para ellos no es suficiente. No obstante, ni Esperanza Aguirre ni sus consejeros han pedido perdón a los usuarios, sino que ha permitido que sus acusaciones tomen otros derroteros. La presidenta de la Comunidad de Madrid celebra que el proceso judicial haya demostrado que no se realizaron prácticas irregulares en el servicio de Urgencias, pero asegura que, una vez archivada la causa, "se hará lo que corresponda y lo que se tenga que hacer con los facultativos que fueron destituidos... El cese de Montes no guarda ninguna relación con este procedimiento, del que la Consejería nunca ha tomado parte".
Rajoy elude pronunciarse porque no conoce "bien el asunto”. El PP prefiere hacer mutis por el Foro. Ni Rajoy, ni Aguirre, ni Lamela ni el actual consejero de Sanidad, Güemes, han querido asumir la más mínima responsabilidad tras el archivo de la denuncia. Y se niegan a pedir excusas porque “el motivo de la destitución del doctor Montes no fue la sanción disciplinaria, sino la falta de confianza en él como gerente de Urgencias”. Subrayan asimismo que, “desde que se produjo dicho cese, los datos de funcionamiento del servicio muestran una clara mejora. Y ha habido menos muertes". Lo que no dicen es que la Consejería ordenó que los enfermos agónicos fueran trasladados a otros servicios antes de morir, alterando las cifras de mortalidad y evitando, así, que contabilizaran como muertos en urgencias. De esta forma conseguían eliminar la sedación en toda la comunidad, al no haber médicos que se atrevieran a aplicarla. Según ellos, la muerte debe ser larga y dolorosísima, a imitación de la de Cristo en la cruz. Triunfo del PP. Final de la discusión sobre la eutanasia.
Desde abril de 1905, los comentaristas de la Cadena Ser no han dejado de hostigar al anestesista Luis Montes. Recuerdo algunos de los comentarios de Federico Jiménez-Losantos: “El 90% de los sedados por este doctor murió en menos de 24 horas. En el hospital, era conocido por ‘Sendero Luminoso’.Con menos de seis meses de esperanza de vida directamente ¡plof!, los mandaban a mejor vida... Como son pobres, que no sufran, venga fuera; éste ya es muy mayor, venga fuera, que faltan camas... El doctor Montes, que digamos es el héroe o antihéroe de todo este grupo, pero –insistía– de un grupo que tiene un gran poder en ese hospital, con tentáculos poderosos en otros grandes hospitales de Madrid, de extrema izquierda la mayoría... La gente no quiere ir al hospital y, cuando va, falta a las enfermeras, a los médicos y les dicen esa cosa tan tremenda de ¿es aquí donde matan?”
César Vidal, otro de los locutores estrellas contratados por los obispos de esta emisora, sentenciaba que "lo peor" que le puede pasar a un hospital en España es "tener de director a Bernat Soria y a Luis Montes de adjunto". Vidal le llamaba “Terminator” y otras voces lo tachaban de asesino, homicida o nazi.... Lo que a mí realmente me conmueve es que, en estos momentos, es que el PSOE, IU, los sindicatos y algunos médicos estén defendiendo esta situación que en cualquier país civilizado y en bastantes no tan civilizados, ahora mismo habría pasado delante de un juez de guardia para aclarar esto. Este señor ahora mismo lo están convirtiendo en un héroe de las fuerzas de la progresía, que parece ser que les fascina la idea de la muerte, la de los demás por supuesto".
Cristina López Schlichting decía de él: "Probablemente, lo que piensa este médico es: ‘soy el más eficaz de Urgencias, a mí no se me colapsan’... Pero, está claro que la sedación no se utilizaba con el fin de paliar el sufrimiento, sino directamente para provocar la muerte del paciente... Así lo establece el demoledor informe final de la Comisión de Expertos que estudió los casos... Espeluznante conclusión que erige a los médicos de urgencias del Severo Ochoa en diosecillos que decidían quienes tenían o no la calidad de vida necesaria para seguir existiendo”.
En la misma estrategia se unieron las voces del director de “El Mundo”, el periódico “Libertad Digital”, y la plataforma de agitación virtual HazteOir.org. Pedro J. Ramírez dijo: "Yo no sé si se mataba a la gente, pero, desde luego, que lo que se acortaba no era la agonía, sino en muchos casos la vida y que ese procedimiento, además, se aplicaba –y esto es lo peor– sin el consentimiento y sin el conocimiento de las familias". Para Isabel Durán, lo que el doctor hacía no era eutanasia, sino “directamente matar a una persona". Y Marc Cuesta se preguntaba “¿por qué ese que se cree Dios decide sobre la vida y sobre la muerte”.
Un día después de que la Justicia diera la razón a los profesionales del Severo Ochoa de Leganés, echando por tierra los argumentos de la Comunidad de Madrid, las voces de escándalo se apagaron en la COPE. Pero, el martes pasado, Miguel Ángel Rodríguez, ex asesor del primer gobierno de José María Aznar, llamaba “nazi” a Montes por su ejercicio profesional. Fue en el programa “Madrid opina”, de Telemadrid, repitiendo claramente la acusación en varias ocasiones. "Que Zapatero venga a los desayunos de TVE con Montes, sus secuaces y los féretros de fondo", llegó a comentar.
El caso de las sedaciones irregulares del hospital Severo Ochoa de Madrid, ha sido archivado. Los médicos, acusados de realizar sedaciones irregulares, son inocentes. Creen que, desde el gobierno regional, se realizaron medidas abusivas que criminalizaron al hospital y a sus profesionales pese a que, tal y como dicta la resolución judicial de la Audiencia Provincial, no hubo mala praxis. En una rueda de prensa en el Colegio de Médicos de Madrid, Luis Montes, relegado del puesto de jefe de Urgencias del hospital, expresó su alegría al saber que el litigio había quedado archivado y anunció que "habrá denuncias y querellas a nivel personal y coletivo”. Los médicos represaliados –unos 25 puestos de trabajo– critican el modo en que fueron expulsados del hospital y denuncian que los trabajadores que apoyaron las manifestaciones recibieron cartas amenazadoras para que cesaran su apoyo.
El tribunal no sólo exculpa a estos profesionales sino que no aporta ninguna referencia a la presunta mala praxis médica. "Nos han machacado –se queja uno de los médicos afectados contra los medios de comunicación que hablaron ligeramente de los ‘400 homicidios’ denunciados por Lamela, entonces consejero de Sanidad promovidos por “El Mundo”– Se hicieron acusaciones irresponsables que consiguieron crear la mayor agresión a la sanidad pública y la consiguiente pérdida de confianza de los usuarios sobre la sedación de enfermos terminales". Señalan los médicos que "es el tiempo de la reparación” y piden que, "igual que se hizo una campaña de acoso, tiene que haber otra para rehabilitar el nombre del hospital".
Los tribunales les han dado la razón, pero para ellos no es suficiente. No obstante, ni Esperanza Aguirre ni sus consejeros han pedido perdón a los usuarios, sino que ha permitido que sus acusaciones tomen otros derroteros. La presidenta de la Comunidad de Madrid celebra que el proceso judicial haya demostrado que no se realizaron prácticas irregulares en el servicio de Urgencias, pero asegura que, una vez archivada la causa, "se hará lo que corresponda y lo que se tenga que hacer con los facultativos que fueron destituidos... El cese de Montes no guarda ninguna relación con este procedimiento, del que la Consejería nunca ha tomado parte".
Rajoy elude pronunciarse porque no conoce "bien el asunto”. El PP prefiere hacer mutis por el Foro. Ni Rajoy, ni Aguirre, ni Lamela ni el actual consejero de Sanidad, Güemes, han querido asumir la más mínima responsabilidad tras el archivo de la denuncia. Y se niegan a pedir excusas porque “el motivo de la destitución del doctor Montes no fue la sanción disciplinaria, sino la falta de confianza en él como gerente de Urgencias”. Subrayan asimismo que, “desde que se produjo dicho cese, los datos de funcionamiento del servicio muestran una clara mejora. Y ha habido menos muertes". Lo que no dicen es que la Consejería ordenó que los enfermos agónicos fueran trasladados a otros servicios antes de morir, alterando las cifras de mortalidad y evitando, así, que contabilizaran como muertos en urgencias. De esta forma conseguían eliminar la sedación en toda la comunidad, al no haber médicos que se atrevieran a aplicarla. Según ellos, la muerte debe ser larga y dolorosísima, a imitación de la de Cristo en la cruz. Triunfo del PP. Final de la discusión sobre la eutanasia.
Desde abril de 1905, los comentaristas de la Cadena Ser no han dejado de hostigar al anestesista Luis Montes. Recuerdo algunos de los comentarios de Federico Jiménez-Losantos: “El 90% de los sedados por este doctor murió en menos de 24 horas. En el hospital, era conocido por ‘Sendero Luminoso’.Con menos de seis meses de esperanza de vida directamente ¡plof!, los mandaban a mejor vida... Como son pobres, que no sufran, venga fuera; éste ya es muy mayor, venga fuera, que faltan camas... El doctor Montes, que digamos es el héroe o antihéroe de todo este grupo, pero –insistía– de un grupo que tiene un gran poder en ese hospital, con tentáculos poderosos en otros grandes hospitales de Madrid, de extrema izquierda la mayoría... La gente no quiere ir al hospital y, cuando va, falta a las enfermeras, a los médicos y les dicen esa cosa tan tremenda de ¿es aquí donde matan?”
César Vidal, otro de los locutores estrellas contratados por los obispos de esta emisora, sentenciaba que "lo peor" que le puede pasar a un hospital en España es "tener de director a Bernat Soria y a Luis Montes de adjunto". Vidal le llamaba “Terminator” y otras voces lo tachaban de asesino, homicida o nazi.... Lo que a mí realmente me conmueve es que, en estos momentos, es que el PSOE, IU, los sindicatos y algunos médicos estén defendiendo esta situación que en cualquier país civilizado y en bastantes no tan civilizados, ahora mismo habría pasado delante de un juez de guardia para aclarar esto. Este señor ahora mismo lo están convirtiendo en un héroe de las fuerzas de la progresía, que parece ser que les fascina la idea de la muerte, la de los demás por supuesto".
Cristina López Schlichting decía de él: "Probablemente, lo que piensa este médico es: ‘soy el más eficaz de Urgencias, a mí no se me colapsan’... Pero, está claro que la sedación no se utilizaba con el fin de paliar el sufrimiento, sino directamente para provocar la muerte del paciente... Así lo establece el demoledor informe final de la Comisión de Expertos que estudió los casos... Espeluznante conclusión que erige a los médicos de urgencias del Severo Ochoa en diosecillos que decidían quienes tenían o no la calidad de vida necesaria para seguir existiendo”.
En la misma estrategia se unieron las voces del director de “El Mundo”, el periódico “Libertad Digital”, y la plataforma de agitación virtual HazteOir.org. Pedro J. Ramírez dijo: "Yo no sé si se mataba a la gente, pero, desde luego, que lo que se acortaba no era la agonía, sino en muchos casos la vida y que ese procedimiento, además, se aplicaba –y esto es lo peor– sin el consentimiento y sin el conocimiento de las familias". Para Isabel Durán, lo que el doctor hacía no era eutanasia, sino “directamente matar a una persona". Y Marc Cuesta se preguntaba “¿por qué ese que se cree Dios decide sobre la vida y sobre la muerte”.
Un día después de que la Justicia diera la razón a los profesionales del Severo Ochoa de Leganés, echando por tierra los argumentos de la Comunidad de Madrid, las voces de escándalo se apagaron en la COPE. Pero, el martes pasado, Miguel Ángel Rodríguez, ex asesor del primer gobierno de José María Aznar, llamaba “nazi” a Montes por su ejercicio profesional. Fue en el programa “Madrid opina”, de Telemadrid, repitiendo claramente la acusación en varias ocasiones. "Que Zapatero venga a los desayunos de TVE con Montes, sus secuaces y los féretros de fondo", llegó a comentar.
(Mañana, continuación: Una estupidez cum laude)
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