12 de junio. Un empresario que volaba muy alto.

Hace unos días, Juan José Hidalgo, conocido empresario del turismo, hablaba de la crisis, en una entrevista publicada en el diario “Público”, y advertía que el alza del petróleo había provocado una situación muy fea para las aerolínea, muchas de las cuales iban a desaparecer y que, en el mercado español “va a haber sorpresas”. Pronosticaba, además, que las compañías de bajo coste serán las más dañadas.
“Hemos cerrado –informaba a su entrevistadora, Susana R. Arenes– unas operaciones de venta de aviones que nos ayudarán a paliar el efecto negativo tan fuerte. Hemos rescindido un encargo de un Airbús y se han vendido seis Boeing 737-800 que nos aportarán una cantidad importante entre este año y el próximo”. Hidalgo reconoce estar obligado a aumentar las tarifas aéreas. “Matemáticamente la subida estaría entre el 15% y el 20%. Tiene que hacerse ya y se verá en los vuelos de julio y agosto”. La periodista le pregunta si se ha notado un parón de ventas en el primer trimestre del año. Hidalgo contesta: “No ha sido tan malo como se preveía. Con arreglo al presupuesto, hemos facturado entre un 8 y un 10% más. Pero el segundo trimestre se prevé malo. Esto va a más. Tenemos una gran incertidumbre sobre el verano próximo”.
Pero ¿quién ese pesonaje que acepta tales pronósticos? Un personaje que volaba muy alto y tuvo que descender casi a ras de suelo, soltando al mar el combustible y preparándose para lo peor. La biografía de J. J. Hidalgo es rica en detalles humanos. Nace en Salamanca en 1941. Es es el primogénito de una familia de nueve hermanos y sacrifica parte de su infancia para sostenerla. Apenas sin pisar la escuela, a los 12 años es aprendiz de segador, vende pieles de conejo por la comarca charra y realiza todo tipo de actividades para sobrevivir. A los 19, emigra a Suiza en donde hace de peón de granja, de pintor de brocha gorda y de taxista de emigrantes en sus días libres Se compra un Mercedes de segunda mano y transporta a España a emigrantes españoles. Lo que gana, lo invierte en la compra de autocares. Se mete en el alquiler de coches, abre su primera empresa, Halcón Viajes, y fleta su primer avión de pasajeros. En 1991, adquiere Air Europa, una flota que llega a tener 36 aeronaves y opera vuelos chárter. Más tarde, Century 21, Travelplan, Pepecar... Luego, se pasa a los vuelos regulares . Algunos le quieren castigar por romper con el monopolio de Iberia, pero aguanta sin perder el equibrio. Sólo corre riesgos perfectamente calculados. De los viajes, deportes y aventuras, se pasa a la hostelería. En 2008, abre 15 hoteles y sigue creciendo. Vive indistintamente en Salamanca, Madrid o en Palma de Mallorca, en donde tiene su despacho oficial. Dicen los suyos que nunca ha dejado de crecer ni de pagar a los Bancos.
Presidente ejecutivo y accionista mayoritario de Globalia (grupo turístico español que encabeza un conglomerado de 60 empresas y más de 12.000 trabajadores), Hidalgo es hoy, según Wikipedia, una de las mayores fortunas de España. Empezó de cero y ha demostrado que, sin ningún másters y sin haber pasado por ninguna escuelas de gestión, ha sabido llegar tan alto como los mejores expertos y doctores. Todo lo que ha tocado con sus manos se ha convertido en oro. Aunque las quejas de sus clientes son también frecuentes y aparecen algunas denuncias. Una de ellas, publicada en "Periodista Digital" del 3 de octubre del 2007, llevaba por título: “El dueño de Globalia se 'estrella' con su pepemote de bajo coste".
Mañana: (y II) “Pepe Aviones”.
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