martes, 25 de noviembre de 2008

Un juez obliga a retirar los crucifijos y símbolos religiosos de un colegio público.


Una sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Valladolid obliga al colegio público, Macías Picabea, a retirar los crucifijos de las aulas y de los espacios comunes, tras una demanda de un grupo de padres que colea desde 2005. Hecha pública el sábado pasado, la sentencia aclara que los símbolos religiosos conculcan “derechos fundamentales” de la Constitución. Fernando Pastor, portavoz de la Asociación Cultural Escuela Laica de Valladolid, expresa su "alegría inmensa" por lo que considera “un triunfo de la higiene democrática frente a una realidad de otro tiempo, basada en el nacional-catolicismo”. Para él es la primera vez, desde hace setenta y nueve años, que un juez “entra en el fondo” de este asunto, dando la razón “a la libertad de conciencia y a la higiene democrática”.

El Grupo Socialista de las Cortes de Castilla y León exige a la Junta que los efectos de esta sentencia se extiendan, de oficio, a todos los centros públicos de la Comunidad Autónoma y asegura que “es la única forma” de reconocer el pluralismo ideológico y religioso en la escuela pública. Ana Redondo, portavoz del PSOE, señala que la extensión de los efectos de la sentencia “es la única forma de que se tutelen los derechos de las familias que, por el motivo que sea, no profesan la religión católica”. Y aplaude que la Junta acate la sentencia, pero lamenta el periplo procesal que ha atravesado este asunto por la decisión que tomó en su día el Gobierno regional de dejar el tema en manos del consejo escolar del colegio en cuestión.

La aconfesionalidad, resume el juez en la sentencia, implica una visión más exigente de la libertad religiosa, pues implica la neutralidad del Estado frente a las distintas confesiones y, más en general, ante el hecho religioso. Fernando Pastor celebra que, de esta forma, “se sienta un precedente a nivel nacional” para que los símbolos religiosos no puedan mantenerse en las aulas de los centros educativos públicos. En cambio, para otros, esta decisión del juzgado es “una mala noticia”. Así lo expresó Alfonso Coronel de Palma, presidente y consejero delegado de la COPE y de la fundación San Pablo CEU.

También algunos prebostes de la Iglesia Católica se lamentan de esta “mala noticia”. Antonio Cañizares acusó al Gobierno –sin citarlo directamente– durante la homilía de la misa oficiada el pasado domingo. “Sé que me van a criticar –dijo desafiante– Pero, ¿qué importa?” El cardenal arzobispo de Toledo repasó, a continuación, los últimos temas de actualidad: lo sucedido con la que fue casa de Santa Maravillas, la sentencia de supresión de los crucifijos en un colegio de Valladolid y “otros hechos, en los que se denota una cristofobia que es, en definitiva, odio de sí mismos”. El día siguiente, lunes, monseñor Carlos Amigo, cardenal arzobispo de Sevilla, comentó que la erradicación de un signo tan arraigado en nuestra cultura como lo es el crucifijo “no favorece la convivencia” que se construye con el “respeto”. Para rematar la polémica, Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, declaró que su partido considera que “a la mayoría de los españoles no les molesta que haya un crucifijo en las aulas”. Y admitió que España es “aconfesional”, pero que la Constitución también hace referencia a la especial relación con la Iglesia católica.

Tras setenta y dos años de privilegios, la derecha, que se alzó en España con la fuerza de las armas, y la Iglesia, que las bendijo, se resisten a renunciar a sus privilegios.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Las crucecitas de Tapies sirven para todo. Para ubicarse, para nada, para meditar, para la mistica, para la metafisica, para rezarles un padre nuestro, para la vida, amor y muerte, para leer, para contar, para pintar, para soñar. Tapies es la Hostia. Y no da problemas.
chiflos.

Isra dijo...

Si por ti fuera la desamortización realizada conrtra la iglesia por Mendizábal (y las anteriores y posteriores) seria un juego de niños, le quitarias hasta el aire de respirar.

Santiago Chiva, Granada dijo...

La sentencia que ordena retirar los crucifijos de un colegio público de Valladolid plantea de nuevo el modo de tratar el hecho religioso en los espacios públicos. La forma en que se ha planteado no augura una solución pacífica para conflictos futuros en otros ámbitos. Un hecho ocurrido en una universidad pública española puede servir para la reflexión. En los comedores universitarios, servicio directamente gestionado por la propia Universidad, desde hace unos años se ofrece la posibilidad de llevarse la comida preparada a casa. El tema no surgió espontáneo, sino a petición de estudiantes musulmanes en el periodo del Ramadán. Tampoco es casual que no haya un gramo de carne de cerdo en los platos que allí se sirven cada día. Responde a una solicitud de dicho colectivo. Los hechos no han planteado problema alguno. Solamente hace dos años, algunos estudiantes católicos pidieron que ya que todas las semanas se ponía pescado en vez de carne una o dos veces, que al menos en Cuaresma se hiciera coincidir que no hubiera carne el miércoles de Ceniza y los viernes de esas semanas. El servicio de comedores accedió a la sugerencia, como no podía ser de otra manera, teniendo en cuenta los antecedentes. Nadie se ha quejado. Sin embargo, si aplicamos el laicismo genuino, es decir, si no se hubiera tenido en cuenta el hecho religioso, no se deberían haber atendido ninguna de las dos solicitudes. Y no creo que se hubiera conseguido el mismo grado de satisfacción.

Santiago Chiva, Granada (España)

Isra dijo...

Entonces si eso lo hacemos así, a gusto de todos, q se cambien todos los calendarios y que cada uno elija sus fiestas, que no sean las católicas porque estoy harto de ver ateos recalcitrantes, militantes anticlericales etc celebrando la nochebuena como el que mas y recibiendo regalos el dia 6 de enero ¡¡¡¡¡BASTA DE HIPOCRESIA!!!!

Anónimo dijo...

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