viernes, 11 de diciembre de 2009

(Y II) El expropiador de bancos.





Se trata de Jaime Jiménez Arbe, conocido por “El Solitario” quien fue condenado a 47 años de cárcel por más de treinta atracos a mano armada en entidades bancarias de toda España, así como por el asesinato de una pareja de Guardias Civiles en Castejón (Navarra). Nuestro personaje, quien llevó durante meses de cabeza a la policía, confiesa haber robado bancos “para liberar al pueblo español de los atracos de éstos”. En la presentación de su obra –“Me llaman el Solitario. Autobiografía de un expropiador de bancos”, editada por Editorial Txalaparta– añade: “Hasta ahora, yo no les he contado nada sobre mí”. Y anima al lector a “contrastar” la información. “Así se subsanará la indefensión a la que me ha sometido la Justicia española, negándose a indagar mis declaraciones, lo que, si se hubiese hecho en su momento, habría demostrado mi absoluta inocencia en el ametrallamiento de dos guardias civiles”.

“El Solitario” no podrá cumplir toda la pena hasta que no lo haga por los delitos que se le imputan en Portugal, donde se le condenó a más de siete años de prisión por su frustrado y último atraco, perpetrado en julio de 2007, y a una pena de tres meses y medio de cárcel por insultar a sus carceleros. Descendiente de donostiarras, Jaime Jiménez Arbe está separado de una finlandesa y es padre de dos hijos de madre británica. En su juventud fue contratado por empresas de Libia, Argelia o Estados Unidos, técnico en refrigeración industrial y aire acondicionado, soldador, fontanero, calderero y electricista. Conoce cinco idiomas, fue piloto de helicópteros, ex miembro de varias bandas de rock, adolescente forjado en el Madrid movido de los 70, músico callejero en Estocolmo, amante de varias mujeres y fumador de cannabis. Y es un reconocido y convencido anticapitalista y antiestado.

En su autobiografía, narra su infancia, describe los veranos en Donostia con su “amatxo”, repasa sus amoríos, relata sus primeros viajes, razona su anarquismo y explica sus ideas, sus ideales y el origen de su desprecio por el mundo financiero y el sistema económico, social y político. Y niega, una vez más, la autoría de los crímenes que se le imputan. “Hasta ahora –afirma– sólo existía una versión. Ahora, hay dos”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El solitario no reparte.
primero delinque, luego escribe. Normal. lo preocupante sería al revés. La robin hood en cambio, es inocente. Al menos en el ambito de mi hogar. Ojalá escribiera esta señora.
chiflos.

Santiago Miró dijo...

Te refieres a la "Robin Hood" de VR Band, supongo. Lástima, efectivamente, que no le de por escribir su historia.