viernes, 6 de octubre de 2017

Democracia a palos.


En el editorial del pasado día 2 de octubre, Público dice textualmente: “La brutalidad policial causó el domingo 1 de octubre docenas de heridos y contusionados en Cataluña (844, según el conteo quizá exagerado del Gobierno catalán). Hubo 2.200 colegios electorales abiertos, y 313 fueron cerrados por la policía, en muchos casos usando porras y pelotas de goma contra una ciudadanía inerme. Pese a estas escenas terribles, cientos de miles de ciudadanos pacíficos formaron largas colas en muchos lugares de Cataluña. A los problemas organizativos y a la ausencia de garantías democráticas, que se daban por descontados, se sumaron la violencia disuasoria y desproporcionada del Estado y una ejemplar movilización popular. Ambas cosas convirtieron el referéndum ilegal convocado por la Generalitat en el mayor éxito internacional del Govern hasta la fecha. La penosa actuación de las fuerzas del orden enviadas por el Estado español ayudó lo suyo, y supone una catástrofe política para el Gobierno del PP, y una inquietante amenaza para el proyecto democrático común, seriamente tocado, este día y los anteriores, por el abuso de poder, los registros sin órdenes judiciales y los ataques a los derechos fundamentales.

“Hoy sabemos a carta cabal que cerca del 40% de los catalanes no respetan el ordenamiento constitucional, y que ya no basta con invocar la ley y mirar hacia otro lado. El Gobierno de Rajoy pretende hacernos creer que ayer no pasó nada en Cataluña; como respuesta a esa estupidez basta el sarcasmo de la prensa mundial. Si es peligroso su despiste, más todavía lo es su puesta en escena: el contraste entre la pasividad policial en las manifestaciones españolistas y la agresividad mostrada en Cataluña resume la línea de un Gobierno inútil, que nos ha llevado a una situación explosiva.

“Todos los medios internacionales importantes han subrayado el uso de la violencia indiscriminada por parte de las fuerzas del orden, a las que la jueza había ordenado actuar con mesura. Al erigirse en bombero pirómano, Rajoy ha convertido una consulta sin valor legal ni respaldo internacional en un acto político de repercusión europea y con un apoyo social cada vez más amplio: el no-referéndum será trascendente a corto y medio plazo y, hoy mismo, ya lo ha cambiado todo y lo ha superado todo, incluso cualquier análisis emitido con anterioridad”.

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