jueves, 28 de noviembre de 2019

Martínez-Almeida paraliza el expediente del Memorial del cementerio de la Almudena, por molestarle sus nombres propios.

El Ayuntamiento manda arrancar las placas con los nombres de unas 3.000 víctimas del franquismo.

El Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida comenzó a retirar las placas del Memorial del Cementerio de la Almudena de Madrid que reconocían a 2.937 personas ejecutadas por el franquismo entre 1939 y 1944. El nuevo equipo de Gobierno ha querido revertir este monumento del gobierno de Manuela Carmena para establecer un nuevo memorial sin nombres y que amplíe el homenaje a todas las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura entre los años 1936 y 1944. Ramón Silva, el concejal socialista en el Ayuntamiento de Madrid llamó “miserables” a PP y Cs por el “ataque institucional” perpetrado por el gobierno gracias a la ultradererecha”. Silva lanzó al presidente del Pleno, Borja Fanjul, por lo ocurrido hace unos días, al poner en marcha el particular “damnatio memoriae” (“condena de la memoria”), una práctica de la antigua Roma consistente en condenar el recuerdo de un enemigo del Estado tras su muerte. El Gobierno municipal explicó que retiró las placas para “unificar el reconocimiento a las víctimas de ambos bandos”. Y que hay que “honrar a todas las victimas del periodo bélico para evitar nuevos agravios”. Sin embargo, en la placa se rememora a los fusilados entre 1939 y 1945 de la dictadura franquista, cuando la guerra ya había acabado y no existía 'otro bando'.

Para Almeida, el Memorial de la Almudena tiene que ser un acto “de encuentro” y no “sectario y de revancha”. Y, en el momento en que los operarios retiraban las placas, el alcalde de Madrid, preguntado específicamente sobre la posición del actual consistorio sobre el callejero, señaló: “A mí la gente de Carmena me llama 'Martínez, el derribos', así que supongo que están pensando que sí estamos revirtiendo sus decisiones”. Martínez-Almeida destacó que no había que “destruirlo ni que cambiar todo” lo que había hecho el anterior equipo de Gobierno, pero alegó que no habían tenido ningún problema en revertir aquellas decisiones perjudiciales. “En estos momentos -añadió-, mientras no se derogue la Ley de Memoria Histórica, habrá que aplicarla. El 'popular' diferenció, no obstante, sobre “las calles que están bien cambiadas en esa desafortunadísima ley” y otras “que deberíamos poder cambiar” porque no se cumple con la legalidad.

A juicio del alcalde, el memorial debe estar dedicado “a las personas que perdieron la vida de forma violenta” y no a las 2.934 personas republicanas que fueron ejecutadas en la capital, entre 1939 y 1944. La posición del Ayuntamiento es que hay que “honrar a todas las victimas del periodo bélico para evitar nuevos agravios”. Sin embargo, en la placa se rememora a los fusilados entre 1939 y 1945 de la dictadura franquista, cuando ya la guerra ya había acabado y no existía “otro bando”. El portavoz de la asociación Memoria y Libertad Tomás Montero explica que estaban esperando que comenzara este proceso, que ya habían anunciado desde el Consistorio, a pesar de que ningún miembro del equipo del Gobierno municipal se haya puesto en contacto con los familiares de las víctimas de la represión para comunicarles qué iba a pasar con el memorial. Desde la entidad, denuncian la gravedad del asunto y no se muestran conformes con la instalación de un monumento que no diferencie a las víctimas por periodos históricos ni las reconozca por su nombre. La Asociación Memorialista Ranz Orosas ha presentado ante la Fiscalía del Estado una denuncia por prevaricación del Ayuntamiento por este caso.

Varias decenas de memorialistas, convocados por la recién creada Plataforma en Defensa del Memorial del cementerio del Este de Madrid, se han presentado frente al Ayuntamiento con el sonoro grito de “No pasarán” y han leído un comunicado respaldado por las asociaciones memorialistas para rechazar cualquier “resignificación del monumento”.

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