sábado, 8 de abril de 2023

Las procesiones de los “mariquitas andaluces”.

Fotograma del documental '¡Dolores, Guapa!'.

Grego Casanova habla en Vopópuli de estas procesiones de Semana Santa en las que, “bajo el capirote y la túnica, todos son pobres, no existen terratenientes, no existen señoritos, ni se distingue al gay con más pluma del machote heterazo”. Durante la Semana Santa de 2019, se viralizó un vídeo en el que dos jóvenes lanzaban gritos a la Virgen de los Dolores del Cerro del Águila de Sevilla. El efusivo “¡Dolores, guapa!” que mostraba la emoción de los chicos también dio pie a una oleada de insultos homófobos en redes sociales. Este episodio inspiró al joven director sevillano, Jesús Pascual, o en ¡Dolores, Guapa! (Filmin), “la vivencia de la Semana Santa por parte de personas LGTBI”.

La cinta muestra la transversalidad de la Semana Santa sevillana y la forma en la que los propios festivos religiosos sirvieron durante décadas como una vía de escape para evadirse de la dura realidad de ser gay, lesbiana o trans. “Se rompe el contexto cotidiano de la ciudad. Un escenario nuevo. Se rompe el horario, el ritmo de la vida. Quizás una forma de escapar también. O lo era en su momento. Sin duda, una forma de escapar a todo el infierno que había en la vida cotidiana. Era un poco la ventanita que tenía para respirar un poco”, señala uno de los testimonios de la cinta.

El autor señala que quería analizar la figura del “mariquita andaluz” y muestra cómo desde el propio colectivo se apropiaron del término que durante años les lanzaban para humillarles. “Cuando tú utilizas un insulto y te lo llevas a tu terreno, ya deja de ser un insulto. Ya no te puede hacer daño”, dice otro de los testimonios de la cinta.  El documental recopila en 20 entrevistas distintas sensibilidades de gays, lesbianas y transexuales que encontraron en la Semana Santa una vía de expresión, sociabilización y hasta refugio.  “Una transversalidad que llega hasta un cofrade que levanta la túnica para mostrar un tatuaje con el lema ACAB (siglas en inglés para todos los policías son unos bastardos) muy frecuente en manifestaciones de ultraizquierda”.

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