Echan de Lavapiés a los antidisturbios.
Indignados de Lavapiés.
Nosotros, los indignados.
El 15-M pretendía “un país despierto así como despertar a los que todavía están dormidos”, según explicaba Iñaki Gabilondo en un encuentro POR el futuro, para concienciar y hacer reaccionar a la sociedad. “Hoy estamos aquí para recoger parte de las voces de este grupo de jóvenes”, dijo el locutor, quien trajo a José Luis Sampedro para entrevistarlo el día siguiente del 15 de mayo. “No es verdad que este movimiento sea una generación perdida –dijo éste–. Por esto ahora estáis donde estáis. Estáis amargados, desconcertados. Hace unos meses no estabais, pero ahora estáis presentes. Y mi reacción inmediata es sumarme a lo que esto representa. Es absolutamente esencial pensar en el futuro. Que la gente se lo crea”. Sampedro insistió en la dificultad de “conseguir un pensamiento libre” en la sociedad actual. El motivo, según él, es que “la democracia está pervertida y secuestrada”. Y aconsejó a los jóvenes manifestantes que no incurrieran en actos violentos. “No tenéis derecho a recurrir a la violencia porque tenéis la razón y el futuro”.
Anteayer le tocó reaccionar a Lavapiés. Decenas de personas de este barrio madrileño se enfrentaron a un grupo de agentes de policía que estaban pidiendo la identificación a varios inmigrantes en la puerta del metro. Los manifestantes se opusieron, con gritos, razonamientos y abucheos, a las fuerzas policiales. De la indignación al compromiso, y del compromiso a la acción. Hartos de las redadas indiscriminadas que realiza la Policía en el barrio, vecinos y vecinas mostraron de esta manera su indignación, echando a los antidisturbios con gritos de “Lavapiés no quiere más redadas”, “Ningún ser humano es ilegal”, “Son nuestros vecinos; no son delincuentes”, haciendo retroceder con sus manos, sus gestos y sus gritos a varias dotaciones policiales, armados hasta los dientes, que optaron por la retirada.
Menos de dos meses después de su inicio, Fabio Gándara, uno de los portavoces del 15-M, presentaba ayer “Nosotros los indignados”, un libro escrito junto a otros tres compañeros y prologado por Stéphane Hessel, ante unos sesenta periodistas y ciudadanos. Klaudia Álvarez, Pablo Gallego, Fabio Gándara y Óscar Rivas ponen en común algunos de los puntos clave del movimiento. “Si tienes ojos –mantienen todos ellos– tienes que estar indignado”. No están contentos con lo que ven tanto a nivel nacional como internacional. Los coautores han defendido la ausencia de liderazgo porque, a su entender, una estructura transversal, horizontal o en red es más eficaz. Y, aunque saben que será difícil que la sociedad cambie sus esquemas, quieren lograr que la ciudadanía participe mucho más en la toma de decisiones. No plantean convertirse en un partido político y aclaran que DRY es apartidista y asindical. Gándara afirma que “no habrá nunca un partido político llamado Democracia Real Ya”. Y Gallego aclara que, de este movimiento, podrían salir no uno, sino varios partidos políticos, debido a que se trata de algo muy heterogéneo. Especifican que, con la ley electoral actual, es imposible y que habría que “cambiar las reglas del juego” para que surja algún partido representativo. Y todos ellos están de acuerdo en buscar otra forma de hacer política, persiguiendo una mayor representatividad de la ciudadanía a través de un modelo más asambleario.
1 comentario:
No creo en el 15 M
Ni en la izquierda moralina
la calle apesta y hiede
con Alfredo P. entre bambalinas
Vicepresidente, portavoz,
ministro y candidato
Tenemos lobo feroz
para rato
dice conocer la receta
para acabar con el desempleo
añadase a sus tretas
la de vendedor de caramelos
Químico y sprinter
con ademanes de sacerdote
no tiene nada que hacer
para que renueve el psoe
Con enojo y decepción
saberlo todo, dice
Se quitó de en medio a Chacón
se mire como se mire
chiflos
Publicar un comentario