viernes, 22 de julio de 2011

Un debate super-banal en Las Cortes.

El ministro de Industria, sin corbata.



Bono, reprendiendo a Sebastián.




A veces el Congreso, en lugar de ser la Tribuna en donde se dirimen los asuntos que afectan a todos los españoles, pasa a convertirse en un campo de batalla en donde se enfrentan los diputados por cuestiones nimias. Ocurrió el pasado miércoles con un rifirrafe entre el ministro de Industria, Miguel Sebastián, sin corbata, y José Ramón Beloki, secretario segundo de la Mesa y diputado del PNV. Sebastián se preguntó a quién, además de a las eléctricas, molestaba esta medida, que había tomado por primera vez el Gobierno conservador de Japón en 2005 y recientemente había adoptado también el portugués. “Por qué es civilizado pasar frío cuando fuera hace calor”, dijo Sebastián, pidiendo a Beloki que, como miembro de la Mesa del Congreso, hiciera que se cumpliera la normativa “todos los días, y no sólo hoy”. En su réplica, el diputado Beloki reconoció a Sebastián el derecho a “vestir como le parezca” pero que no se escudara en que era para ahorrar energía. “Nada está escrito sobre gustos y costumbres –continuó–, pero si usted, además de sin corbata, intentara venir a este hemiciclo sin chaqueta, en camiseta, en short y con chancletas, simplemente no le sería permitida la entrada”. La frase provocó abucheos en la bancada del PSOE, muchos de cuyos diputados el día del debate del estado de la Nación se habían quejado a Bono del frío polar que pasaron en el pleno. Incluso algunos le hicieron llegar mensajes ironizando con que iba a provocar una “neumonía parlamentaria masiva”.

El socialista Álvaro Cuesta, muy enfadado, se solidarizó con el ministro y se quitó la chaqueta, siendo regañado por la vicepresidenta primera Teresa Cunillera. El debate entre ministro y diputado terminó, cuando, de pronto, intervino el presidente del Congreso, José Bono, quien agradeció a los diputados que llevaban corbata porque “ayudan a mantener la disciplina de los ujieres, obligados a venir con corbata y chaqueta, bajo pena de ser sancionados”. Bono aprovechó para explicar que había repartido varios termómetros “suministrados por el Ministerio de Industria” que demostraban que la temperatura variaba en función del lugar que se ocupaba en el hemiciclo. Asimismo, indicó que, cuando el primer ministro de Japón iba a ver al emperador nipón, seguro que lleva corbata.

En declaraciones a los periodistas en los pasillos del Congreso, Sebastián indicó que no se sentía “ofendido” por al intervención de Bono y remarcó que seguiría sin llevar corbata “diga lo que diga el presidente del Congreso o el emperador de Japón”. Bono se disculpó por sms a Sebastián por la polémica suscitada. “Le doy toda la razón –dijo a los periodistas en los pasillos del Congreso– en que hay que controlar la temperatura, pero el asunto de la corbata es más discutible. Él lleva razón en su materia –resumió–, y yo creo que llevo razón en el asunto de las corbatas”.

La polémica entre Bono y Sebastián sobre el uso de la corbata viene de lejos. En julio de 2008 el presidente de la Cámara regaló al ministro una corbata porque acudía a los plenos de verano sin ella y Sebastián le correspondió con un termómetro para que midiera la temperatura del hemiciclo. La actitud de Bono no gustó nada a Álvaro Cuesta, diputado socialista, para quien el presidente “se había excedido”. Añadió que habría que cambiar las normas del Congreso si, como Bono recordaba, obligan a los ujieres a llevar corbata. Ni Cuesta ni Francesc Vallés llevaban corbata en esa sesión, como tampoco la vestía el socialista Francesc Vallés. Carles Campuzano, de CiU, que tampoco llevaba, se lo tomó con humor y añadió que, viendo algunas corbatas que se llevan en el hemiciclo, a veces es mejor ir sin esta prenda. Gaspar Llamazares, de IU, señaló que la corbata “no determina la elegancia de alguien” y llevarla o no “depende de los calores de cada uno. A mí me da igual”. Ana Pastor, diputada del PP y vicepresidenta segunda de la Mesa del Congreso, se lamentó por este debate, señalando que “con los problemas que hay en España sería mejor dedicarse a ellos”.

Al día siguiente, muchos diputados acudieron al pleno sin corbata defendiendo su derecho a vestir en verano de forma más cómoda, sin que por ello se vea afectado el decoro parlamentario. Fueron sobre todo los parlamentarios socialistas quienes se dejaron la prenda en casa o en el despacho. Eduardo Madina, secretario general del grupo socialista, uno de los que, como muchos otros días, acudió a la Cámara Baja sin corbata, consideró “súper banal” el debate generado por la vestimenta de los diputados, lleven o no corbata en su atuendo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bono, banal. Eso fue de siempre.

Chiflos.