España: país europeo con más parados, deportistas y humoristas.
No es la primera vez que los parados y los que peor
lo pasan son apoyados en este país por parte de otros grupos. Conocidos
cantantes, toreros, deportistas, artistas, humoristas, periodistas,
concursantes de programas televisivos y famosos de varias disciplinas de San
Fernando (Cádiz) y resto de Andalucía, disputaron el 4 de febrero del 2012 un
partido benéfico en el Pabellón de Bahía Sur. La recaudación integra de las entradas se destinó a
un sorteo entre los parados de La
Isla , de entre los cuales salieron tres agraciados que se
repartieron el dinero a partes iguales. El partido benéfico en
favor de los parados fue organizado por la empresa isleña Eventos Videovip, con
la colaboración del Ayuntamiento de San Fernando y el patrocinio de la academia
de idiomas London Bridge School, la disco Sala H21, el grupo
hostelero La carpintería, Orce construcciones y reformas, el Gimnasio
Vigor y la empresa de energías renovables Solcaisur. Casi dos años después, el 26 de diciembre
del año pasado, numerosos deportistas y personalidades del mundo del
espectáculo se dieron cita en el “El Partido por la Vida ” que se celebró en el
Estadio Ciudad de Málaga por una buena causa. La iniciativa fue organizada por la Asociación de la Policía Nacional
“La Biznaga Azul ”,
en colaboración con el Ayuntamiento y la Diputación de Málaga, que destinó su recaudación para sufragar
el tratamiento que necesitaba Idaira Osuna Martín, la niña de Benalmádena de 2
años, que sufría una enfermedad rara denominada atrofia muscular espinal
(AME), y para la Asociación
para la Atención a Mujeres operadas de
Cáncer de Mama de Málaga (ASAMMA). El partido de fútbol
benéfico entre el CD El Palo, club que militaba en Segunda B, y una selección
de jugadores contó con la asistencia de futbolistas de talla nacional, artistas
y personalidades de otros ámbitos de la sociedad malagueña, así como con la
colaboración del Colegio Malagueño de Árbitros. Entre las personalidades de la
cultura y el espectáculo apoyaron la iniciativa los humoristas Daniel Rovira y Tomas
García, el presentador Christian Gálvez, el cantante Sergio
Contreras y el grupo malagueño DMEI. Cinco meses más tarde, el pasado 10 de
mayo, Julia Matos, una mujer en paro criada en León y residente en Barcelona,
conseguía convertirse en la única española entre los 25 seleccionados en su
categoría, después de haber competido contra más de medio millón de personas
para optar “a uno de los mejores trabajos del mundo”. Licenciada en
Comunicación Audiovisual, profesora de esquí durante la temporada, Matos ya
quería irse a trabajar fuera de España junto con su novio cuando encontraba en
Internet una oferta de la
Agencia de Turismo Australiana que ofrecía seis trabajos de
guardabosques relacionados con el turismo en
distintos espacios naturales. Cada uno de ellos se ubicaba en una de las seis
regiones de este país, con un salario
semestral de 100.000 dólares (12.680 euros al mes), con alojamiento y
viajes pagados.
Sin embargo, siguen las protestas por las tasas
de paro en Europa y, en particular, en España. “¿Es la prestación por desempleo
española ‘generosa’, tal y como señalan numerosos representantes empresariales,
o se queda corta? –pregunta el
periodista José Luis B. Benayas en Cuarto Poder–. La cuantía de las
prestaciones se sitúa en la media muy por debajo de las de los países del Norte
y bastante por encima de los Estados miembro de más reciente adhesión. Con el
tiempo que dura la prestación sucede lo mismo. Hay países en peor situación. Pero
las características del mercado laboral español han propiciado que nuestro país
se haya convertido en el líder europeo en número de desempleados sin ningún
tipo de prestación. Primero porque la tasa de paro, del 25,9% según la última EPA,
y del 25,3% según los datos más recientes de Eurostat, es la segunda más elevada de toda
la Unión Europea
(solo Grecia va por delante). Otros Estados miembros en situación delicada,
como Croacia (tasa de paro del 17%) o Portugal (15,4%), no presentan ni de
lejos las tasas de España o Grecia. Y no digamos ya las economías más
avanzadas, con Italia, en el 12,7%, Francia, en el 10,4% o Alemania, el 5,1%. Además,
la tasa de desempleo española lleva por encima del 20% desde el mes de abril
del año 2010. Más de cuatro años. Ello en un país en el que las encuestas
determinan claramente que los parados, especialmente los mayores de 50 años y
los jóvenes, encuentran serios problemas para recolocarse. Y ello, además, en
un país en el que la prestación dura 24 meses en el mejor de los casos (seis años
de cotización sin cobertura previa durante ese periodo), y numerosos
desempleados agotan ese periodo sin que su búsqueda de trabajo tenga fruto
alguno. Por último, los recortes del Gobierno del PP han empeorado aún más la
situación. Por un lado, la prestación ha sido recortada desde el séptimo mes de
percepción, y ahora solo se cobra el 50% de la base reguladora (antes era el
60%). Por el otro, el endurecimiento de requisitos de acceso a las ayudas del
Plan Prepara (400 ó 450 euros durante seis meses, por desempleado de larga
duración) ha motivado que el número de beneficiarios se reduzca drásticamente. José
Luis B. Benayas. Así, España ha llegado a una situación de emergencia. Nuestro
país cuenta con casi cuatro millones de parados sin ningún tipo de
prestación. Una cifra sin parangón en el continente europeo que
pone de relieve que nuestro sistema de protección al desempleado se queda, por
desgracia, bastante corto. O, al menos, falla en su diseño, tal y como
demuestra el hecho de que solo 1,9 millones de parados cuenten ahora con algún
tipo de subsidio”.
Respecto a la duración de la prestación,
España se sitúa en la media. Los 24 meses máximos se quedan por debajo de los
que ofrece Bélgica, país en el que el la prestación puede llegar a ser
ilimitada en determinados supuestos; Alemania, en la que los
parados de larga duración pueden lograr una renta básica de mantenimiento si se
comprometen a buscar empleo activamente; u Holanda, donde la prestación puede
durar 38 meses. Francia, con 22 meses de duración, cuenta con el sistema más
parecido al español. Por debajo de nuestro país se encuentran Portugal (18
meses como máximo), y Reino Unido e Italia (menos de un año de duración), que
se configuran como los países con el sistema menos generoso. Respecto a los criterios de acceso,
España y sus vecinos europeos cuentan con unas reglas bastante similares. En
nuestro país es posible acceder a la prestación si se han cotizado cuatro meses.
En Francia son seis. Y, en el resto de países de la Unión , el baremo se sitúa
también en torno a esas cifras. Pero, donde España está fallando especialmente,
tal y como mencionábamos antes, es en la cobertura del parado de larga duración.
“Una mayoría de los grandes países europeos cuentan con una tupida malla de
ayudas sociales que, bien por vivienda, bien por hijos a cargo o bien por
situación de desamparo, cubren al desempleado durante un largo periodo de
tiempo o de forma indefinida. Así sucede en Alemania, Bélgica, Reino Unido (y
ello pese a que su sistema de prestación por desempleo es de los menos
generosos), Finlandia, Holanda y Francia. Nuestro país, sin embargo, apenas
cuenta con el Plan Prepara,
que dura seis meses y solo se puede obtener una vez. Este, además, será
eliminado por el Ejecutivo cuando la tasa de paro sea inferior al 20%. Teniendo
en cuenta que ese 20% equivaldrá a más de 4 millones de parados, es bastante posible
que el número de personas sin prestación alguna siga siendo más elevado en
España que en cualquier otro país de la Unión Europea. Y
así durante unos cuantos años, pues ni siquiera el optimista Gobierno apuesta
por una reducción del paro por debajo del 20% antes del año 2017” .
Los empleados españoles con los sueldos más bajos
necesitan trabajar 20 días para obtener lo que gana un director general en una
hora, una ratio sólo superada en Europa por Rusia, Ucrania y Rumanía. Con un
salario medio, el tiempo necesario sería una semana, según un estudio realizado
por la revista británica The Economist, que refleja las enormes
diferencias salariales existentes en España. El
gráfico muestra, en su columna derecha, lo que gana como media un director
general (CEO) en una hora de trabajo. El primer puesto lo ocupa Italia, con 957
dólares, seguido de España, con 792 dólares. También destacan Suecia (709) y
Dinamarca (704). Los puntos rojos indican el número de días que necesita
trabajar quienes cobran los salarios más bajos para ganar lo mismo que un
director general en una hora, mientras los puntos azules indican la misma ratio
pero para los trabajadores que tienen salarios medios. Los datos, que se
refieren a 2012, muestran a España entre los cuatro países que presentan una
distribución salarial más injusta, y muy alejada de países como Francia,
Bélgica, Alemania, Holanda o Irlanda, donde no hay tanta distancia entre los
salarios medios y los más bajos, ni necesitan tantos días de trabajo para ganar
lo que obtiene un CEO en una hora. Resalta también la gran diferencia que
existe entre los salarios de los CEO de España (792 dólares) y los de países
más desarrollados como Francia (551), Holanda (491) o Alemania (546). Los
países nórdicos son los que presentan una mejor distribución de los salarios,
tanto entre los trabajadores, como entre los sueldos de estos y los de los
altos directivos de las empresas.
La monarquía se las sabe todas
para apoyar a los mejores deportistas y seguir chupando cámara. Nos lo demostró
en el partido Real Madrid y Atlético de Madrid, disputado en el Estadio Da Luz
de Lisboa, en la final de la “Champions League”. Era la primera vez que estos
dos equipos madrileños se enfrentaban en la final de este título europeo. Y
allá estaban los Reyes para apoyar a los blancos, junto a la alcaldesa Ana
Botella, el presidente Rajoy, el ex presidente
José María Aznar quien felicitó al presidente del Real
Madrid, Florentino Pérez, y otras personalidades políticas de la derecha.
Don Juan Carlos manifestó su apoyo al Real Madrid, lo mismo que el príncipe
Felipe, desde Madrid, deseaba ardientemente el del Atletic. De esta manera, la
monarquía tenía asegurado su triunfo, tanto si vencía el Real Madrid como el
Atlético. Lástima que no apliquen esta técnica para apoyar al pueblo a la hora
de votar. No será por falta de piezas monárquicas: el rey, la reina, los
príncipes y las infantas, aparte de sus incontables nietos, tantos como
partidos vencedores. De esta manera, podrían apuntarse a todos los partidos e incluso
contar con un miembro para cada celebración.
Sócrates, Vicente del Bosque, Oleguer Presas, Ángel
Cappa o Cristiano Lucarelli, son algunos ejemplos de deportistas que demuestran
que el fútbol no está reñido con tener un compromiso ideológico. A lo largo de
veintidós capítulos, Quique Peinado, periodista y
autor de “Futbolistas de izquierdas”, ha publicado un libro que reúne los testimonios
y vivencias de algunos futbolistas que no se escondieron a la hora de
manifestar sus ideales políticos. Una obra en la que su autor se hace eco de la inclinación política de estos futbolistas y revela las
historias, pasiones y conflictos que envuelven a los protagonistas. Peinado,
que ha desempeñado su labor en multitud de medios de comunicación y ha escrito
un sinfín de publicaciones, cuenta con la participación del presentador, músico
y humorista José Miguel Monzón Navarro, más conocido como El Gran Wyoming, y la
del economista y diputado de La Izquierda Plural , Alberto Garzón, autores del
prólogo y el epílogo del libro.
Joaquín
Lavado, Quino.
En otro orden de cosas, el humor ha sido una de
las cualidades más apreciadas por los españoles. Podemos haber perdido el trabajo,
la salud, el bienestar, pero pocos son los que estén dispuestos a renunciar
definitivamente al humor. Un humor que es premiado cuando es ejercido por
personajes como Quino, un filósofo que
emplea la viñeta para expresarse y fue galardonado con el Premio Príncipe de
Asturias de Comunicación y Humanidades, coincidiendo con el cincuentenario de
Mafalda, personaje que le dio fama internacional. Quino –su nombre completo es
Joaquín Salvador Lavado Tejó y es hijo de emigrantes españoles– nació hace 81
años en Mendoza, ciudad que nada tiene que ver con Buenos Aires. Se matriculó
en la Escuela
de Bellas Artes, en la sección de dibujo humorístico y, en 1951, se fue a la
capital, Buenos Aires, con el afán de vivir de sus publicaciones. Entonces no
había revista ni diario que quisiera hacerse cargo de sus dibujos. Años más
tarde, la revista Esto es, fue la primera en publicarle una viñeta sin
bocadillos. A partir de ahí las publicaciones fueron incontables, siendo todas
sus obras traducidas al inglés, francés, italiano, portugués, japonés y al
chino. Pronto se dio a conocer con libros como Quinoterapia, Potentes,
prepotentes e impotentes, Yo no fui o ¿Quién anda ahí? En el
63, Quino se inventó Mundo Quino y allí sacó el dibujo de una niña de
unos seis años llamada Mafalda por encargo de una empresa de publicidad, que
decidió no utilizarla. Un año más tarde, el
periódico Primera Plana publicaba la primera viñeta de Mafalda.
Luego, otras publicaciones como Siete Días, El Mundo de Argentina
e incontables publicaciones del resto de Latinoamérica y, en España, la revista
Triunfo. Mafalda representó un imaginario político en el mundo español y
latinoamericano porque hablaba de cuestiones políticas dándoles una dimensión
universal, un modo de enfocar el mundo con cierto sentido común, con la
coherencia que otorga la honestidad. Mafalda estuvo interrogando al mundo hasta
1973, en que, convertida ya en una pesadilla para su autor y padre, la hizo
desaparecer hasta el día de hoy, mientras veía en sus viajes por medio mundo,
de Milán a Nueva York, cómo la niña se hacía una estrella internacional de la
viñeta, del cine y la televisión. Pero Quino no dio su brazo a torcer y no
volvió a dibujar a Mafalda. Se dedicó a otros dibujos, a otras maneras de decir
lo mismo que con la niña pero de modo ligeramente diferente. Al cabo de los
años su esfuerzo por deslindarse de su hija dio resultado y Quino, por fin,
adquirió hace pocos años la independencia como creador de su fascinante
personaje Mafalda.
Joaquín Lavado, frente
a Mafalda.
Mafalda, la principal protagonista del trabajo creativo de Quino “es
inteligente, irónica, inconformista, contestataria y sensible, que sueña con un mundo más digno, justo y respetuoso
con los derechos humanos”, dijo el jurado del Príncipe de Asturias. Sus
personajes trascienden cualquier geografía, edad y condición social. Su creador
fue, el miércoles pasado, galardonado con esta obra que ha sido traducida a más
de 30 idiomas y llevada al cine y a la televisión. Su candidatura, propuesta
por el catedrático de Geografía y demógrafo, Rafael Puyol, ya había despertado
la simpatía de muchos de los 18 miembros del jurado antes de que iniciasen en
Oviedo las deliberaciones, bajo la presidencia del director del Instituto
Cervantes, Víctor de la Concha. Quino
adoptó en 1990 la nacionalidad española y alterna su residencia entre Madrid y
Buenos Aires, siendo reconocido como uno de los más destacados humoristas
gráficos internacionales. Refleja, en esos dibujos, el mundo de los adultos,
visto desde los ojos de un grupo de niños entre los cuales la protagonista es
una niña preguntona, preocupada por la paz y los derechos humanos, que odia la
sopa y ama a los Beatles. En 1973,
Quino dejó de dibujarla, aunque el interés por Mafalda ha seguido
vigente hasta la actualidad, con sus libros reimprimiéndose y adaptándose a las
nuevas tecnologías, disponibles en formato digital. Tras esa etapa, Quino se
entregó a un humor más ácido y negro, destinado en mayor medida a un público
adulto y que ha ido recopilando en su colección de libros de humor. El galardón
de Comunicación y Humanidades, al que este año optaban veintiuna candidaturas,
ha sido concedido, entre otros, a Annie Leibovitz, Shigeru Miyamoto, The Royal
Society, los diarios El País, El Espectador y El Tiempo, Luis María Anson, la Agencia Efe , Václav
Havel, la CNN ,
Umberto Eco, George Steiner, Hans Magnus Enzensberger y Ryszard Kapuscinski. Está
dotado con una escultura diseñada por Joan Miró –símbolo representativo del
galardón–, con 50.000 euros en metálico, un diploma y una insignia.
A través de sus dibujos, Quino presenta situaciones
surrealistas que hacen reflexionar al lector. Son críticas a la burocracia con
guiños que pellizcan. Ingenuidad y humor ácido. Así es el trabajo que realiza desde
hace más de cincuenta años “lo único que sé hacer”. El autor de la eterna
Mafalda, a la que dejó de dibujar en 1973, tras diez años de intensa relación,
publicaba en el 2008 La aventura de comer (Lumen) y explicaba que dibujaba menos porque “cada vez
selecciono más” aunque reconoce que sería “muy difícil” imaginarse a sí mismo
sin dibujar. En una de sus viñetas
aparecía un parque con absolutamente todo prohibido, desde pasear hasta su
propia firma. “No disfrutamos de lo que tenemos y es de eso de lo que
trato en el libro. Por el título, hubo gente que pensó que era de recetas de
cocina, pero mi intención es sociopolítica o económica porque me fastidia mucho
toda esta manipulación que hay con los alimentos en lo que respecta a los
transgénicos, hechos como patentar semillas que la gente plantaba…. Al final
tenemos que comer no lo que uno quisiera sino lo que nos dan. Es una manera de
que te manipulen, de que ejerzan el poder sobre ti, sobre tu libertad”. Quino
negaba que fuéramos libres. “Y mucho menos, después del 11 de septiembre.
Porque, por ejemplo, a mí me gusta estar en un hotel y tener una botellita de
vino en la habitación para tomarme un vasito cuando me voy la cama. Yo, antes,
viajaba siempre con mi sacacorchos y ahora es imposible. Y esto, cada vez está
peor. En el aeropuerto, te has convertido en un presunto terrorista. Es muy
humillante estar con la tarjeta de embarque en la mano, sujetarse los
pantalones con la otra, sin zapatos... es una humillación de un cuartel de un
país de última”. Para él, ser un ser humano es una enfermedad incurable. “Consiste
en que los seres humanos se matan entre ellos y destruyen el planeta. No
apreciamos lo que tenemos y nos estamos suicidando. Somos tontos, ni siquiera
estamos locos, porque si fuese así, al menos tendríamos más imaginación y
seríamos más felices”.
Umberto Eco calificó a
Mafalda de “contestataria”. Quino opina que es “un producto de una época en la que había mucha ebullición política y
social y mucha esperanza de que el mundo iba a cambiar para mejor. Estaban The
Beatles, el Che Guevara, el Mayo del 68... Estábamos todos entusiasmadísimos. Mafalda
fue un producto de una época en la que había la esperanza de que el mundo iba a
cambiar. Pero el sistema absorbió a la gente, y muchos de aquellos que se
implicaron acabaron siendo ejecutivos de multinacionales y cosas así…. Cuando
firmo libros ya me aparece la abuela, con la hija y con los nietos. Es que, en
esos libros, se muestran cosas que no cambian, como las relaciones familiares.
Ahora tenemos más tecnología, pero el comportamiento humano es igual…. La sopa
que a Mafalda no le gusta representa toda imposición que nos obligan a aceptar,
como eran los militares que tuvimos que tragarnos todos los días, durante tantos
años”. En sus dibujos, hay situaciones
surrealistas que hacen reflexionar al lector. Críticas a la burocracia con
guiños que pellizcan. Ingenuidad y humor ácido. Así es el trabajo que desde
hace más de cincuenta años desarrolla Joaquín
Salvador Lavado. Hasta que se cansó de pintar a Mafalda y dejo de
hacerlo. “Yo tuve un gran amigo y un gran dibujante que me aconsejó que nunca
me metiera con un personaje fijo porque era una esclavitud. Me dijo que, si me
metía, el día que un lector tapara el último cuadrito con la mano y ya supiera
cómo iba a terminar, debía dejarlo. Y eso fue lo que hice”.
Medio siglo de inconformismo infantil trufado de
certeras frases y un sempiterno odio a la sopa que comenzaron a publicarse en
forma de tira cómica a finales de septiembre de 1964 en Primera Plana, una
revista semanal argentina. Un año después, y ante el éxito del personaje,
Malfada da el salto a El Mundo, una de las cabeceras con más tirón de entonces.
El universo de Mafalda se va ampliando con la aparición paulatina de sus amigos
Felipe, Susanita, Manolito, Libertad, Miguelito y también de su hermanito
Guille y, en 1966, se publica el primer libro recopilatorio de las tiras de
Mafalda que es todo un éxito de ventas. A finales de 1967, el diario El Mundo,
cierra sus puertas y Mafalda deja de publicarse durante cinco meses. En junio
del año siguiente sus aventuras encontrarán acomodo en el semanario Siete Días
Ilustrado, donde pasaría sus días hasta que el 25 de junio de 1973, y, por
decisión del propio Quino, se publica la última tira de Mafalda. Ocasionalmente,
ha retomado su personaje para ilustrar campañas con fines solidarios o
educativos. O para ofrecer su mordaz visión de temas de actualidad. Así ocurrió
en 2009, cuando Quino envió un dibujo al diario La Repubblica para cargar
contra las declaraciones machistas del entonces primer ministro italiano, Silvio
Berlusconi. Los orígenes de Mafalda están muy ligados a la gran
pantalla. De hecho, el propio Quino reconoció
que tomó su nombre de la película argentina “Dar la cara” (1962), un drama
basado en la novela homónima de David Viñas,
dirigido por José A. Martínez Suárez. El
personaje saltó a la pequeña pantalla casi nada más nacer. Fue en 1965, en una
serie de animación de 260 episodios, cuando contó con la participación del
propio Quino. Una ficción que fue exportada a numerosos países y que ha tenido
varias ediciones en DVD, bajo el título de “El mundo de Mafalda”. Tras varios
cortometrajes, Mafalda también tuvo su adaptación al cine. Fue en el año 1982,
en Mafalda (La película), una cinta de animación dirigida por Carlos D. Marquez
y Alberto Cabado. En 1993, llegó el segundo largometraje basado en el personaje
dirigido por el cubano Juan Padrón (¡Vampiros en La Habana !, Quinoscopio)
colaborador habitual de Quino.
El pasado 22 de marzo Mafalda recibía en París la
consagración de la Legión
de Honor, máxima condecoración francesa, pero su autor Quino aseguraba que, aún
cubierta de homenajes, la heroína de su tira cómica seguiría criticando sin
piedad, a los 50 años, “la estupidez humana”. Un dibujo mostró a Mafalda con la
famosa medalla de la cinta roja creada por Napoleón. “Yo quería ser Picasso
–dijo entonces Quino–. Estoy contento del resultado con Mafalda, pero no del
todo”. El autor evocó ante cientos de fanáticos, que luego lo ovacionaron de
pie, sus principios como dibujante de historietas, hacia 1964, etapa en la que
como muchos creadores “uno tiene que soportar que le digan que la tira tiene
algunas ideas buenas pero que los dibujos dejan que desear”. “El exilio –dijo
Quino, recordando los años en los que tuvo que emigrar, en 1976 – es algo desgarrador. Otros, los desaparecidos,
tuvieron que abandonar este mundo, no sólo la Argentina ”. Hijo de inmigrantes españoles,
antifranquistas y anticlericales, y admirador de la revolución cubana, contesta
con prudencia a una pregunta del público sobre la situación en Venezuela:
“Deseo para Venezuela lo mismo que a todos los países, que vivan en paz y con
justicia”. Traducido en el mundo entero, adorado especialmente en América
Latina y Europa, sobre todo en los países del sur, Quino no parece tomarse
demasiado en serio la fama e ironiza sobre el papel que la sociedad confiere a
veces a los humoristas. “En Argentina, es sumamente curioso cómo los
periodistas nos llaman para consultarnos sobre los temas más variados, como a
sabios, sobre el estado del mundo, o tal o cual guerra”, comenta. Critica
incluso a la propia Mafalda: “Sus ideas sobre la injusticia son un poco
equivocadas”, comenta. De Miguelito dice que es un personaje muy común: la
gente que ama el dinero. “Susanita existe en todas las sociedades”. Y, medio
siglo más tarde, Quino en realidad parece estar enamorado de Libertad: “Es un
personaje que quiero mucho, con ideas contradictorias, pero muy libres”. Quino
cita entre las lecturas que lo marcaron en su juventud al novelista francés
Romain Rolland. Pero la fuente permanente de su inspiración es otra: el Antiguo
Testamento, inagotable, que lo sigue nutriendo. "Allí está todo: la
corrupción, el amor, los celos, todas las actitudes humanas están allí”.
“Hijo de
andaluces republicanos emigrados en 1919 a Argentina, Joaquín Lavado (Quino) creció
retraído, lacónico y ajeno al bullicio de las calles de su Mendoza natal,
mientras oía las disparatadas diatribas
de una abuela comunista cabreada con el mundo que terminaron por adiestrar la
imaginación de este viñetista que prefería vivir en sus dibujos que en la
realidad. El humor surrealista de Borges y la inventiva de Cortazar completaron
la estampa del que más tarde se convertiría en todo un referente del humor
gráfico. “Como siempre; apenas uno pone los pies en la tierra se acaba la
diversión”, se queja Quino en boca de Mafalda, esa “heroína
iracunda”, como le gustaba llamarla a Umberto Eco, primer editor del argentino
en Europa. El autor mantuvo una lucha sin cuartel con todo lo que olía a rancio
y preestablecido. Su universo atrapa por igual a pequeños y mayores. A los más
jóvenes porque les presenta un mundo inteligible e idealista, los adultos, en
cambio, ven en él sus propias vergüenzas garabateadas en forma de cinismo e
ironía. “¿No es increíble todo lo que puede tener dentro un lápiz?",
se preguntaba Guille, el indomable hermano de Mafalda, ante la sufrida mirada
de su madre después de garabatear las paredes de su casa con ballenas,
castillos, dinosaurios y espadachines.
Prado Campos recoge en El País una decena de los principios ineludibles de Mafalda:
1. Deja de instalarte en los recuerdos y mira con
energía al presente y el futuro, porque lo mejor está por llegar siempre. O
como diría Mafalda: “No es cierto que todo tiempo pasado fue mejor. Lo que pasaba era que los
que estaban peor todavía no se habían dado cuenta”.
2. “Como siempre: lo urgente no deja tiempo para lo
Importante”. Una
máxima perfecta para darse cuenta de dónde debes poner tus esfuerzos y tiempo
en este mundo hiperconectado y estresado en el que vivimos hoy.
3. La actitud positiva lo es todo, hasta para dar
en las narices a los demás: “Comienza el día con una sonrisa y verás lo divertido
que es ir por ahí desentonando con todo el mundo”. Y por si te
quedan dudas, otra frase esta vez de Miguelito: “Yo, lo que quiero que me salga
bien es la vida”.
4. Eres único. Recuérdalo. “Dicen que el hombre es un
animal de costumbres, más bien de costumbre el hombre es un animal”.
5. Eso sí, también hay que ser humildes y
sinceros. “Admitir
que se está equivocado es el harakiri del orgullo”.
6. No dejes que los demás, la situación económica
o la desidia decidan por ti porque… “Sería lindo despertar un día y encontrarse con que
la vida de uno depende de uno”.
7. ¿Fashion victims? Hasta cierto punto,
pero no como para eclipsar lo que eres. “¿No será acaso que esta vida moderna está teniendo
más de moderna que de vida?”.
8. Conserva y mira de vez en cuando al niño que
llevas dentro. No hay que ponerse siempre el bigote. Y ve quemando etapas. “La vida no debería
despojarlo a uno de la niñez sin antes darle un buen puesto en la juventud”.
9. ¿Quién dijo crisis de los 40? “La vida empieza a los
cuarenta [lee en un periódico]. ¿Y entonces para qué cuernos nos hacen venir
con tanta anticipación?”.
10. Sé fiel a tus principios. “A medio mundo le gustan
los perros, y hasta el día de hoy nadie sabe qué quiere decir guau”,
le dice a Manolito cuando éste critica que le gusten los Beatles si ni siquiera
entiende lo que dicen.
Entre los fotomontajes recogidos esta semana
recordamos los siguientes: A ver si así ganan; el ratón moribundo; la figura
del padre; el barco que se hunde y el
superhéroe del paro.
Los dibujos de Erlich:
Otros dibujantes: Forges, El Roto, Ibáñez, Asier
y Javier, Harca, Peridis, Pat, Proyecto animal, J. Morgan, Malagón, Ferrán…
Recogemos los dibujos de Pep Roig publicados esta
semana pasada: ¿Cómo hacer?, Europeando, A por el eurosueldo, Desderechación y
Desnortados.
Terminamos con seis vídeos. El primero sobre la entrevista de Jordi Évole al presidente de Uruguay, José Mujica, en su casa de Montevideo. Un lugar que impresiona al periodista por no ser la típica casa de un dirigente. “La culpa la tienen los otros presidentes, no yo. Lo raro es cómo viven ellos”, asegura Mujica.
El segundo es sobre el humorista gráfico argentino-español, Joaquín Salvador Lavado Tejón, más conocido como “Quino”, creador de la tira cómica Mafalda, recién galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2014.
En el tercero, nos sorprende un coro formado por 12 pacientes de cáncer que fueron víctimas del humo del cigarrillo, y que fueron sometidos a una laringectomía. Sorprendieron al público de un auditorio, en Brasil, que esperaba la presentación de un reconocido coro de Sao Paulo.
En el cuarto, escuchamos las delicadas palabras de una niña con su pollito.
El quinto fue grabado en un restaurante, en el que servían sopa con “ mosca”. La gente la miraba con asco, pero no decía nada. Hasta que llegó una última clienta... e hizo ¡lo más natural del mundo!
El ultimo es sobre lo 50 años de Mafalda en 50 viñetas. Es un pequeño homenaje a Quino, flamante Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario