Admitida una demanda de paternidad contra el Rey Juan Carlos I.
Abert Sola e Ingrid Sartiau demandan ser conocidos como hijos de Juan Carlos I.
Alberto Solá asegura
que Juan Carlos I sostuvo una relación con su madre biológica, Anna María Bach
Ramón, durante su etapa como príncipe, en 1955. Solá nació en 1956 y se
considera el primogénito de los hijos del rey. Asegura ser el primogénito de
don Juan Carlos y presentó, en junio, una demanda a la Audiencia de Madrid,
acompañada de una prueba de ADN con una “fiabilidad superior al 99,9 por
ciento” El Ministerio Público esgrimió el precepto que estipula que “con ella
no se presenta un principio de prueba de los hechos en que se funde”. El pasado mes de
diciembre, Francisco Marín Castán, presidente de lo Civil del Supremo, elevó al
Pleno la resolución de las dos demandas planteadas contra el padre de Felipe VI
tras la entrada en vigor de la ley que regula el aforamiento del monarca
saliente. La Audiencia Provincial remitió la causa al Supremo tras la
abdicación de don Juan Carlos como jefe de Estado.
El abogado de Solá, Francesc Bueno, pedía que si esta prueba no fuera admitida
se realizase otra y se llamase a declarar como testigo al perito que había
analizado su fiabilidad. El fiscal José María Paz la calificó como una “mera
hipótesis”, que no aportaba el principio de prueba de filiación que la ley
exigía. Nacido en Barcelona y criado en una familia adoptiva, Solá defendía que
el rey Juan Carlos mantuvo una relación con su madre biológica, Anna María Bach
Ramon, antes de ser proclamado jefe del Estado. Su abogado mantiene que la
inviolabilidad no ampara las conductas privadas que realizó cuando todavía no
era jefe del Estado.
Por su parte, la defensa de Ingrid Sartiau aportó al Supremo una carta remitida
a la Casa Real el 24 de abril de 2013 en la que lamenta haber acudido a la vía
judicial para solventar su filiación paterna y afirma haber sido presionada por
Solá “y por los medios”. La Fiscalía concluía que “no hay ninguna base para
admitir la demanda, porque si Ingrid Jeanne Sartiau no es hermana de padre de
Alberto Solá Jiménez ¿qué demanda admitimos? La de Ingrid o la de Alberto, y la
consecuencia lógica es que ninguna de las dos, pues ninguna aportan el
principio de prueba exigido por el artículo 767 de la Ley de Enjuiciamiento
Civil”. Sin embargo, los magistrados entendieron que la demanda presentada por
Sartiau sí cumple con los requisitos legales.
Tras la
abdicación de don Juan Carlos, el abogado de Solá amplió sus alegaciones y la
Audiencia de Madrid elevó la causa al Tribunal Supremo tras los “términos
rotundos” de la ley orgánica 4/2014, del 11 de julio, que dispone en su
disposición transitoria que los tribunales que estén conociendo de hechos
relacionados a los nuevos aforados deberán suspender su tramitación y remitirlos
“inmediatamente” al alto tribunal. Los doce magistrados de la Sala Primera
entendieron que concurrían los requisitos legales para admitir a trámite la
demanda de paternidad presentada por la ciudadana belga, tras celebrar una
reunión que se prolongó durante cuatro horas. La Sala nombrará un ponente y
podrá pronunciarse sobre las pruebas reiteradas por la ciudadana belga. Si el
Rey Juan Carlos acepta someterse a esa prueba genética, se efectuará un
análisis que será valorado en una vista, que puede celebrarse a puerta cerrada
por tratar sobre la vida privada de las personas, como ocurre en la práctica
habitual de los juzgados de familia. Si don Juan Carlos alcanza un acuerdo con
la ciudadana belga, se ahorrará la celebración de la vista, en la que podría
estar representado por su defensa a no ser que la otra parte solicite su
interrogatorio y se admita tal petición.
La Casa del Rey ha expresado su respeto a la “independencia” del
Poder Judicial después de que el Tribunal Supremo haya admitido a trámite una
de las dos demandas de paternidad
presentadas contra el Rey Juan Carlos. Un portavoz del Palacio de la
Zarzuela se la limitado a trasladar este “respeto” de la institución
como único comentario, tras la decisión adoptada por la Sala de lo Civil del
Supremo. Solà tiene 56 años, es decir, es mayor que
Felipe VI, por lo que un supuesto fallo favorable cuestionaría la reciente
sucesión al trono.
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