España y Letonia lideran la desigualdad en Europa.
Al menos 40 jefes de Estado y más de 2.500 altos ejecutivos se trasladan
hoy a Davos, donde aterrizarán unos 1.700 aviones privados. De España asisten
19 personas.
Todos los años se celebra el Foro
Económico Mundial en la ciudad suiza de Davos para tratar los principales
problemas económicos del mundo. En él participan líderes políticos y
personalidades relevantes de la economía y la actualidad para analizar los
principales problemas del mundo. La edición de este año tiene lugar entre hoy y
el próximo sábado. “Recientemente –recuerda José María Vera, director general
de Oxfam– todos los partidos políticos de la oposición se comprometieron
públicamente con la iniciativa de Oxfam Intermón por unos Presupuestos
Generales del Estado de la Equidad. Esperamos que este compromiso se plasme en
sus programas electorales”, pide Vera. Entre
otros, abordará asuntos como la brecha entre ricos y pobres, la pobreza en el
mundo y cuestiones relacionadas con la igualdad de género y la incorporación de
la mujer al mundo de los negocios. De España asisten 19 personas, entre ellas
la presidenta del Santander, Ana Botín, el presidente del BBVA, Francisco
González o el presidente del grupo Prisa, Juan Luis Cebrián.
Intermón Oxfam ha asegurado que
España es “el segundo país más desigual de Europa, tan solo por detrás de
Letonia”. Y ha señalado que cuenta con el sistema fiscal “menos efectivo” para
reducir el problema. “El 1 por ciento de la población española –explica un
comunicado de Oxfam– concentra más riqueza que el 70 más pobre. Las políticas
actuales refuerzan esta concentración de riqueza en manos de unos pocos”. “El
conocimiento de que el 1 % de españoles acapara el 70 % de la riqueza nacional
me ha dejado grogui –escribe Arturo González bajo el título “La indecencia
de sentirse orgullosos de ser españoles”, en Público.es–. España es
un escándalo. Es el país de la Unión Europea con mayor desigualdad, solamente
superada por Letonia. Toda la parafernalia y propaganda que electoralmente nos
cuenten carece de relevancia ante esta realidad que nos descalifica tanto a
nosotros como ciudadanos votantes como a los partidos causantes. La vergüenza,
y la tristeza, residen en esta situación social inmoral y abyecta. Nada que ver
con el esfuerzo ni las posibilidades de participar en condiciones de igualdad.
No es justo, es obsceno y humillante. Intentémoslo para mitigar la tristeza. No
ha habido un hecho, una constatación más antidemocrática y lastimosa durante
los últimos 40 años. Porque, además esta concentración descomunal de riqueza en
el 1%, también está brutalmente
repartida: algunos, bastantes, muchos, no tienen nada”.
Oxfam concluye que el 1% más rico de la población
mundial tendrá más dinero que el 99% restante en 2016. Oxfam pide a los
partidos políticos de los países más desarrollados que sus programas
electorales incorporen medidas para combatir la desigualdad, ya que aseguran
que está lastrando la lucha contra el hambre, como preámbulo de la reunión del
Foro Económico Mundial. Y reclama que los políticos empiecen a “redistribuir la
riqueza en forma de inversión en servicios sociales básicos y políticas
públicas que benefician a los más vulnerables”.
“Este último año –insiste Winnie
Byanyima, directora adjunta de Oxfam– hemos visto cómo líderes mundiales de la
talla de Barack Obama o de Christine Lagarde han hablado
sobre la necesidad de combatir la desigualdad extrema, pero aún estamos
esperando a que muchos de ellos prediquen con el ejemplo. Ha llegado el momento
de que nuestros líderes se enfrenten a los intereses creados que impiden lograr
un mundo más justo y próspero”. Para esta organización internacional, la
creciente desigualdad dentro de los países desarrollados está retrasando las
ayudas para las regiones más pobres del mundo. Una de cada nueve personas
carece de alimentos suficientes para comer y más de 1.000 millones de personas
viven con menos de 1,25 dólares al día.
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