Antes que canonicen a José Manuel Lara (1)
José Ignacio Wert, Artur Mas y José Manuel Lara.
El editor José Manuel Lara murió
el pasado 31 de enero. “Lo que somos” ha publicado un interesante artículo de Javier Coria titulado “Antes que
canonicen a José Manuel Lara Bosch”, en el que cita el trabajo del periodista
sevillano, Ángel Espínola. Trataremos de resumirlo en dos capítulos.
José
Manuel Lara Bosch fue uno de los empresarios más ricos de España y su
conglomerado empresarial, con sectores tan dispares como la biotecnología
(Plasma Biotech), el mundo financiero (Banco Sabadell) y, especialmente, el
sector mediático y editorial (Planeta, Atresmedia, La Razón, Onda
Cero, Casa del Libro, y un largo etcétera) movió los hilos de los principales
partidos políticos de España, siempre en beneficio de su estructura
empresarial. Curiosamente, la única rama importante del poder (al margen del
económico) que Lara no tocó directamente fue la de la política. Pero su maraña
de negocios llevó al empresario a combinar sus intereses con los de la clase
política. Ángel Espínola lo demuestra en su artículo “Los premios de José
Manuel Lara Bosch”. Las distinciones que el magnate recibió en los últimos
meses por parte de administraciones ilustran lo dicho y el Gobierno de Mariano
Rajoy agradeció al empresario catalán su discurso antinacionalista (“Si
Cataluña se independiza, me llevaré Planeta a Sevilla”). Aunque, más que con
Rajoy, guardó una larga amistad con José María Aznar. La estructura de poder de
Lara atacó también al Gobierno de Rajoy en los últimos meses. Todo ello, pese a
que el Gobierno de Rajoy facilitó la fusión del Grupo Antena 3 y La Sexta, tras
la cual, Lara se adueñó del canal televisivo, referente de la izquierda
española, demostrando que, efectivamente, el poder no entiende de ideologías,
sólo de negocios.
Igualmente
fue estrecha y cordial la relación entre José Manuel Lara, la Junta de
Andalucía, y el PSOE, en general. Con su discurso político, Lara ayudó a la
administración andaluza. La Fundación José Manuel Lara concedió becas, promocionó a escritores
andaluces, apoyó proyectos como los de las bibliotecas de Mairena del Alcor o
Alcalá de Guadaíra (ambos municipios gobernados por el PSOE), propagó programas
culturales como el de Letras Capitales o un ciclo sobre Manuel Chávez Nogales
que unió a la Fundación con la Junta y la Diputación. La Junta devolvió estos
favores (a los que habría que añadir los puestos de trabajo creados por Lara),
con premios como los señalados, con la adopción de Lara como hijo predilecto de
muchos municipios y con la creación de una buena imagen del empresario y sus
negocios. Fue reconocido como Hijo Adoptivo de Sevilla por “su trayectoria
ejemplar en los campos de la Comunicación, la difusión del español y la defensa
de valores como la libertad de expresión y la solidaridad”. La Cruz de San
Jordi es otro ejemplo claro de la unión del poder político con el empresarial y
de que los grupos mediáticos, más que competir, colaboraron entre sí. Este
premio fue otorgado a Lara, en 2007, por el Gobierno catalán del PSOE (José
Montilla, unido a CiU e IU), después de que el empresario comprara Avui, un diario
independentista catalán en cuyo accionariado estaba la propia Generalitat. Esta
incoherencia (Avui se
opone radicalmente a los dictados de La Razón, diario también de su propiedad) le hizo
romper lazos a Lara con Luis María Ansón, abanderado de la rama de Planeta más
unida al PP. Como dice un vídeo de Telecinco, dentro de la guerra abierta entre
Mediaset y Atresmedia, a raíz de la reciente entrevista a Aznar: “Estos cambios
de ritmo tan sorprendentes son habituales en el Grupo Planeta, que tiene un pie
en el cielo, publicando L’Osservatore Romano y
otro en el infierno, publicando la revista Playboy. Curas y conejitas comparten pista de baile en
la línea editorial de Lara”.
Mañana: Los Premios de José Manuel Lara (y II)
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