miércoles, 14 de octubre de 2015

El nuevo “impuesto al Sol”.

 El nuevo Rey Sol.


El Consejo de Ministros aprobaba el viernes pasado el decreto sobre autoconsumismo, denominado por los críticos como un “impuesto al Sol”, un impuesto que ha incendiado la Red. Los partidos de la oposición prometen derogarlo, si logran el poder, y Forbes, la prestigiosa revista norteamericana especializada en negocios y finanzas, que elabora el famoso ranking de las mayores fortunas del mundo, le dedica un reportaje en el que ridiculiza al Gobierno. Indica que, dado que España tiene muchas horas de sol, sería lógico que el Gobierno tratase de impulsar la energía solar ante la falta de ideas para reducir el déficit eléctrico. Lo que no se explica es que, con esta base, el déficit de tarifa español ascienda a 26.000 millones de euros. El artículo de Kelly Phillips Erb, especialista en fiscalidad, habla de “impuestos y multas desproporcionadas” para comportamientos que antes incentivó y subvencionó el propio ejecutiv. Su frase literal es demoledora: “Parece que los miembros del Gobierno se quedaron sin ideas y miraron un día al cielo y pensaron: ¡Ya lo tengo! ¡Pongamos un impuesto al sol!”. Phillips Erb acusa a Soria de favorecer a las eléctricas con esta medida, que pretende asustar a los ciudadanos y hacer imposible el autoconsumo porque sale más barato seguir comprándosela a la compañía que le toque. Otro aspecto de mofa de la revista es el hecho de que, en España, tampoco se permita vender la energía que un particular genera de más y la obligación de conectar todos los paneles solares, sean de quien sean, a la red nacional, bajo multa en caso contrario de hasta 30 millones de euros. Por último, Forbes acusa directamente al ministro José Manuel Soria de favorecer a las eléctricas y hacer imposible el autoconsumo y el ahorro particular.

Precisamente, en España, uno de los países con más horas de sol del mundo, muchos decidieron montar sus propias instalaciones solares en casa como medida de ahorro. Pero los legisladores van en contra de quienes pretenden generar su propia energía y hacen un desembolso en instalaciones para que empiece a ser rentable en una década. El borrador de autoconsumo del Gobierno boicotea la posibilidad de los consumidores de generar su propia energía, al obligarles a pagar por cada kWh que produzcan. Algo insólito, a juicio de OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), pues los consumidores deben tener la posibilidad de generar su propia energía sin tener que pagar un canon al Estado. Además de suponer un agravio para el consumidor, esta medida fomenta el derroche de energía, puesto que quienes tienen instalados paneles solares o generadores eólicos casi siempre generan más energía de la que autoconsumen, pero no se les da la posibilidad de vender la que crean de más. Medidas que son un atentado contra el sentido común, el medio ambiente y las normativas nacionales y europeas.

La idea de cobrar por generar energía es, a juicio de OCU, ponerle un impuesto al sol y al viento, pues el borrador del nuevo reglamento introduce el peaje de respaldo: un canon a pagar por quienes produzcan su propia energía por el mero hecho de hacerlo. De nada sirve que éstos se hayan gastado sus ahorros en una instalación que les permita crear su energía. La justificación que da el Gobierno es que el consumidor que produce su propia energía está beneficiándose del respaldo que le ofrece la red eléctrica, a la que está conectado. Pero el autoconsumidor ya paga la potencia contratada en su factura y este peaje supone volverle a cobrar por lo mismo, a veces hasta cuatro veces más caro que el peaje convencional en una tarifa con discriminación horaria. Tanto la Comisión Nacional de la Energía (CNE) como la Comisión Nacional de Competencia (CNC) han criticado duramente este peaje. La CNE considera que sacrifica la eficiencia económica a medio y largo plazo, en aras de la sostenibilidad económica a corto plazo, y la CNC advierte sobre lo “injustificado y discriminatorio” del peaje.

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