El nuevo “impuesto al Sol”.
El nuevo Rey Sol.
El Consejo de Ministros
aprobaba el viernes pasado el decreto sobre autoconsumismo, denominado por los críticos
como un “impuesto al Sol”, un impuesto que ha incendiado la Red. Los partidos
de la oposición prometen derogarlo, si logran el poder, y Forbes, la
prestigiosa revista norteamericana especializada en negocios y finanzas,
que
elabora el famoso ranking de las mayores fortunas del mundo, le dedica un
reportaje en el que ridiculiza al Gobierno. Indica que, dado que España tiene
muchas horas de sol, sería lógico que el Gobierno tratase de impulsar la
energía solar ante la falta de ideas para reducir el déficit eléctrico. Lo que
no se explica es que, con esta base, el déficit de tarifa español ascienda a
26.000 millones de euros. El artículo de Kelly Phillips Erb, especialista en
fiscalidad, habla de “impuestos y multas desproporcionadas” para
comportamientos que antes incentivó y subvencionó el propio ejecutiv. Su frase
literal es demoledora: “Parece que los miembros del Gobierno se quedaron sin
ideas y miraron un día al cielo y pensaron: ¡Ya lo tengo! ¡Pongamos un impuesto
al sol!”. Phillips Erb acusa a Soria de favorecer a las eléctricas con esta
medida, que pretende asustar a los ciudadanos y hacer imposible el autoconsumo porque
sale más barato seguir comprándosela a la compañía que le toque. Otro aspecto
de mofa de la revista es el hecho de que, en España, tampoco se permita vender
la energía que un particular genera de más y la obligación de conectar todos
los paneles solares, sean de quien sean, a la red nacional, bajo multa en caso
contrario de hasta 30 millones de euros. Por último, Forbes acusa directamente
al ministro José Manuel Soria de favorecer a las eléctricas y hacer imposible
el autoconsumo y el ahorro particular.
Precisamente, en
España, uno de los países con más horas de sol del mundo, muchos decidieron
montar sus propias instalaciones solares en casa como medida de ahorro. Pero
los legisladores van en contra de quienes pretenden generar su propia energía y
hacen un desembolso en instalaciones para que empiece a ser rentable en una
década. El borrador de autoconsumo del Gobierno boicotea la posibilidad de los
consumidores de generar su propia energía, al obligarles a pagar por cada kWh
que produzcan. Algo insólito, a juicio de OCU (Organización de Consumidores y
Usuarios), pues los consumidores deben tener la posibilidad de generar su
propia energía sin tener que pagar un canon al Estado. Además de suponer un
agravio para el consumidor, esta medida fomenta el derroche de energía, puesto
que quienes tienen instalados paneles solares o generadores eólicos casi
siempre generan más energía de la que autoconsumen, pero no se les da la
posibilidad de vender la que crean de más. Medidas que son un atentado contra
el sentido común, el medio ambiente y las normativas nacionales y europeas.
La idea de cobrar por
generar energía es, a juicio de OCU, ponerle un impuesto al sol y al viento,
pues el borrador del nuevo reglamento introduce el peaje de respaldo: un canon
a pagar por quienes produzcan su propia energía por el mero hecho de hacerlo.
De nada sirve que éstos se hayan gastado sus ahorros en una instalación que les
permita crear su energía. La justificación que da el Gobierno es que el
consumidor que produce su propia energía está beneficiándose del respaldo que
le ofrece la red eléctrica, a la que está conectado. Pero el autoconsumidor ya
paga la potencia contratada en su factura y este peaje supone volverle a cobrar
por lo mismo, a veces hasta cuatro veces más caro que el peaje convencional en
una tarifa con discriminación horaria. Tanto la Comisión Nacional de la Energía
(CNE) como la Comisión Nacional de Competencia (CNC) han criticado duramente este
peaje. La CNE considera que sacrifica la eficiencia económica a medio y largo
plazo, en aras de la sostenibilidad económica a corto plazo, y la CNC advierte
sobre lo “injustificado y discriminatorio” del peaje.
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