martes, 13 de octubre de 2015

Protestas en Berlín contra el TTIP y su expolio a los trabajadores.





Más de 250.000  personas –150.000, según la Policía–marcharon en Berlín el pasado sábado contra el TTIP (Tratado de libre comercio entre los Estados Unidos y la UE) que rebajará los derechos de los trabajadores europeos. La manifestación estuvo apoyada por partidos políticos, sindicatos, organizaciones ecologistas, asociaciones de economía crítica como ATTAC y el Consejo de la Cultura. En ella se pudo ver a líderes de partidos como Die Linke (la izquierda), Die Grüne (los verdes) o el Partido Socialista de Berlín. La Gran coalición con Ángela Merkel es favorable al TTIP, pero su organización en Berlín se mostró en contra y llamó a la movilización a través de su página web. Aunque se pudo ver un tímido grupo con bandera del Partido Socialista (SPD). Sin embargo, en la manifestación sólo se pudo ver un tímido grupo con banderas del Partido Socialista, pero sin pancarta para formar cortejo, como sí llevaban otras organizaciones políticas.

En la manifestación se pudo ver un caballo de Troya con carteles en contra del TTIP, lemas en contra de la OTAN, carteles contra los transgénicos o contenedores a los que arrojar el TTIP. Entre las organizaciones de emigrados estuvo la 15M-Marea Granate de Berlín, grupo organizado de españoles residentes en la capital alemana, que se unieron a las Euromarchas que llegarán a Bruselas en próximo día 15 y grupos de personas disfrazadas, formando un cortejo fúnebre a la democracia, que culminaba con una especie de falla de Ángela Merkel prendiendo la mecha de una bomba llamada Democracia. Se cree que, con la implantación del TTIP –y las multinacionales quieren con él carta blanca para privatizar agua, sanidad o educación– , no sólo se rebajarán los derechos laborales, sino también los derechos de representación colectiva sindical, aumentando el debilitamiento de las regulaciones medioambientales y la desaparición progresiva de los servicios públicos. El tratado es un traje a medida para las multinacionales y daría un giro mucho más neoliberal a la Unión Europea.

Los eurodiputados sólo han podido leer extractos de este tratado durante un tiempo limitado sin llevar consigo ni teléfono móvil, ni cámara de fotos o papel para apuntar cuestiones que importantes y que pueden verse modificadas, si se aprueba, como las condiciones sanitarias o laborales. Tampoco se les permitió hacer copias del documento, lo que ha molestado especialmente a la sociedad alemana. Para el Partido Socialista berlinés, “en otoño de 2015, la negociación del TTIP y CETA (Acuerdo integral de encono mía y comercio) entra en una fase caliente, en la que se puede ver socavada la democracia y el Estado de derecho, así como también la salud, la seguridad, el sector cultural y las normas de protección del medio ambiente. Por esto estamos a favor de los tratados internacionales –declaran– pero, para mejorar todas estas cosas, no para lo contrario”.

La política socialista, Gesine Schwan, candidata del Partido Socialista y los verdes a la presidencia en 2004, mostraron su optimismo con las cifras de participación y animaron a “mantener la presión política para lograr paralizar este tratado”. Igualmente, estuvo el Presidente de la federación de sindicatos alemanes, Reiner Hoffmann, presidente de la asociación para la conservación del medio ambiente y la naturaleza de Alemania (BUND) y la Presidente del Consejo Cultural. Así como una asociación de ciudadanos Estadounidenses que están en contra de estos tratados. El Observatorio Corporativo Europeo (CEO) publicaba ayer un nuevo informe sobre el Transatlantic Trade and Investment Partnership (TTIP) que denuncia la “confabulación secreta" entre las multinacionales y los negociadores de la Comisión, y alertabs del peligro concreto que corren los servicios públicos si finalmente llega a ratificarse el acuerdo.

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