El Stanbrook, el último barco que salió de la España republicana.
Cerca de 14.000 republicanos
esperaban en marzo de 1939 en el puerto alicantino. El almirantazgo británico había
enviado un mensaje a los barcos del Reino Unido que navegaban en el
Mediterráneo. Un mensaje escueto que dejaba todo dicho: “La política del
Gobierno permanece inalterable y las instrucciones para los barcos de Su
Majestad se han transmitido en telegramas anteriores. No deberán entrar en
puertos españoles para recoger a los refugiados republicanos. Alicante es una
ratonera sin salida”. Con más del doble de pasajeros de los permitidos, el
Stanbrook fue el último barco que salió de la España republicana rumbo a Orán, con
más de 3.000 pasajeros a bordo, muchos de las cuales acabaron en Argelia, en
campos de concentración franceses. El capitán del buque fue el único que se apiadó
de los vencidos, permitiendo que todos aquellos republicanos se trasladaran en
su barco, desobedeciendo las órdenes de seguridad, y ordenando que nadie se
moviera durante el viaje por peligro a desestabilizar el buque. El carguero
partió de Alicante en la medianoche del 28 de marzo de 1939, dos días antes del
final de la guerra.
La exposición “Stanbrook, 1939”,
recoge el exilio republicano en el norte de África. Fue organizada por la
Universidad de Valencia en el Centre Cultural La Nau, Valencia. Y recupera una
serie de objetos, documentos, mapas, fotografías, imágenes, audiovisuales e
ilustraciones de Paco Roca. Una muestra comisariada por Rocard Camil Torres que
aspira a rememorar, de forma fidedigna y didáctica la odisea del trayecto del
Stanbrook y examinar el sórdido y doloroso destino que tuvieron que sufrir sus
pasajeros vencidos, perseguidos, huidos, exiliados, maltratados, humillados y
desterrados. “Durante aquella tarde-noche del 28, llenaron el muelle de Alicante
varios miles de ciudadanos. Cerca de 3.000 se iban con lo que podían. Y, al
llegar la medianoche, el carguero Stanbrook, el último barco con exiliados
republicanos junto al Maritime, salió del puerto apenas dos días antes del
último parte de guerra del general Franco del 1 de abril que daría por
terminada la guerra. El Gobierno de la República se había desmoronado después del
golpe del coronel Casado, y todos sus líderes habían huido del país por la
frontera francesa o por avión. De Juan Negrín a Manuel Azaña, hasta
personalidades del Partido Comunista como Santiago Carrillo. En tierra
quedaban, en cambio, los últimos ciudadanos que buscaban una salida, muchos de
ellos con carnet de partido, esperando durante horas en una interminable cola,
al pie de la pasarela que les separaba del carguero Stanbrook”.
El Winnipeg no podía entrar en el
puerto, intimidado por la presencia del buque, pero el Stanbrook, en puerto,
saldría cargado de republicanos, gracias a las órdenes del capitán Dickson, un
escocé que, con su buque mercante de bandera francesa, desafió el bloqueo del
puerto que desplegaba ya la Armada de Franco. Setenta y seis años más tarde, el
26 de mayo del 2017, el puerto de Alicante amanecía el pasado viernes sin la
placa dedicada al Stanbrook. El acto vandálico coincidió con los actos
organizados el jueves en recuerdo de las víctimas que los bombardeos
franquistas causaron en el Mercado Central de Alicante, cuando el puerto
alicantino se convirtió durante los últimos días de la República en una
auténtica ratonera humana. Cientos de personas acudieron al puerto esperando
poder escapar de España. Sin embargo, Franco no permitió la salida de estas
personas y solo pudo salir un barco, el Stanbrook, que lo hizo gracias a la
valentía de su capitán y de su tripulación.
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