domingo, 18 de junio de 2017

Los cargos públicos españoles que más cobran y los bancos que financian la industria militar.

Ana Pastor, presidenta del Congreso, cargo políticos con la remuneración anual bruta más alta de España.

Acostumbrado a pasarlo con estrecheces económicas a partir de la cuarta semana de cada mes, aprovecho este domingo para darme un garbeo por las astronómicas cifras cobradas por los altos cargos públicos españoles. Me hago consciente de que un país con tantos contrastes y diferentes modos de percibir sus nóminas nunca podrá prosperar equilibradamente. Claro que los cargos públicos necesitan estar bien remunerados para que quienes los ocupen respondan al máximo, pero, a menudo, se olvida la diferencia abismal que los separa de las bases, y más cuando millones de españolitos se mantienen al pairo mientras se aclarara su situación laboral o cuando el paro no les deja ninguna opción. Entonces los altos sueldos de los cargos públicos suenan a grandes despropósitos. Aun así, uno no se resigna a conformarse con lo que le toca, y quiere saber el porqué  de estos contrastes. Veamos, para empezar, el sueldo de los cargos públicos. El presidente del Senado, Pío García-Escudero, y sus homólogos en el Congreso de los Diputados, Ana Pastor, y de la Generalitat de Catalunya, Carles Puigdemont, son, según Europa Press, los tres cargos políticos con la remuneración anual bruta más alta de España. Concretamente, la retribución asignada a Ana Pastor, la máxima representante de la Cámara Baja asciende a 194.548 euros al año; García-Escudero percibe 177.135, 42 y Puigdemont, 145.470. Salarios que superan con creces a los 79.756 euros brutos del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, distribuidos en 12 mensualidades y sin derecho a percibir pagas extraordinarias. Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, cuenta con una retribución bruta anual de 74.963 euros, mientras que los 12 ministros reciben al año 70.368 euros brutos cada uno de ellos y carecerán de pagas extra.

       El presidente de la Generalitat de Catalunya, Carles Puigdemont.

Dentro del título de los PGE dedicado a los gastos de personal, figuran algunos de los cargos de responsabilidad de los órganos judiciales de ámbito nacional. Entre ellos, se encuentra el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, que percibe un total de 132.769 euros brutos. A su homólogo en el Tribunal Constitucional, el recién elegido Juan José González Rivas, se le asigna un salario bruto anual de 131.870 euros. El fiscal general del Estado, José Manuel Maza, cobrará 116.127 euros brutos, repartidos en 12 mensualidades, sin el derecho a recibir pagas extraordinarias. Desde el sector económico, el presidente del Tribunal de Cuentas, Ramón Álvarez de Miranda, recibe una remuneración anual de 114.841 euros brutos. Las cuentas autonómicas también se mueven al margen de los Presupuestos Generales del Estado, ya que el Gobierno de cada Comunidad es el encargado de fijar la partida destinada a sus cargos autonómicos en sus presupuestos anuales. Como tercer cargo político mejor pagado de España, el president catalán, Carles Puigdemont, cuenta con la retribución más alta entre los 17 mandatarios autonómicos. Su salario es notablemente superior al de la madrileña Cristina Cifuentes, la segunda que más cobra, mientras el lehendakari vasco, Iñigo Urkullu, ocupa la tercera plaza. El Portal de Transparencia de la Comunidad de Madrid señala que la presidenta autonómica, Cristina Cifuentes, tiene una retribución anual bruta de 103.090 euros. Esta cantidad la convierte en el segundo gobernante autonómico con el sueldo más elevado, aunque percibe 42.380 euros menos que su homólogo catalán. Los presupuestos del Gobierno de los presidentes de las Comunidades van desde los 60.129 euros brutos anuales que cobra el de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, siendo el dirigente autonómico con la menor retribución, a los 99.479 euros brutos del lendakari del Gobierno Vasco, Iñigo Urkullu. 

El presidente de la SEPI, Ramón Aguirre, es el cargo público con el salario más alto, 210.000 euros.

En el campo privado, 125 banqueros cobran más de un millón de euros mientras los salarios no dejan de caer. La apertura del Portal de Transparencia permite conocer los sueldos de los cargos públicos del Estado, incluidos aquellos adscritos a empresas de titularidad pública. 259 altos cargos ganan más de 78.185 euros al año. El presidente de la SEPI, Ramón Aguirre, cobra 210.000 euros, casi tres veces más que el jefe del Ejecutivo. Es el presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que  más cobra de todo el organigrama. Su salario asciende a 210.000 euros brutos al año. El siguiente en la lista es su vicepresidente, Federico Ferrer (204.452 euros). Ambos rondan los 15.000 euros brutos al mes. Entre los diez que más cobran suman 1.441.745,99 euros por año, una media de 144.174 euros. A través de un tuit, Ïñigo Errejón, de Podemos, critica este elevado sueldo justo el día que se conoce que el coste por hora trabajada ha caído un 3,9%  en el primer trimestre respecto al mismo periodo del año anterior. Un tuit de Errejón que ha sido muy celebrado por usuarios de Twitter mientras que otros han aprovechado la coyuntura para atacar al de Podemos junto al mensaje se incluye una pieza de “Las Mañanas de Cuatro” explicando el desorbitado sueldo de este centenar de financieros.

Fabricar armas es legal. Solo unas pocas, como las bombas de racimo, las químicas o biológicas son consideradas inaceptables, al ser imposible argumentar en contra de que su uso afecta tanto a civiles como a combatientes. El resto, incluidas las nucleares, son perfectamente legales y mortíferas. En un mundo en guerra, fabricar armas es un negocio lucrativo. Los conflictos abiertos de Siria, Irak, la franja de Gaza, Ucrania, Yemen, Libia, Sudán, Somalia o la guerra contra el narcotráfico, en México, necesitan abastecimiento continuo de armamento. El resultado provocado por los señores de la guerra en África o por las guerrillas que operan en Latinoamérica es un jugoso pastel a repartir. Carlos Del Castillo nos lo recuerda: “España entró fuerte en ese mercado espoleada por la crisis económica. Es, desde hace años, el séptimo exportador de armas a nivel mundial, solo por detrás de los grandes fabricantes como EEUU, Rusia, China y las potencias militares europeas, Alemania, Francia y Reino Unido. Las grandes entidades bancarias españolas participan en el negocio, lideradas por el BBVA y el Santander. ‘Los bancos, aseguradoras y empresas de inversión españolas han dedicado entre 2011 y 2015 casi 5.900 millones de euros al sector de las armas’, revela Jordi Calvo, investigador del Centre Delàs d'Estudis per la Pau. Autor del informe ‘Los bancos que invierten en armas’, Calvo advierte de que las entidades financieras españolas han apostado claramente por el negocio de la muerte. Apoyándose en el crecimiento de España como exportadora, están ‘poniéndose a la altura de los mayores inversores de la industria armamentística’. Teniendo en cuenta que el ratio de endeudamiento de las empresas de armas es del 73%, similar a la del resto de la industria española, el ‘floreciente negocio armamentístico no solo beneficia a las empresas de armas sino también a los bancos y aseguradoras’, recoge el investigador en el informe. Otra cosa es la proliferación de armas y el uso que se hace de las mismas. El informe Exportaciones españolas de armamento 2006-2015, elaborado por el Centre Delàs d’Estudis per la Pau revela que estas ventas han representado el 4,4% de las exportaciones mundiales de armamento y el 1,5% del total de la balanza comercial española. El texto advierte que “estas exportaciones pueden considerarse ilegales si nos atenemos a la propia legislación española y europea sobre comercio de armas debido a la situación de inestabilidad existente en la región de Oriente Medio, y en concreto por la influencia regional de países como Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos en tanto que dan apoyo a una parte del conflicto en Siria (grupos insurgentes) y en otros países como Libia, Egipto o Yemen”. Y añade: “Las exportaciones a Iraq tendrían que prohibirse, en tanto que está inmerso en una guerra en su propio territorio”.

Estos son los bancos que financian. BBVA y Banco Santander encabezan la lista de la Banca Armada española.

La investigación internacional Don't Bank on the Bomb de la organización neerlandesa PAX arroja cifras similares. Incluyendo datos de 2016, PAX —que audita las actividades que favorecen la proliferación de las armas nucleares en el mundo— eleva la inversión española en la industria militar por encima de los 6.500 millones de euros desde 2013. Amnistía Internacional (AI) ha interpelado en varias ocasiones a gobiernos y entidades sobre la importancia de cerrar el grifo de la financiación. Al menos si están interesados en evitar “violaciones graves de derechos humanos y crímenes de derecho internacional” como las que ocurren casi a diario en Siria. “La financiación y la inversión no son actividades neutrales; determinan y facilitan la actividad económica, incluso en el sector armamentístico. Los bancos y otras instituciones financieras desempeñan un papel crucial en los esfuerzos globales para frenar la fabricación, transferencia y uso de armas”, explica David Pereira, presidente de AI en Luxemburgo. Pereira encabezó un estudio que analizó la importancia de la falta de restricciones en ese país —gran centro financiero europeo— para la distribución de la inversión mundial en la industria militar.  El estudio del Centre Delás, que también recoge las inversiones de entidades internacionales, señala que empresas como Airbus y Boeing (aeronaves militares), Maxam (explosivos), Navantia (buques), Finmeccanica (aeroespacial) o General Dynamics (propietaria de la española Santa Bárbara Sistemas) son las principales destinatarias de la inversión.  “BBVA, Santander, Deutsche Bank, Citibank e ING son los más importantes financiadores armas, seguidos en un segundo nivel de importancia por Banca March, Bankia, Caixabank, Banco Popular, Banco Sabadell y Bankinter. Sin olvidar que Unicaja, Banco Mare Nostrum (BMN), Caja Rural, Ibercaja, Kutxabank, Liberbank, Banco Alcalá, Banco Caminos, Caja de Arquitectos y Banco Mediolanum invierten en armas, aunque en cuantías menores”, advierte Jordi Calvo.

Camiones de Maxam con componentes explosivos.

Las actas de la junta interministerial responsable de autorizar las ventas al exterior son secretas. Además, para el Gobierno el concepto de “en guerra” no es tan claro como podría parecer, puesto que sigue autorizando ventas a Arabia Saudí, que lidera una coalición de países árabes que bombardea a discreción Yemen. Todo ello da forma a un entramado que resulta muy útil cuando se encuentran armas españolas sobre el campo de batalla yemení, ya que hace casi imposible exigir responsabilidades. La misma táctica utilizan las empresas productoras de armas. El gigante español Maxam, el mayor fabricante de explosivos de Europa y segundo del mundo asegura que solo el 20% de su negocio es militar, y que este “se ocupa de la destrucción y reciclaje de todo tipo de municiones y explosivos, de la descontaminación y de la limpieza y mantenimiento de vehículos aéreos”. Maxam es un importante cliente de las inversiones de BBVA, Santander o Bankia. Factura 1.000 millones de euros al año. Maxam es un gigante español desconocido. La empresa ha comenzado contactos con distintos bancos de inversión con el objetivo de salir a la Bolsa española. Las fuentes financieras consultadas señalan que la valoración preliminar oscila entre los 1.500 y los 2.000 millones de euros. Pero Maxam todavía no ha contratado a los eventuales colocadores ni tampoco tiene prisa para realizar el estreno en el mercado. Un portavoz de la firma señala que no está programada para 2017, aunque añade que “a medio plazo, una salida a Bolsa a través de una venta de acciones o una ampliación es la opción con más posibilidades”. Fuentes de la banca de inversión añaden que la empresa sacará partido de una eventual ventana en la Bolsa este año. Así daría liquidez a los directivos y a Advent, que entró en su capital en febrero de 2012, tras comprar el 49% a las firmas de capital riesgo Portobello y Vista, que redujo posteriormente hasta el 45%. La otra posibilidad de desinversión al margen de la Bolsa es tantear la entrada a otro inversor, ya sea financiero o industrial. Sería una típica operación de dual track, como la realizada por Ono, en 2014, que al final compró Vodafone, o la de Parques Reunidos, en la que las pujas de los fondos de capital riesgo perdieron la batalla en favor de un debut en Bolsa. Maxam es una empresa extremadamente internacional, con solo un 10% de sus ventas en España. El principal segmento de negocio de la compañía que preside José Fernando Sánchez-Junco Mans es el de explosivos civiles, que representa el 64,5% de la facturación. Esencialmente, se dedica a productos y servicios de voladuras, explotación de canteras y construcción de infraestructuras a nivel mundial. La división de defensa supone casi el 20% y se ocupa de la destrucción y reciclaje de todo tipo de municiones y explosivos, de la descontaminación y de la limpieza y el mantenimiento de vehículos aéreos. La tercera gran pata de Maxam es la de munición deportiva para caza y tiro, que representa algo más del 11% de sus ingresos. Tiene además un pequeño porcentaje de negocio dedicado a productos químicos. Para hacer todo esto cuenta con 6.500 empleados en todo el mundo, con fábricas en más de 45 países y ventas en más de 100.

Banca Armada.

Castillo del Pino, en Público del pasado7 de abril, titulaba: “Estos son los bancos que financian la industria militar. BBVA, Santander, Bankia, CaixaBank y Sabadell invierten en los principales productores de armas. El Gobierno, encargado de evitar que las armas españolas terminen en países en conflicto —lo que sería ilegal— no concede licencias para la exportación de armas, sino de material de defensa. Dentro de este, la mayor parte es material de doble uso. Los bancos intentan evadir su responsabilidad diciendo que no trabajan con armas prohibidas y que siempre siguen la legislación en vigor, que no financian armas que van a acabar en conflictos armados”. Pero ¿cómo lo saben? “El problema de las armas es su trazabilidad. Es imposible saber si un banco ha financiado un arma que acaba en Yemen”, alerta el activista Audrey Esnault. Forma parte de la campaña Banca Armada, lanzada para “concienciar”, visibilizar una situación “sobre la que normalmente hay mucho secretismo” como es la de la financiación del sector armamentístico. Miembros de la campaña participaron en la junta de accionistas del Banco Santanter para denunciar la colaboración de la entidad con los fabricantes de armas. Fue en la quinta y última junta de 2017, tras tomar la palabra en las de Caixa Bank, Bankia, BBVA y Sabadell. La reacción del presidente y los accionistas depende de cada banco, “desde lo más frío como Santander o BBVA, donde haces la intervención y no dicen nada, hasta la de junta del Sabadell, en la que aplaudieron”, relata Esnault a Público. “Siempre dicen que las empresas son muy grandes y hacen de todo. Son empresas que hacen muchas cosas, pero Indra tiene un 20% de producción militar”, expone la activista. El impacto de ese porcentaje de negocio militar es tal que el Instituto para la Paz de Estocolmo, referencia mundial en esta cuestión, llegó a colocar a Indra en su top 100 de productores de armas. “Fabrican electrónica militar. Un arma no es solo una pistola o una bomba, es todo lo que se usa para matar como destino final. El software de un misil que destruye un edificio es un arma. Indra diseña ese tipo de software”, aclara Esnault. “Los bancos forman parte de este negocio. Es imposible negar su corresponsabilidad. Para estar seguro al 100% de no financiar un arma que será utilizada contra la población civil en Yemen, la única solución es no financiar, no dar préstamos o no tener acciones en empresas que las producen”.

Las fotomontajes de esta semana:

  Rafa Hernando, esplayándose en el Congreso.
  Igual se le ha ido un poco de las manos.

 Confirmado: Rafael Hernando, fichado para la próxima entrega de Torrente.

@Viscalant.



  Todos en pie, aplaudiendo a Rajoy; sí, Soraya también.


  El Jueves: 40 años comiendo mierda.

   
                              Granados a la salida de la cárcel.  (Anacleto Panceto).

-Señor Granados, ¿qué es lo primero que va a hacer tras su salida de la cárcel?
-Llamar a Ikea para que me monten algún mueble.

  La Fundación Francisco Franco halla una foto inédita de familia.
                                    Ilustración de J. Bautista Muñoz.


 El menú franquista de Casa Eladio (Avila)

El banco de España da por perdidos los 60.600 millones del rescate bancarijajajaja…


El humor de esta semana en la prensa: Forges, El Roto, Peridis, Vergara, Manel F. Malagón, Atse, Pat…






















Pep Roig, desde Malllorca: Lo imposible, La “buena” gestión económica de Rajoy,  El embarrador, La buena gestión, según el Gobierno, Lo que tenía que pasar, pasó…





Los vídeos de esta semana. Don't bank on the Bomb PAX voor vrede  
 Podemos aprueba con buena nota | 'La voz de Iñaki'

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