domingo, 29 de octubre de 2017

Alguien apretó el botón rojo.



El pasado miércoles, Carles Puigdemont decidía finalmente no acudir al Senado al entender que el Gobierno de Mariano Rajoy ya tenía decidido, pasara lo que pasase, aplicar el artículo 155 de la Constitución en Catalunya. Pese a que su voluntad era comparecer el jueves por la tarde ante la comisión de 27 senadores, encargada de tramitar las medidas del artículo 155 para defender sus alegaciones, Puigdemont decidía no viajar finalmente a Madrid. La decisión de aplicar el 155, interpretaron desde el gobierno de la Generalitat, “ya está tomada”, por lo que la comparecencia de Puigdemont en el Senado no tendría mayor utilidad. En lugar de comparecer personalmente, el gobierno de la Generalitat enviaría a la comisión del Senado un documento con sus alegaciones, en contra de la aplicación del artículo 155 de la Constitución. El jueves, tras un retraso de varias horas, el president de la Generalitat descartaba convocar elecciones anticipadas, después de no recibir “garantías” por parte del Estado de que los comicios se celebrarían “con normalidad”. Puigdemont explicó los dos motivos para descartar el adelanto electoral. En primer lugar, dio a entender que el Gobierno aplicaría el 155, aunque convocara elecciones. Asimismo, dijo que no había obtenido el “compromiso” del Gobierno para “parar la represión”, en referencia al encarcelamiento de los líderes de Òmnium y la ANC y el despliegue policial en Catalunya. “El 155 –dijo– es una aplicación fuera de la ley, abusiva e injusta, que busca erradicar no solo al independentismo sino a toda la tradición del catalanismo. No acepto estas medidas” y recalcó que había ofrecido “sacrificios” para lograr el diálogo. “Pero, una vez más, comprobamos que la responsabilidad sólo se nos exigen a una de las partes”. Consideró que las medidas del 155 “se esconden casi sin disimular la intención vengativa de un Estado que se vio derrotado el 1 de octubre”. “A otros –concluyó Puigdemont en referencia al Gobierno– se les permite su absoluta irresponsabilidad. Es la lógica de una política hecho a base de clamores como el 'a por ellos', en vez de una basada en el 'con ellos' ”.

Saenz de Santamaría, Catalá y Zoido, en el Senado.

Sáenz de Santamaría aseguraba, en la misma tarde del jueves, que “los independentistas han dejado muy claro que no han estado dispuestos a dialogar”, lo que demostraban negándose a participar en todos los foros a los que habían sido convocados, y negando el diálogo en el propio Parlament. La vicepresidenta  recordó que los representantes de la Generalitat se habían negado “de forma contumaz” a participar en la conferencia de presidentes autonómicos, en la definición del nuevo modelo de financiación, y que no quisieron explicarse en el Congreso. El Gobierno se negó a aceptar la enmienda del PSOE que pedía paralizar el 155 en caso de que hubiese una convocatoria electoral. “El 155 no se interrumpe por unas elecciones si no hay vuelta a la legalidad”, insistieron fuentes gubernamentales. “Una vuelta a la legalidad es una vuelta a la legalidad –añadieron estas fuentes–. Y Puigdemont sabe lo que tiene que hacer para volver a ella”. 

      Con 70 votos a favor, de un total de 135 diputados, el Parlament proclamó la independencia de Cataluña.

El viernes, hubo negociaciones “in extremis” en el Senado para darle “la última oportunidad” a Puigdemont. Los socialistas querían que se incluyese, en el texto que aprobaría la Cámara Alta, la posibilidad de suspender las medidas, si la Generalitat convocase elecciones. Finalmente, las conversaciones no cuajaron y esta propuesta no pasó el primer trámite. Sin embargo, sí dejaron margen para negociarlo hasta que se pronunciase el Pleno. El presidente, Mariano Rajoy, con un ojo puesto en el Parlament de Catalunya, defendió las medidas que trazó su Gobierno ante el Pleno del Senado. Mientras tanto, en el Parlament catalán, se consumía el cisma, a punto de proclamar la República Catalana. Se llamó una vez más al diálogo al Estado español, se pidió a la comunidad internacional que velase por los derechos civiles de los catalanes y, al fin, se aprobó la República catalana El Parlament aprobó la Declaración Unilateral de Independencia con 70 votos a favor, 10 en contra y dos en blanco. En total, sólo votaron 82 de los 135 diputados, habiéndose ausentado 53, pertenecientes al PP, Ciudadanos y PSC, así como el diputado no adscrito, Germà Gordó. La presidenta, Carme Forcadell, fue la encargada de leer el documento para constituir “la república catalana como estado independiente y soberano, de derecho, democrático y social”. Sus palabras fueron el preámbulo de la votación, contando únicamente con los representantes de Junts pel Sí, Catalunya Sí que es Pot y la CUP. JxSi y la CUP llamaron a declarar “una república independiente, soberana, democrática y social” y, además, a iniciar el proceso constituyente. Los letrados del Parlament avisaron a Forcadell de que no podía tramitar una declaración anticonstitucional. Poco después, en Madrid, el Senado respondía oficialmente con la aprobación de la aplicación del artículo 155 de la Constitución. La votación se produjo una vez que el Parlament ya había aprobado la declaración de independencia. Fueron 214 votos a favor, 47 en contra y una abstención. Se ausentaron del Pleno durante la votación los senadores socialistas José Montilla y Xisco Antich, expresidentes respectivamente de Catalunya y de Baleares.  Minutos después de la proclamación de la independencia en el Parlament, Mariano Rajoy declaraba que lo sucedido en el Parlament “es un acto delictivo” y “se tomarán las decisiones que correspondan para recuperar la legalidad”. En un tuit firmado por el mismo presidente del Gobierno, pedía tranquilidad a todos los españoles y aseguraba que “el Estado de Derecho restaurará la legalidad en Cataluña”.


Una vez anunciado el resultado del Parlament catalá, se entonaron gritos como “Visca Catalunya” y “Ja som independents”, entre caras sonrientes, llantos de alegría y abrazos. La votación de los parlamentarios fue seguida desde el exterior en tres pantallas gigantes, siendo recibida con gritos a favor y en contra. Las mayores ovaciones se las llevaron Puigdemont, Junqueras, Romeva, Rovira y Gabriel. Alguien había apretado, al fin, el botón rojo. 

Explosión de júbilo en los alrededores del Parlament, tras la votación.

Tras la declaración de independencia, muy pronto llega los gestos adversos. El IBEX 35 se desploma un 1,9 %. El selectivo español se coloca a esa hora en 10.151,70 puntos, tras caer un 1,90%, 184,70 menos que el día anterior, aunque llega a colocarse en 10.136,90 enteros en el momento en que los diputados catalanes conocen el resultado de la votación. La prima de riesgo se eleva diez puntos, hasta los 120, minutos después de que el Parlament declarase unilateralmente la independencia, escalando casi diez enteros desde la apertura de la jornada. Horas más tarde, Rajoy firma el cese de Carlos  Puirdemont y delega en la vicepresidenta, Sáenz de Santamaría, las funciones y competencias del presidente de la Generalitat. A las cuatro de la madrugada del sábado, en una orden ministerial en el BOE, Rajoy pone en marcha los cinco decretos anunciados: cese de Puigdemont, cese del resto del Govern, cierre de embajadas, convocatoria de elecciones y el traslado de las competencias de las consellerias a los ministerios. Y Juan Ignacio Zoido, como nuevo responsable de la conselleria de Interior de la Generalitat de Cataluña, cesa a Josep Lluís Trapero, mayoral de los Mossos d’Esquadra.


El independentismo actual tiene más que ver con el rechazo al sistema político español que con el nacionalismo catalán. Así lo explica Guillem Martínez en una serie de crónicas en ctxt. “La situación –escribe Martínez– ha reactivado un ‘españolismo’ que no habíamos visto en décadas: ni durante la crisis económica (al revés de lo que está pasando en toda Europa), ni tras el atentado del 11-M de 2004 en los trenes (al revés de lo que pasó en Estados Unidos con el 11-S de 2001). Ni siquiera en un momento de máxima tensión, como fue el secuestro del concejal del Partido Popular Miguel Ángel Blanco por ETA, se dejó a los fascistas incorporarse a la manifestación de protesta en Madrid (tengo ese recuerdo muy vivo). Ahora, la fachada de mi casa, y de toda la ciudad de Madrid, está repleta de banderas españolas. Es para inquietarse. Aunque que no crea que esas banderas signifiquen exactamente un fortalecimiento del nacionalismo español clásico. Me explico: este repunte españolista no tiene ningún contenido o proyecto, se basa sólo en la exigencia al Gobierno de ‘mano dura’ (en lugar de mano izquierda o ‘diálogo’) y en la emoción compartida por ‘La roja’ (la selección española de fútbol, cuyos éxitos en los últimos años se deben por cierto al Barça de... ¡Guardiola!). Lo que quiero decir es que la bandera española codifica hoy malestares muy contemporáneos: el miedo a la vida en crisis y el deseo reactivo de orden y estabilidad. Ese es el contenido efectivo y sustancial del españolismo actual. No encontrarás por ningún lado los elementos religiosos, guerreros o heroicos del nacionalismo español clásico. El miedo y el reclamo de orden y seguridad es lo que se expresa en tantas banderas, no la nostalgia de una España imperial o algo por el estilo”.  

Catalanizar el reino de España.

Con el título “Catalanizar el Reino de España”, Pablo Mayoral Rueda escribe en LQSomos: “El Parlamento de Cataluña aprobó en junio de este año, por unanimidad, anular las sentencias políticas del régimen franquista, declarar ‘ilegales’ los tribunales franquistas que actuaron desde 1938 a 1978, y hacer un registro oficial de los casi 64.000 procesos que tuvieron lugar en Catalunya durante esos 40 años… En 2016, el PP consiguió apenas 460.000 votos (13%) mientras que, en Madrid, obtenía el triple de apoyos, 1.316.000 votos (38%). En Cataluña, el PP es casi marginal, y si no fuera por el apoyo que le prestan los grandes medios de comunicación estaría fuera del mapa. El PP, en Cataluña tiene un sólo alcalde y apenas 215 concejales. C´s no tiene ningún alcalde y sólo 175 concejales, mientras ICV-EUiA-Entessa tienen 21 alcaldes (entre ellas la alcaldía de Barcelona) y 370 concejales. Y la CUP-PA cuenta con 19 alcaldes y 382 concejales. Ahora, esa minoría de derechas quiere desalojar por la fuerza a los representantes del pueblo de Cataluña democráticamente elegidos y tomar el poder. Un partido con un solo alcalde en toda Cataluña, quiere gobernarla. This is Spain (…) En 2014, el Parlamento catalán pidió formalmente al Congreso de Diputados del Estado español la convocatoria de un referéndum. La propuesta fue rechazada. Sólo 47 diputados votaron a favor. Los millones de catalanes que lo llevaban exigiendo en las calles y las instituciones desde hace años, fueron ignorados. Por ley, esos millones de ciudadanos no existen y, por lo tanto, no hay que responderles ni dialogar nada con ellos. El Estado español, siguiendo una tradición consolidada, hace política a estacazos. No sabe otra cosa. Además, constitucionalmente, tiene el monopolio de la estaca… Todo encaja. En Cataluña, los partidos políticos están cumpliendo el programa con el que se presentaron a las elecciones, y han dado voz al pueblo para que decida sobre su futuro directamente. ¿En qué otra parte de España la gente habría sido capaz de crear una red logística perfectamente organizada con la que, arriesgando cárcel y desafiando la ‘inteligencia’ del Estado, consiguiera que las urnas estuvieran listas a la hora en punto en todos los colegios electorales? ¿En qué otra parte de España la gente habría esperado toda una noche para proteger y mantener abiertos esos colegios? ¿En qué otra parte de España voluntarios severamente amenazados desde el gobierno central se hubieran arriesgado a cometer el ‘delito’ de componer las mesas electorales? ¿En qué otra parte de España habría hecho colas de horas bajo la lluvia y resistido pacíficamente las agresiones policiales para poder votar?  (…) El pueblo catalán quiere ser dueño de sí mismo. A la mayoría del pueblo español no le importa no ser dueño de sí mismo, pero sí quiere furiosamente ser dueño de Cataluña. Psicopatología social”.

23 de abril, día de San Jordi y el Día Internacional del Libro.

“En Cataluña –prosigue Pablo Mayoral–, se han aprobado bastantes leyes muy progresistas, que sistemáticamente han sido rechazadas por los gobiernos del PP y tumbadas por su Tribunal Constitucional. El Tribunal Constitucional suspendió una ley ‘catalana’ que impedía a las empresas energéticas cortar el suministro eléctrico a las familias pobres durante el invierno. Lo mismo ha ido ocurriendo con otras regulaciones ‘catalanas’ sobre desahucios, la igualdad de género, el fracking, etcétera Sin ánimo de ser exhaustivo no estaría de más que muchos de los que hoy se llenan la boca con las bondades de ‘ser español’ se dieran una vuelta por todos los rincones de Catalunya, y conocieran de primera mano el funcionamiento de una sociedad, abierta, organizada y participativa, rica en capital humano y cultural, preocupada por resolver los problemas que nos acarrea a todos el capitalismo salvaje de las grandes multinacionales. Hay iniciativas que surgieron en Cataluña y han sido acogidas de forma natural en el resto del Estado español, incluso en otros países. Como la tradición catalana de regalar un libro y una rosa el 23 de abril, día de San Jordi y el Día Internacional del Libro, declarado por la UNESCO, en 1955 (…) La sociedad catalana es multicultural. Es cierto que conservan muchas tradiciones propias y las desarrollan permanentemente como “els Castells”, pero también es verdad que otras raíces culturales se desarrollan con plenitud, por ejemplo la “rumba catalana”, una muestra viva de que la sociedad catalana es capaz de abrir camino a las otras culturas de las personas que han decidido ir a trabajar y vivir a Cataluña, país en el que se prohibió la tortura y muerte de los toros en las salvajes corridas. Catalunya es uno de los sitios en que la bandera roja y gualda de los sublevados franquistas contra la República se ve como tal bandera de franquistas, y, en sus tierras es llevada casi exclusivamente por franquistas… que haberlos haylos. Pero ni una vez, en cualquier calle de Cataluña, alguien ha sido agredido por llevar esa bandera. …Lo visto en los últimos años meses, semanas y días en Catalunya refleja una sociedad, valiente y decidida, con conciencia de sí misma, con capacidad de acuerdo, que se ha ganado a pulso su derecho a la autodeterminación. A los demás sólo nos queda escuchar, aprender y ayudarles a hacer posible lo que han elegido…”.

                  Pedro Sánchez y José Luis Rodríguez Zapatero, saludando a los reyes en la recepción del pasado 12 de octubre en el Palacio Real.

Ruth Toledano escribía el pasado domingo “Los socialistas y el Rey”, artículo publicado en Eldiario.es: “El rey le ha hecho el trabajito a Rajoy. Pero no estaba solo. En la recepción del pasado 12 de octubre en el Palacio Real para celebrar el genocidio español en América, la sumisión de la nutrida delegación socialista produjo una auténtica vergüenza ajena y auguró lo por venir. El PSOE daba su consentimiento al golpe de Estado legalista ofrecido por el Partido Popular en Catalunya; daba su consentimiento a la suspensión de su autonomía impuesta por el Gobierno de Rajoy que pretende asumir todas las competencias en un territorio donde su propia representación política es residual, incluyendo la intervención de sus medios de comunicación públicos, humillando así a de todo el pueblo catalán, independentista o no. Y lo más bochornoso de los socialistas de Pedro Sánchez es que ni siquiera habrían tenido que hacerlo, que habrían podido lavarse las manos que esperemos no acaben manchadas con lo peor. Con su mayoría absoluta en el Senado, el PP no necesitaba de su apoyo para poner en marcha su maquinaria de fuerza. El PSOE no actuaba así por necesidad, sino por vicio. Y que en el pecado lleva la penitencia. ¿Perdonará el electorado socialista esta nueva traición? ¿Olvidarán las bases socialistas las mentiras que alzaron a Sánchez con la secretaría general? ¿Pasarán por alto que su partido se haya arrimado cobardemente al matonismo del PP y Ciudadanos? ¿Se tragarán el baboseo palaciego? Visto lo visto, es posible que sí. En 2011, un viernes por la tarde de pleno mes de agosto, el entonces presidente Zapatero, también mano a mano con Rajoy, modificó el artículo 135 de la sacrosanta Constitución española, vendiendo a bancos y acreedores el futuro de la ciudadanía. Una traición imperdonable. Parecía que no se podía caer más bajo, pero el fondo de la deslealtad es infinito. Tratan de cubrirse las espaldas con el escudo de la Constitución, pero el apoyo a la aplicación del artículo 155 deja con el culo al aire su dignidad política. Si empecé diciendo que lo considero una buena noticia es porque confío en que sus vicios pasen factura al PSOE y pierda la inmerecida confianza de su electorado. Porque hace falta, lo vemos ahora más que nunca, una izquierda real y una ciudadanía movilizada, que combatan el avance dictatorial de la derecha y haga tambalearse, de una vez por todas, ese trono que se le ha alineado”.

Concejales de ERC y la CUP del Ayuntamiento de Gerona exhibieron fotos del Rey boca abajo.

El 10 de julio pasado, el Ayuntamiento de Girona rechazaba declarar al rey, Felipe VI, persona non grata. Fue gracias a los votos del equipo de gobierno, formado por el PSC y CiU, el actual PDeCAT. En esta ocasión, la ERC, socio de los convergentes en la Generalitat, presentaba la moción en el pleno del lunes. Sólo los cuatro concejales de la CUP en el consistorio apoyaron la iniciativa de los republicanos. Y la escenificaron con fotos del Rey boca abajo. Los argumentos de CiU se centraron en calificar la moción de “error político” por el momento en que se producía, “a las puertas del referéndum”. El texto, aseguraba el portavoz del partido, Carles Ribas, es propio de los “años 90”. Desde ERC opinaron que, precisamente en pleno procés, era el momento idóneo. “Nos habría gustado que el Rey de España se hubiera mostrado tan neutral acerca del referéndum como la monarca británica sobre la consulta escocesa”. El PSC consideró que la moción de ERC fomentaba el “odio y el desprestigio”: “Somos republicanos sin la necesidad de atacar a nadie”. Y se abstuvo.

El Ayuntamiento de Gerona declaró al Rey Felipe VI “persona non grata”.

Más de tres meses más tarde, concretamente,  miércoles de la semana pasada, el mismo pleno del Ayuntamiento de Girona declaraba al rey Felipe VI y al delegado del gobierno español en Cataluña, Enric Millo, “personas non gratas”, y expresaba su rechazo a la aplicación del artículo 155. El consistorio también aprobó, entre cuatro mociones, pedir la liberación de los presidentes de la ANC y Òmnium Cultural, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart y condenar la “represión policial” del 1-O. El PSC se abstuvo en la votación sobre el Rey, pero votó a favor del resto de iniciativas, junto a CiU, ERC y la CUP. Las cuatro mociones se debatieron en bloque, aunque se votaron por separado. El concejal de la CUP, Lluc Salellas, criticó la “represión descarnada y totalitaria” por parte del Estado y la figura de su delegado en Catalunya, el gerundense Enric Millo, declarado 'non grato' por “haber enviado centenares de policías” contra las personas que “defendían las urnas y la democracia”. Según Salellas, la aplicación del 155 supondrá que “Catalunya esté sometida a los poderes del imperio” y les devolvía décadas atrás “hasta el año 1975 o, más todavía, hasta 1955”. En este punto, el concejal de la CUP pidió a los socialistas “no avalar, también con hechos, su aplicación”. La portavoz de ERC, Maria Mercè Roca, recordó que quien utiliza la fuerza y la violencia ya ha perdido, en referencia a la postura del Estado, y resaltó “la dignidad de los catalanes”, que los hace “libres” y los aleja “de un régimen que miente, que manipula y que quiere aniquilar Catalunya”. La portavoz republicana también criticó el papel del rey, Felipe VI, por haber lanzado a los catalanes “al pie de los caballos” en vez de protegerlos. En Breda, situado en la misma provincia de Gerona, en febrero del año pasado, el Ayuntamiento se tomaba la decisión de que Felipe VI y cualquier otra persona relacionada con la monarquía no serín bien recibidos a partir de ese momento. La razón oficial, que se daba desde el propio Ayuntamiento, es que Felipe VI representaba a un Estado que impedía el libre ejercicio del derecho a decidir del pueblo de Cataluña. Obviamente, esto tendría que ver con el deseo de realizar la consulta sobre la independencia del territorio. Felipe VI ya se había negado a recibir en audiencia pública a la presidenta del Parlamento catalán, Carmen Focadella en el momento en el que debían comunicarle quién había sido seleccionado como nuevo presidente de la Generalitat que, en este caso, sería Carles Puigdemont. El Rey respondió a esta petición pidiendo que se le comunicara la decisión por escrito, eliminando cualquier posibilidad de realizar ese acercamiento en persona.

Manifiesto contra la DUI
Un grupo de personas, compuesto por profesionales, políticos y activistas de izquierdas de Cataluña y de España, publicaban el pasado jueves en 'El Periódico' el manifiesto “Retirar la Declaración Unilateral de Independencia. Convocar elecciones”. Impulsado por los promotores de los manifiestos “1-O Estafa Antidemocrática” y “DUI Imposición Antidemocrática”, que fueron respaldados por más de 5.000 firmantes desde diferentes sensibilidades de la izquierda, el manifiesto pedía “la retirada de todos los actos, leyes y declaraciones que puedan conducir a una DUI, que la mayoría rechaza” porque “solo así podrá conseguirse una solución basada en un amplio consenso, en el diálogo y el entendimiento”. Asimismo, exigían al Govern “la celebración de elecciones en Cataluña” en un tiempo prudencial y en la forma adecuada, “con plenas garantías democráticas y en donde participen de común acuerdo todas las opciones y sensibilidades políticas”. Y, por último, “una legislatura de reflexión sosegada, de debate e intercambio, en la que todas las alternativas se expongan y se conozcan en igualdad de condiciones”. El texto contaba con el respaldo de personalidades como los escritores Juan Marsé, Luis Goytisolo y Javier Marías, el miembro de la RAE, Francisco Rico, la Creu de Sant Jordi, Antonina Rodrigo, la directora Isabel Coixet, el exfiscal Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, el dibujante Nazario o el director José Luis Guerín, entre otros, y con figuras como el Premio Nacional de Poesía, Antonio Hernández, los escritores Juan José Millás, Javier Reverte y Fernando Schwartz, el músico Miguel Ríos, el periodista Miguel Ángel Aguilar, el Premio Nacional Juan de la Cierva, Antonio Hernando, el economista Juan Torres o el excoordinador federal de IU, Cayo Lara. El manifiesto también denunciaba “falsedades”, con un rotundo “No es cierto...”: que Puigdemont representase a un pueblo catalán monolítico, que defendiese  la democracia, y que la DUI beneficiase al pueblo trabajador. Por ello, denunciaba que “no es cierto que el 1-O legitime a Puigdemont y su Govern para ejecutar una DUI”, y para argumentarlo se presentaban los “dudosos resultados oficiales” del 1-O, según los cuales “el 60% de los ciudadanos llamados a las urnas no participaron”. Por último, denunciaban “la actuación del Gobierno de Rajoy, que solo ha logrado enconar los ánimos”.

José Corbacho y Jordi Évole.

“Me sobran tantas cosas”, publicaba José Corbacho el 8 de octubre. “A un día histórico, le sucede otro que lo es más. A un mal discurso, otro peor. A una manifestación, la siguiente. Y a mí, me siguen sobrando cosas. Me sobran los que cantan ‘A por ellos’. Y los que llaman fascista a Serrat. Me sobran los que cantan el ‘Cara al Sol’, sobre todo los jóvenes ignorantes porque me consuelo pensando que los viejos que lo hacen, por ley de vida, morirán pronto. Me sobran ex políticos pirómanos como Aznar, Guerra o González y sus declaraciones incendiarias. Me sobran políticos en activo. Obviamente los corruptos, de los que nos hemos olvidado, pero también los que sobreactúan y pretenden imponer su discurso a cualquier precio. Me sobran ‘rufianismos’ y ‘hernandismos’. Me sobra la justicia arbitraria que no es justa y me sobran los fiscales y jueces que la practican. Me sobran independentistas con demasiada prisa. Me sobran unionistas que desunen. Me sobra la DUI y el 155. Me sobran patriotas. Y me sobran sus banderas. Todas, sobre todo las de épocas pasadas. Me sobra la violencia. Siempre. Me sobran policías que se exceden en su trabajo y que cantan que ‘los dejen actuar’. Me sobran medios de comunicación que informan opinando y opinan desinformando. Pero también me sobran los que insultan e increpan a policías y reporteros que hacen su trabajo. Y me sobra, mucho, que mezclemos a los niños en esto y no seamos capaces de dejarlos de lado. Tal vez porque mi padre siempre antepuso mi seguridad a sus ideales cuando corría delante de los ‘grises’ Me sobra todo esto y más que me dejo. Demasiadas cosas, lo sé. Igual soy al único al que le sobra tanto. Igual el que sobro soy yo. Pero es que no puedo con tanta intransigencia, tanto odio y tanto amargado. Me sobran porque son tóxicos para la convivencia. Y nunca se equivocan. Y nunca piden perdón. Me falta más gente que lo pida, como los que lo han hecho en los últimos días. Y me falta gente que ceda. Creo que ese es el único camino hacia un diálogo. El que sea. Me sobran muchos, lo sé. Pero como tengo que convivir con ellos, seguiré intentando convencerles de que están equivocados. Y sobre todo seguiré esforzándome día a día para que mi hijo no sea nunca uno de ellos”.


Por su parte, Jordi Évole redactaba una carta en El Periódico con todo lo que quiere, y, en ella, incluía frases como: “Quiero dejar de etiquetar y de que me etiqueten. Quiero que no me llamen unionista por no ser independentista. Quiero volver a creer que no han fracturado la sociedad catalana. Quiero que nacer en un sitio sea una casualidad y no te dé derecho a ser más que nadie”.


Alberto San Juan escribe un acertado artículo en ctxt: “El Estado contra el 15M” en el que destaca: “Reducir lo que pasa en Cataluña al nacionalismo clásico y al carácter turbio de la antigua Convergencia es aceptar el mensaje con el que masivamente estamos siendo cebados desde hace meses por los grandes grupos de comunicación”. Y termina con estas ideas: “En una Cataluña independiente habría una relación de fuerzas que ampliarían la posibilidad de cambio. Una reflexión muy triste, para mí: si en España nos quedamos sin las fuerzas progresistas catalanas, todo va a ser mucho más difícil. Pero una reflexión que puedo entender. Hay, además, gente que sale a la calle (con el esfuerzo que eso supone, frente a la pereza y el miedo) y no quiere una Cataluña independiente. Quiere una España democrática. Y, por tanto, una Cataluña donde se pueda decidir. Libremente. Sin peligro de que te rompan la cara. El derecho a decidir no es un concepto vacío, no es un hallazgo lingüístico, es la condición necesaria para ser ciudadano, para ser adulto. Para ser. Si quienes creemos en una democracia basada en el poder de unos con otros (y no en el poder de unos sobre otros) no hacemos un esfuerzo por entender que en Cataluña también está sucediendo un movimiento popular en defensa de la democracia, estaremos contribuyendo a la posibilidad clara de un retroceso democrático profundo y largo en el tiempo. Brecht escribió un famoso poema al respecto.

       Rajoy y Puigdemont se enrocaron en sus posiciones y cerraron el paso al diálogo

Juan Tortosa escribe en Público “Plantar cara al PP”: “Seduce el punto rebelde de la asonada catalana, esa determinación para hacer partícipe de sus convicciones al mundo entero, esa habilidad para colocar sus mensajes, unos con más verdades que otros, esa probada eficacia a la hora de organizar movilizaciones. Pero no consiguen, y bien que lo intentan, hacer olvidar que Puigdemont y compañía son los herederos del partido del tres por ciento con un patriarca jefe, ahora desparecido en combate, cabecilla de una trama corrupta familiar cuyo hijo mayor lleva ya un tiempo durmiendo en la cárcel. La derecha corrupta catalana ha desafiado a la derecha corrupta del resto de España, robándole de paso la cartera a una izquierda nacida tras el 15M que se dispersa en sus propios desencuentros y otra antigua izquierda, la socialista, que sobrevive desde hace tiempo a base de manotazos desesperados para no acabar ahogándose del todo. La derecha corrupta catalana le ha plantado cara al PP y con ello ha conseguido algo que era obligación de la izquierda española haber demostrado. Ha puesto en evidencia la verdadera cara de Rajoy, su partido y su gobierno. Ha logrado que por fin actúen como corresponde al ADN del espíritu fundacional del Partido Popular. Los seis años de gobierno PP cierran ahora un ciclo de atropello a las libertades y a infinidad de derechos sociales y laborales para entrar, a partir de la aplicación del artículo 155 de la Constitución, en una dura etapa de tintes totalitarios, ya sin disimulo alguno, en la que comienzan con Catalunya, y que podría continuar en otras autonomías… Moncloa y Zarzuela se han embarcado en una apuesta de incierto desenlace. Podíamos haberle presentado a Europa la imagen de un país dialogante que sabe resolver civilizadamente sus discrepancias y sin embargo estamos ofreciendo la versión triste de una comunidad de vecinos cutre que es capaz de liarse a palos por el importe de la derrama. Olvidan Rajoy y el rey que a Bruselas le da igual que seamos una monarquía o una república: lo que quieren es que no les toquemos las narices con una pelea que amenace la estabilidad del proyecto europeo”.

 Puigdemont y Rajoy apuestan cada uno por lo suyo, sin siquiera mirarse a los ojos. 

Gumersindo Lafuente titula en Eldiario.es una triste realidad: “Rajoy y Puigdemont, dos hombres (torpes) jugando con nuestro destino”. Y asegura: “A Rajoy, Sáenz de Santamaría, Montoro, Zoido, Dastis, Catalá y Maza, su instrumento en la Fiscalía, les da igual. Pasan del Congreso, pasan de los ciudadanos, pasan de la democracia. Tampoco están sobrados de decencia Puigdemont, su Govern y los partidos que les sostienen. En una insensata carrera contra la realidad, bien organizada, sí, pero profundamente excluyente y antidemocrática, han olvidado las matemáticas electorales, han ninguneado al Parlament y han tomado una ruta, empujados por los más radicales, que solo puede conducir a una declaración unilateral de independencia (DUI)… Dos hombres torpes, sí, Rajoy y Puigdemont, Puigdemont y Rajoy, que llevan meses jugando con nosotros con las cartas marcadas. Uno, el presidente, sabiendo que, en última instancia, iba a arrastrar al PSOE a su terreno, ese 155 que, estando ya en marcha, es aún una incógnita en su profundidad y, sobre todo, en cómo se va a ejecutar. Otro, el president, abusando de un sentimiento, de una historia, de una cultura y unas aspiraciones legítimas, pero que no cuentan con la mayoría suficiente para ser impuestas a todos los catalanes. Dos hombres torpes y unas circunstancias en las que en ambos casos, por encima del interés general, se han impuesto estrategias particulares (…) La suma de dos torpes con tanto poder solo podía llevarnos al desastre. Y en el desastre estamos, o al menos muy cerca de él. En medio, los trabajadores, los pensionistas, los estudiantes, los parados, las empresas, la sociedad toda de Catalunya y del resto de España que sufre ya y sufrirá más aún en el futuro los efectos de esta insensatez, de esta innecesaria crisis, de esta irresponsable situación que, no nos engañemos, no se va a resolver con imposiciones. La fuerza solo complicará más las cosas. Puede que apague momentáneamente las llamas, pero de los rescoldos volverá a surgir el fuego, con más apoyos y con más violencia”.

      Los letrados del Parlament ven 'aberrantes' las medidas previstas con el art.155.

Los letrados del Parlament consideran que la aplicación del artículo 155 y sus consecuencias sobre la Cámara catalana suponen la anulación “de forma aberrante” del sistema parlamentario. “Un Parlament sin capacidad de crear, mantener, controlar y cesar al Govern es una medida exorbitante que no tiene ningún sentido en términos jurídicos”, sostienen en un informe elaborado. Las medidas recogidas en el acuerdo del Consejo de Ministros el pasado viernes para implementar el 155 chocan, “de forma totalmente irreconciliable”, con el Estatut de Catalunya y la Constitución. Detallan que va en contra del artículo 152 de la Carta Magna, que regula la organización “básica” del autogobierno de las comunidades autónomas, que debe basarse en una asamblea legislativa elegida por sufragio universal y un Govern escogido por dicha asamblea. El acuerdo del Consejo de Ministros prevé que el Parlament no pueda investir ningún presidente de la Generalitat durante un plazo máximo de seis meses y que no se puedan crear comisiones de investigación en las que deban comparecer los responsables de ejecutar las medidas que se aprueban este viernes en el Senado. “Afirmar, como hace el Acuerdo del Consejo de Ministros, que se está manteniendo la función representativa del Parlament”, prosiguen los letrados en su informe, “implica, además, la suspensión para los diputados del Parlament y para los ciudadanos de Catalunya del derecho a participación política del artículo 23 de la Constitución Española”.

      Rajoyu justificó su decisión al considerar que es “urgente devolver la voz a los ciudadanos catalanes para que decidan su futuro”.

Horas más tarde, Rajoy cesa al Govern, disuelve el Parlament y convoca elecciones para el 21 de diciembre. Entre las medidas, también incluye la extinción del Consell de Transición Nacional, del patronato de Diplocat y de todas las delegaciones catalanas en el extranjero, excepto la de Bruselas. “Voy a leer una declaración, además de algunas impresiones, los acuerdos que hemos adoptado”, declara Mariano Rajoy, tras la reunión del Consejo de Ministros y la declaración de independencia del Govern catalán. “Los españoles estamos viviendo una jornada triste en la que la sinrazón se ha impuesto a ley. Despreciando el interés general y sin reparar en las circunstancias ni inquietarse por el daño que se pueda causar”. El presidente del Gobierno acuerda en Consejo de Ministros plantear la nulidad de las resoluciones aprobadas por el Parlament de Catalunya mediante un recurso ante el Tribunal Constitucional. Asimismo, anuncia el cese del president, Carles Puigdemont, del vicepresident, Oriol Junqueras, de los consellers del Govern,  los delegados de la Generalitat e incluso del director de los Mossos d'Esquadra, Pere Soler. El presidente del Gobierno asegura que la suerte de medidas activadas tiene por objeto impedir que “puedan seguir dando pasos en su escalada de desobediencia” y que el fin último es “restituir un autogobierno”.


Otras fotomontajes del momento:




La actualidad de Catalunya no sólo trastoca la vida de Ferreras, que permanece encerrado en el plató de Al Rojo Vivo, pendiente de cualquier noticia que pueda cambiar el rumbo del procés. La programación de La Sexta se vuelca de lleno en la información de Catalunya, dejando de lado la actualidad deportiva del viernes. Algo que Pedrerol no parece aceptar del todo. El periodista catalán no duda en señalar a Puigdemont como principal culpable de la cancelación de su programa, publicando en Twitter una foto del President junto al texto: “Hoy no hay Jugones por tu culpa”.



Puigdemont, camino del desierto. 


¿Qué significa esto? Se lo está pensando. @MeoNapalm


Marichalar, primer preso político dela República independiente de Catalunya. “Marichalar Askatu! Stop presos políticos!”: cachondeo en Twitter tras la detención del excuñado de la infanta Elena. 


“Ya le gustaría a TV3 ejercer la televisión de la manera que lo está haciendo TVE”. Esto sentencia Fernando Martínez-Maillo en una entrevista al Huffington Post, en la que el coordinador general del Partido Popular  niega que, en dicho medio, se manipule información.


La portavoz nacional de Ciudadanos y líder de la oposición en Catalunya, Inés Arrimadas: “Cómo que no voy a ser reina de Cataluña, hijo de puta…”


Tres agentes cortan su paso a cuatro individuos que llevan esta pancarta de la fotografía delante de El Corte Inglés de Palma de Mallorca. Se les comunica que el motivo de su identificación es no haber comunicado previamente su marcha a Delegación de Gobierno. Acto seguido, los sospechosos solicitan a los agentes que se identificasen como tales. Otro dispositivo de agentes acude al lugar, llevándose  a uno de los sospechosos a comisaría por no llevar la identificación encima. Se trata de Tomeu Quetglas, el cantautor mallorquín quien, poco después es liberado.

 Viva España, Coño. Esto ya no lo arregla ni las banderas en los balcones. @respetocanas
 Ha quedado un país muy loquillo.


El humor de esta semana: El Roto, Forges, Peridis, Manel F, Malagón, Vergara, Pat, La Boca del Logo, Pat, Kap, Pedripol...





















Pep Roig, desde Mallorca: A la orden, Vuelo acrobático, Tira de la cuerda, Me dan miedo las banderas, Inútiles antagónicos, Las orejas del lobo, Racaracaracaraca…








Los vídeos de esta semana:

Mariano Rajoy (Queco Novell) parla de com Televisió de Catalunya adoctrina els nens i nenes catalans. Polònia - TV3 adoctrina .
Carles Puigdemont (Queco Novell) reuneix a part del govern i membres de la CUP per decidir què faran amb la declaració d'independència. Polònia - A punt per a la DUI Polònia - L'últim monòleg de Puigdemont El pasado miércoles, pleno del Ayuntamiento de Girona declaró al rey Felipe VI y al delegado del gobierno español en Catalunya, Enric Millo, persones 'non grates' en la ciudad y mostró un rechazo mayoritario a la aplicación del artículo. El conflicto político entre Catalunya y España, agravado con el referéndum, se hizo patente en el consistorio, en donde se debatió en bloque en cuatro mociones. Lluc Salellas (CUP): "Un borbó que no va tenir la dignitat de referir-se a les persones ferides"

1 comentario:

Aa dijo...

Vaya tostón nacionalista, entiendo que con Tabarnia debe tener un disgusto tremendo. Todo el victimismo y el derecho a decidir se desploma cuando lo piden desde la "nueva república" proyectada al estilo de una, grande y libre