“La broma de mal gusto de España en el Consejo de DDHH”.
Haz LO QUE ‘YO DIGO’ No lo que
‘YO HAGO’: La ONU y su Consejo de Derechos Humanos.
David Bollero escribía el lunes
pasado en Público, bajo el título ‘Posos de anarquía’: “La broma de mal gusto
de España en el Consejo de DDHH”. España era la elegida ese día miembro del
Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas para el período 2018-2020. Su
consejo contaba con 47 miembros y acababan de adjudicarse 15 plazas entre las
que se encontraba la candidatura de nuestro país. Para el grupo ‘Europa
Occidental y otros’ únicamente había dos plazas –España y Australia-, después
de que Francia se retirara, al decidir retrasar su ingreso al período
2021-2023. La campaña de España, que ya estuvo en este consejo en 2010-2013,
se centró en Derechos Humanos iguales
para todos, Democracia y Estado de Derecho, Desarrollo Sostenible y Diálogo,
Cooperación y Eficacia.
“¿Por qué Francia retiró su
candidatura? –se pregunta Bollero–.
Negociación. España y el país galo han llegado a un acuerdo bilateral al
estilo de ‘hoy por ti, mañana por mí’, puesto que si Francia apoya en esta
votación a nuestro país, éste hará lo propio con nuestros vecinos para
2021-2023… El Comité de DDHH de Naciones Unidas ya ha instado al Gobierno de
España, en más de una ocasión, que derogue la Ley de Amnistía de 1977. En
especial el Partido Popular (PP), no ha hecho más que poner trabas a las
investigaciones y enjuiciamientos de los
responsables de los crímenes del franquismo. En esta misma línea, el hecho de
que archivos militares sin ninguna trascendencia a nivel de seguridad del
Estado continúen clasificados no contribuye a hacer justicia.
“Otro de los puntos negros sobre
los que la ONU puso su punto de mira fue la Ley de Seguridad Ciudadana,
comúnmente conocida como Ley Mordaza. Al organismo internacional le inquieta la
violación que puede producirse a derechos tan esenciales como la libertad de
expresión, de asociación y de reunión pacífica. Una de las mayores críticas a
esta ley por parte de la ONU fue su redacción, premeditadamente ambigua para
abrir la puerta a todo tipo de abusos. El hecho, además, de que se haya
indultado a policías que habían sido condenados por tortura –y hablo de esta
misma década– tampoco parece que
contribuya a ofrecer una buena imagen de respeto por los DDHH. En esta línea, el Alto Comisionado para los
DDHH de Naciones Unidas pidió a España que investigara la violencia policial
ejercida durante el referéndum catalán del 1 de octubre Por si esto no fuera
poco, el Gobierno del PP se sacó de la manga, una Ley de Seguridad Privada que, además de
invitar a la privatización de la seguridad, dota a los vigilantes de
competencias que no deberían corresponder más que a los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad del Estado.
“Las devoluciones en caliente,
por las que recientemente el Tribunal de Estrasburgo condenó a España, son otra mancha negra en el
expediente de nuestro país, a lo que es preciso sumar todo lo concerniente a
migraciones y refugiados, desde la carnicería de las concertinas en las vallas
de Ceuta y Melilla, los malos tratos en los CIE, las redadas raciales que
continúan en nuestras calles (…) Podría continuar con violaciones de DDHH que
ha recogido en sus informes, precisamente, quien ahora dará entrada a nuestro
país en su Comité de DDHH. Por este motivo, no sólo es un chiste de mal gusto
leer en la candidatura de España que somos ‘un país profundamente comprometido
con los derechos humanos, tanto en el plano interno como en el de la acción
exterior del Estado’, sino que esta candidatura prospere. Ello delata tanto el
lamentable estado en que se encuentran los DDHH en el mundo, así como la
necesidad urgente, imperiosa, de reforma que precisan unas Naciones Unidas, en
estado comatoso por las luchas intestinas de poder”.
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