¿De qué se ríe, señor Ministro?
Mi amigo Quintín comenzó a
componer canciones a los dieciséis años, cuando murió su padre y sus compañeros
del Liceo Nocturno le regalaron una guitarra. Abandonó su ciudad natal en 1967.
Su carrera artística despegó en julio de ese año, con su participación en el Ier
Encuentro Internacional de la Canción Protesta de Varadero (Cuba). En 1968, se
trasladó a Barcelona, donde actuó en vivo regularmente en todo tipo de locales,
participando en actos de protesta contra el franquismo. Allí aprendió catalán y compuso en esta lengua
algunas de sus canciones y poemas. Grabó varios discos, muy populares en la
época, como “Yo nací en Montevideo” y “Largo abrazo de agua”. Se licenció en
Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Bellaterra. En los
años que siguieron a la transición, los medios dejaron de prestarle atención,
lo que le llevó a constatar con sorna que “Hay cantores de consumo / y hay
cantores consumidos, / y hay otros que se consumen / para poder ser oídos”. No
obstante, siguió actuando en directo y grabando discos y, en los años 90, fundó
el colectivo Centro de Canción para promover a los nuevos cantautores, como
Javier Álvarez y Pedro Guerra y a otros.
Tras su muerte, el 12 de marzo
del 2009, sus compañeros le dedicaron un concierto de homenaje, “Adelante,
Quintín”. Hoy, los versos y notas de esta canción me recuerdan lo que ocurre en
Catalunya.
¿De qué se ríe señor Ministro?
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