Carta de un madrileño profundamente indignado, pidiendo ayuda a los catalanes.
Rajoy y Puigdemont se enrocan en sus posiciones y siguen cerrando el paso al diálogo.
Hoy, día del Pilar, fiesta nacional
de España impuesta desde arriba, quiero recordar un artículo publicado, a
mediados de septiembre pasado, en Catalá Digital. Un poco largo, pero vale la
pena leerlo hasta el final. “Por prudencia (y miedo) –explica el autor de este
artículo–, no voy a revelar mi identidad. Solamente comentar que soy un
madrileño, orgulloso hasta hace poco de mi españolidad, inherente a la
condición de ciudadano de la capital de este país. Lo que escribo a continuación es la espoleta
de una bomba con diez razones de fondo que confirman que mi indignación,
inconscientemente, viene de muy lejos. Me explico: lo que ha colmado el vaso,
ha sido la torticera manipulación que hoy todos los diarios de Madrid, han
realizado referente a unas explosivas declaraciones de Jean Claude Juncker en
Euronews. Soy bilingüe, castellano-inglés, porqué estudié más de 5 años en
Londres y he vivido en el extranjero más de 10. Las declaraciones de Junker no
están escondidas sino colgadas en la web. Tienen miles y miles de retuits y
likes desde innumerables perfiles de Twitter, de Facebook y de Youtube. En
ellas, textualmente y sin ninguna manipulación, respondiendo a una pregunta de
un youtuber, Juncker asegura que ‘la UE reconocería un sí en un referéndum de
independencia en Cataluña’. Pues bien, como decía, toda la prensa de Madrid
esconde en sus portadas y en sus titulares estas declaraciones tan
absolutamente relevantes. Y digo ‘absolutamente relevantes’ por provenir, nada
más y nada menos, del presidente de la Comisión Europea. Ante tal atropello
informativo, tiro del hilo de cómo hemos podido llegar hasta aquí. Estas son
las diez razones, o mejor dicho, las diez grandes mentiras que nos hemos
tragado como un sapo. Ahí van:
1/ Nos han mentido, desde el
Estado, sea del color que sea, respecto el movimiento independentista de
Cataluña, pintándolo como un delirio promovido conscientemente por políticos y
burgueses para tapar la corrupción con la estelada. Mentira. El movimiento
independentista es legítimo porque lo impulsa el pueblo, de manera transversal
y pacífica. Y los políticos catalanes, inteligentes, guían esa fuerza, no la
crean. Por rabia que nos dé.
2/ Nos han mentido diciendo que
la Constitución es la garante de la unidad de España. Si hoy se sometiera a
votación, la Constitución tal como está redactada, más del 85% de la población
de Cataluña la rechazaría de plano. Ni quieren monarquía, ni quieren ‘indisolubilidades’
de nuestra nación. Es mentira que la Constitución goce del apoyo del 93% de la
población catalana: más del 70% de los que la votaron están muertos. Y del 30%
restante, en su momento, en el año 1978, aceptaron un texto bajo la amenaza
militar de una involución que podría habernos llevado de nuevo a la sombra de
una dictadura de terciopelo.
3/ Nos han mentido argumentando
que el Estado ha querido negociar con los catalanes. Ni el PP, ni el PSOE ni
por supuesto Ciudadanos, más marca blanca del PP que nunca, han hecho el más
mínimo gesto para negociar las condiciones de un referéndum pactado. Han dicho
con hueca solemnidad que están dispuestos a hablar de todo menos de un
referéndum que divide (¿?) a los catalanes. Mentira: en tiempos de ETA, el estado
se hinchó a decir que, en ausencia de violencia, se podía hablar de todo. Hace
falta ser ciego y, sobre todo, ciego de sectarismo para no reconocer que el
movimiento separatista que empezó en el 2012 por la revocación por parte del TC
de un estatuto aprobado por el Congreso y refrendado por todos los catalanes,
ha sido lo que se quiera menos violento. Las portadas de Madrid, después de la
diada de hace tres días, sacaban banderas españolas, francesas y europeas
siendo quemadas. Pues bien, señores: yo estaba en Barcelona ese día y, de las
1.000 cosas que me impresionaron y que derrumbaron el 90% de mis prejuicios,
una de ellas, fue el civismo absoluto de la gente. Hablar de pacifismo es poco.
Créanme.
4/ Nos han mentido diciendo que
Cataluña, en el caso de ser independiente, vagaría por la galaxia sideral. Que
sería como Chipre. Que Angola le pasaría la mano por la cara. Una Cataluña
independiente, con industria, innovación a raudales, universidades punteras en
el sur de Europa, con dos escuelas de negocios entre las diez más importantes
del mundo, sería capaz de generar una riqueza mucho mayor que la que obtiene
formando parte de España. Es muy fácil de entender: la renta per cápita y la
tasa de empleo de Cataluña son muy superiores a la media española (que incluye
la catalana). Y si esas dos condiciones se dan, y se le resta el cupo de
“solidaridad” que Cataluña paga a España para favorecer el desarrollo de otras
comunidades que jamás han hecho el más mínimo esfuerzo para desarrollarse (y
seguir siendo subsidiadas), la riqueza de Cataluña en términos del PIB, se
dispararía como un cohete. En este caso como un cohete sideral
5/ Nos han mentido cuando, desde
el Estado, nos han machacado con la idea que Cataluña no es una nación. Que la
única nación es la española. O, según las declaraciones de diferentes miembros
de la casta del Estado y según hayan sido hechas antes o después de una copiosa
comida regada con abundante vino y chupitos varios. Cualquiera que tenga la
mínima curiosidad por entender el 1% de la historia de Cataluña descubrirá, mal
que nos pese, que la realidad nacional de este trocito de Europa es innegable.
Pero para ello ha habido centenares de Píos Moas y docenas de Vargas Llosas
para desmentirlo sin argumento alguno. Con mentiras y más mentiras aplaudidas
por abrazafarolas como los impresentables Marhuenda y de Inda.
6/ Nos han mentido diciendo que
Cataluña se derrumbará como un castillo de naipes cuando se independice su
economía. Mentira. Quien va a desmoronarse es la economía española. Porque la
economía española está secuestrada por el BOE y por las empresas del IBEX.
Observar cuáles son las empresas más importantes del Reino de España es un
drama, pues de las 35 que la conforman, más de 20 dependen de las decisiones
arbitrarias que se toman en el palco del Bernabeu y acaban siendo redactadas en
leyes y ordenamientos en el Boletín Oficial del Estado. Cataluña tiene
industria, turismo y, sorpréndanse, atesora más del 50% de la inversión en
tecnología y start-ups de todo el Estado Español. La gran mentira es no
habernos informado que sin Cataluña, España se va al garete. Se va a la mierda,
vaya
7/ Nos han mentido cuando,
pomposamente, desde Madrid, nos han vendido que somos la megalópolis del sur de
Europa gracias a nuestro ingenio y gracias al provincianismo de Cataluña.
Mentira. Madrid era grande (y si la independencia se consuma no volverá a serlo
en siglos) gracias a las prebendas de ser la capital más centralista del mundo
después de París. ¿Cuántos ministerios, direcciones generales, institutos
oficiales y demás organismos estatales están fuera de la capital? Ninguno.
Alemania, un verdadero estado federal, reparte todas estas instituciones entre
Berlín, Frankfurt, Colonia o Múnich. Madrid vive como una reina de las bonanzas
de la capitalidad, con un millón de funcionarios con la nómina garantizada
(otra vez por el BOE) que llena restaurantes y agota las existencias de vinos
de Rioja y platos de jamón del bueno.
8/ Nos han mentido cuando han
dibujado desde el estado, desde los medios de comunicación, desde
pseudointelectuales sectarios, desde tertulias y desde Sálvames Deluxe varios,
que los catalanes son insolidarios. ¿Insolidarios? Hace poco más de una semana
el ministerio de economía reconocía que Cataluña, anualmente, cede de sus
impuestos 10.000 millones de euros. ¡¡¡10.000 millones!!! Divididos por 365
días que tiene un año, eso implica que los catalanes nos pagan, cada día, 27
millones de euros. Esto significa que cada dos, Cataluña paga, enterito, un
aeropuerto sin pasaje alguno, como el de Castellón. Para que el dirigente
popular de turno pueda hacerse una foto con su nieto “en el aeropuerto que ha
hecho tu abuelo”. Fabra dixit.
9/ Nos han mentido cuando han
querido dibujar la imagen de un proceso independentista étnico, de la Cataluña
interior, de la Cataluña de los catalanes de 8 apellidos vascos (perdón,
catalanes). Si uno tiene la curiosidad de entrar en un organismo de la
Generalitat que se llama Idescat (idescat.cat, en la web), podrá comprobar que
15 de los 20 apellidos más repetidos de los catalanes acaban con z. Con z de
Gómez. Con z de González. Con z de Rodríguez. Con z de Hernández. Y que el
apellido más repetido es García, que no proviene de Girona precisamente. Una
mentira más, y van 9. El proceso soberanista de Cataluña lo han liderado
charnegos, hijos de charnegos y nietos de charnegos. Y utilizo esta expresión
tan desafortunada para enfatizar que esta palabra ya nadie la usa en Cataluña.
Excepto los que desde dentro y desde fuera, quieren dividir a la sociedad
catalana. La revolución catalana es la revolución de las sonrisas pero
sobretodo, la revolución de los García.
10/ Nos han mentido con aquello
que antes se rompería Cataluña que España. Es una frase de Aznar, del pirómano
Aznar (gracias, contigo empezó todo). Pero es una frase que han hecho suya
intelectuales, tertulianos, medios de comunicación e incluso políticos de toda
la piel de toro. Mentira. Cataluña no va a romperse porque es una sociedad
mucho más compacta, sólida, solidaria y fraternal que la sociedad extractiva
que representamos, nos guste o no, los habitantes de la megalópolis del sur de
Europa. Nos han mentido con aquello que Madrid es la sociedad más integradora
de España. Madrid es una aspiradora de poder con una fuerza centrípeta que ha
descuartizado nuestro maravilloso país. Y es por ello que nuestra sociedad es
mucho más débil que la suya, que la catalana. Como directivo, estoy muy al día
de las modas en gestión empresarial y técnicas de liderazgo. Una de ellas,
quizás la que más está en boga, es la del empoderamiento. De la capacidad de
dar poder a la gente para que sea más eficaz, más eficiente, más creativa. En
definitiva, mejor. Pues, siento decirlo, pero la sociedad catalana está mucho
más empoderada que la nuestra. Somos corderos y ellos leones. Y los cabrones
del poder, intentándonos vender lo contrario. ¿Cómo puede explicarse que el
Partido Popular gane las elecciones con un millón de casos de corrupción a sus
espaldas?"
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