El pirómano.
Decía Ramón Cotarelo en
su blog Palinuro, el pasado domingo: “Y eso que todavía no ha entrado en acción
el aparato Borrell. Acaba de hacerlo, en la televisión y en plan bronca,
agrediendo y mintiendo. Todos los catalanes, y él lo es, saben que Catalunya no
está al borde de ningún enfrentamiento civil. Él, en concreto, sabe que la
única violencia en Catalunya viene de los nacionalistas españoles oriundos o
que allí se desplazan. Y lo sabe porque es uno de los que los alientan cuando
se manifiesta con ellos y con lo más reaccionario de la España franquista. Lo
sabe de sobra cuando sostiene que los actos públicos del bloque nacional
español, con Societat Civil Catalana a la cabeza no han generado violencia
alguna, siendo así que hay docenas de vídeos que muestran lo contrario y
también puede mirarlo en los libros de Jordi Borràs, testimonios gráficos
inapelables de un tiempo y un país.
“Por lo demás, estas
provocaciones públicas a cargo de matones ultraespañoles, las bandas ‘descontroladas’,
solo se hacen ver a base de armar camorra, esa que sirve al ministro para
vender la idea del ‘enfrentamiento civil’. En cuanto convocan a algo, se reúnen
dos docenas, todo lo más cuarenta abanderados del Imperio, como los que ayer
fueron a dar la matraca a TV3, a pedir que la cierren. Definitivamente, esos
grupos y bandas de provocadores no son un verdadero riesgo de enfrentamiento
civil de una población que ha dado muestra de una convivencia pacífica
ejemplar. Y todavía lo serían menos si no estuvieran funcionando los vínculos más
o menos ocultos entre los "incontrolados" y los que los controlan.
No, no hay más riesgo de enfrentamiento civil que el que traigan unos
gobernantes autoritarios y represores, dirigidos por un pirómano, quien ya
amenazaba hace unas fechas con que llegaremos a las manos.
“Borrell no es un
político adecuado para un gobierno que pretenda, como dice, dialogar con
Catalunya. Su intransigencia, su visceralidad y su altanería, que concentra
todo el anticatalanismo de la vieja guardia socialista, darán al traste con los
esfuerzos reformistas de sus compañeros de equipo, algunos de los cuales le
parecerán vendepatrias por lo dialogantes. Es el caso que el nacionalismo
español, incapaz hasta la fecha de abordar el conflicto catalán con
inteligencia y sentido democrático se encuentra ahora con una duplicación de
tarea que no por esperable ha de resultar menos complicada para la conducción
del Estado. Ayer también, una cadena humana de más de cien mil personas cubrió
los 220 kms que separan las tres capitales vascas, en demanda del derecho a
decidir de los vascos. Los vascos que se han hecho catalanes. La vía catalana
que llega a Vasconia.
“Catalunya no ha estado
nunca al borde de un enfrentamiento civil y quienes sí lo estuvieron, los
vascos, han dejado atrás esa etapa y se han sumado al carro de la revolución
catalana. O han puesto el suyo en marcha pari passu para que no se pique nadie.
Y el movimiento vasco trae pinta de ser tan transversal como el catalán. Esa
cadena organizada por la plataforma Gure Esku Dago (‘está en nuestras manos’)
tiene el apoyo de todos los partidos nacionalistas, incluido el PNV así como de
las instituciones vascas. Es un movimiento tan amplio, profundo y coordinado
como el catalán. Si en el gobierno creen que cabe seguir con la respuesta
represiva judicial y unos retoques (por lo demás imposibles) de la Constitución
es que no saben en dónde están. Esto no es una crisis de funcionamiento con
unos conflictos de partidos sin más alcance. Es una crisis constitucional que
pone en cuestión la estructura misma del Estado. Y no va a arreglarse con más
policía, más represión, más jueces y menos todavía teniendo que dividir las
fuerzas en el doble frente vasco-catalán.
“En estas condiciones
todo cuanto se diga del gobierno de Sánchez, incluso lo que el mismo gobierno
dice al hablar de su duración, será a beneficio de inventario de unas
elecciones generales anticipadas inevitables. Un panorama interesante, teniendo
en cuenta que el govern tiene cuatro años por delante... en principio. Verdad
es que el central puede axfisiar de tal modo al catalán que fuerce elecciones
anticipadas en Catalunya. Pero también lo es que el independentismo puede hacer
caer el gobierno socialista igualmente votándole en contra o absteniéndose. En
esas elecciones generales la cuestión interesante que se plantea al
independentismo catalán es si participar en ellas o no. Pero eso será un poco
más adelante y mientras se va viendo cómo toman los herederos del Imperio la
segunda amenaza separatista”.
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