Urdangarin, en una cárcel de mujeres, en Ávila.
Cárcel de Brieva en la que Urdangarin entró ayer.
A primeras horas de ayer,
Iñaki Urdangarin ingresó en la prisión de Brieva, a 7 kilómetros de la ciudad
de Ávila, una prisión de mujeres donde “estará solo”. Urdangarin ingresó a
primera hora en dicha cárcel para cumplir la condena de cinco años y 10 meses
de prisión impuesta por el Tribunal Supremo. Se trata de un centro
penitenciario para mujeres construido en 1989 que tiene un pabellón en el que
el exduque de Palma vivirá prácticamente aislado durante los próximos años. El
módulo en el que ingresa posee cinco celdas, patio propio, comedor y una sala
de vis a vis y fue el mismo en el que estuvo durante más de 10 años el
exdirector de la Guardia Civil, Luis Roldán, que siempre se quejó del frío que
hacía allí dentro. Sin embargo, Urdangarin no tendrá ese problema, ya que el
ministerio del Interior invirtió cerca de un millón de euros en el sistema de
calefacción.
Y mientras el cuñado del rey
iniciaba su periplo de penitencia, Felipe VI, acompañado de doña Letizia, proseguía
su agenda oficial en los Estados Unidos, a 8.000 kilómetros de distancia de la
cárcel de Brieva. La Casa del Rey se mantuvo fiel a su tradición de “respeto
absoluto a la independencia judicial”. Y la infanta Cristina, “desolada y con
la moral por los suelos”, permanecerá en Ginebra. Allí tiene su trabajo y sus
cuatro hijos. asistiendo a algunos actos estrictamente de índole familiar. En
alguno de ellos ha coincidido con la reina doña Letizia, con quien no mantiene
unas relaciones particularmente fluidas. Su padre, el rey emérito, se trasladó
a Ginebra en enero de este año para participar en el festejo del 50 cumpleaños
de su yerno, hoy en la cárcel.
Ni en sus peores sueños,
Iñaki Urdangarin, intuyó que acabaría cumpliendo condena por el caso Nóos. Paloma
Barrientos nos recuerda en Vanitatis, de El Confidencial: “El famoso 'cordón
sanitario', marcado por Zarzuela para alejar al 'duque em-pal-ma-do' (como él
mismo se catalogó) y su mujer del círculo real, se convirtió en una de las
peores afrentas. La pareja nunca ha reconocido sus errores y sigue manteniendo
que todo ha sido un complot para acabar con la monarquía. En la hemeroteca
figura como recordatorio de esa falta de humildad. Sobre todo, su famosa frase
en febrero del 2012 en su primera comparecencia ante el juez Castro: ‘Vengo a
defender mi honorabilidad’, dijo”.
La prisión de Brieva, con
una superficie de más de 43.000 metros cuadraros, tiene 162 celdas regulares y
otras 18 complementarias. A esto hay que sumar el pabellón especial, lo que le
permitirá a Urdangarín no tener contacto con ningún otro preso; algo que encaja
a la perfección con lo que buscaba no solo Interior sino también Instituciones
Penitenciarias, que quiere evitar cualquier filtración a los medios de
comunicación sobre el día a día de Urdangarin entre rejas, como sí ha ocurrido
con Oriol Junqueras, Joaquim Forn y Raül Romeva en la prisión de Estremera. El
exduque de Palma contará con una sala en la que podrá recibir visitas una vez a
la semana y por la que se espera pasen su mujer, la infanta Cristina, y sus
hijos.
El secretario de
Organización de Podemos, Pablo Echenique, criticó ayer el ingreso de Iñaki
Urdangarin en un módulo cerrado de la cárcel de mujeres de Brieva (Ávila). “Es
evidente que hay un trato de privilegio a la Monarquía. No todo el mundo puede
acceder a ser encarcelado en una cárcel de mujeres. Los presos comunes no
tienen los mismos privilegios que el cuñado del rey”, señaló el número dos
orgánico del partido en una rueda de prensa.
Así es la cárcel de mujeres en la que Urdangarin cumplirá su condena Podemos tacha de "trato privilegiado" el encarcelamiento de Undargarin
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