Durante la dictadura, Franco concedió 37 títulos nobiliarios que permanecen vigentes.
Franco concedió siete distinciones con Grandeza de
España, a tres militares golpistas.
El 4 de junio de 1948,
Francisco Franco se atribuyó en un decreto la facultad de conceder, rehabilitar
y transmitir títulos nobiliarios. A su muerte, 27 años después, el dictador
había hecho uso de esta prerrogativa nada menos que en 39 ocasiones, según
datos de la Diputación y Consejo Permanente de la Grandeza. El dictador otorgó
siete distinciones con Grandeza de España: a tres militares golpistas, al
fundador de la Falange, a un exministro de Primo de Rivera, a una tía del rey
Felipe VI y a Carrero Blanco. El resto de títulos fueron repartidos entre
destacados miembros del Ejército, reconocidos falangistas, políticos
franquistas y empresarios cercanos o adictos al régimen, además de a unos pocos
científicos y a un cardenal italiano.
La vigencia de estos
títulos concedidos por Franco fue denunciada el pasado mes de marzo por la
Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH). Entonces, la
asociación que preside el periodista Emilio Silva criticó la decisión de
Mariano Fernández Bermejo tomada poco antes de dejar de ser ministro de
Justicia de renovar el título de duque de Mola con Grandeza de España a los
descendientes del general golpista. 'Es incomprensible que más de 30 años
después de la vuelta a la democracia todavía tengan honores los que se
levantaron contra un Gobierno legítimo. Es como si a Tejero le nombraran conde
del 23-F', recalca Silva.
Gaspar Llamazares,
diputado de IU, registró en el Congreso una pregunta escrita en la que instaba
al Gobierno a poner fecha a “la retirada de los títulos nobiliarios que Franco
otorgó a los generales golpistas”. Llamazares opina que la vigencia de estos
reconocimientos “es un ejemplo de que la Ley de Memoria Histórica aún puede y
debe ser mejorada” No obstante, el parlamentario reconoce que la eliminación de
“estas prebendas no es fácil”, pese a lo cual su grupo no descartó plantear
iniciativas parlamentarias para exigir al Ejecutivo de Zapatero que “acabe con
este sinsentido”.
Uno de los casos más
llamativos son el del industrial Pedro Barrié de la Maza, a quien, en 1955,
Franco nombró duque de Fenosa (Fuerzas Eléctricas del Noroeste, S.A.). El
dictador recalcó que el empresario había destacado “por su inteligente
laboriosidad, su constante iniciativa creadora de riqueza, desarrollada
principalmente en la región gallega, y por su generosidad, impregnada de
sentido cristiano”. Igualmente, nombró marqués al científico Ramón y Cajal, conde
al oftalmólogo Hermenegildo Arruga. Y, en 1954, concedió el marquesado de Santa
María de la Almudena al cardenal italiano Tedeschi, nuncio de Pío XII, quien
durante la Guerra Civil sirvió de intermediario entre la Santa Sede y los
sublevados. Franco también firmó un decreto por el que autorizó, en 1967, a
Pilar del Borbón, hermana del rey Juan Carlos, a “usar en España el título de
duque de Badajoz”.
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