Un txupinazo entre el júbilo y el luto.
Txupinazo Sanfermines 2018
Este año no hubo ikurriña
en el balcón consistorial durante el chupinazo ni tampoco se vieron muchas
camisetas negras en la plaza del Ayuntamiento de Pamplona, tal y como habían
solicitado diferentes colectivos feministas para protestar contra las
decisiones judiciales que afectan a La Manada. Las organizaciones feministas de
Pamplona, así como varios organismos implicados en las celebraciones,
criticaron duramente tanto el cambio de vestimenta como la llamada al boicot. Vertieron
duras críticas al hecho de que la campaña en redes sociales se haya realizado
“sin consenso, sin contraste alguno y sin un objetivo claro”, y la calificaron
como una “injerencia externa” y en algunos casos “oportunista” que “debilita”
su labor. La campaña para que las mujeres fueran vestidas de negro no tuvo
reflejo en la Plaza del Ayuntamiento durante el txupinazo, pero sí en las redes
sociales. El alcalde, Joseba Asiron (EH Bildu), quiso que, de algún modo, el
espíritu de la ikurriña estuviera presente en el balcón consistorial y dejó un
mástil vacío, el preferencial, para representar “todas las identidades
reprimidas y proscritas” en la ciudad. Y si la ikurriña no estuvo presente en
el chupinazo no fue por falta de ganas, sino por la amenaza judicial, después
de que los tribunales fallaran en abril que el ayuntamiento “carece de
cobertura legal” para hacer ondear la bandera vasca por ser una actuación
“disconforme con el ordenamiento jurídico”. En todo caso, Asiron no
desaprovechó los prolegómenos del arranque festivo para arremeter contra el
“chaparrón de sentencias judiciales en todos los ámbitos” en contra de los
intereses de la ciudad y que hace que esté “desbordada” la “capacidad de
asombro” de la ciudadanía. La protesta contra las decisiones judiciales sobre
La Manada se evidenció con una gran pancarta con el lema “Esta justicia es una
mierda”
La convocatoria para que
las mujeres llevaran camisetas negras en señal de duelo por la libertad de los
cinco miembros de La Manada, coincidieron en las redes sociales este fin de
semana. En la llamada, proponían que el día 6 de junio, coincidiendo con el
tradicional txupinazo que daba comienzo a las fiestas de Pamplona, las mujeres
vistiesen con camisetas negras en lugar de las tradicionales camisetas blancas
y pañuelos rojos. Proponían que las mujeres que no fueran a participar en los Sanfermines,
se sumaran a esta iniciativa, llevando ayer, viernes, una camiseta negra en
cualquier lugar de España como señal de luto y de duelo por la liberación de
los miembros de La Manada.
El pasado lunes, organizaciones
feministas de Pamplona pedían a las mujeres que no abandonasen las fiestas de
San Fermín. Tanto la organización Andrea, como Lunes Lilas, hacían una llamada
a las mujeres para que llevaran la vestimenta tradicional de los Sanfermines,
pero con el pañuelo morado y el pin de la mano roja abierta, un símbolo que se ha
hecho tradicional para reivindicar unas fiestas libres de violencia machista,
bien visibles. “Nos ha costado muchísimos años conseguir que la calle, la noche
y la fiesta podamos disfrutarlas, y por lo tanto no queremos abandonarlas,
queremos estar en las fiestas de San Fermín, queremos estar divirtiéndonos y
siendo libres”, afirmaban en rueda de prensa Tere Saéz, responsable de Lunes
Lilas, pidiendo que la gente “se vista como se ha vestido siempre o como le
guste vestirse, pero que lleve la mano roja y el pañuelo morado. No hay que
ocultar estos hechos jamás. La violencia sexual solamente se cambia poniéndola
sobre la mesa. Se da la coincidencia que, un día antes de que se diera la
salida a los Sanferminies, la Audiencia de Navarra tenía que decidir si mantenía
a La Manada en libertad, tras la petición de la fiscalía para que se revisase
la decisión tras el intento de uno de los condenados de hacerse el pasaporte en
una comisaría de Sevilla.
Numerosas personas
portaban el pin de una mano roja, el símbolo de la lucha contra los delitos
sexuales durante los Sanfermines. Las manos rojas estuvieron por todos los
rincones: en taxis, camiones de la basura, marquesinas, puntos estratégicos de
la ciudad... Las instituciones pusieron especial énfasis en la concienciación
para evitar que se diesen casos de abusos o agresiones sexuales. Y, en la
plaza, se vio un gesto que lo dice todo. Una mujer con la camiseta empapada de
sangría y que dejaba adivinar sus atributos se subió a los hombros de un varón
e inmediatamente aparecieron varios policías de paisano que le 'invitaron' a
bajarse.
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