jueves, 16 de agosto de 2018

España sufre la mayor crisis migratoria de la última década.


Inmigrantes rescatados llevados abordo del barco de rescate Aquarius.


España acogerá a 60 de los 141 migrantes (entre ellos dos mujeres embarazadas y 73 menores de edad, de ellos dos menores de dos años), rescatados por el Aquarius frente a las costas de Libia, después de que gobiernos de Italia y Malta denegaran el desembarque. Un acuerdo internacional fue alcanzado por el Gobierno español y otros cinco países: Portugal, Francia, Alemania, Malta y Luxemburgo. El buque 'Aquarius', gestionado por las ONG Médicos sin Fronteras y SOS Mediterranée, llegó ayer al puerto de La Valeta, en Malta, donde desembarcaron los inmigrantes tras el acuerdo alcanzado el martes por la Unión Europea para distribuirse su acogida.

La vicepresidenta, Carmen Calvo, confirmó que el Ejecutivo estaba trabajando para articular el procedimiento con la máxima eficacia y seguridad para los rescatados. Las conversaciones llegaron después de que el 'president', Quim Torra, ofreciese tres puertos catalanes para el desembarco del 'Aquarius'. Los puertos elegidos eran el de Palamós (Girona), Vilanova i la Geltrú (Barcelona) y Sant Carles de la Rápita (Tarragona). El Ejecutivo le recordó que no tenían potestad para hacerlo porque era competencia estatal pero entabló un diálogo para la acogida. El president, Quim Torra, con el apoyo de los otros dos partidos soberanistas en el Parlament, ERC y la CUP, ofreció tres de los puertos gestionados en exclusiva por la Generalitat de Cataluña para acoger a los inmigrantes, pidiendo que se permitiera el desembarco “bajo la autoridad” del Govern y sin intervención por parte del Estado.

La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, apuntó que Catalunya recibiría a los 60 inmigrantes del buque. Francia se haría cargo de otras 60 personas, Alemania y Malta de 50 cada uno, Portugal de 30 y Luxemburgo de 5. Calvo explicó que habían sido “48 horas de responsabilidad y prudencia”, confirmando que “las personas que estaban en el Aquarius no corrían peligro” y que “Europa tiene una respuesta para ellos y una coordinación estable”. Y destacó el papel jugado por Pedro Sánchez en esta negociación, “un líder que en muy poco tiempo es escuchado en Europa”, aseguró, sacando pecho por el acuerdo logrado. Además, Calvo confirmó que Italia —uno de los países más reacios a la colaboración que, de hecho, optó por cerrar sus fronteras— se ha sumado al acuerdo alcanzado. “Mantienen su política, pero, al mismo tiempo, han reconocido que entienden que Europa reacciona como Europa”, dijo Calvo.

En cuanto a las condiciones que tendrán los migrantes que finalmente lleguen a España, Calvo insistió en que el Gobierno responderá “con derecho interno y legislación internacional”, dejando claro que se trata de “fortalecer los valores democráticos en Europa” y no utilizar más “la inmigración como un arma arrojadiza política”. Según explicó, “algunos pedirán la condición de asilo” —y España comprobará si cuentan con los requisitos necesarios para que se les conceda tal protección—, mientras que los menores, “especialmente vulnerables”, contarán “con todas las protecciones de nuestro Estado de Derecho”. El problema no es único ni excepcional. España sufre la mayor crisis migratoria de la última década. Un total de 534 personas que viajaban en 12 pateras en aguas del mar de Alborán (284) y del Estrecho de Gibraltar (240) fueron rescatadas por Salvamento Marítimo en el mismo día de ayer. Unidos Podemos se manifestó “preocupado” y “decepcionado” por el giro “a la derecha” de Sánchez en política migratoria.

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