El actor Willy Toledo fue detenido y liberado, al día siguiente.
Willy Toledo, ayer, tras su puesta en libertad.
El actor Willy Toledo,
detenido el pasado miércoles en su domicilio de Madrid, fue presentado el jueves ante
el juez que instruye la denuncia contra el intérprete “por cagarse en Dios y la
Virgen”. El Juzgado de Instrucción
número 11 de Madrid dictó la orden de detención contra Toledo tras no acudir a
declarar por una denuncia por supuesta vejación de los sentimientos religiosos.
“Me detienen. Se nos jodió el guateque. Vamos pallá. Poloniaaaaaaa”, con estas
palabras escritas a las 6 de la tarde del miércoles, anunciaba en Facebook el
propio Toledo que la policía le había detenido tres horas antes. El mensaje
hacía referencia a Polonia Castellanos, presidenta de la Asociación Española de
Abogados Cristianos que está detrás de la denuncia. “Una persona va a pasar la
noche en un calabozo por no explicar a un juez por qué escribe que se caga en
Dios. ¿Estamos en la inquisición? En la España del siglo XXI, la libertad de
expresión hoy se encierra en un calabozo”, señalaba su abogado, Endika Zulueta,
tras conocerse la detención. A la mañana siguiente, quedaba en libertad
provisional sin medidas cautelares. Toledo atendió a los medios en la puerta de
los juzgados de Plaza Castilla: “Me parece tercermundista que, en este país,
todavía existan artículos en el Código Penal” que “criminalicen sentimientos”.
Toledo publicó, en julio
de 2017, un mensaje en protesta contra la decisión de una jueza de Sevilla de
abrir juicio oral a tres mujeres que portaron una reproducción de plástico de
una vagina de casi dos metros, una iniciativa que se bautizó como “la procesión
del coño insumiso”. El actor escribió en su perfil de la red social: “Yo me
cago en Dios y me sobra mierda para cagarme en el dogma de la santidad y
virginidad de la Virgen María. Este país es una vergüenza insoportable. Me
puede el asco. Iros a la mierda. Viva el coño insumiso”. Abogados Cristianos
presentó su denuncia por supuesta vejación de los sentimientos religiosos.
Toledo anunció hace unos días
que no se iba a entregar y que llevaría su acto de desobediencia “hasta las
últimas consecuencias”. “No tengo miedo; es mi obligación rebelarme contra
estas leyes prehistóricas”, señaló en varias declaraciones. El actor había convocado
para el mismo miércoles por la noche, a partir de las 23 horas, una vigilia por
la libertad de expresión en el madrileño Teatro del Barrio, donde “esperaría” a
la policía. “Estaré toda la noche en el Teatro esperando a que vengan ustedes a
detenerme. Por supuesto, ni yo ni las compañeras asistentes al acto opondremos
la más mínima resistencia a la detención”, escribió el actor. “No hace falta
que envíen ustedes a la Legión; con dos agentes será más que suficiente o, en
su defecto, envíen ustedes a la cabra: somos animalistas y el trato hacia ella
será más que exquisito”, añadió.
La AEAC fue fundada en 2008 y está presidida por
Polonia Castellanos, miembro, de la organización El Yunque. Su actividad va
encaminada a frenar cualquier atisbo de libertad de expresión, si va contra sus
postulados religiosos. Se trata, según “Público”, de uno de los nuevos
“lobbies” ultraconservadores más activos que existen hoy en España. Utiliza las
leyes y el litigio estratégico para la “defensa jurídica de la libertad
religiosa y los valores inspirados en el cristianismo”, tal como se definen a
sí mismos. En la práctica, su acción va encaminada a frenar cualquier atisbo de
libertad de expresión que les parezca contraria a sus postulados ultra
religiosos, así como frenar el trabajo de las organizaciones de derechos
sexuales y reproductivos. Entre sus principales temas de actuación figuran la
defensa de las mujeres “engañadas” en los centros de aborto, denunciar el
“negocio del aborto” y defender la legislación favorable a la defensa del “no
nacido”.
La AEAC es responsable de
los litigios que se han llevado a cabo contra las organizadoras de la procesión
del Coño Insumiso, la denuncia para que se retirara la concesión de entidad de
bien público a la Federación de Planificación Familiar Estatal o la denuncia
contra Ada Colau por permitir la lectura de un padre nuestro que consideran
ofensivo para los sentimientos religiosos, entre otros. Una acusación que
repiten en la mayoría de sus denuncias y que, hasta la fecha, le ha reportado
algunos triunfos. Afirman que el laicismo y la que llaman “ideología de género”
son ideas que una minoría quiere imponer a la “mayoría católica española”, a la
que consideran víctima de una supuesta intolerancia que les impide ejercer su
“libertad religiosa”.
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