sábado, 24 de noviembre de 2018

“El Gran Spam. Relato distópico”.



Jorge Izquierdo es el autor de este diálogo publicado en LQS acerca de la nueva Ley de Protección de Datos por la que ahora también los partidos políticos podrán acosarnos en casa y en las redes sociales, porque tienen carta blanca para recopilar datos sobre nuestra ideología.

-Buenos días. Deseo hablar con la señora de la casa
-….soy yo ¿Quién es?
-Mi nombre es Pablo Alberto Sánchez. Llamo de la Plataforma Políticos Reunidos Geyper. En estos momentos nos encontramos haciendo un análisis de intención de voto en su barrio. Medimos la calidad del voto ciudadano y nos gustaría mandarle a su domicilio, sin compromiso alguno, nuestra papeleta para el Congreso y el Senado de las próximas elecciones.
-Pero, si no son hasta dentro de un año.
-Efectivamente doña Emilia. Ya lo dice el refrán. A quién madruga… Verá. Hemos monitorizado su actividad en redes sociales y grupos de Whatsapp, responde usted al perfil del votante regular del partido Ganando que es Gerundio.
– No me lo puedo creer. ¿Me están espiando?
-Oh, no, en absoluto. Sus datos son públicos. Simplemente los analizamos. ¿Es usted consciente doña Emilia que está votando a un partido que no se corresponde ni con sus intereses económicos ni inquietudes intelectuales?
-Un momento, un momento. Yo nunca he votado a ese partido que usted dice
-Pues es lo que me indica el terminal. El programa analiza sus comentarios en redes sociales y …
-¿Cómo es posible? Siempre escribo de forma anónima. No entiendo. En cualquier caso, no quiero publicidad.
-Los usuarios anónimos no existen doña Emilia. Eran nuestros padres. Quiero decir, que en tiempo de nuestros padres si existían los anónimos pero ¿en el mundo digital ….? Por otra parte, debo decirle que esto no es propaganda comercial. El artículo 85 bis de la Ley sobre la utilización de medios técnicos y datos personales en procesos electorales dice, y cito literalmente: ‘El envío de propaganda electoral por medios electrónicos o sistemas de mensajería y la contratación de propaganda electoral en redes sociales o medios equivalentes no tendrán la consideración de actividad o comunicación comercial’.
-¿Y esto cuándo se aprobó? Lo que nos faltaba. No solo no dejamos de recibir publicidad y spam por todas partes para que, además, ahora sean también los partidos políticos los que nos bombardeen con ofertas electorales. Insisto. ¿Esto es legal?
-Completamente legal señora Emilia. Completamente. Se aprobó un poco antes de las navidades del 2018. Pero no se preocupe no tiene nada que temer, no la molestaremos mucho. Simplemente la informamos: su calidad de voto se encuentra por debajo de los estándares normales. ¿Sabe ssted que todas las encuestas nos dan por ganadores en las próximas elecciones?
-Eso lo dirá usted. Yo no he leído eso.
-Efectivamente señora Emilia. Se deja usted engatusar por las fake news y así nunca mejorará sus índices.
-¿Qué índices?
-Los suyos, doña Emilia. Los tengo aquí delante, en mi monitor. Se encuentra Usted por debajo del límite aconsejable. Durante los próximos días recibirá información por si desea mejorar dichos índices.
-¿Qué información? ¿No he dejado suficientemente claro que no quiero recibir nada?
-Es simplemente propaganda electoral. Está usted en su derecho de recibirla. Y …
– ¿Mi derecho? Hay que ser hipócrita. Me informaré cuándo y cómo quiera. No quiero recibir nada ¿Queda claro?
– ¿Sabe usted que recibiendo doscientos impactos de intención de voto directo y cincuenta subliminales puede cambiar su intención de voto?
– Otra mentira más. Algo así no está demostrado, en absoluto.
– Es probable, no soy una especialista en estos temas, pero las operaciones y análisis son realizados por nuestros programas de Inteligencia Artificial, yo me limito a leer lo que aparece en su perfil y todo indica que es una votante potencial del partido que perderá las próximas elecciones según nuestras encuestas
-O sea que yo, que no he votado más que un par de veces en toda mi vida, por haber escrito unos comentarios en Internet que además son anónimos, soy una supuesta votante de su partido rival. Y usted me está amenazando con recibir ¿cuánto ha dicho? ¿doscientos impactos? hasta que no le diga que pienso votarles. ¿Es correcto?
-No exactamente, no se olvide que es el programa el que analiza sus datos. Yo me limito a informar y …
-¡A la mierda! ¿Me entiende? Váyase a la mierda. Escuche y grabe atentamente lo que le voy a decir: no pensaba votar, pero solo por su llamada y por culpa de sus estúpidas amenazas sepa usted que pienso votar al partido que según usted perderá las próximas elecciones. ¿Queda claro?
– Alto y claro, señora Emilia. Le deseo que pase una buena tarde.
-¡Adiós!

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