miércoles, 7 de noviembre de 2018

La banca se impone en el Supremo.


El Supremo y sus presiones.

El Tribunal Supremo ha enterrado su prestigio al establecer que es el banco y no el cliente quien debe abonar el impuesto de las hipotecas. Dos semanas después revisar la histórica sentencia que obligaba a los bancos a pagar el impuesto de las hipotecas, ayer el Tribunal Supremo decidía revocar esa doctrina en un pleno dividido, convocado a través de una decisión del presidente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo muy cuestionada, que ha terminado por enterrar el prestigio del alto tribunal.

La maniobra de Díez-Picazo, presidente de la Sala Tercera del Supremo, es inédita porque nunca antes se había convocado al Pleno después de publicar una sentencia. Lo habitual, en temas especialmente sensibles que requieren el respaldo de todos los jueces de la Sala, es que se convoque antes. La decisión provocó, además, la paralización de los recursos pendientes en el Supremo sobre este asunto. El presidente de la Sala sometió a revisión la doctrina que obligaba a pagar a los bancos en una decisión inédita.

Tres de los 31 magistrados del pleno no participaron en la deliberación: uno por estar trabajando en la junta electoral central, otro por encontrarse de viaje y un tercero por un conflicto de intereses al tener familiares con una vivienda en Rivas Vaciamadrid (el ayuntamiento que inició el pleito). La decisión del Supremo se ha producido el mismo día que el Tribunal Europeo de Derecho Humanos ha fallado contra España por no garantizar un juicio justo a Arnaldo Otegi por el caso Bateragune. “Hoy gana la banca y pierde toda la sociedad”, declaran, indignadas, las asociaciones de consumidores.

Algunos de los epítetos utilizados por las mismas, hablan de la “borchornosa”, “inaudita”, “impugnable” deliberación. El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, afirma que la justicia “se ha vuelto a poner de nuevo del lado de los más poderosos”. Para él, este nuevo cambio de criterio del Alto Tribunal genera “inquietud, incertidumbre y desconfianza de la ciudadanía en la justicia”, sobre todo después de que, hace unas semanas, el mismo Supremo cambiase la doctrina presente hasta este momento, fallando a favor de los clientes. “Se trata de una sentencia difícil de entender”. Jueces para la Democracia pide la dimisión de Lesmes y de Díez-Picazo tras esta decisión. El Gobierno estudiará el fallo y fijará su posición oficial en el Consejo de Ministras del jueves. Todos los partidos se han situado del lado de los clientes mientras el Gobierno habla de una “jornada negrísima” para la justicia. Podemos e IU, han convocado una concentración para este sábado a las puertas del tribunal. Pablo Iglesias ha tuiteado: “Gana la banca y pierden los ciudadanos. La independencia del Tribunal Supremo está en entredicho; la democracia, debilitada”.