¡Chapeau por la primera ministra, Jacinda Ardern!
Jacinda Ardern, junto a representantes de la comunidad
musulmana.
Cuando se convirtió en
primera ministra de Nueva Zelanda en octubre de 2017, Jacinda Ardern prometió
que sería a la vez una líder fuerte y empática. El pasado viernes, 15 de marzo,
los atentados de Christchurch, en los que murieron 50 personas y se registraron
numerosos heridos, personas de entre 3 y 77 años, algunas, refugiadas recientes,
otras llevando generaciones en el país, permitieron a la jefa de Gobierno más
joven del mundo (38 años) afianzar esta imagen pública dentro y fuera del país.
Durante el rezo en dos
mezquitas en Christchurch, un terrorista provocó la mayor matanza en la
historia de este país. Pero pocas veces se vio al líder de un país, lideresa en
este caso, hacer frente al miedo, la islamofobia y los mensajes de odio con
tanta dignidad y esperanza. Jacinda Ardern, jefa de gobierno de Nueva Zelanda,
afirmó que no quería darle “notoriedad” al autor del atentado y prefirió que la
atención se centrase en las víctimas. “Con este acto, el terrorista -aseguró-
buscaba varias cosas, entre ellas notoriedad. Se lo ruego: digan los nombres de
quienes murieron en lugar del nombre del hombre que causó su muerte”, añadió la
política laborista. La primera ministra neozelandesa pidió que, cuando el
próximo viernes, los miembros de la comunidad musulmana se reuniesen para el
rezo se “reconozca su dolor”. El Gobierno neozelandés ya inició el lunes el
proceso para endurecer las leyes sobre posesión de armas. Algunos neozelandeses
entregaron sus armas voluntariamente a la policía después del ataque. Otros
políticos más cercanos a nosotros, en este caso, españoles que no merecen ni
ser recordados, han sugerido la necesidad de autorizar la venta de armas para
todo el mundo para defenderse.
En su primer discurso
tras el atentado, Jacinda Ardern dijo que el ataque había ocurrido “porque
representamos la diversidad, la bondad, la compasión. Un hogar para quienes
comparten nuestros valores. Refugio para quien lo necesite. Y esos valores no
serán y no pueden ser sacudidos por este ataque”, afirmó. “Ellos somos nosotros”,
agregó, viralizando un hashtag en Twitter: #TheyAreUS. Jacinda vistió un velo
islámico en la reunión con algunas de las personas que sobrevivieron a la
masacre, empezó su discurso en el Parlamento con el saludo árabe salam aleikum
(“la paz sea contigo”), e hizo un llamamiento mundial para frenar la ideología
racista. Cuando el presidente Donald Trump le llamó para mostrar sus
condolencias y preguntar qué podría ofrecer Estados Unidos para ayudar, ella le
respondió: “Simpatía y amor por todas las comunidades musulmanas”.
¡Chapó por primera
ministra!
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