Yolanda visitó al Papa.
Según David Torres, nadie
puede negar que Yolanda Díaz lleva bastante tiempo transportando el aburrido
ámbito de la política al océano frívolo de la prensa rosa. “Esta misma semana
-escribía el lunes en Público-, tras sus flirteos con la reina Letizia y con el
Papa Francisco, la nueva estrella de la izquierda española está haciendo
oposiciones para copar un especial del ¡Hola! Le falta entrevistarse con Belén
Esteban y con Isabel Preysler para que la nombren, primero, viceprincesa del
pueblo y, después, Porcelanosa honoraria. A fin de cuentas, Yolanda ya no puede
caer más alto desde el día en que se declaró hincha de Amancio Ortega y nombró
a Inditex ‘empresa ejemplar’. Cualquier día de estos va a confesar que su
escritor de cabecera es Mario Vargas Llosa.
“La visita al Vaticano es
un clásico de los revolucionarios de salón desde que Bob Dylan recibió la
bendición de Karol Wojtyla en 1997. Por aquel entonces, algunos cardenales
pensaban que el cantautor estadounidense tenía mucho peligro por ser estandarte
de la contracultura; los pobrecillos no acababan de enterarse de que Blowin’ in
the Wind no sólo se cantaba en misa sino que, además, parecía compuesta en una
parroquia de barrio o en una excursión de focolarinos. Se empieza por desafinar
en los coros de We are the World y se acaba por copiar un discurso del Rincón
del Vago en Estocolmo. Es la misma regla de tres por la cual se pasa de
piropear el imperio textil de Zara a invitar al Papa Francisco a que venga a
las Canarias para que vea lo bien que tratamos aquí a los refugiados
“El principio marxista de
que la religión es el opio del pueblo, Yolanda Díaz lo lleva a rajatabla y por
eso va cada cierto tiempo a Roma a recibir su dosis. Blanquear más aun la
casulla papal parece un disparate, pero de algún modo uno sabe que la maniobra
ha funcionado cuando Hermann Tertsch y Alejo Vidal-Quadras denuncian el
comunismo irredento del pontífice argentino y sus continuas injerencias en la
política española. No podrían cabrearse más si nombraran a Errejón monaguillo
emérito del Vaticano, aunque a lo mejor lo han nombrado ya y no nos hemos
enterado. Hay marxismo de la rama Groucho y marxismo de la rama Chico, pero en
Sumar han evolucionado hasta el marxismo de la rama Harpo, que funciona
básicamente a bocinazos.
“Sospecho que, más que a
blanquear al Papa, Yolanda Díaz habrá ido a Roma a blanquearse ella misma, que
por algo empezó de roja corazón, siguió con el violeta podemita y ahora ha
caído de lleno en el rosa psocialista, el rosa psociópata de las revistas de
peluquería. Todo sea por captar votos de donde sea, de la sacristía o de La
Zarzuela, a cualquier precio, pero sin que tu mano izquierda sepa lo que hace
tu derecha. Fieles a las enseñanzas evangélicas, en Sumar hace mucho que se
escandalizaron de las cosas que hacía su mano izquierda y decidieron amputarla
de un tajo para evitar problemas. Le ofrecieron a Irene Montero una embajada en
Santiago de Chile sólo porque ya tenían copada la de Wellington, Nueva Zelanda.
Irene está justo en las antípodas de Yolanda, quien en su próxima visita al
Papa pedirá también por la paz mundial, como una aspirante a Miss España”.
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