La osa lechuguina, víctima de las manzanas.
“La lechuguina es una
hembra de oso pardo que necesita tu ayuda”. Leo Colomer inició en change@e.change.org
esta petición sobre la osa lechuguina, víctima de las manzanas. “No es
admisible que cuatro osos en peligro de extinción, una osa y sus tres oseznos,
sean condenados a cadena perpetua por alimentarse de los frutos disponibles en
su hábitat natural”.
Por suerte, en la actualidad,
disponemos de una extensa regulación que “protege” a las especies en peligro de
extinción. El problema es que no se aplica. Contamos con una regulación a nivel
europeo, a nivel estatal y, en España, incluso con legislación de carácter
autonómico. Sin embargo, sobran los ejemplos de la falta de respeto a la ley en
materia de protección animal y la lechuguina, en definitiva, no deja de ser uno
de ellos.
En efecto, la decisión de
capturar y confinarla en un cercado es un claro ejemplo de incumplimiento e
ignorancia de la ley e incompetencia política, una sinrazón que evidencia la
falta de respeto a la naturaleza y las especies en peligro de extinción de
nuestros mandatarios políticos.
¿Son suficientes o
insuficientes las medidas que se están adoptando en orden a su salvaguarda y
protección cual especie protegida en peligro de extinción? ¿Existe un problema
real? ¿Su captura y cautiverio es la única solución? ¿Existen intereses ocultos
o contrapuestos?
Con una edad aproximada
de 9 años, la lechuguina es respetada, valorada y conocida de sobra por las autoridades
y por la población local. Ella fue la primera osa que, capturada y equipada con
un emisor GPS en el año 2021, fue monitorizada y radiomarcada, en el marco del
Plan de captura de la Junta de Castilla y León. Pero la realidad es que, con
tres oseznos que alimentar, y según parece, de nuevo en estado de preñez, nunca
ha causado daño a nadie. Nunca ha sido protagonista de ningún suceso ni
comportamiento agresivo. Sólo ocurre que... ¡le encantan las lechugas y las
manzanas...! Su pasión por tales frutas y hortalizas, al no existir árboles
frutales en sus montes, es la causa de sus continuas incursiones en los huertos
locales, conducta que le podría salir demasiado cara, teniedo en cuenta que los
técnicos de la Junta de Castilla y León, en comunión con los del Ministerio
para la Transición Ecológica, ya han dado el visto bueno a su captura.
Pero nada de prever un
programa de alimentación suplementaria, que garantice la disponibilidad de
recursos tróficos en situaciones límite, como establecen los objetivos del
Decreto 108/1990 (*), de 21 de junio, por el que se establece un Estatuto de
protección del oso pardo y se aprueba su Plan de Recuperación... Mejor la
atrapamos y la encerramos ... Esa parece ser, según fuentes de prensa, la “inteligente”
y arcaica decisión adoptada por los técnicos del Consejero de Medio Ambiente de
la Junta de Castilla y León, según parece, a propuesta de un iluminado concejal
del municipio de Palacios del Sil, a la postre, aficionado a la caza mayor.
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