sábado, 30 de marzo de 2024

Cuando mueras…

 


Cuando mueras, no te preocupes por tu cuerpo... tus parientes,

harán lo que sea necesario de acuerdo a sus posibilidades.

Ellos te quitarán la ropa, te van a lavar, te van a vestir.

Te van a sacar de tu casa y te llevarán a tu nueva dirección.

Muchos vendrán a tu funeral a “despedirse”.

Algunos cancelarán compromisos y hasta faltarán al trabajo para ir a tu entierro.

Tus pertenencias, hasta lo que no te gustaba prestar,

serán vendidas, regaladas o quemadas.

Tus llaves

Tus herramientas

Tus libros

Tus cds

Tus zapatos

Tu ropa...

Y ten por seguro que el

mundo no se detendrá a llorar por tí.

La economía continuará.

En tu trabajo, serás reemplazado.

Alguien con las mismas o mejores capacidades, asumirá tu lugar.

Tus bienes irán a tus herederos....

Y no dudes que seguirás siendo citado, juzgado,

cuestionado y criticado por las pequeñas y grandes cosas que en vida hiciste.

Las personas que te conocían solo por tu semblante dirán;

¡Pobre hombre! o ¡Él se la pasaba muy bien!

Tus amigos sinceros van a llorar algunas horas o algunos días,

pero luego regresarán a la risa.

Los “amigos” que te llevaban a las pachangas,

se olvidarán de tí más rápido.

Tus animales se acostumbrarán al nuevo dueño.

Tus fotos, por algún tiempo quedarán colgadas en la pared

o seguirán sobre algún mueble, pero luego serán guardadas en el fondo de un cajón.

Alguien más se sentará en tú sofá y comerá en tu mesa.

El dolor profundo en tu casa durará una semana,

dos, un mes, dos, un año, dos...

Después quedarás añadido a los recuerdos y entonces,

tu historia terminó.

Terminó entre la gente, terminó aquí,

terminó en este mundo.

Pero comienza tu historia en tu nueva realidad...

en tu vida después de la muerte.

Tu vida a donde no te pudiste mudar con las cosas de aquí porque, además,

al irte, perdieron el valor que tenían.

Cuerpo

Be

En tu nueva vida solo necesitaras tu espíritu.

Y el valor que le hayas acumulado aquí,

será la única fortuna con la que contarás allá.

Esa fortuna es la única que te llevarás y se amasa durante el tiempo que estás aquí.

Cuando vives una vida de amor hacia los demás y en paz con el prójimo,

estás amasando tu fortuna espiritual.

Por eso intenta vivir plenamente y sé feliz mientras estás aquí porque,

como dijo Francisco de Asís.

De aquí no te llevarás lo que tienes.

Solo te llevarás lo que diste.

(Eduardo Galiano)

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